Para Comprender Mejor La Santa Misa

Una Jornada Hacia el Corazón de Jesús






Rita Ring






 

Shepherds of Christ Publications
Madison, Indiana
El Paso, Texas









Este libro es publicado por Shepherds of Christ Publications, un subsidiario de Ministerios Pastores de Cristo, una asociación pública religiosa y caritativa organizada para fomentar la devoción a los Dos Corazones, el Sagrado Corazón de Jesús y el Corazón Inmaculado de María.

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IMPRIMATUR
Obispo D. Hilario Chávez Joya
Gobierno Eclesiástico
Diócesis de Nuevo Casas Grandes, Chih. México.
11 de Enero del 2003

Traducido y revisado por Fernando
González Galache y por Martha González Galache

Copyright © 2003 Ministerios Pastores de Cristo

Todos los derechos están reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma sin el permiso por escrito del editor. Para información contácte a Shepherds of Christ Publications.

Primera Impresión: 2005






 

Este es el primero de una serie de libros.






 

Dedicación

    Dedico este libro a mi amado Jesús, a mi Madre María y a mi Director Espiritual el Padre Edward J. Carter S.J.

    Esta es una labor de amor. Presento este libro a mi Padre amoroso en el Espíritu Santo, a través del Corazón traspasado de Jesús con mi Madre María a mi lado.

 

 

Reconocimientos

El autor reconoce el uso de extractos de los siguientes materiales:

Las citas de las Santas Escrituras fueron tomadas de La Biblia
Latinoamérica, San Pablo: Editorial Verbo Divino & Edición revisada 1995. 55a Edición

Padre. Edward J. Carter, S.J., La Espiritualidad de Fátima y Medjugorje, Milford: Faith Publishing Co. 1994.

El Plan de Paz del Cielo de Nuestra Señora, Rockford: TAN Books and Publishers, Inc., 1983.


 

  

Y Gracias Especiales A:

Padre Edward J. Carter
Fernando González
Martha González

   

   

Tabla de Contenido

PARA EL LECTOR
PROLOGO

   
CAPITULOS DE INTRODUCCION AL DIARIO
 
1. 2 de Enero de 1997
    — Oración para Antes del Santo Sacrificio de la Misa
 
2. 19 de Diciembre de 1996
    Título: Hay un Hombre en la Cruz
    Canto: Te Amo Jesús
 
3. 26 de Diciembre de 1996
    Título: Unión con Jesús
    — Oración para Unión con Jesús
 
4. 26 de Diciembre de 1996
    Título: El Sacerdote y la Misa
 
5. 10 de Enero de 1997
    Título: Los Sacerdotes y la Consagración
    — Oración al Espíritu Santo
    — Acto de Consagración
 
6. 20 de Agosto de 1996
    Título: Meditaciones del Rosario para los Misterios Dolorosos
 
7. 6 de Diciembre de 1996, Viernes Primero
    Título: Pastores de Cristo y Fátima
    6 de Noviembre de 1996
 
8. 27 de Diciembre de 1996
    Título: La Misa y Fátima
 
9. 27 de Diciembre de 1996, Primer Sábado
    Título: Jesús la Luz del Mundo
 
10. 27 de Dicimembre de 1996
    Título: Conclusión
 
 
DEDICACION DE ESTOS ESCRITOS
 
SEPTIEMBRE

11. 1 de Septiembre de 1995, Viernes Primero
    Título: Qué Tiernamente Nos Ama Jesús
 
12. 2 de Septiembre de 1995, Sábado Primero
    Título: Voy hacia Mi Señor y Muero a Mis Modos Egoístas
 
13. 3 de Septiembre de 1995
    Título: El Bien que Yo Hago Actúa como las Olitas en un Estanque
 
14. 4 de Septiembre de 1995, Día del Trabajo, 8:45 a.m.
    Título: Mi Seguridad Se Encuentra en Ti
 
15. 4 de Septiembre de 1995
    Título: Tomen Su Misión en Serio
 
16. 5 de Septiembre de 1995
    Título: Una Confesión
 
17. 6 de Septiembre de 1995, 9:15 a.m.
    Título: ¿Vemos los Corazones?
 
18. 7 de Septiembre de 1995
    Título: No se Detengan, Hablen a las Monjas y a los Sacerdotes
 
19. 19 de Septiembre de 1995
    Título: Este Es un Llamado Urgente
 
20. 20 de Septiembre de 1995
    Título: Jesús Nos da Grandes Regalos
 
21. 21 de Septiembre de 1995
    Título: Almas Frías y Calientes
 
22. 20 de Septiembre de 1995
    Título: Por Cristo, con él y en él
 
23. 23 de Septiembre de 1995
    Título: Jesús Se Ofreció, Ofrezcámonos Nosotros
 
24. 24 de Septiembre de 1995
    Título: Experimenten La Presencia de Dios Dentro de Ustedes
 
25. 25 de Septiembre de 1995
    Título: Vivir sin Dios es Simplemente Existir
 
26. 28 de Septiembre de 1995
    Título: Contemplen el Rostro
 
27. 29 de Septiembre de 1995
 
28. 30 de Septiembre de 1995
    Título: En el Bautismo, Jesús Vive en Nosotros
 
   
 OCTUBRE
 
29. 1 de Octubre de 1995
    Título: Sufro por los Hijos
 
30. 1 de Octubre de 1995
    Título: Experimenten los Misterios de la Vida de Jesús en el Rosario
 
31. 1 de Octubre de 1995
    Título: En la Noche Más Obscura, Conocí a Mi Dios
  
32. 3 de Octubre de 1995
    Título: El Vientre Sagrado de María
 
33. 4 de Octubre de 1995
    Título: Nuestra Arma Poderosa, el Rosario
 
34. 5 de Octubre de 1995
    Título: Amor Más Allá del Amor Se Encuentra en los Corazones de Jesús y María
 
35. 5 de Octubre de 1995
    Título: La Reparación es la base del Mensaje de Fátima
 
36. 8 de Octubre de 1995
    Título: Despierten, Hijos de Dios
 
37. 9 de Octubre de 1995
 
38. 9 de Octubre de 1995
    Título: Conocer a Dios es Amarlo
 
39. 11 de Octubre de 1995 4:17 a.m.
    Título: Vean el Sufrimiento como un Regalo
 
40. 11 de Octubre de 1995
    Título: Debemos Seguir Adelante con una Bandera Blanca
 
41. 11 de Octubre de 1995
    Título: Experimentando a Dios en Misa
 
42. 11 de Octubre de 1995
 
43. 12 de Octubre de 1995
    Título: El Sacrificio de la Misa
 
44. 12 de Octubre de 1995
    Título: La Misa
 
45. 13 de Octubre de 1995
    Título: Las Pavesas Ardientes del Corazón de Jesús
 
46. 15 de Octubre de 1995, 3:00 a.m.
    Título: Apareció en el Cielo una Mujer, María
 
47. 16 de Octubre de 1995, Día de la Celebración de Santa Margarita María
    Título: Un Sacerdote Santo en la Misa
 
48. 17 de Octubre de 1995
    Título: Soy Crucificada con Jesús
 
49. 17 de Octubre de 1995
    Título: Las Blasfemias a María
 
50. 18 de Octubre de 1995
    Título: El Corazón de María debe ser Venerado Junto al Corazón de Jesús
 
51. 18 de Octubre de 1995
    Título: Estoy Perdida en Dios
 
52. 19 de Octubre de 1995
    Título: Yo Dependo Totalmente de la Gracia de Dios
 
53. 19 de Octubre de 1995
    Título: Bautismo en el Espíritu Santo
 
54. 19 de Octubre de 1995
    Título: Dios Nos Ama en Nuestra Debilidad
 
55. 20 de Octubre de 1995
    Título: Unanse en Los Corazones de Jesús y María y Mutuamente
 
56. 21 de Octubre de 1995
    Título: En el Sufrimiento Hay Alegría
 
57. 22 de Octubre de 1995
    Título: La Misa
 
58. 23 de Octubre de 1995
    Título: El Espíritu Santo
 
59. 24 de Octubre de 1995
    Título: Nuestra Alma Inmortal
 
60. 24 de Octubre de 1995
    Título: El Corazón Traspasado de Cristo
 
61. 26 de Octubre de 1995
    Título: Al Unirme a Jesús Amo Más a los Demás
 
62. 27 de Octubre de 1995
    Título: Mi Precioso Jesús
 
63. 30 de Octubre de 1995
    Título: Estoy Casada con Dios 
 
64. 31 de Octubre de 1995
    Título: Halloween
  
   
NOVIEMBRE
  
65. 1 de Noviembre de 1995
    Título: Me Encanta que Jesús Me Ame
 
66. 2 de Noviembre de 1995
    Título: La Juventud Difundirá el Amor de Jesús al Mundo
 
67. 2 de Noviembre de 1995
    Título: Jesús y María Quieren Nuestro Amor
 
68. 6 de Noviembre de 1995
    Título: Notas del Rosario
 
69. 7 de Noviembre de 1995, 8:15 a.m.
    Título: Sientan el Dolor por Dentro
 
70. 8 de Noviembre de 1995
    Título: Quiero la Gracia para Amar a Dios Más
 
71. 8 de Noviembre de 1995
    Título: La Promesa de Nuestra Señora en Fátima
 
72. 11 de Noviembre de 1995
    Título: Sientan la Prescencia de Dios
 
73. 13 de Noviembre de 1995
    Título: Amor
 
74. 13 de Noviembre de 1995
 
75. 15 de Noviembre de 1995, 1:30 a.m.
    Título: Den a Dios Toda la Gloria y Alabanza
 
76. 15 de Noviembre de 1995
    Título: Vayan a la Profundidad del Más Allá
 
77. 15 de Noviembre de 1995
    Título: Enfóquense en la Vida Interior
 
78. 15 de Noviembre de 1995, 1:15 a.m.
    Título: Sientan el Dolor de Jesús y María
 
79. 15 de Noviembre de 1995
    Título: La Acción Más Grande que Puedo Hacer Es Amar a Dios
 
80. 17 de Noviembre de 1995, 8:15 a.m.
    Título: Imprégnense de la Vida de Jesús
 
81. 21 de Noviembre de 1995
    Título: Quiero estar Envuelta en la Divina Prescencia de Dios
 
82. 24 de Noviembre de 1995
    Título: Los Niños Necesitan Saber Cuanto Los Ama Jesús
 
83. 24 de Noviembre de 1995
    Título: Dios Alimenta el Alma Hambrienta
 
84. 26 de Noviembre de 1995
    Título: Soy un Bebé en el Pecho de Mi Madre
 
85. 26 de Noviembre de 1995
    Título: María Es la Mediadora de Toda Gracia
 
86. 27 de Noviembre de 1995
    Título: Den de Comer a los Hambrientos
 
87. 28 de Noviembre de 1995
    Título: El Espíritu Santo
 
88. 28 de Noviembre de 1995
    Título: El Misterio del Amor de Dios
 
89. 30 de Noviembre de 1995
    Título: La Encarnación
  
  
DICIEMBRE
  
90. 1 de Diciembre de 1995
    Título: Cristo que Viene del Corazón
 
91. 1 de Diciembre de 1995
    Título: Desde los Corazones de Jesús y María Puesto que Ellos Viven en Mi Corazón
 
92. 1 de Diciembre de 1995
    Título: ¿Las Monjas...Sacerdotes?
 
93. 3 de Diciembre de 1995, 5:30 p.m.
    Título: María Da a Luz al Cristo en Mí
 
94. 5 de Diciembre de 1995
    Título: María Madre Nuestra
 
95. 8 de Diciembre de 1995
    Título: Formado en el Vientre de María
 
96. 8 de Diciembre de 1995
    Título: La Inmaculada Concepción
 
97. 8 de Diciembre de 1995, entre las 12 p.m. y las 3 p.m.
    Título: Los Hombres Tienen su Papel; Las Mujeres Tienen el de Ellas
 
98. 10 de Diciembre de 1995, Segundo Domingo de Adviento, 7:15 a.m.
    Título: Unión Es Dar
 
99. 11 de Diciembre de 1995
    Título: Conocemos a Dios a través de la Palabra
 
100. 11 de Diciembre de 1995
    Título: Es a través de María que Recibimos a Cristo
 
101. 11 de Diciembre de 1995
    Título: Debemos Arrepentirnos de Nuestros Pecados
 
102. 13 de Diciembre de 1995
    Título: Tanto Sufrimiento por los Religiosos y Niños
 
103. 14 de Diciembre de 1995
    Título: La Gente Platica y Se Ríe después de la Comunión
 
104. 15 de Diciembre de 1995 12:00 p.m - 3:00 p.m.
 
105. 15 de Diciembre de 1995, 12:30 p.m.
    Título: Dios Me Envolvió en Su Abrazo Divino
 
106. 15 de Diciembre de 1995
    Título: Dios me Toca de una Manera Especial
 
107. 16 de Diciembre de 1995
    Título: Una Oración Enfrente del Sagrario para Mi Amante Divino
  
108. 16 de Diciembre de 1995, 8:30 a.m.
    Título: Quiero Darle a Jesús el Más Grande Amor
 
109. 16 de Diciembre de 1995
 
110. 17 de Diciembre de 1995 12:00 p.m.
    Título: El Cuarto Rojo
 
111. 17 de Diciembre de 1995
    Título: La Tierra Se Detuvo y Toqué el Cielo
 
112. 18 de Diciembre de 1995
    Título: En lo Más Recóndito del Corazón de Jesús
 
113. 19 de Diciembre de 1995
    Título: Alimenten las Almas Hambrientas
 
114. 20 de Diciembre de 1995
    Título: Mis Experiencias
 
115. 21 de Diciembre de 1995, entre las 3:00 p.m. y las 4:00 p.m.
    Título: Las Relaciones: Estén Unidos en Un Corazón con Toda la Humanidad
 
116. 22 de Diciembre de 1995, 6:45 p.m.
    Título: Sobre la Magnífica
 
117. 24 de Diciembre de 1995
    Título: Amen a Jesús Calladamente
 
118. 26 de Diciembre de 1995, 12:15 p.m.,
    Título: Hagan las Cosas Ordinarias con Amor
 
119. 27 de Diciembre de 1995
    Título: Oración para antes del Santo Sacrificio de la Misa
 
120. 27 de Diciembre de 1995
    Título: Amemos Los Corazones de Jesús y María al Recibir la Santa Eucaristía
 
121. 27 de Diciembre de 1995
    Título: Es en la Cruz que Seremos Llevados a Nueva Vida
 
122. 27 de Diciembre de 1995
    Título: Jesús y María Vienen con Espinas en Sus Corazones
 
123. 28 de Diciembre de 1995
    Título: Lleven la Cruz de Cristo en Su Corazón
 
124. 29 de Diciembre de 1995
    Título: Madre de Dios
 
125. 29 de Diciembre de 1995
    Título: Unida con el Hijo y Nuestro Padre
 
126. 29 de Diciembre de 1995
    Título: Dios Sopla Su Amor Divino y Nuestra Alma Se Limpia
 
127. 29 de Diciembre de 1995
    Título: Carne de Mi Carne, Sangre de Mi Sangre
 
128. 29 de Diciembre de 1995
    Título: Notas
 
129. 31 de Diciembre de 1995
    Título: Los Dolores de María
 
130. 31 de Diciembre de 1995,
    Título: La Prescencia de María
 
IMAGENES
EL VIA CRUCIS
LOS SIETE DOLORES
CANTOS
NOTAS
Manual de Oraciones
Otras Oraciones
Oraciones Diarias para Niños
Oraciones Diarias para Jovenes Adultos
¿Quiere sacerdotes santos?
Portada de Atrás
 
Un gran número de las narraciones de mi diario fueron escritas entre las 12.00 p.m. y las 3:00 p.m.

  

  

 

Para el Lector

    Este libro es para ayudar a que nos unamos más profundamente al sacrificio más grande que existe hoy sobre la tierra. Este libro es para ayudarnos a estar unidos en este sacrificio único a lo largo del mundo y ayudarnos a vivir como hijos de Dios, de acuerdo al plan del Padre, como un solo cuerpo en él. Al consagrar nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María, y al habitar en sus Corazones, ellos viven en nosotros hoy en este mundo. Nosotros somos las luces para este mundo. Nuestros corazones son iluminados con el poder de "...la luz del mundo...", (Jn. 8:12) Jesucristo, Hijo del Dios viviente. Cuando habitamos en los Corazones de Jesús y María, nos conectamos y brillamos con su amor ferviente. Somos atrapados en el abrazo del amor. El Padre ve este mundo y ve la obscuridad. Sus hijitos que están consagrados a los Corazones de Jesús y María son las luces que brillan en el mundo obscuro.

