Novena al Espíritu Santo
Publicaciones Pastores de Cristo
China, Indiana
Este libro esta publicado por Publicaciones Pastores de Cristo, una subsidiaria de
Ministerios Pastores de Cristo, corporación pública caritativa religiosa, exenta de impuestos,
organizada para fomentar devoción a los Dos Corazones, el Sagrado Corazón de
Jesús y el Corazón inmaculado de María.
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Imprimi Potest:
R.P. Ramón Sevilla, S.J.
Vicario Judicial
Imprimatur:
Mons. Francisco Castillo Santana
Administrador Diocesano
Torreón, Coah. México
Copyright © 1998 Ministerios Pastores de Cristo
Autorización concedida para reproducción no-comercial: Puede ser copiado en su
totalidad pero no re-mecanografiado o editado.
Primera impresión: Noviembre, 1998
NOVENA DE ORACIONES DIARIAS
Oración de apertura
En el Nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu
Santo. Amén
Padre querido, acudimos a ti en el nombre
de Jesús, en unión con él en el Santo Sacrificio de la Misa, en el Espíritu
Santo.
Venimos a ti unidos al Niño Jesús de la Buena Salud y al Santo Niño de
Praga.
Acudimos a ti en el puro e inmaculado corazón de Nuestra Madre María, pidiendo su intercesión poderosa
y uniéndonos a sus lágrimas santas. Venimos a ti unidos a todos los ángeles y santos, y a las
almas del purgatorio.
Oración para el Espíritu Santo
Oramos para que el Espíritu Santo se
derrame sobre nosotros, para ser bautizados en el Espíritu Santo, para que él descienda
con su poder sobre nosotros, como lo hizo sobre los apóstoles en Pentecostés. Que el
Espíritu Santo nos transforme del temor a la valentía, y que nos dé fuerza para realizar
todo lo que el Padre nos está pidiendo para ayudar a implantar el Reinado del Sagrado
Corazón y el triunfo del Corazón Inmaculado de María. Oramos para que el Espíritu Santo
descienda sobre todo el Cuerpo Místico de Cristo y el mundo.
Protección mediante la Sangre de Jesús
Pedimos que la Sangre de Jesús sea derramada sobre nosotros, en nuestras familias, y en el
Movimiento Pastores de Cristo, para que podamos seguir adelante con firmeza y estar protegidos
del maligno.
Curación
Oramos por la curación de cuerpo,
mente, y alma, por la curación generacional en nosotros mismos, en todos los miembros de nuestras
familias, y en todos los miembros del Movimiento Pastores de Cristo, la Comunidad Jesuita, las
Clarisas, el Cuerpo de Cristo, y todo el mundo.
Oración para pedir fortaleza y luz
Te adoramos, Señor Espíritu Santo. Danos fortaleza, danos luz, consuélanos. Nosotros nos entregamos
enteramente a ti. ¡Oh Espíritu de luz y gracia, queremos realizar solamente la voluntad del Padre!
Ilumínanos para que podamos vivir siempre cumpliendo Su voluntad.
Espíritu Eterno, llénanos de tu Divina
Sabiduría para que podamos entender más a fondo el conocimiento hacia tus
Divinos Misterios.
Danos luces, Oh Santo Espíritu, para conocer a Dios. Actúa dentro de nuestro corazón
para formarnos cada vez más a imagen de Jesús.
Oración para ser uno con Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Oh Espíritu de Luz anhelamos por ti, anhelamos conocer a Dios, queremos ser uno con él, nuestro
Divino Señor. Queremos ser uno con el Padre, conocerlo íntimamente como
persona.
Queremos conocer al Amado, al Sagrado Corazón de Jesús, y vivir y habitar en él
siempre, cada momento de nuestras vidas. Queremos ser uno Contigo, Señor Espíritu de Luz,
que te mueves en nosotros con cada respiración nuestra.
