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Pastores de Cristo
UNA PUBLICACIÓN DE ESPIRITUALIDAD PARA SACERDOTES
INDICE
El Pastor Principal del Rebaño
"Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. El
asalariado, que no es pastor, ni dueño de las ovejas, huye ante el lobo abandonándolas,
el lobo las agarra y las dispersa, porque no es más que un asalariado y no le importan
las ovejas. Yo soy el Buen Pastor: conozco las mías y las mías me conocen a mí. Así
como me conoce el Padre, también yo conozco al Padre, y yo doy mi vida por mis
ovejas." (Jn 10:11-15)1.
Sí, el Buen Pastor ha entregado su vida por nosotros. Dio su vida para que nosotros
pudiéramos tener vida en El. Esta vida que gloriosamente poseemos en Cristo, la vivimos
en la Iglesia. La Iglesia misma surgió del costado atravesado de Jesús. El Vaticano II
nos dice: "Pues del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento
admirable de la Iglesia entera"2
Aquí siguen unos pensamientos a cerca de la Iglesia:
- San Pablo nos habla refiriéndose a la Iglesia como El Cuerpo de Cristo: "Del mismo
modo que el cuerpo es uno y tiene muchas partes y todas las partes del cuerpo aun siendo
muchas, forman un solo cuerpo, así también Cristo. Todos nosotros ya seamos judíos o
griegos, esclavos o libres, hemos sido bautizados en un mismo espíritu, para formar un
único cuerpo. Y a todos se nos ha dado a beber del único espíritu (1Cor 12, 12-13)
"Ustedes son el Cuerpo de Cristo, y cada uno en particular es parte de él"
(1Cor 12, 27)
- La Iglesia considerada como el Cuerpo de Cristo ciertamente emfatiza el sentido de
corporación que debiera invadir la identidad de los miembros de la Iglesia. Tenemos que
pensar simultáneamente qué es bueno para la Iglesia entera y, a través de esta Iglesia,
qué es bueno para toda la comunidad humana. Incluso cuando no estamos de acuerdo entre
nosotros mismo, lo hacemos no porque queramos la gloria de llevar la palma más alta, sino
porque creemos que el no estar de acuerdo aquí y ahora es necesario para que la verdad
pueda despertarse para el bien de la comunidad. San Pablo nos habla de este sentido de
corporación: "Si dan algún valor a las advertencias que hago en nombre de Cristo,
si pueden oír la voz del amor, y quieren hacer caso de la comunión que existe entre
nosotros por el Espíritu Santo, si hay en ustedes alguna compasión y ternura, 'les pido
algo que me llenará de alegría. Tengan un mismo amor, un mismo espíritu, un único
sentir' y no hagan nada por rivalidad por orgullo. Al contrario, que cada uno,
humildemente, estime a los otros como superiores a sí mismo. No busque nadie sus propios
intereses, sino más bien el beneficio de los demás." (Filp 2, 1-4)
En nuestro sentido de corporación, esto es, motivados por un objetivo común y un bien
común, debiéramos aprender a alegrarnos en los dones y logros de los demás. Estos no
son dones y logros aislados. Más bien, redundan para el bien de todo el cuerpo.
Probablemente todos conocemos numerosos ejemplos de celos y falso sentido de competición
que han herido el trabajo de la Iglesia. Si el trabajo de Cristo está siendo realizado y
si yo me estoy afanando por hacer mi parte, ¿es, en realidad, importante si soy yo o si
es otra persona la responsable por un particular logro? ¿Es realmente importante si este
o ese grupo u organización reciben el crédito del trabajo?
San Pablo de nuevo tiene unas palabras para nosotros: "En realidad, ¿qué es Apolo?,
¿qué es Pablo?. Son servidores por medio de los cuales ustedes llegaron a la fe, pero
cada uno según Dios se lo concedió. Yo planté, Apolo regó, pero Dios hizo crecer"
(1 Cor 3:5-6)
- La Iglesia continúa el trabajo de la Encarnación. Con Cristo como Cabeza de su Cuerpo.
La Iglesia, continúa la vida y el trabajo de Jesús de acuerdo al modelo y
características del mismo Cristo
Como la existencia de Cristo estuvo centrada en la
muerte-resurrección, así también la existencia de la Iglesia está centrada en la
muerte-resurrección.
- El Padre Avery Dulles, S.J., nos dice: "La Iglesia, por tanto, es un signo. Puede
significar históricamente de forma tangible la gracia redentora de Cristo. Ello significa
que la gracia se da de manera relevante a toda persona de toda edad, raza, clase, y
condición."3
Dios en su amor fue de manera prominente manifestado por la Encarnación de Jesús.
El Papa Juan Pablo II dice: "Hacer al Padre presente como amor y misericordia es, en
la propia consciencia de Cristo, el punto fundamental de su misión como
Mesías
"4
Ya que la Iglesia continúa la misión de Jesús, también ella de manera sobresaliente
tiene que significar o ofrecer testimonio de amor. La Iglesia debe dar testimonio del amor
misericordioso que Dios nos tiene y de nuestra respuesta de amor, una respuesta que
incluye el amor de Dios, el amor al prójimo y el amor a nosotros mismos.
- El Vaticano II nos señala: "
la liturgia es la cumbre a la cual tiende la
actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza. Pues los
trabajos apostólicos se ordenan a que, una vez hechos hijos de Dios por la fe y el
bautismo, todos se reúnan, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el
sacrificio y coman la cena del Señor"5
- La comunidad de la Iglesia es el reflejo terreno de la absoluta y perfecta comunidad -La
Santísima Trinidad. La Comunidad Trinitaria es una comunidad de relaciones íntimas.
Puesto que la Iglesia refleja la comunidad Trinitaria, nosotros, sus miembros, estamos
determinados a tener relaciones no sólo con las personas de la Trinidad, sino también de
unos con otros. Las auténticas relaciones interpersonales no sólo unen en un
conocimiento y amor más profundo de las personas directamente involucradas. También
hacen a la persona más capaz de amar a los otros de manera más profunda y, por tanto,
más capaz de ayudar a profundizar en los compromisos de comunidad.