    Mientras el Movimiento Pastores de Cristo se va extendiendo sobre la tierra y más y más de los hijos de Dios se unan al rebaño, más y más corazones serán iluminados con el fuego del amor de Dios. Nosotros ayudaremos a dar lugar a esa era en la cual habrá un rebaño y un Pastor. Habrá una era de paz en la cual el Corazón Inmaculado de María triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará. El Movimiento Pastores de Cristo existe para ayudar en la renovación de la Iglesia y del mundo. Nosotros nos saturamos con gracia cuando habitamos en sus Corazones. Estamos siendo utilizados para ayudar a dar lugar al triunfo del Corazón Inmaculado de María y al reinado del Sagrado Corazón de Jesús. Queremos estar profundamente unidos al Corazón de Jesús y al Corazón de María al acercarnos cada vez más al Padre en el Espíritu Santo.
 

 

Prólogo

    Este no es un estudio completo sobre la Misa. Yo no soy teóloga. Estoy relatando aquí mis experiencias personales sobre mi jornada hacia el Corazón de Jesús. No me gradué con una especialización en el idioma Inglés. Estudié matemáticas y enseñé esta materia en la preparatoria y principalmente en la universidad. Soy esposa y madre de cuatro hijos. He estado casada por 27 años. Escribo este libro por que quiero compartir el amor que tengo por mi amado Jesús. Amo tanto la Eucaristía y la Misa. Quiero escribir sobre este tema. Estoy relatando mis experiencias en la Misa y ante el sagrario. Muchas de las experiencias que se encuentran en este libro fueron recibidas en la Iglesia Católica Holy Cross-Immaculata (La Santa Cruz - Inmaculada) en Mount Adams y durante la Santa Misa.

    Bajo la guía de mi director espiritual, el Padre Edward J. Carter, S.J., he relatado aquí mis experiencias. El es una gran parte de todas mis iluminaciones. Estoy muy agradecida por todos sus regalos y el tiempo que él ha compartido conmigo. Este libro, el cual contiene las experiencias de mi diario, es un esfuerzo colectivo de su dirección y mi informe sobre estas experiencias.

    Espero que este libro los conduzca más profundamente hacia el Sagrado Corazón de Jesús por medio del purísimo e Inmaculado Corazón de María, nuestra Madre. Espero que los ayude a amar más y más a Dios por medio de la Misa y la Eucaristía.

Los Amo.

Rita

 

 

2 de Enero de 1997

    "En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, Amén. Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo esté con todos ustedes."

    Dios derrama su gracia en este Santo Sacrificio de la Misa. El mayor regalo es cuando Dios se entrega a nosotros.

    Compartimos con Dios su vida, que se nos da abundantemente en la Misa.

    El se entrega a nosotros y nosotros nos entregamos a él. La gran relación de amor entre Dios y el hombre: su Santa Misa.

    El sacerdote es otro Cristo para nosotros. Es Cristo presente, celebrando la Misa, por medio del sacerdote. Debemos ver a Cristo en el sacerdote, verlo celebrar la Misa, ver su hermoso cabello café, su rostro apacible, verlo, Nuestro Salvador. Este Jesucristo que vino, nació como un niño y se entregó hasta su muerte en la cruz para que pudieramos participar en su vida. Veámoslo hoy en la Misa, entregándose en el regalo más grande de todos. El nos da su amor divino y su vida divina.

    Oh, te damos gracias por tu vida. Sabemos que Jesús murió, resucitó y nos hizo partícipes en su vida santa. Hoy su vida se derrama abundantemente como una fuente para todos nosotros, especialmente en la Misa.

    Entonces, escuchamos su palabra. Dejemos que la palabra de Dios penetre en nuestro ser. Sintamos esta Palabra Viva de Dios. Como una espada de dos-filos, viene con una gran convicción y amor y penetra en las almas de los fieles con semejante amor. Es en verdad alimento, alimento para nuestra alma.

    Jesús es el Buen Pastor. El nos habla. Nos da lo que queremos. "El Señor es mi pastor: nada me falta." (Ps. 23:1)

    El Señor nos da verdes pastos y su agua se derrama y nos refresca. El derrama su gracia como una fuente para alimentarnos con su vida.

    El es un Dios justo, bueno y afable, todo amoroso, porque él es Amor. No queremos nada más, porque él nos derrama su amor y su vida en la Misa. Celebramos su Cuerpo y su Sangre y somos alimentados con su Palabra. Nos hacemos uno en él y él participa con nosotros.

    Es a través de la Misa celebrada por las manos de un sacerdote santo, que experimentaremos la Misa de la manera que Cristo pretende. Estos escritos son conocimientos los cuales espero ayuden a conducirlos a la fuente de agua que da vida, la fuente de vida y amor que Cristo derrama en la Misa.

    Habrá una tierra nueva en donde los hombres verán con la luz de siete soles. Conocerán a Dios. Un pueblo que camina en tinieblas verá una gran luz. Ya no estarán ciegos, serán iluminados, amarán a Dios con el más profundo amor en la Misa. Celebrarán su Cuerpo y su Sangre y se unirán como un solo cuerpo en su santa Iglesia a través de la vida de Cristo que se nos da en la Eucaristía.

    Beberemos abundantemente de la fuente de gracia que Jesús derrama en la Misa. Estaremos llenos de su amor, absorbidos en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y celebrando su vida divina.

    Vemos con la visión de Dios. Tomamos parte en semejante unión con Dios. Vemos con la luz que nos da el Espíritu. El sacerdote celebra la Misa y conocemos a Dios intensamente en esta unión. Somos saturados con su vida que fluye de las manos de su sacerdote consagrado.

    Y lo veo, al sacerdote, y veo a Jesús allí. Lo veo entregándose a Mí. Veo la Ciudad nueva y Santa. ¡Veo con una gran claridad el gran regalo que Dios nos da en la Misa!

    Aprendemos cómo amar en la Misa, porque nos unimos a Dios. El nos da una participación tan íntima en su amor divino, que llevamos su amor al mundo. En esta unión conocemos su amor a un intenso grado y llevamos este amor a los demás. Participamos de una manera intensa en su acto divino de amar. El, quien es amor, se entrega a nosotros y somos absorbidos en su amor y conocemos intensamente cómo ama Dios. Nos llenamos de amor a Dios y hacia los demás porque, en la unidad, él está amando a través de nosotros. El nos da conocimientos hacia la capacidad de su amor y conocemos el poder de su amor con una intensidad que antes no conocíamos.

    Entonces, rezamos. Ofrecemos nuestras intenciones por esta Misa. Ahora somos nosotros los que intercedemos ante él para que derrame su gracia sobre nosotros y nos ayude con estas intenciones.

    Pedimos por este reinado de paz, donde el Sagrado Corazón de Jesús reinará, el Inmaculado Corazón de María triunfará y el hombre amará y adorará fervientemente a Dios con ardiente amor. Oramos por todas las almas y por la Iglesia y pedimos su ayuda, su amor y su gracia.

    Nos ofrecemos como un sacrificio. Ofrecemos el pan que se convertirá en el pan de vida.

    El sacerdote mezcla el agua y el vino.

    Ofrecemos el vino que se convertirá en nuestra bebida espiritual - Su Sangre.

    Yo me entrego a Jesús y ruego ser limpiada de mis pecados con el lavatorio de las manos.

"El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia"

    Le pedimos al Señor que acepte los regalos que queremos darle, le damos gracias, elevamos nuestros corazones en agradecimiento y alabanza y cantamos:

    "Santo, Santo Dios de fuerza y de poder..." - le cantamos alabanzas y le damos gracias - oh, Dios te amamos tanto.

    Mi corazón está tan lleno de admiración. Lloro por que amo tanto a Dios.

    Amo cada palabra en la Misa. El sacerdote consagra la hostia y la convierte en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

    Oh, quiero llorar porque estoy tan impresionada por lo que pasa en la Consagración. Me uno en la unidad con el sacerdote, con Cristo y con todos los presentes, con el cielo y la tierra. Soy uno en ese momento, unida al sacrificio de Cristo entregándose al Padre.

    Este es el momento cuando me uno en semejante unidad con Cristo en la pureza del corazón de María. Me entrego como un sacrificio. Me ofrezco al Padre.

    El Padre baja su mirada y nos ve unidos al sacrificio de su Hijo. Es en esta unidad que su gracia es derramada sobre nosotros, donde morimos a todo aquello que no es de Dios y el Espíritu Santo obra en el corazón de María y nos llena con su vida.

    Estoy en éxtasis al darme más y más cuenta del gran regalo de amor que Dios nos da en su Santa Misa. Me lleva a semejantes alturas, el estar envuelta en la presencia de Dios. Es un rapto, este Santo Sacrificio de la Misa.

    Es un gran regalo, el vivir esta intensa presencia del Dios Omnipotente: Por Cristo, con él y en él.

    Le rezamos al Padre como Jesús nos enseñó y pedimos, "venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.²

Rezamos: "Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor."

    Pedimos por la paz en nuestros corazones. Nosotros compartimos esta paz con los demás. Luego, rogamos al Cordero de Dios. Quiero postrarme hasta el suelo y pedir su gracia, misericordia y perdón por nuestros pecados.

    Por favor, Dios, veo que somos pecadores. Quiero que la gracia y la misericordia fluyan abundantemente.

    El levanta la Hostia y dice: "Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. "

    Respondemos: "Señor, yo no soy digno de que vengas a mí, pero una palabra tuya bastará para sanarme."

    Recibo al Dios Omnipotente en la Comunión. Lo único que quiero es a él. Oh, Dios, te quiero, te adoro, te alabo, te amo.

    Oh, por este momento cuando Dios se entrega a mí. Oh, Dios, las palabras no pueden expresar este momento - esta intensa presencia tuya dentro de mi ser. ¡Oh, dulce Salvador, te amo!

    Tú te compartes tan íntimamente conmigo. Imprimes en mi alma un conocimiento de tu Divino Ser que es muy íntimo en esta Comunión cuando te entregas a mí.

    Oh, dejemos que nuestros corazones estén abiertos a la gracia de Dios para que conozcamos más este gran regalo, para que participemos más completamente en este grandísimo acto de amor con la Divinidad.

    El se comparte con nosotros, el Dios Omnipotente, en semejante unidad. Esta es la manera más grandiosa de unirnos unos a otros, de unirnos mutuamente en la Misa y en la Comunión.

    Y así canto el amor de Dios, el amor a su Misa. Les ruego que pidan la gracia para que él les enseñe en estos escritos sobre su gran relación de amor con el hombre, el regalo de sí mismo, el regalo que él nos da en la Misa.

    ¡El Santo Sacrificio, el sacrificio del Calvario, sacramentalmente-hecho presente en la Misa cuando Jesús se entrega a nosotros con el mayor amor!

    ¿Y qué nos pide Dios como respuesta? El nos pide que nos amemos los unos a los otros, que le demos la gloria, las gracias y la adoración que le debemos como el Dios Omnipotente.

    Dios nos envía con su bendición para compartir su más íntimo amor con todos. Nosotros vamos adelante como otros Cristos en el mundo. Porque él está vivo hoy y vive en nosotros y da su amor a los demás por medio de nosotros. Actuamos como conductos de la vida de Jesús unos a otros.

    La Misa es la fuente más rica de la vida de Jesús. Su vida fluye a través del cuerpo, la Iglesia, especialmente por medio de los Sacramentos y la Misa.

    Oh, Jesús, desde la fuente de vida que se derrama de tu Corazón traspasado, danos sacerdotes santos, cuyos corazones estén consagrados a los Corazones de Jesús y María para celebrar la Misa - que haya una gran unidad entre el sacerdote y Cristo para que su gracia fluya abundantemente.

    Estamos sedientos de la fuente de vida que se derrama del Corazón traspasado de Cristo. Es su vida lo que buscamos y la encontramos en la Iglesia. Es su amor lo que queremos y experimentamos la más grande relación de amor con Dios en la Misa.

    Estos libros sobre la Misa son relatos de mi íntima relación de amor con nuestro Dios Omnipotente. Muchas experiencias fueron iluminaciones que recibí en la Misa.

    Les recomiendo firmemente a todos que recen, que digan la Oración al Espíritu Santo, las Oraciones de Consagración y la Oración para antes del Santo Sacrificio de la Misa, antes de Misa. (Estas oraciones prosiguen a este mensaje).

    Este libro es la jornada hacia dentro del cuarto rojo, la cámara interna del Sagrado Corazón de Jesús, a través de la puerta, el Corazón puro e Inmaculado de su Madre.

    Es en la Misa donde nos entregamos con gran amor a nuestro Santo Dios. El se entrega a nosotros y nosotros nos entregamos a él.

 

Oración para antes del Santo Sacrificio de la Misa

    Permíteme, Señor, ser un sacrificio santo y unirme con Dios en el sacramento de su mayor amor.

    Quiero hacerme uno con él, en este acto de amor, en el cual él se entrega a mí y yo me entrego a él como un sacrificio. Permíteme ser un sacrificio santo conforme me uno con él en este mi acto del más grande amor hacia él.

    Permíteme unirme más con él, para que pueda amarlo más profundamente. Que pueda yo ayudar a hacer reparación a su adorable Corazón y al Corazón de su Madre, María. Con el mayor amor, me ofrezco a ti y suplico que aceptes mi sacrificio de amor sincero. Me entrego a ti, y me uno en tu regalo de tu entrega a mí. Ven y toma posesión de mi alma.

    Purifícame, fortaléceme, sáname. Amado Espíritu Santo actúa en el corazón de María para hacerme cada vez más como Jesús.

    Padre, te ofrezco este mi sacrificio, unido a ti con Jesús en el Espíritu Santo. Ayúdame a amar a Dios más profundamente en este acto de mi mayor amor.

    Dame la gracia de crecer en sabiduría, amor, y servicio a ti, y que ésto sea mi mayor participación en la Misa. Dame las mayores gracias para amarte profundamente en esta Misa, tú que eres tan merecedor de mi amor.

 

 

19 de Diciembre de 1996

Hay un Hombre en la Cruz

    Dios quiere unión con nosotros. El quiere fuego. Muchos tratan de amar a Dios con un corazón frío. Le dicen a Dios palabras porque ellos piensan que son amorosas y deberían de decírselas.

    Cuando uno ama, no necesita ser impulsado a decir palabras. Desde las profundidades de su ser gritan sus palabras de amor. Es un grito desde adentro, desde el fuego que hay en su pecho, detrás de las palabras. Las palabras están ardiendo en su pecho y tienen que ser liberadas por el fuego detrás de ellas.

    Somos como hombres ciegos. No vemos los grandes regalos que Dios nos da. Es como si estuviéramos en una playa y le lanzáramos palabritas a Jesús. No debemos tener miedo de brincar al agua y sumergirnos completamente en su amor. El fue consumido con semejante amor por nosotros. Se entregó hasta su muerte en la cruz.

    Hay un hombre en la cruz y nos dice tantas cosas. Jesús no tiene que hablar. Cuando lo estudiamos en la cruz, él nos habla con sus manos traspasadas, con su cabeza cubierta de sangre, con su cuerpo maltratado y golpeado. El nos habla de su amor que no muere.

    Oh, amado Salvador, estoy ciega. Soy egoísta. No veo todo el amor que me das. Yo veo a un hombre muriendo en la cruz. ¿Cómo lo veo? Veo una figura y pienso, oh, es una cruz bonita, ¿se vería bien en mi sala? Veo la cruz y pienso, oh, supongo que debería tener una en mi casa, ¿pensarán entonces los demás que soy santa? Las personas santas tienen una cruz en sus hogares.

    ¿Veo el cuerpo de un hombre, un hombre vivo? ¿Veo su forzada respiración? ¿Veo moverse su pecho al latir su Corazón ahí dentro? ¿Veo la verdadera piel de un hombre? ¿Veo la sangre real que él derramó? ¿Veo la luz en la silueta de su cuerpo desfallecido? ¿Veo la Luz del Mundo? ¿Veo la tierna piel de un bebé que descansa sobre la madera en un pesebre y luego la piel desgarrada, herida y ensangrentada de este hombre?