Oración para ser uno con Jesús
Permítenos, Señor, experimentar la vida en el
Sagrado Corazón de Jesús, para que podamos decir como San Pablo,
" Yo he sido crucificado con Cristo y a pesar de esto estoy vivo, pero ya no soy Yo,
sino Cristo viviendo en mi..." Permítenos vivir, unidos a la Misa, siendo uno con él durante
todo el día. Déjanos ser capaces de amar y conocer, en ese alto nivel de unidad con nuestro
Dios. Te deseamos, oh Dios de la belleza, te queremos, te amamos, te adoramos.
te damos
gracias, te alabamos, te glorificamos, nuestro Dios amado, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Oración para habitar en los Corazones de Jesús y
María
Buscamos ser uno en Dios, vivir y
habitar en los Corazones de Jesús y María, nuestro pequeño cielo
en la tierra, para experimentar la vida en el Corazón puro y perfecto de Nuestra Madre.
Queremos que el Espíritu Santo se mueva en nosotros y que seamos unidos a Jesús
como el esposo de nuestras almas y que seamos un sacrificio muy perfecto ofrecido al Padre en cada
momento, mientras nos unimos al Santo Sacrificio de la Misa celebrada en todo el mundo para ayudar
a la salvación de almas.
Oración para el Espíritu Santo y Sus Dones
Ven Espíritu Santo, ven a
nuestros corazones, y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Líder: Envía, Señor, tu
Espíritu y todos renacerán
Todos: Y Tu renovarás la faz de la tierra.
Oramos y pedimos los siete dones del Espíritu Santo, suplicamos perfección en nuestras
almas para hacerlas santas, almas santas semejantes a Dios.
Querido Espíritu Santo, nos
entregamos a ti en alma y cuerpo. Te pedimos que nos des el Espíritu de Sabiduría,
Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad, y Temor de Dios.
Oración para que la Palabra Viva en Nuestros Corazones
Sabemos, querido Espíritu Santo, que la Palabra en Su naturaleza humana nació del vientre
de la mujer. Oramos para que Su palabra vea la luz dentro de nuestros corazones, puesto
que el Señor vive y permanece en nosotros. Queremos que la encarnación se realice en nuestras
vidas. Querido Espíritu Santo, haz tu obra en nosotros.
Oraciones cortas al Espíritu Santo
Querido Espíritu Santo, ayúdanos
a no ser ignorantes o indiferentes o débiles. Ayúdanos a ser fuertes con el amor
de Dios.
Querido Espíritu Santo, por favor pide por
nuestras necesidades.
Querido Espíritu Santo, ayúdanos a
respetar a Dios y a evitar el pecado. Ayúdanos a vivir según la voluntad del Padre.
Querido Espíritu Santo ayúdanos a
guardar tus mandamientos y a respetar la autoridad. Ayúdanos a amar a todas las cosas
como tu quieres que las amemos. Ayúdanos a desear orar y servir siempre
a Dios con el mayor amor. Ayúdanos a conocer la verdad.
Ayúdanos a disponer siempre del regalo de la fe, la esperanza y el amor. Ayúdanos
a discernir siempre lo correcto y lo erróneo.
Una Oración para intimidad con el Cordero, el Esposo del Alma
Cordero de Dios, que quitas el pecado del
mundo, ven y actúa íntimamente en mi alma. Yo me entrego a ti y te pido la gracia de
liberarme, para existir solo para ti y que tu actúes lo más íntimamente en mi alma. Tú
eres el Iniciador. Yo soy el alma que espera tus favores mientras obras en mí. Te amo.
Te adoro. Te alabo. Ven y toma posesión de mi alma con tu Gracia Divina, mientras te
experimento lo más íntimamente.
Primer Período
Meditaciones para Nueve Días
- Romanos 8:14-17
Todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios son hijos e hijas de Dios.
Entonces no vuelvan al miedo; ustedes no recibieron un espíritu de esclavos, sino el espíritu
propio de los hijos, que nos permite gritar: ¡Abba!, o sea: ¡Papá! El Espíritu asegura a
nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Siendo hijos, son también herederos; la herencia
de Dios será nuestra y la compartiremos con Cristo. Y si hemos sufrido con él, estaremos con
él también en la Gloria.