- Henri de Lubac nos dice al hablarnos del papel material que desempeña la Iglesia:
"Ya sea una cuestión de toda la historia de la raza humana o de cada una de nuestras
vidas individuales, nunca se puede decir que Cristo está completo en ninguno de nosotros.
En consecuencia, la acción maternal que la Iglesia tiene con nosotros nunca cesa
Su
misión de dar a luz es continua. No cesamos de obtener vida de ella
"Una consecuencia muy importante resulta de aquí. Sabemos que San Pablo enseña que
desde la llegada de la plenitud de los tiempos nosotros ya no somos niños, esclavizados
por los elementos del mundo o encerrados bajo la custodia de la ley. El tiempo de ser
instruidos ha pasado. De acuerdo a la lógica de la fe tenemos que ser ya adultos en
Cristo. Y por otra parte, Jesús dijo: "Les aseguro que si no cambian y vuelven a ser
como niños, no pueden entrar en el Reino de los Cielos" (Mt 18:3). A primera vista,
estas dos instrucciones pudieran parecer contradictorias. Pero no lo son en absoluto. Ni
tampoco diremos simplemente que son irreconciliables el que el Cristiano pueda llegar a
ser un adulto y aún conserve un espíritu de inocencia. Tal forma de hablar sería
completamente inadecuada. En realidad, tenemos que hablar no de reconciliación sino de
correlación. Cuanto más un cristiano se hace adulto en Cristo, tal como S. Pablo lo
entiende, también más abunda el espíritu de inocencia en él, tal como Cristo lo
entiende. O, si se prefiere, es profundizando en este espíritu de niño que el cristiano
más se adentra en su adultez, profundizando cada vez más, si es que pudiéramos decirlo
de esta manera, en el vientre de su madre."6
- El Padre Gerald Vann, O.P., habla emocionadamente de nuestra vida en la Iglesia:
"Si vives en la Iglesia e intentas usar el poder de la Iglesia para incrementar la
vida de la Iglesia, como consecuencia, el poder de la Iglesia te llevará a plenitud; en
tu plenitud ayudarás a construir tu familia y a construir tu mundo. Pero estarás
construyendo algo más que la felicidad terrena porque estarás construyendo la ciudad que
es eterna. Aquí construyes en la oscuridad, construyes para un futuro que es invisible, y
así sólo puedes construir en esperanza. Y a menudo tus planes serán destruidos y tus
sueños vienen a reventar tus oídos, y necesitarás la fuerza de la Roca que es Cristo y
que es la que da paciencia y fortaleza
"
Y cuando te llegue la muerte
la Iglesia te bendecirá por la vida que le
has aportado, y habrá hombres para prestarte atención mejor de lo que lo hacían cuando
tú estabas aquí
"Pero tú, por tu parte, ya no estarás más en la oscuridad sino en la gloria de la
Luz inaccesible; estarás en la Ciudad que es tuya porque tú ayudaste a construirla; al
final le verás a El tal como El es, y estarás de manera definitiva con El; y no tendrás
ya más llanto o lágrimas o otro tipo de pena, porque todas estas cosas pasadas habrán
sido transformadas en felicidad y paz, y caminarás con El -junto con todos esos a los que
has ayudado a llegar a El, hasta el final de los tiempos- y pasearás con El en una
felicidad sin fin, en el frescor agradable de la tarde eterna."7
La vida espiritual está centrada en la unión con Jesús. Aquí tenemos unas palabras
que nos ofrecen una visión de nuestra vida en Cristo: "Ninguna osadía humana
llevada incluso hasta el más alto grado podría levantarse con toda la fuerza del alma
que se necesita para llevar a la práctica los principios de vida sobre los que el
Hombre-Dios actuaba. La mera convicción de que su orientación y su estilo de vida son
los más excelentes y los más dignos de imitación no es suficiente para nosotros. Es
más descorazonador que inspirador tener que aprobar y luego ser incapaces de imitar. Y
admiración que no conduce a la imitación es algo estéril. El cristiano por su misma
vocación está llamado a expresar a Cristo en su propia vida. Hacer esto exige una fuerza
divina. Esta fuerza está, de manera misteriosa, latente en los misterios en la vida del
Salvador en la tierra. Estos misterios tienen un carácter quasisacramental. Cada uno es
una manifestación de lo divino. Es eso y algo más. Para los que por la fe se entregan a
Cristo en una voluntad de unirse a El, el misterio posee un poder divinizador. Puede
entrar en contacto con las experiencias ordinarias de la vida del cristiano e impartirles
un valor y dignidad sobrehumanas.
"Los misterios de la vida de Jesús no son inertes, estáticos,
Son vivos y
dinámicos. Han sido vividos por los miembros de Cristo. Todos los momentos por los que el
Salvador atravesó, todas las experiencias humanas por las que él deseó pasar, tienen
como objetivo la santificación de todo lo que entra a formar parte de manera deliberada
en la vida de un hombre. Estos misterios de su amor acumularon amplias reservas de mérito
en orden a comunicar esta cualidad humano-divina a todo el quehacer del cristiano y sus
sufrimientos.
"Para que este proceso divinizador tome lugar, se requiere un ansiado contacto
entre la persona y Cristo. Este contacto se lleva a cabo por la actividad de la virtud de
la fe. Se perfecciona por simpatía y amor. El cristiano que quiere tener la vida de
Cristo que se desarrolla en él mismo, tiene que probar una mente, imaginación y corazón
agudos
acerca de la vocación terrena de Jesús. Tiene que aspirar a una sintonía
con el Salvador en todo lo que él atravesó. Tiene que afanarse en identificarse él
mismo con el divino Maestro, en pensar como El, sentir como El, juzgar como El, ver con
sus ojos y hablar con su lengua. Tiene que querer ser como era el Salvador en todas estas
circunstancias
"El Hijo del Hombre está siempre al servicio para bien de sus hermanos y
hermanas. La transformación de sus almas es la preocupación principal, aunque no es
indiferente a su salud corporal. Es cierto, pues, que si un alma apuesta por El en fe, y
confía recibir un flujo de la vida divina a través de ese contacto, sus esperanzas se
verán cumplidas. El mismo Cristo nos dijo que vino a dar vida. Por vida él entendía la
vida sobrenatural de la gracia divina.