    ¡Esto es amor! Hay un hombre en la cruz. Hoy nos ha nacido un niño. El es la Luz del Mundo. Su luz está brillando en la obscuridad, pero la gente no la ve. Ellos ven la madera, pero la ven por la belleza que creará en sus salas recién decoradas.

    La cruz no es una cosa del pasado, la cruz está con nosotros hoy. La cargamos sobre nuestras espaldas como Jesús nos enseñó que lo haríamos, pero tratamos de quitarla y echarla a un lado.

    Es ahí en la cruz donde está la resurrección. Es meditando sobre el crucifijo, que vemos su amor eterno. Debemos abrir nuestros ojos y ver. Recemos para poder ver claramente al hombre que se entregó por amor a nosotros, Nuestro Divino Señor.

    ¿Y cómo le devolvemos su amor?

    El amor es espontáneo, el amor es fuego en nuestros corazones, el amor está vivo y es emitido con fuerza. Dios es amor.

    ¿Nos damos cuenta de que los últimos pensamientos de Jesús en la cruz fueron para nosotros? En esta agonía, mientras estaba colgado en la cruz, él fue consumido con ardiente amor por nosotros. Cuando fue golpeado en el pilar, él fue confortado por nuestros actos de amor que le damos hoy. Nuestro ardiente amor por él fue una dulzura para su Sacratísimo Corazón en los momentos de su amarga Pasión.

    El amor da y quiere entregar su todo. Una persona enamorada no necesita ser incitada o decirle que ame. El amor quiere dar.

    El amor se da espontáneamente, no es controlado. El amor es ternura derramándose del corazón. El amor no se preocupa por el compromiso, el amor por sí mismo está comprometido. Se derrama de la boca del que ama debido al fuego que arde muy dentro de su ser.

    Estudiemos el cuerpo golpeado de Cristo en la cruz. Al estudiar sus manos y sus pies traspasados, su cabeza coronada con espinas, la sangre que corre de su Corazón, al ver las llagas que cubren su cuerpo, siento su palabra brotar en mi corazón. El me habla en lo más hondo de mi alma y lo escucho decir, "Te amo. Te amo. Te amo, hasta mi muerte en la cruz."

    Cristo da, él da, él nos da constantemente. El da ¿y cómo lo tratamos? Tomamos y tomamos y tomamos y ni siquiera le damos las gracias. Gracias por nuestra respiración, por los latidos de nuestro corazón, por el cielo hermoso, por el día soleado, por la luna en la noches, por los hermosos ojos de nuestros amigos. ¡Oh, tantas cosas que nos da y cómo somos malagradecidos!

    ¿Cómo está tu día? ¿Está tu vaso la mitad vacío o la mitad lleno?

    Cuántas veces mi vaso está la mitad vacío, me recuerda mi director espiritual, el Padre Carter. ¡Cuántas veces no le doy gracias a Nuestro Divino Señor por sus regalos!

    Cuando estoy llena de amor, veo más claramente. El secreto es conocer el amor de Dios. Debemos rezar por la gracia para conocer más su amor y la gracia para amarlo más.

    Hay un hombre en la cruz. ¿Vemos su eterno amor por nosotros? El no dice palabras. El nos muestra el crucifijo. Las palabras están vivas en nuestros corazones.

    El Padre nos creó para amar y ser amados. Dios es amor. El quiere unión con nosotros. El se entrega a nosotros. Esto es amor. Hay unión en proporción a cuánto me entrego a él.

    Jesús da y da y da y lo tratamos "indiferentemente." El nos da amor, pero debemos entregarnos a él para tener unión con él. El quiere que seamos uno con él.

    Debemos apreciar los grandes regalos que Jesús nos da - el regalo más grande que existe es el regalo de él mismo. Deberíamos esperar el gran regalo de recibirlo en la Santa Eucaristía con un gran entusiasmo en nuestros corazones. Las palabras que siento en mi corazón son expresadas en el canto, "Te amo Jesús"

Oh Corazón ardiente, oh amor divino,
Qué dulce eres conmigo.
Veo la hostia y sé que estás aquí
para amar y cuidar de Mí.

No puedo decir. No hay palabras
Para expresar mi corazón.
Te amo tanto, que apenas puedo respirar
cuando tú vienes a mí.

Oh cómo late tu tierno corazón,
en este día por amor a todos.
Yo quiero darte todo mi amor,
entregarme totalmente.

Refrán

Sé de tu amor ahora un poquito,
tan amado eres para mí.
Ven y dame vida, vida en abundancia,
sedienta estoy de ti.

    Cuando despertemos en la noche, deberíamos pensar en Jesús y que lo vamos a recibir al día siguiente. Anhelamos ir a la Comunión a recibirlo. Amamos tanto a Jesús en la Eucaristía. Un Rey viene a nosotros. El entra a nuestro cuerpo y se une con nuestra alma. El es el Rey del reino del cielo. El es nuestro amor, es el Dios Todopoderoso, es una Persona Divina y viene a nosotros. El quiere que vengamos a él con gran anhelo. Quiere que pensemos en él todo el día. Quiere que anhelemos por él.

Sal. 63:1-8:

Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco,
mi alma tiene sed de ti,
en pos de ti mi carne languidece,
cual tierra seca, sedienta, sin agua.
Por eso vine a verte en el santuario,
para admirar tu gloria y tu poder.

Pues tu amor es mejor que la vida,
mis labios tu gloria cantarán.
Quiero bendecirte mientras viva,
y con las manos en alto invocar tu Nombre.
Mi alma está repleta, saciada y blanda,
y te alaba mi boca con labios jubilosos.

Cuando estoy en mi cama pienso en ti,
y durante la noche en ti medito,
pues tú fuiste un refugio para mí
y salto de gozo a la sombra de tus alas.
Mi alma se estrecha a ti con fuerte abrazo
y tu diestra me toma de la mano.

    En la Misa, el sacerdote dice en el ofertorio: "Por el misterio del agua y el vino, vengamos a compartir en la Divinidad de Cristo, quién se humilló para compartir de nuestra humanidad." Jesús se entrega a nosotros, comparte su Divinidad con nosotros. Somos criaturas humanas y él se comparte con nosotros. Mi corazón arde cuando el sacerdote pone la gota de agua en el vino. Esto es verdaderamente un gran misterio, el que Dios permanezca con nosotros hoy en día, verdaderamente presente en su Divinidad y humanidad en la Santa Eucaristía, que se entrega a nosotros en la Comunión y que espera en el sagrario a que vayamos a estar con él. El quiere derramarnos su amor divino y su vida divina.

    Deberíamos desmayarnos por nuestro amado, el Todopoderoso, Dios Divino, sin embargo vamos a él con corazones tan fríos. El quiere nuestro amor ardiente.

Canto: "Te amo Jesús:"

Oh Corazón ardiente, oh amor divino,
Qué dulce eres conmigo.
Veo la hostia y sé que estás aquí
para amar y cuidar de Mí.

No puedo decir. No hay palabras
Para expresar mi corazón.
Te amo tanto, que apenas puedo respirar
cuando tú vienes a mí.

Oh cómo late tu tierno corazón,
en este día por amor a todos.
Yo quiero darte todo mi amor,
entregarme totalmente.

Refrán

Sé de tu amor ahora un poquito,
tan amado eres para mí.
Ven y dame vida, vida en abundancia,
sedienta estoy de ti.

 

 

26 de Diciembre de 1996

Unión con Jesús

    Esto es la Misa. Es el acto de amor más grande que se le da al hombre cuando Dios se entrega a nosotros. Tomaremos parte más completamente en esta relación de amor de Dios dependiendo de cuanto nos entreguemos a él.

    Dios demostró su amor por nosotros cuando vino a este mundo un hombre, un inofensivo bebé, cuando se encarnó. Para poder comunicarnos su amor, Dios Padre, envió a su Hijo único, hecho hombre, como un sacrificio para expiar nuestros pecados. Jesús, nuestro Amado, se entregó, Cuerpo y Sangre en la cruz. Dios comunica su amor por nosotros a través de su Hijo Jesús, hecho hombre. Un Dios-hombre.

    Este sacrificio es sacramentalmente hecho presente hoy. A cada momento en todo el mundo este sacrificio continúa a través de las manos de sus sacerdotes. Jesús ya no camina más en la tierra, pero el está vivo, presente y entregándose sacramentalmente a nosotros en la Misa.

    Esto es amor: que el Dios Omnipotente nos ama tanto que permanece con nosotros hoy y nos da su amor divino. El se comparte con nosotros.

    El amor puede ser unilateral.

    Yo puedo amar a alguien y dar y dar y entregarme yo misma y quizá nunca correspondan a mi amor. Quizá me traten con odio y amargura, pero yo, por mi amor hacia ellos, sigo amándolos cuando soy rechazada, ignorada, odiada y olvidada. Los quiero cuando están amargados, cuando están reprochando y son poco cariñosos porque los amo - esto es amor.

    Dios quiere unión con el hombre. La unión es más grande que el amor unilateral. La unión, la unidad, ocurre solamente cuando ambas partes están entregando su todo a la relación.

    Dios se entrega a nosotros. Conocemos Su regalo y cuánto nos ama al ver el crucifijo. El crucifijo me muestra al Dios-hecho hombre dándome su todo, en la cruz - amándome hasta la última gota de su sangre y hasta el último latido de su Corazón.

    El crucifijo es un pedazo de madera con la réplica de un hombre sobre ésta. Es un recuerdo del acto más grande de amor, ¡Dios hecho hombre entregándose por mí!

    Pero para mí, lo que lleva mi corazón a las llamas ardientes es el sacerdote levantando en alto la Hostia consagrada y viendo sobre ésta a Jesús crucificado, muriendo en la cruz. Este es el acto de amor más grande que jamás le haya sido dado al hombre. Jesús, el Hijo de Dios, el Omnipotente, el Salvador todopoderoso, entregándose por el hombre y él quiere unión conmigo. Quiere que me entregue a él como un sacrificio para poder ser uno con él. Jesús nos da su vida, sin reservas. No se queda con nada y quiere unión conmigo, una simple criatura, una persona humana. ¡La Divinidad quiere unión conmigo!

    Piense en lo que es amar a alguien, revelar los secretos más grandiosos de su corazón y entregar su todo a alguien que usted ama. Piense en lo que es estar consumido por amor a otro y que usted continuamente le dice, te amo, quiero unirme a ti, quiero entregarme completamente a ti. Mi más grande deseo, es vivir mi vida entera para darte amor. Tu estás en cada uno de mis pensamientos. Moriría por ti. Imagínese sentirse así de amoroso en su corazón hacia otra persona. El regalo de su amor es el regalo de sí mismo y se entrega completamente a esa persona. Cada pensamiento y acción que usted tiene, cada deseo en su corazón, es por amor a esa persona. Entonces, usted le presenta su regalo. Le dice, "Aquí estoy, me entrego a ti. Te entrego mi corazón. Quiero entregarme a ti completamente." ¿Y como responden ellos?

    ¿Qué si lo ignoran, lo odian, lo tratan con indiferencia, o no tienen tiempo para usted y no les importa su regalo? Puede ser que no le digan nada y se vayan.

    ¡Oh, qué lastimado te sentirías interiormente! Con todo mi corazón yo quería darte el regalo de mí mismo, todo mi ser, pero tú no dijiste nada y te fuiste. Quiero cerrarme y nunca entregarme de nuevo a nadie, porque cuando finalmente me abrí a fondo para entregarme, el regalo de mí mismo, fui tratado como si éste no fuera nada - el regalo de mí mismo no fue nada y te fuiste y me sentí vacío, con mi corazón abierto y en llamas, queriendo unirme a ti y tú no te relacionaste conmigo en absoluto y me heriste. Mi corazón fue lastimado más allá de todo el dolor y quise cerrar mi herida y protegerme.

    Jesús es una persona. Es el Dios Todopoderoso. El se entrega a sí mismo. Nuestro Divino Salvador, se entrega totalmente a nosotros en cada Misa. Se entrega a nosotros en la Eucaristía - el regalo más grande de amor, Dios el Hijo, entregándose completamente al hombre. Dios, quién es amor, queriendo nuestro amor. El está añorando, está sediento, está esperando nuestro amor. Piensen, que el Dios omnipotente, todopoderoso, nos quiere tanto - El quiere unión con nosotros. El ha permanecido vivo en su Divinidad y humanidad en la tierra, no menos presente que cuando caminó sobre la tierra y se entrega completamente a nosotros en la Misa.

    ¿Cómo es recibido Jesús? El amor es dar. La unión ocurre sólo cuando las dos partes lo entregan todo. Si una persona se resiste, si no se tienen confianza mutuamente, no hay unión. La unidad o la unión ocurre de acuerdo a qué tan completamente cada persona de de sí mismo a la otra.

    Jesús se entrega a nosotros en el acto de amor más perfecto, en la Misa. Se entrega completamente. Es una Persona Divina. El es amor. Se está entregando a nosotros y es ignorado, rechazado y tratado con indiferencia por el hombre.

    El Dios Divino nos creó para compartir Su amor divino. Nosotros somos humanos, tenemos capacidades humanas. En el bautismo él nos hace partícipes en su vida divina. Nuestra naturaleza humana es elevada a semejantes alturas para participar en su vida divina, para compartir de su amor divino. Esta es la razón para la que fuimos creados - para amar a Dios y para amarnos los unos a los otros. Somos criaturas de amor. Sólo el amor nos hace felices. Sólo su amor nos satisface. ¿Qué nos alimentará? Nosotros somos alimentados solamente por él. Todas las otras cosas con las cuales nos alimentamos no nos satisfacen. Muchos tratan de satisfacer el anhelo de Dios que hay en su alma con otras cosas: comida, sexo, o el amor posesivo hacia los demás.

    Solamente el amor de Dios nos satisfacerá. Así fuimos creados, para amar a Dios y al prójimo de acuerdo a su voluntad. Habrá paz y armonía en la tierra sólo cuando los hombres estén amando a Dios y amando al prójimo de acuerdo a la voluntad de Dios. Esto vendrá pronto, en la gran era de paz, prometida por Nuestra Señora en Fátima. Para dar lugar a esto, debemos entregarnos como un sacrificio a Dios, un sacrificio, una ofrenda: Yo me entrego a Dios como soy, con mis errores y mis faltas y mis buenas cualidades. Yo me entrego a Dios con todo mi ser - esto es lo que él quiere.

    En Fátima, María nos dice como entregarnos a Dios. Somos pecadores, manchados por el pecado original. María es la única pura e inmaculada. Yo soy una pecadora. No puedo unirme en grandes profundidades con el santísimo Dios por mí misma. Tengo que ir a través de la única que es pura e inmaculada, para poder unirme profundamente con Dios. Ella es el único camino para tener una profunda unión con Dios. Yo voy a su corazón puro, inmaculado y sin pecado y ella me coloca profundamente en el Corazón de su Hijo. Yo tengo una profunda unión con Jesús porque estoy rodeada por el Inmaculado Corazón de María. Es ahí, en su corazón puro, que su Esposo, el Espíritu Santo, permanece. A través de su penetrante acción él me hace más santa, para unirme más profundamente a Dios.

    Todo ésto tiene un sentido perfecto. Dios nos enseña el camino. El Padre envía a su Hijo al mundo en el vientre de la Bendita Virgen María, la única pura e inmaculada. El Niño Cristo se formó en su vientre. Dios viene como un bebé, el Dios Todopoderoso, el Hijo del Padre.

    Para unirme con la Divinidad como Jesús lo desea, debemos ir por medio de ella. Jesús vino como un bebé en el vientre de María. El es la Luz del Mundo.

    Si nosotros vamos por medio del vientre de María como un pequeño bebé, ella nos dará a luz como sus hijos de la luz a través de la penetrante acción del Espíritu Santo. Nos haremos más santos y así nos uniremos más a nuestro Santísimo Dios.

    Nosotros por sí mismos, en nuestro pecado, no podemos unirnos como deberíamos a menos que vayamos por medio del Inmaculado Corazón de María.

    ¿Entonces qué hago para tener unión con Dios? Tengo que ir por medio del Corazón puro e Inmaculado de María. Este es el acto más grande de amor - Dios se entrega en la Misa. Para estar más profundamente unida a él, yo quiero ofrecer un sacrificio santo. Cuando voy a través del corazón puro de María, el Espíritu Santo me santifica más. Mi unión con él depende de mi pureza. Yo le digo que lo siento por mis pecados y voy a la confesión regularmente. Antes de Misa, consagro mi Corazón a María y a Jesús y le rezo al Espíritu Santo. Quiero ser un sacrificio puro y santo. Pido la ayuda de Jesús y María y su gracia para hacer esto.