- Romanos 8:5-9
Los que viven según la carne van a lo que es de la carne, y los que viven según el Espíritu
van a las cosas del espíritu. Pero no hay sino muerte en lo que ansia la carne, mientras que
el espíritu anhela vida y paz. Los proyectos de la carne están en contra de Dios, pues la
carne no se somete a la ley de Dios, y ni siquiera puede someterse. Por eso los que viven
según la carne no pueden agradar a Dios. Ustedes ya no están en la carne, sino que viven en
el espíritu, pues el Espíritu de Dios habita en ustedes. Si alguno no tuviera el Espíritu de
Cristo, éste no le pertenecería.
- 1 Juan 4:12-16
A Dios no lo ha visto nadie jamás; pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros
y su amor da todos sus frutos entre nosotros.
Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Por que nos ha comunicado su
Espíritu. Pero también hemos visto nosotros y declaramos que el Padre envió a su Hijo como
Salvador del mundo. Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y
él en Dios. Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en
él. Dios es amor: el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él.
- 1 Juan 4:17-21
Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del
juicio, porque ya somos en este mundo como es Él. En el amor no hay temor.
El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme no
conoce el amor perfecto. Amemos, pues, ya que él nos amó primero. Si uno dice
{Yo amor a Dios}, y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve,
no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues éste es el mandamiento que recibimos de él; el que
ama a Dios, ame también a su hermano.
- 1 Juan 4:7-11
Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios.
Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios,
pues Dios es amor. Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su
Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. En esto está el amor: no es
que nosotros hayamos amado a Dios, si no que él nos amo primero y envió a su Hijo como
víctima por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros
debemos amarnos mutuamente.
- Hechos de los Apóstoles 1:1-5
En mi primer libro, querido Teófilo, hablé de todo lo que Jesús comenzó a hacer y enseñar.
Al final del libro, Jesús, lleno del Espíritu Santo, daba instrucciones a los apóstoles que
había elegido y era llevado al cielo. De hecho, se presentó a ellos después de su pasión y
les dio numerosas pruebas de que vivía. Durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les
habló del Reino de Dios. En una ocasión en que estaba reunido con ellos les dijo que no se
alejaran de Jerusalén y que esperaran lo que el Padre había prometido. {Ya les hablé al
respecto, les dijo: Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu
Santo dentro de pocos días.}
- Hechos de los Apóstoles 1:6-9
Los que estaban presentes le preguntaron: {Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino
de Israel?} Les respondió: {No les corresponde a ustedes conocer los plazos y los pasos que
solamente el Padre tenía autoridad para decidir. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo
cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaría y
hasta los extremos de la tierra.} Dicho esto, Jesús fue levantado ante sus ojos y una nube
lo ocultó de su vista.
- Hechos de los Apóstoles 1:12-14
Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que dista de la ciudad
como media hora de camino. Entraron en la ciudad y subieron a la habitación superior de la
casa donde se alojaban. Allí estaban Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé
y Mateo, Santiago, hijo de Alfeo, Simón el Zelotes, y Judas, hijo de Santiago. Todos ellos
perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús,
y de sus hermanos.
- Hechos de los Apóstoles 2:1-4
Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.
De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que
llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se
repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que
se expresaran.
Segundo Período
Meditaciones para Nueve Días
- Juan 14:21-31
El que guarda mis mandamientos después de recibirlos, ése es el que me ama.
El que me ama a mi será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.}
Judas, no el Iscariote, le preguntó: {Señor, ¿por qué hablas de mostrarte a nosotros y no al
mundo?}
Jesús le respondió: {Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces
vendremos a él para poner nuestra morada en él.
El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre
que me ha enviado.
Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo, el
Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñara todas las cosas y les
recordará todo lo que yo les he dicho.
Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que
no haya en ustedes angustia ni miedo. Saben que les dije: Me voy, pero volveré a ustedes.
Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, pues el Padre es más grande que yo.
Les he dicho estas cosas ahora, antes de qué sucedan, para que cuando sucedan ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, pues se está acercando el que gobierna este mundo. En mi
no encontrará nada suyo, pero con esto sabrá el mundo que yo amo al Padre y que hago lo que el
Padre me ha encomendado hacer. Ahora levántense y vayámonos de aquí.