"Los misterios de Cristo pertenecen a todos los miembros de Cristo. Para asegurar
las ventajas que se derivan de su privilegiada condición los miembros de Cristo tienen
que proponerse deliberadamente armonizar los pensamientos, los afectos y las aspiraciones
con los del Señor. Tienen que intentar ser, de hecho, un espíritu con El. Es esta
'Singularidad' de ideal espiritual la que libera los torrentes de vida acumulados a
través de los méritos de Cristo y los permite extenderse por el alma
"Los acontecimientos de los treintaitrés años no tienen que ser una obligación
impuesta por el cristiano en el sentido de que tiene que experimentar exactamente unas
situaciones similares. Es el espíritu de estas experiencias lo que importa. Y es al poner
ese espíritu en sus propios encuentros con las circunstancias donde el cristiano asume la
condición que posibilita a la virtud y a los méritos de Cristo trasformar sus acciones
en algo de valor divino. Se puede actualizar una excelente imitación del Señor sin
exigir nada de extraordinario en lo que se refiere a pobreza, sufrimientos, juicios o
persecuciones."8
- Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche que le traicionaban, instituyó el
sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos,
hasta su vuelta, el sacrificio de la cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el
memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de
caridad, banquete pascual, en el cual se recibe como alimento a Cristo, el alma se llena
de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera. (Vaticano II, Constitución
sobre la Sagrada Liturgia, Núm. 47)9
- Por tanto, la Iglesia, con solícito cuidado, procura que los cristianos no asistan
a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores, sino que, comprendiéndolo a
través de los ritos y las oraciones, participen consciente, piadosa y activamente en la
acción sagrada, sean instruidos con la palabra de Dios, se fortalezcan en la mesa del
Señor, den gracias a Dios, aprendan a ofrecerse a sí mismos al ofrecer la hostia
inmaculada no sólo por manos del sacerdote, sino juntamente con él; se perfeccionen día
a día por Cristo Mediador en la unión con Dios y entre sí, para que, finalmente, Dios
sea todo en todos. (Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Núm. 48)10
- A través del Sacrificio Eucarístico, Cristo el Señor deseaba poner ante nosotros
de una manera muy especial esta unión extraordinaria con la que estamos unidos unos con
otros y con la Cabeza divina, una unión que no puede quedar suficientemente expresada con
ninguna palabra elogiosa. Porque en este sacrificio los ministros sagrados actúan no
sólo como representantes de nuestro Salvador, sino como los representantes de todo el
Cuerpo Místico y de cada uno de los creyentes. De nuevo, en este acto de sacrificio, los
creyentes en Cristo, unidos por el lazo común de la devoción y la oración, se ofrecen
al Padre eterno a través de las manos del sacerdote, cuya oración hecha por él mismo ha
hecho presente en el altar al Cordero Inmaculado, a la víctima más aceptable de alabanza
y propiciación por las necesidades universales de la Iglesia. Además, lo mismo que el
Redentor divino, mientras moría en la cruz, se ofrecía a sí mismo como Cabeza de toda
la raza humana, así ahora, 'en esta oblación pura' no sólo se ofrece a sí mismo como
Cabeza de la Iglesia sino a sus mismos miembros místicos también. El nos abraza a todos,
sí, incluso a los miembros más débiles y más enfermos, con el amor más profundo de su
corazón." (El Papa Pío XII, Mystici Corporis AAS, XXXV, 232-233)11
- El Padre Slavko Barbaric, O.F.M., recalca: "El espíritu de la Eucaristía implica
la voluntad de ofrecernos nosotros mismos a los demás. Significa una oposición total al
espíritu de orgullo y egoísmo que no desarrolla la paz sino la guerra, la destrucción,
la violencia y la muerte
Todo lo que estregamos a través del amor eucarístico se
transforma en algo bello y nuevo, y crea una relación de amistad nueva."12
- El Papa Juan Pablo II afirma: "Este culto dado a la Trinidad del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo, sobre todo acompaña y permite la celebración de la Liturgia
Eucarística. Pero tiene que llenar también nuestras Iglesias en otros momentos que no
sean los horarios de las Misas. En realidad, ya que el misterio eucarístico fue
instituido como expresión de amor, y hace a Cristo sacramentalmente presente, merece
nuestro agradecimiento y culto. Y este culto tiene que ser notorio en todos nuestros
encuentros con el Santísimo Sacramento, tanto cuando visitamos nuestras iglesias como
cuando las Sagradas Especies son llevadas y administradas a los enfermos.
"La adoración de Cristo en este sacramento de amor tiene también que encontrar su
expresión en formas muy diversas de devoción eucarística: la Devoción
Personal ante el Santísimo Sacramento, las Horas de Adoración, los períodos de
Exposición -corta, prolongada y anual (cuarenta horas), la Bendición Eucarística, las
Procesiones eucarísticas, los Congresos eucarísticos. Una mención muy particular
debiera ser hecha en este punto con la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo como acto
público de culto rendido a Cristo presente en la eucaristía, una fiesta instituida por
mi predecesor Urbano IV en memoria de la institución de este sublime Misterio.
"Todo esto, por tanto, corresponde a los principios generales y a las normas
particulares ya existentes por largo tiempo, pero formuladas nuevamente durante y después
del Concilio Vaticano II.
"
La Iglesia y el mundo tienen una enorme necesidad del culto eucarístico.
Jesús nos espera en el sacramento del amor. Seamos generosos con nuestro tiempo yendo a
su encuentro en adoración y en contemplación que es una expresión plena de fe y que nos
dispone a hacer reparación por las grandes faltas y crímenes del mundo. Que no cese
nunca nuestra adoración."13
El último Arzobispo de Méjico, Luis M. Martínez, habla con enorme énfasis de la
continua cooperación de María con el Espíritu Santo en lo que se refiere a la
reproducción de Jesús en nosotros: "La vida cristiana es la reproducción de Jesús
en las almas
"Ahora, ¿cómo se va a llevar a cabo esta reproducción mística en las almas? De
la misma manera en que Jesús vino al mundo porque Dios da una maravillosa marca de unidad
a todos sus trabajos. Los actos divinos tienen una riqueza de variedad porque son el
trabajo del omnipotente; sin embargo, en ellos brilla la más perfecta unidad porque son
el fruto de la sabiduría; y este contraste divino de unidad y variedad estampan los
trabajos de Dios con una belleza sublime e indescriptible.