    Jesús se entrega completamente como un sacrificio. Yo me entrego lo más perfectamente que puedo como un sacrificio a él.

    La Misa es el acto más grande de amor que se ha dado -- Dios, se entrega al hombre. El acto más grande que podemos hacer en esta tierra es amar a Dios.

    Dios se entrega a mí. Yo me entrego a Dios. Nos hacemos uno. La manera más completa de entregarme a Dios es entregándome enteramente a María, unirme lo más enteramente a ella, la única pura y sin pecado, en su Inmaculado Corazón y entregarme enteramente al Sagrado Corazón de Jesús.

    Esto es la Misa. Es una relación de amor con Dios. Dios quiere amor. Dios quiere todo nuestro ser. Dios quiere que acariciemos cada palabra dicha en la Misa como si una enamorada acariciara cada palabra que su amado le dice.

    La Misa es el acto más grande de amor que Dios nos ha dado. Esto de ninguna manera es un estudio completo de la Misa. Yo anhelo acariciar las palabras de la Misa y las siento profundamente en mi corazón y éste arde de amor por Jesús al ser dichas. Yo no soy Teóloga, soy ama de casa y maestra. Mi querido Señor me ha conmovido a escribir acerca de la Misa que tanto amo.

    En Misa, el sacerdote dice, "Preparémonos para celebrar el misterio del amor de Cristo, reconozcamos nuestros pecados y pidamos perdón y fortaleza"

    Amo esta parte, cuando el sacerdote dice, "preparémonos para celebrar el misterio del amor de CristoŠ."

    Para mí este es el acto más grande de amor. Oh, mi corazón arde por compartir este gran acto de amor con mi Dios Divino. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Y amo la Misa. Es la expresión más grande de su amor por nosotros. Dios se entrega al hombre en la Misa.

    Dios sabe que somos imperfectos. Para ofrecer un sacrificio santo, para unirnos lo más profundamente con Nuestro Divino Señor, debemos ser muy santos. Cuanto más puros seamos, más podremos unirnos a él. Entonces nosotros "... reconozcamos nuestros pecados y pidamos perdón y fortaleza..." Queremos ser muy puros para poder ser uno con él y participar en mayor grado en su amor. Mi pureza es un factor determinante para esta unión. Por eso me entrego a María. Yo voy al Corazón de Jesús, rodeada del corazón puro de María, y ofrezco el sacrificio. Cuanto más sea uno en sus Corazones, participo más completamente de su amor y experimento su gracia derramarse abundantemente. La Misa y los sacramentos son la fuente más rica de su gracia. La gracia es un regalo de Dios. La gracia es la vida de Dios. El nos da una participación en su vida divina. La fuente de su gracia es derramada en la Misa. Cuanto más consagrados estén los corazones de los sacerdotes a los Corazones de Jesús y María, cuanto más sea él uno con Cristo, más gracia es derramada en la Misa.

    El mayor regalo es participar en la vida divina de Dios. El punto final es la gracia. El conocer, amar y servir a Dios, es una gracia que él nos da. Yo quiero que la gracia fluya en mí para poder ser uno con él. Este es mi más grande deseo. Yo quiero que la gracia y la misericordia fluyan en mí y en todas las almas. Quiero ser el sacrificio más puro para que la gracia fluya en mí y a través de mí.

 

Oración Para Unión con Jesús

    Ven a mí, Señor, y toma posesión de mi alma. Ven a mi corazón y empapa mi alma. Ayúdame a sentarme en silencio y permitirte que actúes en mi corazón.

Yo soy tuyo para que tomes posesión de mí. Soy tuyo para que te valgas de mí. Quiero ser generoso y existir sólo en ti. Ayúdame a vaciar todo lo que soy, y a convertirme en una vasija vacía, lista para ser llenada por ti. Ayúdame a morir a mí mismo, y vivir sólo para ti. Utilízame según tus deseos. No permitas que mi atención vuelva a posarse en mí. Solamente deseo actuar como tú lo haces, haciendo morada en mí.

Yo soy tuyo, Señor. Quiero que mi vida esté en ti. Quiero cumplir la voluntad del Padre. Dame la fuerza para hacer a un lado este mundo, y dejar que tú manejes lo más infinito de mi ser. Ayúdame a actuar según tus deseos. Fortaléceme contra las distracciones del demonio que tratan de apartarme de tu obra.

Cuando estoy preocupado, es porque he puesto mi atención fuera de ti, y la he colocado sobre mí. Ayúdame a no entregarme a las insinuaciones de otros que traten de cambiar lo que en mi corazón tu estás aconsejandome con claridad. Yo te alabo, te adoro y te amo. Ven vive ya en mí.

 

 

26 de Diciembre de 1996

El Sacerdote y la Misa

    Conozco esta mística unión con Cristo a través del sacerdote santo.

    Es ahí, en la Misa, donde me encuentro con Jesús. Lo conozco muy íntimamente.

    Es a través de las manos de los sacerdotes santos, los que están consagrados a los Corazones de Jesús y María, que recibimos una inmensa derrama de la gracia de Dios, su vida divina.

    Oh, no sólo a través de los sacerdotes santos; la vida de Dios fluye a través de cualquier sacerdote.

    Oh, pero cuando un sacerdote es muy santo, en su unidad con Cristo, la gracia fluye y fluye.

    El estar en una Misa en donde el sacerdote está profundamente unido con Cristo, es estar en una Misa en donde siento verdaderamente la presencia de Cristo en el sacerdote. En toda Misa, estoy muy consciente de que es Cristo el que la celebra por medio del sacerdote. Pero cuando un sacerdote muy santo celebra la Misa, siento ahí una presencia inmensa de Cristo. Siento la corriente de su gracia y mi corazón se conmueve profundamente y lloro por esta inmensa presencia de Dios. Estoy admirada. Yo me uno a Jesús en cada movimiento del sacerdote, en cada palabra, cuando el sacerdote está muy unido a Cristo. Siento a Cristo tan vivo en él. Cada gesto, cada palabra que se dice, es como si Cristo está presente ofreciendo el sacrificio y me alimento con su vida divina.

    Amo tanto a Dios. A través de las manos de los sacerdotes más santos, caigo en éxtasis en la Misa porque estoy tan envuelta en su amor divino.

    Oh, quiero tanto a Dios. Anhelo por esta intensa unidad que recibo en la Misa, cuando recibo a Cristo en la Eucaristía. Mi corazón arde por recibir a mi Rey Divino.

    Veo las manos, las manos de un hombre, un sacerdote, y veo a Cristo en el sacerdote celebrando la Misa. Oh, la unión de Cristo y el sacerdote en este Santo Sacrificio es algo que me transporta a las alturas del cielo.

    Estoy admirada del Dios omnipotente que está verdaderamente presente a través de las manos del sacerdote. Oh Dios, te amo. Si tú quitaras el regalo de la Misa y la Eucaristía, yo sufriría mucho. Oh, amo tanto este regalo. Yo vivo cada día para asistir a Misa y recibir la Eucaristía. Ansío por ésto. Mi día entero se centra en la Misa y en mi recepción de la Santa Eucaristía. Oh lo amo, a mi amado, en la Eucaristía. Yo veo esta fusión entre Nuestro Divino Señor y el sacerdote y amo tanto a Dios.

    Dios viene a mí en las manos de un hombre, pero veo esta inmensa fusión en cada acción del sacerdote, en cada palabra entre él y Jesús. En Misa voy a un lugar, un lugar que para mí es como el cielo.

    La Misa comienza y mi alma se llena de gran amor a Dios, y deseo tanto unirme y ser uno con él. Yo conozco este lugar, como ningún otro en la tierra, un lugar que contiene una inmensa presencia de Dios, que fluye del sacerdote hacia mí. Amo tanto a mi Dios. Mucho de este amor ha venido por asistir a la Misa, celebrada por un sacerdote santo, uno que ha consagrado su corazón a Jesús y María y tiene una unión muy profunda con Cristo.

    Mi corazón arde por esta Misa. Cuando él, el sacerdote santo de Dios, celebra la Misa, veo esta fusión entre Nuestro Divino Señor y el sacerdote y amo tanto a Dios. Los Sacramentos son encuentros especiales con Cristo para dar vida divina.

    ¡Oh vida, Oh, vida divina, Oh, fuente de la vida divina de Cristo que fluye a través de las manos de un sacerdote santo! Yo anhelo, tengo sed, quiero este gran regalo dado de Dios.

    Cristo comparte su vida conmigo y lo conozco.

    He desarrollado esta gran relación de amor con Mi Dios a través de las manos de un sacerdote santo celebrando la Misa y por la adoración ante el sagrario.

    Me enamoré de Jesús en estos momentos más íntimos en la Misa, especialmente después de la Comunión cuando él se entrega a mí.

    Me enamoré de mi precioso Jesús mientras él permanecía oculto en el sagrario, oh pero, ¡su presencia y su vida! El derramó su vida hacia mí y me enamoré de mi Dios Divino.

    Oh, cómo escribir, porque el escribir es limitar este gran regalo de Dios mismo a un papel y una pluma y eso no es nada comparado a lo que es en realidad.

    Oh, quiero tanto a Jesús. Quiero estos preciosos momentos en la Misa cuando me encuentro tan vivamente con Cristo al entregarse a mí.

    ¡Cómo se le trata a Nuestro Señor y él se entrega a nosotros y nos da su amor!

    Oh la Misa, la amo tanto de principio a fin. Anhelo la Misa. Quiero estar ahí y pido la mayor gracia para unirme muy profundamente a Nuestro Señor.

    ¿Por qué no hay más vocaciones, con ese honor tan grande que Dios les da a su sacerdotes?

    Ser sacerdote es el honor más grande que Dios le concede a un hombre. Dios le da al hombre el poder de convertir el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

    Dios le da al sacerdote el poder de Bautizar, de elevar una naturaleza humana hacia una en la cual la persona participa de la vida divina.

    Dios le da al sacerdote el poder para perdonar los pecados, lo que hace la diferencia para una alma muerta en pecado.

    Dios le da semejante poder al sacerdote, grandioso regalo le ha sido dado al sacerdote.

    ¿Por qué no hay más jóvenes sacerdotes?

    Muchos sacerdotes no se dan cuenta del gran regalo que Dios les da.

    Me siento en la banca de la iglesia y soy alimentada por Cristo, quien celebra la Misa por medio del sacerdote. Entro en éxtasis al ver al sacerdote fusionarse con Cristo y siento a Cristo celebrando la Misa a través del sacerdote.

    Oh, soy alimentada. Oh, soy tan susceptible a cada gesto, a la manera en que el sacerdote pronuncia la Palabra de Dios. Yo siento a Cristo hablarme mientras el sacerdote lee las escrituras. La Palabra me alimenta. Las palabras dichas por un sacerdote santo penetran en mi corazón y en mi alma. Es como una espada de dos filos. Siento todas las palabras en mi ser, cada palabra en lo más hondo de mi ser.

    Amo mucho a Dios y amo al sacerdote. Amo la Eucaristía. Amo las manos que me dan a mi Dios. ¡La Misa es el regalo más grande del amor de Dios!

    ¿Entonces por qué no hay vocaciones? El sacerdote debe entregarse en la consagración a Jesús y María para estar muy unido con Cristo.

    Cuando el sacerdote ame a Jesús con todo su corazón, con toda su mente y con toda su alma, el hombre que está siendo llamado al sacerdocio verá el gran honor que es ser un sacerdote y los hombres se congregarán en el seminario.

    ¡Oh sacerdotes lleven su sacerdocio con orgullo! A ustedes se les ha dado el honor más grande otorgado a un hombre - el título de sacerdote!

    El sacerdote debe amar a Dios con un corazón ardiente y amar a su gente con el Corazón de Jesús.

    Es maravilloso ser amados por el sacerdote en la Misa. El sacerdote debe amar su rebaño, a tal grado que moriría por ellos. Debe amar tanto a Cristo que se entrega totalmente a él sin reservas.

    Amor es dar. El sacerdote debe entregarse totalmente a Dios para tener una unión apropiada con él.

    Oh, cuánto nos une la Misa en un solo cuerpo, en el Cuerpo de Cristo. Yo me hago uno en él. Usted se hace uno en él. Somos un cuerpo en él. Su vida fluye a través de su cuerpo, la Iglesia.

    Oh, fuente de vida, la Iglesia - fluyendo sobre el pueblo de Dios. Su abundante gracia fluye a través de la Misa.

    La vida fluye del padre, en el Espíritu Santo, a través del Corazón traspasado de Jesús, por medio del corazón de María, a nosotros.

    Nosotros somos un cuerpo. La vida fluye a través de nosotros. Nos alimenta y nos hace íntegros.

    La vida de Dios fluye en su Iglesia por medio de la Misa y los Sacramentos.
Oh, Dios, protege lo que tu mano derecha ha plantado.

Sal. 80:14-18:

¡Oh Dios Sabaot, es hora de que regreses;
mira de lo alto del cielo y contempla,
visita esta viña
y protégela, ya que tu derecha la plantó!
Los que le prendieron fuego como basura,
que perezcan al reproche de tu mirada.

Que tu mano apoye al hombre que hace tus obras,
al hijo del hombre que has hecho fuerte para ti.
Ya no nos apartaremos más de ti,
nos harás revivir y tu nombre invocaremos.

Jn. 15:5-6:

Yo soy la vid
y ustedes las ramas.
El que permanece en mí y yo en él,
ése da mucho fruto,
pero sin mí no pueden hacer nada.
Al que no permanece en mí
lo tiran
—y se seca;
como las ramas, que las amontonan,
    se echan al fuego
y se queman.

    Dios es la viña, nosotros somos las ramas. Necesitamos su vida o nos secaremos y moriremos.

    La gente celebra copiosamente la vida divina de Dios que fluye abundantemente a través de las manos del sacerdote santo en la Misa.

    La vida de Dios fluye como una fuente sobre su pueblo santo.

    El sacerdote es como la abertura por la cual esta fuente se derrama.

    Cuando un sacerdote ha entregado su corazón a María, esta vida divina fluye como una regadera a través de su Inmaculado Corazón, bañando la tierra con la gracia resplandeciente de Cristo.

    Oh, qué abundantemente fluye tu gracia, Señor.

    Esta fluirá en proporción a nuestra entrega a Jesús y María.

    En Fátima María le dijo a Jacinta: "Di a todos que Dios concede gracias a través del Inmaculado Corazón de María. Diles que pidan gracia de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
1

 

 

10 de Enero de 1997

Los Sacerdotes y la Consagración

    Aparte de los mensajes asociados con las apariciones mayores de Fátima, hubo otras revelaciones dadas por Nuestra Señora. Antes de fallecer Jacinta, ella relató sobre otros mensajes que le fueron dados (durante su enfermedad) por María: ".... Los sacerdotes deben ser puros, muy puros. Ellos no deben ocuparse con nada que no sea lo concerniente a la Iglesia y a las almas. La desobediencia de los sacerdotes, a sus superiores y al Santo Padre es muy desagradable para Nuestro Señor."2  3

    Hay una conexión entre el sacerdote y Cristo: qué tan "uno" es el sacerdote con Cristo.

    Cristo es el Sacerdote principal. El sacerdote, en su unión con él, debe pedir por la unión más profunda con Cristo. Cristo es el Supremo Sacerdote. El sacerdote asume el papel de Cristo, Cristo está ofreciendo el sacrificio a través del sacerdote.

    Nosotros nos unimos proporcionalmente a Cristo dependiendo de nuestro grado de santidad. María le dijo a Jacinta que los sacerdotes deben de ser puros y santos.

    Nosotros debemos luchar siempre para ofrecer al Padre el sacrificio más santo, al ser uno con Cristo. Es en la ofrenda de este santo sacrificio que fluyen enormes cantidades de gracia. El sacerdote debe ser puro y ser uno con Cristo al ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa.

    La unidad del cuerpo de Cristo depende de la unidad de sus santos sacerdotes con él. Es en el Sacrificio Eucarístico, cuando Dios nos da su Cuerpo y su Sangre, que estamos más unidos en él. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. El nos alimenta con su Cuerpo. Somos uno en él.