- Juan 17:11-26
Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelvo a ti.
Padre Santo, guárdanos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros.
Cuando estaba con ellos, yo los cuidaba en tu Nombre, pues tú me los habías encomendado, y
ninguno de ellos se perdió, excepto el que llevaba en sí la perdición, pues en esto había de
cumplirse la Escritura. Pero ahora que voy a ti, y estando todavía en el mundo digo estas
cosas para que tengan en ellos la plenitud de mi alegría.
Yo les he dado tu mensaje y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo
soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los defiendas del Maligno.
ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos mediante la verdad: tu palabra es verdad. Así como tú me has enviado al mundo,
así yo también los envío al mundo; por ellos ofrezco el sacrificio, para que también ellos
sean consagrados en la verdad.
No ruego sólo por éstos, sino también por todos aquellos que creerán en mi por su palabra.
Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mi y yo en ti. Que ellos también sean uno en
nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Yo les he dado la Gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en
ellos y tú en mi. Así alcanzarán la perfección en la unidad, y el mundo conocerá que tú me
has enviado y que yo los he amado a ellos como tú me amas a mi.
Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la
Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el mundo.
Padre justo, el
mundo no te ha conocido, pero yo te conocía, y éstos a su vez han conocido que tú me has
enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor
con que tú me amas esté en ellos y también yo esté en ellos.}
- I Corintios 15:20-28
Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, siendo el primero y primicia de los que se
durmieron.
Un hombre trajo la muerte, y un hombre también trae la resurrección de los muertos.
Todos mueren por estar incluidos en Adán, y todos también recibirán la vida en Cristo.
Pero se respeta el lugar de cada uno: Cristo es primero, y más tarde les tocará a los suyos,
cuando Cristo nos visite.
Luego llegará el fin. Cristo entregará a Dios Padre el Reino después de haber desarmado todas
las estructuras, autoridades y fuerzas del universo. Está dicho que debe ejercer el poder
hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies, y él ultimo de los enemigos
sometidos será la muerte. Dios pondrá todas las cosas bajo sus pies . Todo le será
sometido, pero es evidente que se excluye a Aquel que le somete el universo. Y cuando el
universo le quede sometido, el Hijo se someterá a Aquel que le sometió todas las cosas, para
que en adelante Dios sea todo en todos.
- Apocalipsis 3:1-3,12,16-19
Escribe al ángel de la Iglesia de Sardes: Así habla el que tiene los siete espíritus de Dios
y las siete estrellas:
Conozco tus obras; te creen vivo, pero estás muerto. Despiértate y reanima lo que todavía no
ha muerto, pues tus obras me parecen muy mediocres a la luz de Dios. Recuerda lo que
recibiste y oíste, ponlo en práctica y arrepiéntete. Por que si no te mantienes despierto
vendré como un ladrón, sin que sepas a qué hora te sorprenderé.
Al vencedor lo pondré como columna en el Templo de mi Dios, de donde nadie lo sacará.
Grabaré en él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad que baja del cielo, la nueva
Jerusalén que viene de Dios, y mi nombre nuevo.
Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a vomitarte de mi boca.
Tu piensas: {Soy rico, tengo de todo, nada me falta}. Y no te das cuenta de que eres un
infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro refinado
para que te hagas rico, ropas blancas para que te cubras y no tengas que avergonzarte de tu
desnudez; por último pídeme un colirio que te pondrás en los ojos para ver. Yo reprendo y
corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.
- Apocalipsis 5:9-14
Y cantaban este cántico nuevo:
Eres digno de tomar el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y con tu sangre compraste para
Dios
hombres de toda raza, lengua,
pueblo y nación .
Los hiciste reino y sacerdotes
para nuestro Dios,
y reinarán sobre la tierra.
Yo seguía mirando, y oí en el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del
trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos, Eran millones, centenares de millones que
gritaban a toda voz:
Digno es el Cordero degollado
de recibir poder y riqueza,
sabiduría y fuerza,
honor, gloria y alabanza.
Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo.