" En su nacimiento milagroso, Jesús fue el fruto del cielo y de la tierra... El
Espíritu Santo extendió la fecundidad divina del Padre a María, y este alma virginal
trajo de una manera inefable a nuestro más ansiado Salvador, Semilla Divina, como los
profetas lo llamaron
"Esa es la forma como El es reproducido en las almas. El es siempre el fruto del
cielo y de la tierra.
"Dos artesanos tienen que colaborar en el trabajo que es a la vez la pieza maestra
de Dios y el fruto más excelente de la humanidad: el Espíritu Santo y la Santísima
Virgen María. Las almas necesitan dos santificadores, el Espíritu Santo y la Virgen
María, porque ellos son los únicos que pueden reproducir a Cristo.
"Indudablemente el Espíritu Santo y la Virgen María santifican de forma
distinta. El primero es el santificador por esencia: porque es Dios, que es santidad
infinita; porque El es el amor personal que completa, y así comunica, la santidad de
Dios, consumando su vida y su unidad, y pertenece a El comunicar a las almas el misterio
de la santidad. La Virgen María por su parte es, la cooperadora, el instrumento
indispensable en y por designio de Dios. De la relación maternal de María al cuerpo
humano de Cristo se deriva su relación a su Cuerpo Místico que se está formando a
través de todos los siglos hasta el final de los tiempos, cuando será elevado a los
cielos, bello, espléndido, completo y glorioso.
"Los dos, pues, el Espíritu Santo y María, son los santificadores indispensables
de las almas. Cualquier santo en el cielo puede cooperar en la santificación de un alma,
pero su cooperación no es necesaria, ni profunda, ni constante; mientras que la
cooperación de estos dos artesanos de Jesús, de los que hemos estado hablando, es tan
necesaria que sin ella las almas no son santificadas (y esto por el designio actual de la
Providencia), y tan íntima es que alcanza a lo más profundo de nuestra alma. Como el
Espíritu Santo derrama caridad en nuestro corazón, hace una morada de nuestra alma, y
dirige nuestra vida espiritual por medio de sus dones. La Virgen María lleva a cabo la
influencia eficaz de mediadora, el más profundo y delicado trabajo de la gracia en
nuestras almas. Y, finalmente, la acción del Espíritu Santo y la cooperación de la
Santísima Virgen son constantes; sin ellos ni un simple rasgo de Jesús podría ser
impreso en nuestras almas, ni podría crecer la virtud, ni podría desarrollarse ningún
don, ni aumentaría la gracia, ni se fortalecerían los lazos de unión con Dios en el
rico florecer de la vida espiritual.
"Tal es el lugar que el Espíritu Santo y la Virgen María tienen en el orden de
la santificación. Por tanto, la piedad cristiana debería poner a estos dos artesanos de
Cristo en su puesto auténtico, haciendo que la devoción a ellos sea necesaria, profunda,
y constante."14
- El Padre Richard Nahman, O.S.A., habla con exigencia en lo que concierne a la unión del
sacerdote con Jesús: "El sacerdote también debiera aceptar a Cristo, tener un
profundo afecto por él, estimarle como el más ansiado Salvador, Redentor, Señor, etc.,
pero si no ha desarrollado un profundo conocimiento de Cristo a través de una atenta
comprensión, puede que ya no sea capaz de aceptarle como el singular, el único con quien
uniéndose podrá alcanzar su plena identidad como persona. Y así surge un
conflicto
una búsqueda por la identidad
"Un sacerdote se enfrenta continuamente al hecho de que sólo con una apreciación
absoluta de la verdad que él mismo encuentra, únicamente por un completo sometimiento de
sí mismo a Cristo, y que 'tiene que crecer por mi anonadamiento', puede alcanzar
el significado de su vida."15
- La vida del P.Eugene Hamilton fue realmente singular. Entre otras cosas él fue ordenado
sacerdote justamente tres horas antes de que muriera de cáncer. El había conseguido una
dispensa especial de Roma para ser ordenado a pesar de no haber terminado los estudios
requeridos para la ordenación. La notificación de dispensa incluía una bendición del
Papa Juan Pablo.
El P. Hamilton ansiaba realmente ser un sacerdote y se le concedió su deseo. No se le
concedió una vida sacerdotal adornada de muchos años de ministerio. Pero de los
comentarios de esos que lo conocían bien, uno pudo decir que, si hubiera tenido una larga
vida sacerdotal, lo más probable es que habría vivido sus días de ministerio de la
forma más fructuosa. Todo esto nos da a los que somos sacerdotes una oportunidad para
reflexionar en cómo es nuestro sentido de agradecimiento por el gran regalo del
sacerdocio y en cómo estamos usando este regalo en nuestra existencia diaria.