    Yo recibo a Jesús en la Eucaristía y me hago uno en él.

    Usted recibe a Jesús en la Eucaristía y se hace uno en él.

    Somos uno, proporcionalmente, en la medida en que nos entreguemos a Cristo.

    La santidad más elevada y la unidad más grande se alcanzan siendo uno en Jesús.

    El cuerpo de Cristo será uno en la unidad más profunda dependiendo del grado de unidad del sacerdote con Cristo y de la unidad de la gente con Cristo.

    Nosotros hemos de ser un cuerpo en Cristo. Cuando él nos da su Cuerpo, estamos unidos al máximo en él.

    El sacerdote es la clave para que una enorme cantidad de gracia sea derramada.

    María le dijo a Jacinta, "... el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
4  María también dijo que los sacerdotes deben ser puros. Los sacerdotes deben entregar sus corazones a la única que es pura y sin pecado, al Inmaculado Corazón de María. Es en esta unión con María que nos unimos profundamente con Cristo.

    Los sacerdotes no alcanzarán el grado de pureza al cual María se refiere, a menos que le entreguen sus corazones a ella. Es en esta pureza que ellos se unen a Cristo y ofrecen un sacrificio santo. Es en esta unidad con Cristo que una enorme cantidad de gracia y misericordia fluyen cuando un sacerdote santo administra los Sacramentos y celebra la Misa. Oh, la gente tiene hambre. Oh, la gente esta sedienta por un derramamiento de la abundante vida de Cristo. El mundo anhela por este derrame de su gracia.

    María nos dice que debemos consagrar nuestros corazones a ella. Para ir profundamente al Corazón de Cristo, debemos entregar nuestro corazón a María.

    ¿Y qué de los fieles que están hambrientos, aquellos que van a Misa deseando participar más completamente en el Santo Sacrificio? Debe haber una fuerte unión entre el sacerdote y Cristo.

    El Pueblo ------------------>  El Sacerdote ------------------>  Cristo
                                                                                          Supremo
                                                                                          Sacerdote

    El sacerdote debe luchar para estar muy unido con Cristo. La gente recibe una gran conexión para estar unidos místicamente con Cristo a través del sacerdote.

    Es una unión mística muy intensa -- esta gran conexión entre el sacerdote, el creyente y Cristo. Es la unidad que Cristo quiere para su cuerpo, la Iglesia. El quiere que esta unión mística sea muy fuerte entre el sacerdote y él, y entre el sacerdote y los fieles.

    La unidad es alcanzada grandemente en el Sacrificio Eucarístico. El sacerdote debe ser puro para ser uno con Cristo. El sacerdote debe consagrar su corazón a los Corazones de Jesús y María. Hay una fuente de vida que fluye del Corazón traspasado de Cristo. El nos está dando la gracia para ser profundamente unidos a su Corazón. El nos está dando la gracia para ayudar a difundir la consagración entre los sacerdotes. Para tener inmensa unión en una parroquia, la gente y el sacerdote deben consagrar sus corazones a los Corazones de Jesús y María. Debe haber esta conexión del sacerdote a los Corazones de Jesús y María. El sacerdote debe ser puro para ser uno con Cristo. El no puede alcanzar este grado de pureza a menos que se entregue al corazón puro de María. Hay una fuente de vida que fluye del Corazón traspasado de Cristo. La fuente derrama su gracia divina más abundantemente cuando el sacerdote está unido a sus Corazones.

    María le dio el mensaje a Jacinta de que los sacerdotes deben tener corazones puros. Nosotros estamos manchados por el pecado original. El sacerdote está manchado por el pecado original. El tiene que ir a través de María para tener la pureza suficiente para unirse lo más profundamente con Cristo.

    El amor está en el corazón. Muchos sacerdotes recitan las palabras sin amor en sus corazones. La gracia fluye abundantemente dependiendo del grado de conexión entre el corazón del sacerdote y el Corazón de Cristo.

    Nosotros nos conectamos a Dios por medio del corazón. La Iglesia se formó del Corazón traspasado de Cristo. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. La vida de Dios fluye en la Iglesia.

    El corazón es la vida del cuerpo. El Corazón de Cristo es la vida de su Cuerpo. De su Corazón traspasado, nació la Iglesia. Nuestra vida fluye a través del Corazón de Cristo.

    No podemos ser un cuerpo sin que el Corazón de Cristo bombee su vida a sus miembros. Si ellos se separan de la Fuente de vida, se secan y mueren.

    Para que el sacerdote esté conectado muy profundamente al Corazón de Cristo, tiene que consagrar su corazón al Sagrado Corazón de Jesús y al corazón de María. Debido a nuestros pecados y a nuestra naturaleza humana caída, tenemos que ir a través de la única que es pura e Inmaculada, María. Entonces, podemos ser profundamente unidos al Corazón de Cristo.

    ¿Cómo puede la impureza unirse profundamente a la pureza? ¿Cómo? Vamos a través de la única que es pura, ella nos sostiene en su corazón y vamos profundamente hacia el Corazón de Cristo. María es la única persona humana sin pecado.

    Entonces el diablo ha emprendido una guerra contra los sacerdotes y María. El sacerdote no alcanzará una gran santidad sin entregar su corazón a María. El no puede unirse profundamente en el Corazón de Cristo sin el corazón puro y sin pecado de María.

    La gracia no fluirá abundantemente para alimentar a la gente sin esta conexión a María.

    La vida fluye en el corazón. Los sacerdotes deben amar a Dios con sus corazones. La unión del cuerpo de Cristo se centra alrededor de esta consagración y en la celebración del Sacrificio Eucarístico por estos sacerdotes puros y santos.

    Nuestro hogar es el Corazón de Cristo. Cuando consagramos nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María, permanecemos en sus Corazones. Este es nuestro pequeño cielo en la tierra.

Como el Padre Carter afirma:

    Este último mensaje nos ofrece una excelente oportunidad para resumir el mensaje de Fátima. Nos dice que "el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."4

    En el centro de la veneración a la cual nos llama Nuestro Señor se encuentra el acto de consagración a su Sacratísimo Corazón y al Inmaculado Corazón de María.... Como tal, la consagración a los Corazones de Jesús y María resume el mensaje de Fátima.
5

 
Ezequiel 34:11-16:

    Porque ésto dice Yavé: ¡Aquí estoy, soy yo! Vengo en busca de las ovejas, yo me ocuparé de ellas como el pastor que se ocupa de su rebaño el día en que se encuentre en medio de sus ovejas en libertad. Yo también me ocuparé de mis ovejas y las sacaré de todos los lugares por donde se dispersaron ese día de negras nubes y tinieblas. Haré que salgan de los otros pueblos, las reuniré de diferentes países y las conduciré a su propia tierra. Haré que ramoneen por las montañas de Israel, en los valles y en todas las praderas del país. Sí, haré que ramoneen en un buen potrero, en las altas montañas de Israel, descansarán en un buen corral y se alimentarán en fértiles praderas de las montañas de Israel; yo mismo me preocuparé de mis ovejas, yo las llevaré a descansar, palabra de Yavé. Buscaré a la que esté perdida, volveré a traer a la que esté extraviada, curaré a la que esté herida, reanimaré a la que esté enferma, velaré por la que esté sana; las cuidaré con justicia.

    Es mediante las consagraciones como los descarriados serán dirigidos al Corazón de Jesús. María le dijo a Jacinta que debemos venerar el Corazón de Jesús junto al de ella. Es por medio de la consagración que los descarriados son conducidos a los Corazones de Jesús y María. Debemos difundir está consagración al mundo. Es en el corazón de María que el Espíritu Santo trabaja para santificarnos y para darnos conocimiento e iluminación hacia los misterios divinos. La consagración a los Corazones de Jesús y María es una gran ayuda para crecer en santidad. Al entregar todos nuestros corazones a Jesús y María, seremos un rebaño con un Pastor. El Buen Pastor nos rescatará en el día de niebla y obscuridad. Nos alimentará en fértiles praderas. Buscará a los que están perdidos y rescatará a los descarriados. Vendará a los lastimados y fortalecerá a los enfermos.

    Lo que sigue es la consagración que rezamos varias veces al día para unirnos en un corazón. Es muy importante rezar la Oración al Espíritu Santo y las oraciones de consagración antes de Misa para unirnos en un corazón, en los Corazones de Jesús y de María. Los sacerdotes deberían rezar esta consagración con la gente antes de Misa. Nuestra Señora nos ha pedido en Fátima la devoción a su Inmaculado Corazón. Ella le dijo a Jacinta, "Dí a todos que Dios concede gracias a través del Inmaculado Corazón de María. Diles que pidan gracia de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
6  Lo que sigue es la oración al Espíritu Santo y las oraciones de consagración que rezan nuestros miembros de Asociados de los Pastores de Cristo.
 

Oración al Espíritu Santo

    Ven, Espíritu Santo, Santificador todopoderoso, Dios de amor, que llenaste a la Virgen María de gracias, que cambiaste admirablemente los corazones de los apóstoles, que le comunicaste a tus mártires un  milagroso valor, ven y santifícanos. Ilumina nuestras mentes, fortalece nuestras voluntades, purifica nuestras conciencias, rectifica nuestro juicio, pon fuego en nuestros corazones, y presérvanos de la desgracia de no prestar atención a tus inspiraciones. Amén.7
  

Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
y al Inmaculado Corazón de María

    "Señor Jesús, Supremo Pastor, yo me consagro a tu Sagrado Corazón. De tu Corazón traspasado nació la Iglesia, la Iglesia a la cual me has llamado, como miembro de los Asociados de los Pastores de Cristo, a servir en una forma muy especial. Tú revelas tu Corazón como un símbolo de tu amor en todos los aspectos, incluyendo tu amor muy especial hacia mí, a quien has escogido como tu compañero en este tan importante trabajo. Ayúdame a corresponder siempre a tu amor. Ayúdame a entregarme totalmente a ti. Ayúdame siempre a derramar mi vida en amar a Dios y mi prójimo! Corazón de Jesús, pongo mi confianza en ti!

    "Amada y bendita Virgen María, yo me consagro a tu maternal e Inmaculado Corazón, este Corazón que es símbolo de tu vida de amor. Tú eres la Madre de mi Salvador. Tú eres también mi Madre. Tú me amas con amor muy especial como miembro de Asociados de los Pastores de Cristo, una cruzada creada por tu Hijo, como un instrumento poderoso para la renovación de la Iglesia y el mundo. Correspondiendo al amor, yo me entrego totalmente a tu amor y protección maternal. Tú seguiste a Jesús con toda perfección. Tú eres su primer y perfecto discípulo. Enséñame a imitarte en ante poner a Cristo. Sé mi maternal intercesora, para que, a través de tu Inmaculado Corazón, sea conducido a una unión más cercana al Corazón herido de Jesús, Pastor Supremo del rebaño."
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20 de agosto de 1996

Meditaciones del Rosario para los Misterios Dolorosos

La Agonía en el Huerto

1. Siempre en obediencia a la voluntad del Padre, al meditar sobre todos los misterios del rosario, vemos que Jesús y María cumplieron siempre la voluntad del Padre. Para tener paz y felicidad en nuestras vidas, debemos obedecer siempre la voluntad del Padre. Vemos a Jesús en el huerto, con su rostro cubierto con un sudor sangriento y en cualquier momento él podía haber detenido todo. El podía haberse retirado. El, el Dios Omnipotente, todo poderoso y omnipotente, estaba por padecer la cruel Pasión y su muerte, y ve todo ésto ante él. El ve todos los pecados del hombre y a todos los hombres que rechazarían la gracia que él ameritó para ellos. ¿Pero en qué pensó Jesús? El nos vio, nos vio esta noche haciendo oración y su Corazón se llenó de una inmensa alegría. Sintió mucho gozo en su Corazón al saber que lo amaríamos tanto, porque él es una Persona y anhela ser amado por sus amadas criaturas. No comprendemos y no tenemos conocimiento de qué tanto Jesús espera y anhela por nuestro amor. Démosle nuestro amor en este rosario al ponerle toda nuestra atención y al escuchar las palabras que nos dice en nuestros corazones. Escuchemos a Jesús mientras derrama su amor hacia nosotros y nos enseña sobre sí mismo.

2. ¿Cuántas veces hemos sentido como si también nosotros hubiéramos padecido esta Pasión en nuestras vidas? ¿Nos hemos sentido agobiados y llenos de dolor? Algunas veces es tan difícil. En este mundo que no reconoce a Dios como debería, estamos tratando muy fuertemente de complacer al Dios Omnipotente y parece que nos presionan y nos presionan y decimos, "Dios por favor ayúdanos. Quítanos esta cruz." Pero él nos permite seguir sufriendo y no lo comprendemos. Es en la muerte donde está la resurrección. En nuestras vidas constantemente vivimos este misterio Pascual de la muerte y resurrección. Meditemos sobre los misterios de este rosario, sobre la muerte y el sufrimiento de Jesús, y a través de estos misterios meditemos en cómo Jesús resucitó victorioso al tercer día y cómo es que a través de su muerte nosotros participamos de su vida Divina. Pensemos en lo que es conocer a Dios y amarlo. Es gracias a Jesús, gracias a su Pasión y su muerte, que podemos participar de su vida Divina. A través de nuestras pequeñas muertes, siempre está la resurrección. A lo largo de nuestras vidas, crecemos más y más en esta vida en él. María, la Madre de nuestra vida en Cristo, está ahí con nosotros y está conduciéndonos profundamente al Corazón de su Hijo.

3. El tesoro más allá de todos los tesoros es el Corazón de Jesús. El Corazón lleno de un infinito y divino amor, el Corazón del cual fluye la vida de Dios. Ellos traspasaron su Corazón con una lanza y de éste brotó sangre y agua. El agua - un símbolo del Bautismo por el cual somos partícipes de su vida Divina. La sangre - un símbolo de la Eucaristía por la cual somos alimentados con el Pan de Vida. ¡Oh Dios, cómo te amamos! Permite que nuestros corazones en este rosario se enfoquen solamente en ti. Al ver tu rostro cubierto de sangre, al ver la sangre caer al suelo, al conocer la inmensa agonía mental que sufriste en el huerto, el sufrimiento de saber que serías rechazado y olvidado por aquéllos por los cuales diste tu vida, que entendamos un poquito, solamente un poquito, qué tanto verdaderamente nos amas. Te amamos. Te amamos. Te amamos Jesucristo Salvador del mundo.

4. Canto:

Yo vengo a ti, con grande amor,
Soy tu amoroso salvador.
Yo soy tu Dios, morí por ti,
y vengo a ti en este día.

    El ha venido a poner a hermano contra hermano, madre contra hijo, esposo contra esposa. El es Jesucristo el Hijo de Dios. El nos da su vida y nos da su amor. Debemos enfocarnos totalmente en su amor por nosotros. Debemos ir a él y darle nuestro amor y darnos amor unos a otros. Este es el mandamiento que él nos da - que amemos a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser y que nos amemos unos a otros como nos amamos a nosotros mismos.

5. Tormento mental. Cúanto tormento mental sufrió Jesús en el huerto, pero sus pensamientos fueron confortados por el amor que le damos esta tarde. Hagamos a un lado todos los pensamientos que no tienen que ver con él, y enfoquémonos totalmente en nuestro amado Salvador. El dio su vida por nosotros. ¿Le daremos nuestras mentes y nuestros corazones en este momento y dejaremos que él nos llene con su gracia para que participemos más y más de su vida? El nos está dando un gran tesoro en este momento. Debemos abrir nuestros corazones y dejar que él derrame su gracia en nuestros corazones y nuestras almas. El es Jesús. El nos ama con el más ferviente amor, ni siquiera lo entendemos. Nuestras almas están sedientas del amor de Dios. Fuimos creados para este amor. Nada en este mundo satisfacerá este anhelo, este apetito en nuestro interior. Debemos hacer a un lado todos los pensamientos en nuestra mente y en nuestro corazones y enfocarnos en él, por que él es el Camino, la Verdad y la Vida. El es Jesús el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Redentor, nuestro Rey, nuestro Amante. Abramos nuestros corazones y él los llenará con amor Divino. El nos ama. El nos ama. El nos ama.