Oí que decían:
Al que está sentado en el trono y
al Cordero,
la alabanza, el honor, la gloria y el
poder
por los siglos de los siglos.
Y los cuatro Seres Vivientes decían {Amén}, mientras los Ancianos se postraban y adoraban.
- Apocalipsis 7:14-17
Yo contesté: {Señor, tú lo sabes.} El Anciano me replicó: {Esos son los que vienen de la
gran persecución; han lavado y blanqueado sus vestiduras con la sangre del Cordero. Por eso
están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo; el que está sentado en el
trono extenderá su tienda sobre ellos; ya no sufrirán más hambre ni sed ni se verán agobiados
por el sol ni por viento abrasador alguno, porque el Cordero que está junto al trono será su
pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida; y Dios enjugará las lágrimas
de sus ojos.}
- Apocalipsis 12:1-8
Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus
pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada y grita de dolor, porque
le ha llegado la hora de lar a luz.
Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las
cabezas siete coronas; con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo,
precipitándolas sobre la tierra.
El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz para devorar a su hijo en cuanto
naciera. Y la mujer dio a luz a un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones
con vara de hierro; pero su hijo fue arrebatado y llevado ante Dios y su trono, mientras
la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentaran
durante mil doscientos sesenta días.
Entonces se desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el
dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles, pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar
para ellos en el cielo.
- Apocalipsis 14:1-7
Tuve otra visión: el Cordero estaba de pie sobre el monte Sión y lo rodeaban ciento cuarenta
y cuatro mil personas que llevaban escrito en la frente el nombre del Cordero y el nombre de
su Padre. Un ruido retumbaba en el cielo, parecido al estruendo de las olas o al fragor del
trueno: era como un coro de cantores que se acompañan tocando sus arpas.
Cantan un cántico nuevo delante del trono y delante de los cuatro Vivientes y de los Ancianos.
Y nadie podía aprender aquel canto, a excepción de los ciento cuarenta y cuatro mil que han
sido rescatados de la tierra. Estos son los que no se mancharon con mujeres: son vírgenes.
Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya; estos son como las primicias, pues han sido
rescatados de entre los hombre para Dios y el Cordero. En su boca no se encontró mentira: son
intachables.
Luego vi a otro ángel que volaba por lo alto del cielo, trayendo la buena nueva definitiva, la
que tenía que anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo.
Gritaba con fuerza: {Rindan a Dios gloria y honor, porque ha llegado la hora de su juicio.
Adoren al que hizo el cielo, la tierra, el mar y los manantiales de agua.}
Apocalipsis 19: 7-8
Alegrémonos, regocijémonos
démosle honor y gloria,
porque han llegado las bodas del
Cordero.
Su esposa se ha engalanado,
la han vestido de lino fino,
deslumbrante de blancura
-el lino son las buenas acciones
de los santos-.
- Apocalipsis 21:1-10
Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pies el primer cielo y la primera tierra habían
desaparecido y el mar no existe ya. Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba
del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.
Y oí una voz que clamaba desde el trono: {Esta es la morada de Dios con los hombres;
él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él sera Dios-con-ellos; él enjugará
las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo
lo anterior ha pasado.}
Y el que estaba sentado en el trono dijo: {Ahora todo lo hago nuevo}. Luego me dijo:
{Escribe, que estas palabras son ciertas y verdaderas.} Y añadió: {Ya está hecho. Yo soy el
Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente
del manantial del agua de la vida. Esta será la herencia del vencedor:
Yo seré Dios para él y él será hijo para mi. Pero para los cobardes, los renegados,
los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra,
para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre,
que es la segunda muerte.}
Se acercó a mí uno de los siete ángeles de las siete copas llenas de las siete últimas plagas
y me dijo: {Ven, que te voy a mostrar a la novia, a la esposa del Cordero.} Me trasladó en
espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén,
que bajaba del cielo de junto a Dios.
Apocalipsis 22:20
El que da fe de estas palabras dice: {Sí, vengo pronto.} Amén. Ven, Señor Jesús.
Las citas de las Santas Escrituras han sido tomadas de la Biblia Latinoamérica ,
San Pablo y Editorial Verbo Divino