Aquí siguen algunos comentarios que el hermano del P. Hamilton, Tom, hace refiriéndose a
los últimos momentos de la vida de su hermano sacerdote. Estos comentarios fueron
encontrados en el libro del P. Benedicto Groeschel, Un Sacerdote para siempre, La vida
del P. Eugene Hamilton: "A las 5:00pm mi padre llegaba a casa
apretó la
mano de Gene y no dijo nada. ¡No tenía por qué! Gene sabía que estaba allí. En cierto
momento Gene decía a su madre, 'me voy a marchar ahora.' Mi madre continuaba diciéndole
que todos nosotros estaríamos bien y que él podría ir con Jesús. Mi madre continuaba
repitiendo, '¡Jesús, Jesús, Jesús!' Gene también balbuceaba el nombre de Jesús una y
otra vez. Cuando ya no salía voz de sus labios, vi como su lengua se movía contra sus
dientes y balbuceaba Jesús junto con mi madre. Durante la última hora vi una o dos
lágrimas rodar por su cara. No parecían ser lágrimas de dolor o sufrimiento. Su
ansiedad y miedo terminaron cuando mi padre llegó. ¡El sabía que había sido ordenado
sacerdote para siempre! Las lágrimas caían por sus mejillas cuanto más se acercaba la
muerte. Durante la última media hora antes de su muerte, el respirar de Gene se hizo
lento. Su respiración era cada vez más corta. A las 7:04pm el P. Gene Hamilton
descansaba en paz. Fue un alivio el ver que finalmente su sufrimiento había
terminado."16
- El Padre Nicolás Cachia nos habla del sacerdote como pastor: "El sacerdote es
siempre consciente de que el rebaño no le pertenece a él sino a Cristo que derramó su
sangre por el rebaño. Al sacerdote se le confió algo muy querido por Cristo y, así,
necesita preocuparse por el rebaño con un amor y una dedicación inmensos. Los pastores
que están íntimamente asociados con Cristo, el Buen Pastor, necesitan rendirle cuentas
de su ministerio a El que es el Pastor Principal del rebaño. El enjuiciamiento será de
acuerdo a la conformidad que hayan tenido o no al ejemplo establecido por el mismo
Jesús
"...Constantemente abiertos a la presencia del Espíritu Santo en ellos, tienen que
crecer en comunión con Jesús, como su Buen Pastor, y aprender de El 'el arte de las
artes' para guiar, animar, instruir y proteger a su rebaño
"17
Estando Jesús en una de esas ciudades, se presentó un hombre cubierto de lepra.
Apenas vio a Jesús, se postró con la cara en tierra y le hizo esta súplica:
"Señor, si quieres puedes limpiarme." Jesús extendió la mano y lo tocó,
diciendo: "Lo quiero, queda limpio" Al instante sanó de la lepra. Pero Jesús
le mandó que no lo dijera a nadie. "Anda más bien a presentarte al sacerdote y
lleva la ofrenda tal como lo mandó Moisés cuando un leproso sana. Con esto serán
testigos de su curación."
Su fama crecía más y más, y muchas personas acudían a oírlo, y para que los
sanara de sus enfermedades."(Lc 5, 12-15)
En más de una ocasión nos hemos dicho a nosotros mismos que estabamos muy ocupados
para poder orar. Estamos hablando de establecer tiempos específicos de oración. No
estamos hablando de la oración incluida en la acción, o de esa actitud de oración que
debiera impregnar nuestra actividad diaria. Esa actitud de oración en la acción nos
permite llegar a una más profunda consciencia cristiana de lo que estamos haciendo y
porqué lo hacemos.
No podemos decir de nosotros mismos que estamos más ocupados que Jesús, que tenemos
que realizar un trabajo más importante que el suyo. Sin embargo, como se deduce del
pasaje anterior de la Escritura, Jesús se asignaba tiempos especiales de oración. Muchos
hombres y mujeres, cristianos santos de todos los estados de vida han encontrado siempre
de la misma manera tiempo para orar. Sin embargo, eran más eficaces en su trabajo
precisamente porque oraban.
La oración sirve a muy diversos fines. Una de sus funciones es moldearnos para ser
trabajadores más efectivos en la viña del Padre. La oración nos ayuda a controlar
preocupaciones y ansiedades. La preocupación y la ansiedad, obviamente, pueden hacer que
nuestro trabajo sea menos eficaz. No podemos esperar que la oración remueva toda ansiedad
de nuestra vida. Pero la oración aporta una contribución significativa para hacernos
cristianos que están básicamente impregnados de la paz de Cristo. Si somos personas de
oración, crecemos en el conocimiento de lo que significa ser amados por Jesús, y,
consiguientemente estamos en posición de controlar toda preocupación y ansiedad. La
oración también nos ayuda en nuestro trabajo dándonos la motivación para hacer lo
correcto en el momento preciso. A veces fallamos al hacer el trabajo del Señor porque no
estamos suficientemente motivados. La oración puede también ayudarnos a hacer nuestro
trabajo con una calidad cristiana mayor --la oración puede ayudar a impregnar nuestro
trabajo con una fe, esperanza y amor más profundos.
Estas son algunas de las formas como la oración nos ayuda a realizar nuestro trabajo
con mayor efectividad. Cuando hagamos una pausa para analizar la situación, entonces,
tendremos que admitir que realmente no estamos tan ocupados como para no orar.
Henri Nouwen ha sido uno de los escritores de espiritualidad más fecundos y bien
conocidos en nuestro tiempo. Aquí siguen algunos extractos de sus escritos.
- Nouwen nos habla de un encuentro con la Madre Teresa: "Una vez, hace varios años,
tuve la oportunidad de estar con la Madre Teresa de Calcuta. En ese momento yo estaba
luchando con muchas dificultades y decidí utilizar la ocasión para pedir a la Madre
Teresa un consejo. Tan pronto como me senté comencé a explicarle todos mis problemas y
dificultades --tratando de convencerle de cuán complicado era todo ello. Cuando, después
de diez minutos de elaborada explicación, yo finalmente me quedé en silencio, la Madre
Teresa me miró con calma y me dijo: '¡Bien, cuando usted emplee una hora al día
adorando a su Señor y no haga nunca aquello que sabe que es malo
usted se sentirá
bien!'
"Cuando ella me dijo esto, entendí, de repente, que ella me había desinflado el
globo de mis complejas quejas y me apuntaba más allá de mí mismo a un lugar de
sanación real. De hecho, yo estaba tan perplejo por su contestación que no sentía deseo
o necesidad de continuar la conversación.
"La mucha gente que estaba esperando fuera de la habitación para verla podría
probablemente usar su tiempo mejor que yo. Le di las gracias y la dejé. Sus breves
palabras se hicieron indelebles en mi corazón y en mi mente y todavía permanecen hasta
el día de hoy. De ninguna manera estaba yo esperando estas palabras, pero su inmediatez y
simplicidad, penetraron hasta lo más íntimo de mi ser. Yo sabía que ella había dicho
la verdad y que yo tenía el resto de mi vida para vivirla.