6. Dios te salve María...

7. Una gran parte del mundo está adormecido. Caminan en la obscuridad. Están cubiertos con una nube. Sus ojos no ven y sus oídos no escuchan. Jesús ha levantado el velo para nosotros, sus escogidos y nos está dando grandes gracias para que veamos con ojos descubiertos y escuchemos con oídos que estén abiertos a su Palabra. Hemos sido llamados y hemos sido escogidos. Caminaremos en la noche obscura como luces brillando y su luz irradiará desde nuestros corazones y desde nuestras almas. Debemos ir a él y dejar que nos bañe con su amor, en su Sacratísimo Corazón.

8. Jesús está vivo. El está vivo. El está vivo y vive en nuestros corazones, y vive en este mundo mientras recorremos las calles. Es a través de nosotros que su gracia tocará muchos corazones. Debemos ceder totalmente y ofrecernos a él. Entregarnos. Debemos entregar nuestros corazones a su Madre porque ella convertirá nuestros corazones fríos en corazones ardientes que se unirán al Corazón de Jesús. El nos ama, sus amados. El nos está diciendo los secretos de su Corazón para que conozcamos el verdadero tesoro, el tesoro que este mundo ha echo a un lado y está sufriendo por su ignorancia y olvido. Quitémonos el velo de los ojos y veamos que Jesús nos está dando grandes gracias. Nosotros somos sus apóstoles que llevaremos la bandera por toda la tierra, y llevaremos esta bandera llena de amor a este mundo que está sufriendo.

9. Y Jesús lo vio todo. El vio toda la Pasión ante él. El supo vivamente de cada dolor, de cada golpe, de cada espina. El sabía todo lo que padecería. Sabía del dolor en la cruz y de las tres agonizantes horas que sufriría. El sabía de todas las almas que se irían al infierno a pesar de su sufrimiento. Pero a pesar de todo esto, él se entregó. El se entregó por mí y se entregó por ustedes sabiendo perfectamente todo lo que sufriría por su gran amor a nosotros, para que seamos salvos, para que participemos en su vida Divina, para que podamos estar para siempre con él el en cielo.

10. Oh Corazón de Jesús, Tesoro más allá de todos los tesoros, dame la gracia para habitar siempre en tu Corazón.

Canto:

Oh Corazón ardiente, oh amor divino,
Qué dulce eres conmigo.
Veo la hostia, y sé que estás aquí,
para amar y cuidar de Mí.

  

La Flagelación en el Pilar

1. Se lo llevaron y lo ataron al pilar y comenzaron a golpearlo. Ellos se turnaban para golpear a nuestro amado Salvador. Detengámonos ahí. Imaginémonos atados al pilar. Imaginémonos. ¿Cómo es el amor en nuestros corazones? ¿Estaríamos en el pilar y le permitiríamos a hombres que amamos desgarrar nuestra piel con el pleno conocimiento de que pudiéramos detener todo en cualquier momento? Jesús estuvo atado al pilar y ellos desgarraron su piel y su sangre cayó al suelo. El soportó esto por nuestros pecados. ¿Sabemos cuánto sufrió Jesús por nuestros pecados, los pecados que cometemos contra nuestros hermanos cuando hablamos mal de ellos, a quienes él ama? Su camino es amor. Nosotros somos sus apóstoles de amor. Debemos ser santos. Nuestros corazones deben estar llenos de santidad. Debemos ir al mundo y enseñar siempre a otros a cómo amar. No debemos criticar a los demás. Debemos tener corazones llenos de amor. Nuestros corazones estarán unidos al de Jesús sólo en el amor. Hay gente que nos está observando. Somos las estrellas en la noche obscura. ¿Brillaremos o permaneceremos opacos? Nuestros corazones, para poder brillar, deben ser semejantes al Corazón de Jesús. Debemos entregarle nuestros corazones a Jesús y él los convertirá en corazones de amor.

2. Cómo insistimos e insistimos en hacer las cosas a nuestra manera y lo intentamos y lo intentamos y lo intentamos. ¿Sabemos que él está con nosotros en todo momento? Debemos admitir nuestra dependencia en él. Debemos entregarnos y decir." Jesús, dependo totalmente de ti. Quiero ser una persona amorosa, pero caigo. Soy una niñita. Necesito que me ayudes a amar como tú. No puedo hacer esto por mí misma." Debemos ir a la confesión y decirle al sacerdote de las veces que criticamos a nuestros amados hermanos porque Jesús estuvo en el pilar y fue golpeado por nuestros pecados y también por nuestros hermanos que ama. El nos está enseñando en el Movimiento Pastores de Cristo a estar unidos en mente y corazón. Nuestros corazones se unirán profundamente con el Corazón de Jesús, pero debemos entregarnos. No debemos permitir que pensamientos de amargura o de odio hacia los demás tomen vida en nuestros corazones. El nos está permitiendo sufrir, y está permitiendo que presenciemos nuestras caídas porque volveremos a él de rodillas y le diremos "ayúdame." Usted dirá, "Ayúdame, Dios," "Ayúdame. Quiero amar como tú, pero no puedo hacerlo por mí mismo."

3. Jesús fue golpeado por nosotros. No sabemos cuanto lastiman y ofenden a Dios los pecados contra nuestros hermanos. Cuanto fue golpeado por aquellas palabras que nos decimos con odio unos a otros. Nosotros somos las estrellas que brillarán en la obscuridad. Somos los apóstoles de Jesús, pero nuestros corazones deben de ser puros. Debemos ir a él porque no podemos hacer esto por nosotros mismos. El nos dará la gracia para amar, amar como él amó, como él amó a cada una de las almas. Nosotros dependemos de él. Veámonos caer y darnos cuenta de que necesitamos de su ayuda.

4. Los corazones que son arrogantes y orgullosos no pueden unirse al Corazón de Jesús. Hoy en día hay muchos que tienen el control, que siguen controlando con corazones orgullosos. Dios les da a muchos poder y autoridad y son para usarse de acuerdo a la voluntad del Padre. Nuestros corazones deben de ser mansos y humildes como el Corazón de Cristo. No debemos permitir que el poder y el control se apodere de nuestras mentes. Solamente tenemos autoridad como nos la da el Padre.

Esto es de la lectura de hoy:

    "Hijo de hombre, háblale al príncipe de Tiro; le dirás esta palabra de Yavé: ¡Eres muy engreído, te consideras un dios en su residencia divina, en medio de los mares! ¿Te vas a hacer pasar por Dios, tú que eres hombre y no Dios? Tú eres seguramente más sabio que Daniel, y ningún misterio te quedó grande. Tienes inteligencia, has sabido actuar y te ha llegado la riqueza: el oro y la plata han repletado tus cofres. Gracias a tu inteligencia, gracias a tus negocios, ha aumentado tu riqueza y te ha crecido el orgullo en la misma medida que tu riqueza. Por eso, esto dice Yavé al que se hace pasar por Dios. Enviaré contra ti a extranjeros, los sepultureros de los pueblos; su espada se medirá con tu bella cultura, pisotearán tu gloria. Te harán bajar a la tumba y morirás allí, en el corazón de los mares. ¿Acaso dirás: "Yo soy Dios" cuando vengan a matarte? En manos del matador serás hombre y no Dios. Sufrirás la muerte de los paganos, y por manos de extranjeros, yo lo digo, palabra de Yavé. (Ez 28: 2-10)

5. Jesús es manso y humilde de Corazón. El ha hecho a al hombre la cabeza de sus hogares. Les ha dado a los sacerdotes autoridad y un gran regalo al ser llamados sacerdotes y ofrecer sacrificio. Dios le ha otorgado al hombre gran honor, pero dentro del corazón de cada hombre que se le ha dado poder tiene que haber un corazón de humildad y amor. Jesús estuvo atado en el pilar y fue golpeado y su piel fue desgarrada por los corazones arrogantes, por el orgullo, por los hombres que quisieron hacer su voluntad y no la voluntad del Padre. Todo lo que hagamos tiene que ser de acuerdo a la voluntad del Padre. Jesús nos enseñó el camino. El estuvo atado al pilar y fue golpeado porque esa fue la voluntad del Padre. Debemos luchar siempre para hacer la voluntad del Padre con amor. El amor es nuestro propósito primordial, amar a Dios sobre todas las cosas y amarnos unos a otros como nos amamos a nosotros mismos.

6. Hemos sido llamados para estar aquí. Dios nos enseña. Somos llamados a vivir las Escrituras y debemos responder a este llamado. El nos está dando su gracia. Alabemos y demos gracias a nuestro Dios por los regalos que nos han sido dados.

7. Nosotros llevamos la Palabra de Dios al mundo. Seremos las luces que brillarán en la noche más obscura. El estuvo atado al pilar y fue golpeado. El fue golpeado por los corazones arrogantes. Nuestros corazones deben ser semejantes al de él. Somos sus apóstoles que llevaremos este mensaje a este mundo. No comprendemos esta gran misión. Cada uno de nosotros hemos sido llamados para estar aquí. Debemos responder a este llamado por que él nos está pidiendo que ayudemos en la salvación de muchas almas. Lo que hagamos ayudará para que muchas almas sean salvadas. Jesús estuvo atado al pilar y desgarraron su carne. El ama a cada una de las almas con un amor tan ardiente, que les permitió que lo condenaran a muerte. ¿Irá usted a este mundo? ¿Caminaremos adelante sin temor a pesar de la persecución y del abuso verbal que recibamos? ¿Le diremos al mundo, "Este es el Dios Omnipotente, está vivo este día y nos ama, nos ama, nos ama, vengan, vengan a él y él nos dará lo que nuestros corazones desean?"

8. 1 Co. 12:12-26:

    Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. Así también Cristo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya fuéramos Judíos o Griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu. Un solo miembro no basta para formar un cuerpo, sino que hacen falta muchos. Supongan que diga el pie: {No soy mano, y por lo tanto yo no soy del cuerpo.} No por eso deja de ser parte del cuerpo. O también que la oreja diga: {Ya que no soy ojo, no soy del cuerpo.} Tampoco por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿cómo podríamos oír? Y si todo el cuerpo fuera oído, ¿cómo podríamos oler?
    Dios ha dispuesto los diversos miembros colocando cada uno en el cuerpo como ha querido. Si todos fueran el mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero hay muchos miembros, y un solo cuerpo. El ojo no puede decir a la mano: {No te necesito} Ni tampoco la cabeza decir a los pies: {No los necesito}
    Aun más, las partes del cuerpo que parecen ser más débiles son las más necesarias, y a las que son menos honorables las tratamos con mayor respeto; cubrimos con más cuidado las que son menos presentables, mientras que otras, más notables, no lo necesitan. Dios, al organizar el cuerpo, tuvo más atenciones por lo que era último, para que no se dividiera el cuerpo; todas sus partes han de tener la misma preocupación unas por otras. Si un miembro sufre, todos sufren con él; y si un miembro recibe honores, todos se alegran con él.

9. No podemos tener divisiones con cualquier persona y tener paz en nuestros corazones. Nuestros corazones deben ser corazones de amor. Debemos deshacernos de cualquier amargura y división que haya en nuestros corazones hacia cualquier persona, porque él es Dios y en su Corazón no hay división. El nos está nombrando sus apóstoles de amor, su pequeño ejército que llamó y trajo a este cuarto esta tarde. Debemos ser como las estrellas más luminosas que brillan contrastando en la noche obscura, porque él es Jesús; él es el Dios Omnipotente y nos ha llamado para que llevemos los mensajes de su ardiente amor a este mundo, a los sacerdotes, a las hermanas y también a aquellos que están sufriendo. Mientras Jesús estuvo en el pilar y fue golpeado por los pecados del hombre, él sabía que nosotros responderíamos a este llamado y ésto fue alegría para su Corazón mientras le corría la sangre por el cuerpo. Su Corazón fue consolado y se llenó de gran alegría por el trabajo y el amor que le daríamos a los demás y por las almas que ayudaríamos a salvarse. Nosotros somos sus estrellas que brillarán en la noche más obscura. Hemos sido llamados. Hemos sido escogidos y él nos ha dado semejante gracia para que podamos llevar a cabo esta misión. Podemos decirle que "no", pero fue allí al ser golpeado en el pilar que nuestro "sí" le dio consolación. En su más grande agonía, Jesús nos vio cuando estaba colgado en la cruz. Con su cuerpo golpeado y adolorido, él nos miró y vio el amor que brotaría de nuestros corazones hacia este mundo. El nos ama con semejante amor. El se entregó por amor a nosotros y por todas las almas. ¿Ayudaremos a nuestros hermanos a conocer su amor?

10. Habrá paz y felicidad en nuestros corazones cuando cumplamos siempre la voluntad del Padre. El Padre tiene un plan para nosotros. Jesús es el Camino. El es la Verdad. El es la Vida. Hemos sido llamados. Hemos sido escogidos. ¿Responderemos a su llamado, sus apóstoles de amor?

 

La Coronación de Espinas

1. Piensen en las mentes del hombre y cómo Satanás presiona sobre ellas. Piensen en cómo nuestros pensamientos pueden ser tan influenciados por el maligno, en cómo podemos preocuparnos acerca de lo que piensan los demás, en cómo podemos creer que los demás nos están criticando, en cómo podemos hacernos miserables al rendirnos a nuestros pensamientos. Jesús nos mostró su cabeza coronada con espinas. Cuanto dolor sufrió él en su cabeza y sin embargo nosotros no podemos disciplinar nuestros pensamientos. Recemos por la gracia para pedirle a Dios que nos ayude a que nuestros pensamientos sean siempre pensamientos de amor, de armonía y de unidad con los demás.

2. No debemos rendirnos a las semillas de división que Satanás planta en nuestras mentes. Debemos decir, "Yo amo a esa persona. Yo amo a esa persona." ¿Pero nos damos cuenta de que no podemos hacer esto por nosotros mismos? ¿Sabemos que dependemos totalmente de Dios? El ha permitido que caigamos muchas veces. Seríamos miserables si no fuera por su gracia. Nosotros dependemos de su gracia. Si somos santos, es por la gracia que él nos está dando. El es Jesús. Nosotros, sus amados, dependemos de él. Debemos venir a él y pedirle la gracia para amar. El quiere amar en este mundo a través de nosotros.

3. Debemos ir al Padre como un niño que depende de él. Debemos hablarle de nuestro amor y de nuestras necesidades.

4. Me imagino sentada en una silla rodeada de aquella gente que más amo. ¿Veo a toda la gente que amo? Y luego observo, cómo aquellos que tanto amo vienen a mí y me clavan una corona de espinas en la cabeza y siento la sangre brotar y caer sobre mi cuerpo.

5. Cuántas veces hemos coronado a Jesús con espinas por nuestros pensamientos de odio y de coraje hacia los demás. El sufrió inmenso dolor a causa de los pensamientos del hombre. Nosotros somos sus escogidos. Pidamos no lastimar su Corazón con pensamientos de odio y amargura por que él nos ama. El nos ama tanto y hiere su Corazón cuando nos odiamos unos a otros.

6. Debemos moldear nuestras vidas a la de nuestra Madre. Debemos observar a nuestra Madre, su corazón puro y sin pecado. Sólo en la pureza nos uniremos a los Corazones de Jesús y María.

7. Yo voy al corazón de la Madre de Jesús y mía y le pido al Espíritu Santo que me santifique para poder unirme lo más profundamente en el Corazón de Jesús.

8. Nosotros no sabemos del odio y la amargura, de los pensamientos en los corazones y mentes de algunos hombres. Cuánto dolor sufrió Jesús en su cabeza por los feos y horribles pensamientos de la humanidad. Dios está ofendido por las acciones del hombre de hoy. Ayuden a hacer reparación a Dios por nuestros pecados y por los pecados de la humanidad. La reparación que le damos a su Corazón sus amados, lo deleita. Dios está ofendido por los hombres pecadores.

9. Canto: Oh Corazón Ardiente, Oh Amor divino, que dulce eres conmigo. Veo la Hostia y se que estás aquí para amar y cuidar de mí. Jesús está vivo. Jesús está vivo. ¡Jesús está vivo, y él vive en nuestros corazones!

10. Canto: "Dame tu Corazón Jesús, dame un Corazón como el tuyo. Enséñame a amarte con este corazón, Oh sé un poquito de cómo amarte. Crea en mí, oh precioso salvador, este corazón especial."

    Jesús los ama. El los ama. El los ama.

 

La Cruz a Cuestas

1. Debemos cargar nuestras cruces. Jesús nos ve al caminar y pone esa cruz sobre nuestra espalda, pero él sabe que cargando la cruz se nos dará mucha vida. Nosotros queremos hacer la cruz a un lado, pero es cargando la cruz que creceremos más y más en nuestro conocimiento y amor hacia él.