"Reflexionando sobre el breve pero decisivo encuentro, me doy cuenta que yo había
puesto una pregunta desde abajo y que ella me había dado una respuesta desde arriba. Al
principio su respuesta parecía que no se ajustaba a mi pregunta, pero luego comencé a
ver que su contestación venía de Dios y no de mis quejas. La mayoría de las veces
respondemos a preguntas de abajo con respuesta de abajo. El resultado es más preguntas y
más respuestas, y a menudo más confusión.
"La contestación de la Madre Teresa fue como un flash de luz en mi
oscuridad. De repente llegué a conocer la verdad de mí mismo" 18
- "Para conocer a Dios en el mundo requiere conocerle a través del corazón. Conocer
a Dios desde el corazón es el objetivo de la disciplina contemplativa. Es una disciplina
muy dura, especialmente para todos los que somos gente de cabeza dura. Pero si somos
serios a cerca de la labor de nuestro ministerio, tenemos que estar deseando envolvernos
en esa difícil y a menudo agonizante lucha para irrumpir a través de nuestras defensas
mentales y conocer a Dios de corazón.
"No minusvaloremos la intensidad de esta lucha. Rodeados de libros, de papeles y
profesores, e inundados de conferencias, charlas, presentaciones, y pequeñas
conversaciones, estamos constantemente en el peligro de hacer que la Palabra de Dios se
convierta en algo atrapado en la red de nuestras inteligentes distinciones, elaborados
argumentos, y pura palabrería. Como ministros de la Palabra de Dios nosotros necesitamos
con urgencia una disciplina de oración contemplativa
- "Una oración contemplativa requiere que escuchemos, que le permitamos a Dios que
nos hable cuando él quiera y de la forma que él quiera. Esto es difícil para nosotros
precisamente porque significa permitir a Dios que diga lo que nosotros puede ser que no
queramos oír. Pero si escuchamos por tiempo y con atención profunda, Dios se nos
revelará a sí mismo como una brisa suave o como una voz tranquila y pacífica; se nos
ofrecerá a sí mismo con un amor sumamente tierno."19
- Los cristianos están llamados a ser testigos de la verdad de que Dios a reunido a toda
la gente en una sola familia.
Y donde quiera que miremos vemos el miedo devastador que la gente se tiene unos a otros.
Miedo entre razas, religiones, naciones, continentes. Miedo entre ricos y pobres, entre
Norte y Sur, entre Este y Oeste. Dondequiera que este miedo manda, la división genera un
camino hacia el odio, la violencia, la destrucción y la guerra
"Necesitamos unos ojos nuevos para ver y unos oídos nuevos par oír la verdad de
nuestra unidad, una unidad que no puede ser percibida por nuestros corazones divididos,
pecadores y llenos de ansiedad. Sólo un corazón lleno de amor perfecto puede percibir la
unidad de la humanidad. Esto requiere una visión divina. Dios ve a su pueblo como uno,
como perteneciendo a la misma familia y viviendo en la misma casa. Dios quiere compartir
esta visión divina con nosotros. Enviándonos a su único hijo amado para vivir y morir por todos nosotros, Dios quiere abrir
nuestros ojos para que podamos ver que estamos
llamados todos a un abrazo de amor perfecto con Dios.
"Viviendo en la intimidad de la casa de Dios, descubrimos poco a poco la verdad
misteriosa de que Dios que nos ama con un amor perfecto e incluye a toda la gente en ese
amor sin disminuir en absoluto el singular afecto de Dios por cada persona
individual."20
- Leemos en un diario espiritual: "No podemos tener una profunda intimidad con
Jesús si sólo nos damos a él en parte. Pensamos que tenemos las cosas que necesitamos
cuando en realidad estamos bloqueando lo que nosotros más profundamente deseamos en
nuestros corazones una unión profunda con Jesús. Sólo hay una forma de conseguir
esta unión. Tenemos que dar a Jesús lo que él quiere. En esto reposa nuestra paz
auténtica, en esto y sólo en esto reposa nuestra paz auténtica."
El aislamiento hace que una persona permanezca cerrada
en sus imperfecciones. Relacionándonos con otros de acuerdo a la voluntad de Dios nos
ayuda a crecer y ser más semejantes a Cristo. Podemos encontrar que es verdaderamente
difícil a veces relacionarse con otros porque la relación nos está llamando a morir a
unos modos de conducta vieja que se interfieren con nuestra relación con los otros tal
como debiéramos. Es a través de la oración y el amor, a través de la gracia de Dios
actuando en nosotros, que, muriendo cada vez más a nuestras imperfecciones, nosotros
creceremos en una mayor unidad.
Dios intenta que caminemos de su mano, relacionándonos, y dependiendo unos de otros.
Cuando somos heridos y estamos sangrando a causa de nuestra relación con los demás
muchas veces deseamos cerrar nuestros brazos y cerrar la puerta a los demás. En esos
momentos miremos a Jesús en la cruz, sus brazos extendidos. El continuaba amando incluso
a los que le crucificaron. El no cerró sus brazos. Estaba colgado, con los brazos
abiertos hasta el máximo.
Tenemos que conservar nuestros ojos mirando en la meta, tenemos que conservar nuestros
brazos extendidos en sometimiento amoroso a Jesús. Muchas veces estamos tentados a no
actuar así. En una comunicación amorosa con los demás, nuestros hermanos y hermanas nos
ayudan a mantener nuestros brazos extendidos.
Cuando comenzamos a pensar, "no os necesito, es cosa entre Jesús y yo, puedo hacerlo
solo," estamos cerrando nuestros brazos. Obviamente que necesitamos de Dios para
llevar a cabo nuestro destino dado por Dios, pero no es a Dios sólo al que tenemos que
amar. En una progresión normal de amor, tiene que haber una sana comunicación con los
demás. Esa es la forma de actuar de Jesús. Amándonos nos ayudamos unos a otros a vivir
de acuerdo al plan del Padre, nos ayudamos unos a otros a mantener nuestros brazos
abiertos. A medida que aprendemos a amar crecemos más y más en las formas de actuar de
Cristo. Cuanto más morimos a nuestros modos imperfectos de amar, más nos integramos en
la unidad con todos en Cristo Jesús, nuestro Señor y Maestro.