2. Jesús ve que cargamos la cruz y observa cómo la movemos de un hombro a otro. El ve cómo la cruz se resbala de nuestros brazos y caemos al suelo y él está tan cerca de nosotros. El está a nuestro lado y dice, "cárgala un poco más, cárgala un poco más," porque no sabemos del regalo que recibiremos, sus amados. Al final del túnel más obscuro, está la luz más brillante. El es Jesús y nos da de acuerdo a nuestras necesidades. El nos da el sufrimiento. Debemos aprender a soportarlo y tener en cuenta que es un regalo en el cual creceremos más y más en nuestra vida en él.

3. Mi Jesús, yo cargué y cargué la cruz y el túnel era tan obscuro y tan negro y sentí como si nunca jamás volvería a sonreír. Pero recuerdo esos tiempos y fue tan difícil. Fue tan difícil cuando sentí como si estuviera muriendo en la cruz contigo y entonces la luz comenzó a lanzarse por los cielos y la gloria rebasó todo el sufrimiento. Porque después de la muerte, está la resurrección. Nuestras vidas, son una constante muerte y resurrección en él.

4. Ayúdame a darme cuenta de que se nos da el sufrimiento y que debemos soportarlo hasta que Dios lo levante. Cuando estemos contra la pared, debemos darnos por vencidos y aceptar todo lo que Dios nos da y entregarnos a él, porque él respira a nuestro lado cuando estamos envueltos en dolor. El nos está mirando a los ojos cuando estamos bajo la cruz. Cuando pensamos que está tan lejos, él tiene nuestras manos en las de él y sabe todas las cosas. El sabe de los grandes regalos que vendrán cuando soportamos los sufrimientos que nos está dando. Siempre hay vida después de la muerte cuando permanecemos arraigados en él. Debemos cargar la cruz en nuestras espaldas y recordar que hay luz al final del túnel.

5. Es un camino escabroso el que Jesús caminó en el Calvario y sabía que terminaría en su muerte, pero él sabía de la Resurrección. El cargó la cruz dando tumbos y miró a los ojos de su Madre que lo confortaban. Veamos los ojos de Jesús. Envuélvanse en el abrazo de amor de sus dos Corazones. En el sufrimiento, debemos ir a los Corazones de Jesús y María y saber que nunca estamos solos y que él nunca nos abandonará. El es omnipotente, todopoderoso. El es Dios y está con nosotros hasta el final del tiempo.

6. Y llegará el día en que seamos llevados al cielo, y seremos envueltos en el abrazo Divino, para que conozcamos el abrazo del Dios Omnipotente. Debemos cargar nuestra cruz sobre nuestra espalda. Cada día, carguen la cruz y participen en la Resurrección. Nuestras vidas son este morir y resucitar, cada día.

7. El mundo nos dice que no debemos de sufrir, pero Jesús nos enseña el camino. Veámoslo, con su rostro cubierto de sangre, en su cabeza una corona de espinas y soportando la cruz sobre su espalda. El apenas podía moverse y cayó al suelo, pero al tercer día resucitó victorioso.

8. Tac, tac, tac. Oigan la cruz de Jesús. Vean la tensión en su rostro. Vean la sangre que se derrama de su cuerpo. Véanlo caer bajo la cruz. ¿Oyen la muchedumbre? ¿Los oyen gritarle a nuestro amado Salvador? El soportó todo ésto en silencio. María, sabiendo que él era el Dios Omnipotente, estuvo ahí, con su corazón destrozado dentro de su pecho viendo a su hijo sufrir. Y Jesús y María se están apareciendo a nosotros este día. Ellos se están apareciendo para decirnos de su amor. Esto es amor, el que Jesús haya cargado la cruz y nos haya dado su Cuerpo y su Sangre. Jesús quiere que el mundo sepa que él está vivo y nos ama y también él quiere ser amado por el hombre.

9. Canto: "Dame tu Corazón Jesús, dame un Corazón como el tuyo. Enséñame a amarte con este corazón, Oh sé un poquito de cómo amarte. Crea en mí, oh precioso salvador, este corazón especial."

10. Dios te salve María....

 

La Crucifixión

1. El sacrificio más grandioso de todos, el Hijo de Dios viene a esta tierra y se ofrece a sí mismo como un sacrificio por amor a nosotros para que seamos salvos.

2. El sacrificio es sacramentalmente hecho presente en cada Misa, el sacerdote ofrece este sacrificio. Debemos unirnos en este sacrificio y ofrecernos. Así como Jesús se sacrificó en la cruz, nosotros nos sacrificamos en el Santo Sacrificio de la Misa en unión con él. Es al unificarnos en esta unidad con Cristo que la gracia será derramada sobre esta tierra y que muchas almas se salvarán. Esto es el Santo Sacrificio de la Misa. Nosotros no estamos ahí como espectadores. Estamos ahí para ofrecer sacrificio, para ofrecernos a sí mismos. Es cuando nos entregamos que la gracia es derramada sobre la tierra.

3. Debemos rezar para tener sacerdotes santos, para que los sacerdotes sean santos en sus corazones y para que se unan grandemente con el Corazón de Jesús, para que al celebrar la Misa y al ofrecer sacrificio, también ellos se ofrezcan como un sacrificio en el Santo Sacrificio de la Misa. El sacrificio del Calvario es sacramentalmente hecho presente en cada Misa.

4. La gracia que Cristo ameritó por medio de su vida y su muerte en la cruz es liberada en abundantes proporciones en el Santo Sacrificio de la Misa. Cuanto más nos unifiquemos en esta unidad en la Misa, más gracia es liberada. Nuestro mundo se encuentra en un estado desesperado. Debemos unirnos en el Santo Sacrificio de la Misa, en nuestra ofrenda de la mañana, todos los días uniendo cada una de nuestras actividades con el Santo Sacrificio de la Misa.

5. Todas nuestras acciones se magnifican y una inmensa cantidad de gracia es liberada sobre nosotros y sobre este mundo cuando nos unimos al Santo Sacrificio de la Misa en todas nuestras acciones.

6. Cada una de nuestras acciones, cuando se llevan a cabo de acuerdo a la voluntad del Padre con amor, son acciones heroicas cuando las unimos al Santo Sacrificio de la Misa, porque la gracia llueve sobre la tierra y su gente. Muchos se salvarán al unirnos al Santo Sacrificio de la Misa en todas nuestras acciones y al unirnos en los Corazones de Jesús y María. Esto es el Santo Sacrificio de la Misa, la fuente de la vida de Dios derramada sobre la tierra. Jesús se entregó a sí mismo. "Este es mi Cuerpo. Esta es mi Sangre." Conectémonos a cada segundo a esta fuente de la vida de Jesús al unir cada acción al Santo Sacrificio de la Misa.

7. Y ellos traspasaron el Corazón de Cristo y nació la vida sacramental de la Iglesia.

8. La vida de Dios es una fuente de vida derramándose sobre la tierra desde el costado de Cristo.

9. Debemos pedir por gracia. Debemos unirnos cada mañana, en la ofrenda de la mañana, al Santo Sacrificio de la Misa para que todas nuestras acciones sean magnificadas, porque su gracia se derramará sobre esta tierra y será iluminada con la luz más radiante. Somos las almas fervientes de Dios que él ha llamado y que está uniendo a su Corazón. En esta unidad, la gracia se liberará sobre la tierra y muchas almas se salvarán. No menospreciemos el valor de cada acción que llevamos a cabo cuando nos unimos al Santo Sacrificio de la Misa en la ofrenda de la mañana. El es Jesús. El vino a este mundo a salvar a todas las almas. ¡Traigámosle almas! ¡Traigámosle almas! Nosotros somos sus apóstoles. Ayudaremos a salvar a muchas almas. Muchos conocerán el fuego del ardiente amor de Jesús. No podemos menospreciar la importancia de nuestras vidas. Lucharemos y sufriremos. Veamos a Jesús mientras estuvo colgado en la cruz. El nos enseñó el camino. El nos enseñó su camino. Pero en la muerte está la resurrección y su vida se derramará sobre la tierra. Debemos ofrecernos a Jesús. El quiere nuestro amor. El quiere que le hablemos durante el día. Cuando estemos preocupados y nerviosos, él quiere que digamos en nuestros corazones, "Jesús, te amo. Jesús, te amo." Debemos hacer a un lado los pensamientos que Satanás está plantando en nuestras cabezas, las semillas de duda y división y decir, "Jesús te amo." Tómense un momento para estar con él, amándolo y él nos fortalecerá. Jesús quiere nuestro amor. El quiere que anhelemos y que tengamos sed de su amor. El quiere que le digamos que lo amamos. Jesús es una persona. El quiere que lo amemos. El dio su vida por nosotros. ¿Le entregaremos nuestros corazones?

10. Es cumpliendo la voluntad del Padre como tendremos paz y alegría en nuestras vidas. Vemos a Jesús en los brazos de su Madre. Jesús cumplió la voluntad de su Padre hasta su muerte y María cumplió la voluntad del Padre. Ella no gritó durante toda la Pasión, "¡Este es Dios!, ¿qué pasa con ustedes?" Ella estuvo en silencio y aceptó el sufrimiento porque sabía que el Padre tenía un plan y que ella tenía que soportar el sufrimiento. María sabía que Jesús tenía que morir. Ella siempre obedeció la voluntad del Padre. Jesús hizo la voluntad del Padre hasta su muerte. El nos enseña el camino. Su camino es el sufrimiento y la vida. El mundo nos enseña otro camino. Nos enseña un camino que conduce nuestros corazones al hambre y al sufrimiento. El camino de Jesús es el camino hacia la alegría, la paz y el amor. El nos ama. El nos ama. El nos ama. El es Jesús. El se entrega a nosotros. Al entregarnos a él nos uniremos. El se entrega a nosotros en amor, pero para ser uno con él, debemos entregarnos a él. Nosotros participaremos en su amor Divino. Nada en esta tierra puede compararse a esta relación de amor con su Divino Corazón. El amor es una relación. El se entrega a nosotros. Nosotros participaremos en proporción a qué tanto nos entreguemos a él. Jesús quiere nuestro todo. El nos dará paz, amor y alegría en nuestros corazones cuando le entreguemos éstos a él. El nos ama. El nos amó hasta su muerte. El moriría por nosotros hoy. ¿Le entregaremos nuestros corazones a Jesús?

 

 

6 de Diciembre de 1996

Pastores de Cristo y Fátima

    En los Pastores de Cristo, somos una familia unidos en un corazón, en el Corazón de María y de Jesús por nuestra consagración a sus Corazones. Estamos actuando como el Corazón de Jesús que late en este mundo. Somos los apóstoles de días modernos unidos en un corazón.

    Al entregar nuestros corazones a María, el Espíritu Santo nos ilumina para conocer a Dios y vamos adelante hacia al mundo como luces porque lo amamos tanto. No podemos conocer a Dios y no amarlo. Nuestros corazones están llenos del ardiente amor de Dios.
  

Somos Uno en el Corazón de Jesús


  

    Los líderes centrales contactan a los coordinadores. Los coordinadores contactan a los apóstoles individuales. Todos los apóstoles están trabajando para Jesús. Ellos tratan de estar una hora al día ante el sagrario o en casa, a solas con Jesús. En esta hora, Jesús les da dirección en sus vidas. Ellos comparten un íntimo amor con Jesús. El les enseña sobre sí mismo y sobre la voluntad del Padre para ellos. Es muy importante estar una hora en intimidad con Jesús todos los días.

Nosotros vivimos de acuerdo al Plan de Paz de María que fue dado en Fátima. Es el siguiente:

1. No tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas hayan consagrado sus corazones a los Corazones de Jesús y María.

2. María ha pedido que todos recemos el rosario diariamente.

3. Debemos observar la devoción a los Cinco Sábados Primeros de cada mes:

— Asistir a la comunión por cinco meses consecutivos el primer sábado del mes, confesión (entre 8 días antes o después del sábado), una recitación del rosario y una meditación por 15 minutos sobre los misterios del rosario. Todo esto debe hacerse en un espíritu de reparación.

4. Debemos hacer reparación a los Corazones de Jesús y María.
 

El plan de Dios se centra alrededor de ésto:

    Tenemos cabezas funcionando en los ministerios individuales. Todo lo que nosotros hacemos conduce a la consagración de corazones. Mientras los apóstoles insisten a las tres instituciones, la Iglesia, la familia y las escuelas para ayudar a difundir la consagración, los descarriados serán conducidos a casa, al Corazón de Jesús.

    María dijo en Fátima: No tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas hayan consagrado sus corazones a los Corazones de Jesús y María.
  

La Condición Presente del Mundo


     

    La paz vendrá cuando los corazones sean corazones de amor. La balanza tiene que cambiar. Esto sucederá por medio de la consagración. El plan de paz de María: No tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas hayan consagrado sus corazones a los Corazones de Jesús y María.
   

La balanza tiene que cambiar.
El Padre mira a la tierra; El ve mucha obscuridad.


    

    El Padre mira hacia la tierra. Hay muchos corazones que no están en fuego por amor a Dios. Los corazones de amor ferviente iluminan la tierra. Son como foquitos en un árbol de Navidad. Este está escasamente iluminado. Por lo tanto, el árbol se ve obscuro.
 


 

Conforme el Movimiento Pastores de Cristo vaya creciendo (y también los otros movimientos enfocados en difundir la consagración a los Corazones de Jesús y María) el árbol está cubierto con más corazones llenos de amor ferviente hacia Jesús y la tierra se ilumina más.
 

El árbol está cubierto de corazones consagrados a los
Corazones de Jesús y de María. El árbol está muy brillante.


 

    Mientras los apóstoles de los Pastores de Cristo difunden la consagración a la Iglesia, la familia y la escuela, el árbol se cubre de luces y la tierra se cubre con el fuego del amor de Dios.

    Ahora, el Padre mira hacia la tierra. El está disgustado con los corazones del hombre. El Padre quiere que amemos a Dios y a nuestro prójimo. El quiere que vivamos de acuerdo a su voluntad en amor.

    María se aparece en Fátima y nos dice que estamos ofendiendo a Dios. Ella nos dice lo que debemos hacer. El plan de paz de María:

1. No tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas hayan consagrado sus corazones a los Corazones de Jesús y María.

2. María ha pedido que todos recemos el rosario diariamente.

3. Debemos observar la Devoción a los Cinco Sábados Primeros:

— Asistir a la comunión por cinco meses consecutivos el primer sábado del mes, confesión (entre 8 días antes o después del sábado), una recitación del rosario y una meditación por 15 minutos sobre los misterios del rosario. Todo esto debe hacerse en un espíritu de reparación.

4. Debemos hacer reparación a los Corazones de Jesús y María.

    María dijo que habrá una era de paz en la cual el Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado corazón de María triunfará.

    Dios nos dio a María como nuestra Madre. Estamos desobedeciendo las peticiones de nuestra Madre que fueron dadas en Fátima. ¿Piensa usted que el Padre está complacido con hijos rebeldes que desobedecen a su Madre?

    El hombre desobedece, el diablo bloquea el mensaje de Fátima. Ocurre la Segunda Guerra Mundial exactamente como María lo dijo.

    Jesús escribe su mensaje de amor en nuestros corazones. Su vida vive en nuestros corazones. Las Escrituras y la Misa viven en nuestros corazones.

    En el Movimiento Pastores de Cristo, nuestro enfoque está en el sacerdote.

 
6 de Noviembre de 1996

    Hoy vi que nuestro hogar es el Corazón de Cristo. María es la que cuida la puerta de este sacratísimo lugar. El Señor, el Buen Pastor, nos está conduciendo a casa, a su Corazón. Nos alimentamos con su vida. Las gracias fluyen abundantemente en la Misa y en los Sacramentos. A través de los sacerdotes tenemos la Misa y los Sacramentos. El sacerdote es otro Cristo para el mundo.

    María es la entrada al Corazón de Cristo. Ella es la llave para que el sacerdote tenga una gran unidad con Cristo. Los sacerdotes necesitan honrar, respetar y amar a María. El Espíritu Santo está desposado a María. El sacerdote debe amar a María para estar unido a Dios.

    La vida fluye del Padre, en el Espíritu Santo, a través del Corazón traspasado de Cristo y por medio de María, a nosotros. El sacerdote celebra la Misa actuando como otro Cristo y administra los Sacramentos. Cuanto más sea él uno con Cristo, más ayudará a canalizar mayor gracia y más se alimentará la gente.