S. Claude La Colombière, uno de
los mayores apóstoles del Corazón de Jesús, habla elocuentemente en lo que concierne al
abandono y confianza en Dios. La confianza en Dios es uno de los mayores frutos de la
devoción al Corazón de Jesús. Claude dice: "Dios mío, estoy tan convencido de que
tú vigilas y cuidas de los que esperan en ti y que no podemos desear otra cosa cuando
buscamos todo en ti, que estoy resuelto en el futuro a vivir libre de toda preocupación y
orientar hacia ti todas mis ansiedades
"El hombre puede privarme de las posesiones y el honor, la
enfermedad puede despojarme de la fuerza y de los medios para servirte
pero yo nunca
perderé mi esperanza. La conservaré hasta el último momento de mi vida; y en ese
momento todos los demonios del infierno se afanarán en vano por arrancármela
"Algunos pueden buscar la felicidad en su riqueza o talentos;
otros se reconfortan en la inocencia de su vida o en la austeridad de su penitencia, o en
la cantidad de sus limosnas, o en el fervor de sus oraciones. Mientras que para mí,
Señor, toda mi confianza es la confianza misma. Esta confianza no ha decepcionado nunca a
nadie. Ninguno, ninguno que haya confiado en el Señor ha sido confundido.
"Yo sé, lo único que sé es, que yo también soy débil e
inestable. Sé lo que la tentación puede hacer en contra de la virtud más robusta. He
visto caer las estrellas del cielo y los pilares del firmamento, pero eso no llega
asustarme. Por todo el tiempo que yo espere me veré libre de toda desgracia; y estoy
seguro de esperar siempre, ya que espero por esta esperanza incambiable.
"Finalmente, estoy seguro que no puedo esperar demasiado en ti y
que no puedo recibir menos de lo que esperé de ti. Así, espero que me conserves fuerte
en las pendientes más empinadas, que me mantengas firme ante los asaltos más furiosos, y
que hagas triunfar mi debilidad sobre los enemigos más devastadores. Espero que me
quieras siempre, y que yo también te quiera sin interrupción. Para llevar mi esperanza
de una vez por todas hasta el máximo, espero de ti poseerte, oh mi Creador, en esta vida
y en la eternidad. Amen."21
El Papa Juan Pablo II afirma:
"La experiencia histórica del Oeste, por su parte, nos muestra que aunque el
análisis marxista y sus principios de alienación son falsos, sin embargo la alienación
-y la pérdida del auténtico significado de la vida- es también una realidad en las
sociedades del Oeste. Esto sucede con el consumismo, cuando la gente ha sido enredada en
una red de gratificaciones falsas y superficiales más que ayudados a experimentar su
personalidad de una forma auténtica y concreta. La alienación se encuentra también en
el trabajo, cuando el trabajo es organizado de tal manera que asegure al máximo la
inversión y los beneficios sin preocuparse si el trabajador, a través de su propio
esfuerzo, crece o disminuye como persona
"El concepto de alienación necesita ser devuelto a la visión
cristiana de la realidad, reconociendo en la alienación una inversión de los medios y
fines. Cuando el hombre no reconoce en sí mismo y en los demás el valor y la grandeza de
la persona, de hecho se está privando él mismo de la posibilidad de beneficiarse de su
humanidad y de entrar en esa relación de solidaridad y comunión con los otros para la
que Dios le ha creado. En realidad, es a través de la donación personal libre de uno
mismo como uno llega a encontrarse auténticamente a sí mismo. Esta entrega se hace
posible por la esencial 'capacidad de transcendencia' de la persona humana. Uno no se
puede dar a sí mismo en realidad, en toda su pureza, a un plan humano, a un ideal
abstracto o a una utopía falsa. Como persona, uno puede darse a sí mismo a otra persona
o a otras personas y definitivamente a Dios que es el autor de nuestro ser y quien
únicamente puede aceptar en plenitud nuestra ofrenda. Una persona se aliena a sí misma
si rehusa transcenderse a sí misma y si rehusa vivir la experiencia de la propia
donación y de la formación de una comunidad auténticamente humana orientada hacia su
destino final que Dios. Una sociedad está alienada si sus formas de organización social,
de producción y de consumo le hacen más difícil ofrecer el don de sí y establecer esta
solidaridad entre la gente."22
Muchos laicos rezan por nosotros, y de manera
organizada. ¿No es justo que también nosotros recemos por todos nuestros hermanos en el
sacerdocio, y de manera regular? Aquí sigue una oración que nos puede ayudar en este
intento.
"Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño, te rogamos que por el
inmenso amor y misericordia de tu Sagrado Corazón, atiendas todas las necesidades de tus
sacerdotes, pastores del mundo entero. Te pedimos que retomes en tu Corazón todos
aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino, que enciendas de nuevo el deseo de
santidad en los corazones de aquellos sacerdotes que han caído en la tibieza, y que
continúes otorgando a tus sacerdotes fervientes el deseo de una mayor santidad. Unidos a
tu Corazón y el Corazón de María, te pedimos que envíes esta petición a tu Padre
celestial, en la unidad del Espíritu Santo. Amén."
Esta oración ha sido tomada del Manual de Oraciones de los
Asociados de Pastores de Cristo, una rama de los Ministerios de Pastores de Cristo. Los
asociados son miembros de los grupos de oración que se reúnen regularmente a orar por
las necesidades de toda la familia humana, pero especialmente por los sacerdotes. Si le
interesa una o varias copias de este manual de oración, y más aún, si le gustaría
recibir información de cómo comenzar un grupo de Pastores de Cristo, póngase en
contacto con nosotros en la siguiente dirección:
Shepherds of Christ, P.O. Box 193, Morrow, Ohio 45152-0193
Teléfono (llamada gratis): 1-800-211-3041
Fax: 1-513-932-6791
Señor Jesús, Pastor Principal del Rebaño,
consagro mi vida sacerdotal a tu Corazón, traspasado en el Calvario por nuestro amor. De
tu Corazón traspasado nació la Iglesia, la Iglesia a la que me has llamado, como
sacerdote, para servir de la manera más selecta. Revelas tu Corazón como el símbolo de
tu amor en todos sus aspectos, incluyendo el más delicado amor por mí, a quien has
elegido como tu sacerdote-compañero. Ayúdame siempre para entregar mi vida en servicio a
Dios y al prójimo. ¡Corazón de Jesús yo pongo en Ti mi confianza!
Bienaventurada Virgen María, me consagro a tu maternal e Inmaculado
Corazón, este Corazón que es el símbolo de tu vida de amor. Tú eres la Madre de mi
Salvador. Tú eres también mi Madre. Tú me quieres con el más selecto amor como si
fuese tu único hijo-sacerdote. Y en respuesta, me entrego enteramente a tu amor y
protección maternal. Tú seguiste a Jesús a la perfección. Tú eres el primer y
perfecto discípulo. Enséñame a imitarte en la forma de presentar a Cristo. Sé mi
maternal intercesora para que a través de tu Corazón Inmaculado yo pueda ser guiado a
una unión cada vez más cercana al traspasado Corazón de Jesús, Primer Pastor del
Rebaño, que me conduce al Padre en el Espíritu Santo.
Nosotros los sacerdotes recibimos cantidad de correo
para la parroquia y para los diversos ministerios y responsabilidades. Estaba dudoso de
que hubiera algo para el párroco, y qué cosa tan fenomenal es, "¡Pastores de
Cristo!" Es como conseguir un mini-retiro por correo. ¡Qué bueno que haga esto para
nosotros! Que el Señor le bendiga.
Sinceramente en Cristo y su Madre Bendita,
P. Guilbert Manaric
Skidmore, Texas
Gracias. Acabo de recibir su carta Pastores de Cristo, el número 5,
publicado en 1998. Estaba ansiosamente esperándola para distribuir este material entre
nuestro clero y seminaristas. Cada ejemplar es una preciosa y pequeña mina de reflexión
que nos ayuda a los sacerdotes, siempre en camino, a detenernos y dar lugar al Espíritu.
Sinceramente en Cristo, el Buen Pastor
P. Joseph M. Galdes, S.J.
Victoria, Gozo - Malta
Las citas bíblicas son tomadas de La Nueva Biblia Latinoamericana, Ediciones Paulinas (Madrid) y Verbo Divino (Estella, Navarra).
- Los Documentos del Vaticano II
,
"Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 5.
- Avery Dulles, S.J.
Modelos de la Iglesia, Doubleday & Co., P. 63.
- El Papa Juan Pablo II, Carta Encíclica, Rico
en Misericordia, United States Catholic
Conference, núm. 3.
- Los Documentos del Vaticano II
,
"Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 10
- Henri de Lubac,
La Maternidad de la
Iglesia, Ignatius Press, pp. 71-72.
- Gerald Vann, O.P.,
El Corazón del Hombre, Longmans, Green and Co. , pp. 151-152.
- Edward Jean, C.S. Sp.,
La Vid verdadera y
los Sarmientos, Kenedy, pp. 24-28.
- Los Documentos del Vaticano II
,
"Constitución sobre la Sagrada Liturgia" America Press Edition, núm. 47
- Ibid, núm. 48.
- El Papa Pio XII, Carta Encíclica,
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Cuerpo Místico, AAS XXXV, pp. 232-233.
- Slavko Barbaric, O.F.M.,
Celebra la Misa
en tu corazón, Faith Publishing, pág. 109.
- Carta de Juan Pablo II,
El Misterio y
Culto de la Eucaristía, Pauline Books and Media,
núm. 3.
- Arzobispo Luis M. Martinez,
El
Santificador, traducido por Sr. M. Aquinas,
O.S.U., Pauline Books and Media, pp. 5-7.
- Richard Nahman, O.S.A., "Soy Sacerdote - ¿Qué soy yo?,
Revisión Pastoral y Homilética, Enero 1971, pág. 276.
- Benedicto J. Groeschel, C.F.R.,
Un
Sacerdote para siempre, Our Sunday Visitor Pub.,
pág.162.
- Nicolás Cachia, La Imagen del Buen Pastor como
fuente de espiritualidad para el Sacerdocio Ministerial, Editrice Pontificia
Universita Gregoriana, pág. 328.
- Henri Nouwen, Aquí y Ahora,
Crossroads, pp. 88-89.
- Henri Nouwen, Clowning in Rome,
Christian Classics, pp. 105-106.
- Henri Nouwen, Los Signos de los tiempos.
Doubleday, pp. 45-46.
- S. Claude La Colombière, "Un Acto de Confianza en Dios", Apostleship of
Prayer, Chicago Regional Office.
- El Papa Juan Pablo II, Carta Encíclica, En el
Centenario de la 'Rerum Novarum', St. Paul Books and media, núm. 41.
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E-Mail: info@SofC.org
1999, EJEMPLAR 2
Pastores de Cristo
Los Ministerios de Pastores de Cristo
P.O. Box 193
Morrow, Ohio 45152-0193
U.S.A.
Pastores de Cristo, una publicación de espiritualidad para sacerdotes, se edita cada
dos meses por Shepeherds of Christ Ministries, P.O. Box 193, Morrow, Ohio 45152-0193, USA.
Como su distribución es gratis para todos los sacerdotes de los Estados Unidos, y se
está extendiendo internacionalmente, sus donaciones son muy importantes para nosotros.
Sugerencias y comentarios son bienvenidos, así como los cambios de dirección y
direcciones de los [sacerdotes] recién ordenados. El permiso de reproducción está
garantizado para uso no-comercial. Editor P. Edward Carter S.J., Profesor de Teología en
la Universidad Javier en Cincinnati, Ohio, USA, es el Director Espiritual para Shepherds
of Christ Ministries. Presidente de la junta de Directores es John Weickert. Presentación
del Buen Pastor por el Hermano Jerome Pryor J.S. Arreglos y diseños gráficos por Marian
Mackey. También dedicado al progreso espiritual de los sacerdotes está funcionando una
red de conexión mundial de grupos de oración para laicos/religiosos, Asociados a
Pastores de Cristo, oficina principal en 2919 Shawhan Road, Morrow, Ohio 45152, USA
telefono 513-932-4451, fax 513-932-6791.
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