    Jesús escogió al sacerdote. El los eligió. El les dio este gran regalo. Al sacerdote se le ha dado el honor más grande al ser otro Cristo, para celebrar la Misa, para consagrar el pan y el vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, para bautizar, para perdonar los pecados y para administrar otros Sacramentos.

    El sacerdote es una gran fuerza al ayudar a canalizar gracia hacia los demás. Para que el sacerdote sea lo más semejante a Cristo, tiene que ir a través del corazón puro y sin pecado de María, no hay otro camino.

Juan 10:2-3

"El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas. El cuidador le abre...."

    María es la que cuida la puerta. No hay otra persona pura y sin pecado. No podemos entrar de ninguna otra manera porque somos pecadores. El nos dio a la única sin pecado como el camino por el cual entremos a su Sacratísimo Corazón. La fuente de vida fluye del Corazón de Jesús a través de la llaga traspasada.

    María es la que cuida la puerta. Satanás está tratando de separar al sacerdote de María. Satanás no quiere que el sacerdote sea uno con Cristo porque el sacerdote es el que celebra la Misa y administra los Sacramentos. Bajo Cristo, el sacerdote es el administrador principal de esta fuente de vida. Así que, Satanás ha emprendido una guerra en contra del sacerdote y María.

    María es la clave para tener unidad con Cristo. Sólo yendo por medio de la única que es pura e inmaculada estaremos unidos apropiadamente con Cristo. Es en esta unidad con Cristo que las gracias fluyen.

    La consagración a María y Jesús es el camino a casa, a la profundidad de su Corazón, nuestro pequeño cielo en la tierra. Nosotros apenas rasgamos las afueras de su Corazón. Debemos entrar profundamente a su Corazón para que la gracia fluya como fuego por todo el mundo. El fuego de su amor cubrirá la tierra magníficamente cuando los corazones de más sacerdotes estén consagrados a los Corazones de Jesús y María al celebrar la Misa.

    ¡Oh fuente de vida! La lanza atravesó profundamente el Corazón de Jesús. Las espinas que rodeaban su Corazón, presionaban profundamente. Hoy en día muchos aman a Jesús con un amor superficial.

    Las palabras en la Misa y en las Escrituras no son saboreadas profundamente en nuestro interior. No hay profundidad. Debemos amar a Jesús con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser.

    Debemos rezar por los sacerdotes. El boletín sacerdotal, Pastores de Cristo, es una gran ayuda para dirigir a los sacerdotes a la consagración. En el Movimiento Pastores de Cristo, nuestra labor es, ser los apóstoles de Jesús para ayudar a dirigir a los descarriados de nuevo a su Corazón.

    Nosotros nos hacemos uno en el Corazón de Jesús a través de las grandes gracias que él nos da cuando consagramos nuestros corazones.

    Al hacernos uno en su Corazón estamos dirigiendo a los descarriados a casa, a su Corazón, por medio de la consagración. Habrá un rebaño y un Pastor mientras los corazones son dirigidos a casa al Corazón de Jesús por medio de la consagración. Estamos pastoreando su rebaño al difundir la consagración a las iglesias, escuelas y familias.

    Somos ricamente alimentados en la Eucaristía. Exhortamos a los sacerdotes a leer el boletín sacerdotal. Les pedimos que formen comunidades de oración centradas en la consagración, en las iglesias y les rogamos que dejen las iglesias abiertas para que la gente pueda pasar tiempo con Jesús ante el sagrario.

    Las instituciones están intactas, debemos animarlos a consagrar sus corazones. Estamos tratando de contactar a los niños en las escuelas con la consagración y el rosario. Estamos tratando de contactar a las familias iniciando comunidades de oración en sus hogares y rezando diariamente la consagración y el rosario juntos.

    María nos ha pedido que observemos la devoción al primer sábado del mes. Si muchos hicieran ésto, muchas, muchas almas se salvarían. Todo esto en espíritu de reparación al dar nuestro amor a Dios. Porque los Corazones de Jesús y María han sido grandemente ofendidos. Debemos hacer reparación a nuestro Dios.

    El Padre mira a la tierra. El quiere una familia feliz en la cual nos amemos unos a otros como verdaderos hermanos. El nos demostró la profundidad de su amor cuando dio su vida por nosotros. Este es el amor que él quiere de nuestra parte.

    Dios quiere que seamos una familia feliz en el Movimiento Pastores de Cristo, amándonos profundamente unos a otros. El quiere que estemos unidos profundamente en amor para que amemos como él nos enseñó y que estemos dispuestos a dar la vida por nuestros hermanos.

    Estamos ayudando a dirigir al hombre hacia esta nueva era. Estas son las buenas noticias al difundir la consagración. Nuestra Madre celestial ha prometido en Fátima que tendremos paz en el mundo. El Movimiento Pastores de Cristo está centrado en la consagración que se pidió en Fátima.

    El fuego del amor de Dios se difundirá a través de la tierra con la ayuda del Movimiento Pastores de Cristo - su Corazón reinará.

    Estamos tratando de difundir la consagración a los sacerdotes, hermanas, hermanos, laicos y niños. Los corazones amarán a Dios fervientemente. Cuando ellos consagren sus corazones a Jesús y María, seremos más y más un cuerpo en él. Seremos una familia unida y feliz como el Padre lo pretende - amando a Dios y a nuestro prójimo.

  

  

27 de Diciembre de 1996

La Misa y Fátima

    ¿Puedo decirles lo que es desear a Dios por toda la eternidad y saber que nunca lo tendrán? Este es el destino de las almas en el infierno.

    Yo pido y ruego que se circule este libro "Para Comprender Mejor la Santa Misa" para que todos amen a Dios fervientemente por medio de la Misa, para que su vida fluya abundantemente a través de las manos de los sacerdotes consagrados.

    Esto es el centro de todo: sacerdotes santos y consagrados celebrando la Misa.

    Hemos desobedecido el mensaje de Fátima. En la visión de Lucía de 1929, vemos como la vida, la vida divina de Dios, está fluyendo del Padre, en el Espíritu Santo, por medio del Corazón traspasado de Jesús, a través del corazón de María - sostenido en su mano izquierda - ofreciéndolo a Lucía y a nosotros. Vemos las gotas de sangre derramarse de las llagas de Jesús. Es a través del Inmaculado Corazón de María. Ella es la mediadora de todas las gracias.

    Es a través de las manos de los sacerdotes consagrados que la gracia fluirá abundantemente. Oh Dios, ten misericordia de los hombres porque han pecado. Ellos sucumbirán a una muerte mucho peor que cualquier destino en esta tierra. Padecerán la muerte del alma.

    Lucía vio esta visión: Nuestra Señora de Fátima estaba bajo el brazo derecho de su hijo. María se apareció en Fátima. Ella le dio su plan de paz al mundo. María fue enviada por el Padre para decirle a la humanidad que están pecando y ofendiendo a Dios y que deben de arrepentirse.

    Lucía dijo que recibió iluminaciones hacia el misterio de la Trinidad. Yo relato aquí conocimientos. Durante la Misa conozco más y más el misterio del amor de Dios, su ardiente y eterno amor por nosotros. Cuando los sacerdotes sean sacerdotes santos y estén consagrados al corazón de María y al Corazón de Jesús, la gracia fluirá y la luz cubrirá la tierra. La luz será el fuego que proviene del Corazón traspasado de Jesús, adorado y amado en el Santo Sacrificio de la Misa.

    Luego la luz se lanzará a través del cielo y los corazones obscuros se convertirán a la luz. Esto ocurrirá sólo cuando los sacerdotes y los fieles consagren sus corazones a Jesús y María como ella lo pidió en Fátima.

    Nos hacemos uno en este Sacrificio de la Misa. Debemos unir todas nuestras actividades durante todo el día al Santo Sacrificio de la Misa. Somos uno con Jesús y María cuando consagramos nuestros corazones a ellos y somos uno mutuamente porque si yo estoy en los Corazones de Jesús y María y ustedes también lo están, todos somos uno en sus Corazones.

    Ahora somos un pueblo que camina en obscuridad porque hemos desobedecido a Nuestra Señora en Fátima.

    Todos los grandiosos regalos de Dios están listos y la gracia está proviniendo de la Misa y de nuestras oraciones, pero el día de la avalancha está aquí, cuando las compuertas se abrirán y la gracia se derramará del Corazón traspasado de Cristo como en la imagen de la Divina Misericordia de Santa Faustina.

    Cuando los corazones estén consagrados a los Corazones de Jesús y María y los santos sacerdotes estén celebrando la Misa y estén unidos en todo momento a ese sacrificio, seremos unidos inmensamente y la fuente de la vida de Dios fluirá sobre la tierra y con esto, su gran misericordia.

    Habrá esta gran era de paz en donde el Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado Corazón de María triunfará.

 

 

27 de Diciembre de 1996

Jesús la Luz del Mundo

Escrito un Sábado primero:

Isaías 30: 19-26

Sí pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá.

Después que el Señor les haya dado el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es su educador, ya no se ocultará más y ustedes verán al que les educa. Cuando tengan que tomar el camino ya sea a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán sus palabras resonar detrás de ti: {Este es el camino que deben seguir.}

Encontrarás que son impuros la cubierta de plata de tus ídolos y el revestimiento de oro de tus estatuas. Los tirarás como unas inmundicias y les dirás: {Váyanse de aquí.}

El Señor te dará la lluvia para las semillas que hayas sembrado en el campo, y el pan que te producirá la tierra será sustancioso y nutritivo. Tu ganado pastará entonces en grandes potreros. Los bueyes y los burros que trabajan en el campo, comerán buen pasto aventado a pala y horqueta.

Sobre cualquier cerro alto y sobre cualquier colina elevada habrá arroyuelos y vertientes cuando llegue el día de la gran matanza y se vengan abajo los castillos.

Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes.
 

Isaías 40: 1-8:

Consuelen, dice Yavé, tu Dios,
consuelen a mi pueblo.
Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón,
y díganle que su jornada ha terminado,
que sido pagada su culpa,
pues ha recibido de manos de Yavé
doble castigo por todos sus pecados.

Una voz clama:
{Abran el camino a Yavé en el desierto;
en la estepa tracen una senda para Dios;
que todas las quebradas sean rellenadas
y todos los cerros y lomas sean rebajados;
que se aplanen las cuestas
y queden las colinas como un llano.}
Porque aparecerá la gloria de Yavé
y todos los mortales a una verán
que Yavé fue el que habló.

Una voz dice: {Grita.}
Y yo respondo: {¿Qué he de gritar?}
La voz dice: {Toda carne es hierba,
y toda su delicadeza como flor del campo.
La hierba se seca y la flor se marchita
cuando sobre ella pasa el soplo de Yavé.}
La hierba se seca y la flor se marchita,
mas la palabra de nuestro Dios
permanece para siempre.

    A Adán y Eva les fueron dados grandes regalos y conocimientos hacia Dios. Ellos pecan, la luz del conocimiento de Dios se obscurece. Ellos ya no conocen a Dios como lo conocían antes del pecado.

    Cristo viene, él es la luz del mundo. El muere, se entrega a sí mismo. El comparte su vida con nosotros a través de la gracia santificante.

    A través del Bautismo, recibimos esta participación en su vida divina. Cuanto más él comparta su vida, cuanto más nos saturemos de su vida, más lo conocemos. El se revela a nosotros - vemos la luz.

    El reino de Dios está a la mano. Todo está aquí: la Misa, la Eucaristía, Dios entregándose a sí mismo.

    Para participar más en la vida de Jesús debemos entregarnos a él.

    María se le aparece a Bernardita. María le dice que ella es la "Inmaculada Concepción." Nosotros somos pecadores, pero a través de María, la única que es pura y sin pecado, podemos unirnos profundamente en Dios.

    Estamos en obscuridad a diversos grados. Cuanto más saturados estemos con la vida de Dios, más veremos.

    El reinado de Dios está a la mano. Desde que él vino a la tierra, todo está listo para ver la luz.

    Dios nos está dando grandes gracias para ver la luz ahora. El está levantando el velo.

    Habrá la era de paz como lo prometió María en Fátima.

    El 13 de Julio de 1917, María dijo, " Pero en el fin, mi Inmaculado Corazón triunfará, el Santo Padre consagrará Rusia a mí, Rusia se convertirá y cierto período de paz se le concederá al mundo."
9

Isaías 30:26

"Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte......"

    Nosotros vemos la obscuridad. Como de noche, no vemos las hojas de colores en los árboles, están allí, pero no las vemos.

    Con la luz de la mañana vemos la gloria del hermoso día y el colorido de las hojas.

    Mientras la luz se apodera del cielo, vemos más y más. Al salir el sol gradualmente, vemos más claro la belleza de las hojas.

    Al principio nuestra visión no es tan clara porque la luz no se manifiesta en su más profunda intensidad. Al ir saliendo el sol vemos más y más, hasta que finalmente vemos muy claro la belleza de las coloridas hojas.

Isaías 30:26

"Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte......"

    Cuanto más saturados estemos con la vida de Dios, cuanto más seamos uno en él, más claramente vemos. Es en esta unión, en la profundidad del Corazón de Jesús, que recibimos semejante vida, que lo conocemos con una gran claridad, que se nos da esta visión de Dios.

    No es con los "ojos" con lo que vemos, sino que la iluminación está en el poder del conocimiento que Dios nos da. El ilumina nuestras mentes para que entendamos más hacia sus divinos misterios. Compartimos con él muy íntimamente cuando somos uno con él en la Misa y después de la Comunión. Estos son atesorados momentos en los cuales él nos da una participación especial para conocerlo, nuestro amante Divino.

    Vemos claramente cuando nuestros corazones son corazones de amor. Vemos claramente cuando nuestros corazones están llenos de amor y de paz. Fuimos creados para amar, para amar a Dios y para amarnos los unos a los otros.

    Adán y Eva pecaron. Ellos perdieron el gran regalo que se les había dado. La luz del conocimiento de Dios se obscureció a causa de su pecado.

    Cristo viene al mundo. El es la Palabra. El es la luz del mundo. Viene a salvar al hombre de su pecado. Viene en el vientre de la Virgen María. María es la única pura y sin pecado. Jesús viene a pagar el precio por el pecado de Adán y por nuestros pecados. Todos estamos manchados por este pecado de nuestros primeros padres. María es la única pura e inmaculada, el ser humano más excelso. La divinidad se une con la humanidad en el vientre de María. Ellos son uno. Jesús es cargado en el cuerpo de su madre. Semejante unidad desde el principio, porque la vida de Jesús fue formada en el cuerpo de María.

    ¿Nos sorprende entonces, que si Cristo vino en el vientre de la Virgen María, que también nosotros tengamos que ir a través de ella para unirnos a Jesús? ¿De dónde el orgullo en los corazones de los hombres que piensan que no tienen que ir por medio de su Madre María? Si Cristo viene en el vientre de María para pagar el precio por los pecados del hombre y nosotros estamos manchados por el pecado, para unirnos al Dios Omnipotente quién es todo santo, debemos ir a través de la única que es pura y sin pecado.

    Adán y Eva pecaron. El Padre envía a su Hijo al mundo para pagar el precio por los pecados del hombre. Jesús es el nuevo adán; María es la nueva Eva. El hombre sigue pecando, disgustando grandemente a Dios. El Padre le permite a María aparecerse a Bernardita en Lourdes como la "Inmaculada Concepción", al haber sido concebida sin pecado original. Después el Padre, le permite a María aparecerse a los niños de Fátima como el Inmaculado Corazón de María.

    Nosotros somos pecadores, no podemos unirnos íntimamente a Dios a menos que vayamos por medio de María.

    María es la única pura y sin pecado. Nosotros podemos unirnos profundamente a Dios. Estamos en obscuridad a diversos grados. Cuanto más saturados estemos con la vida de Jesús, más vemos.

    El reino de Dios está a la mano. Jesús vino a la tierra, murió, resucitó al tercer día. El les dio a los apóstoles el poder para convertir el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. Les dio el poder para perdonar los pecados. Cristo estableció su Iglesia derramándose de su costado traspasado. No vemos los grandes regalos que nos da. El nos está dando grandes conocimientos hacia estos regalos. Dios nos está dando grandes gracias para ver la luz ahora. El está levantando el velo.

    Habrá una era de paz y todos veremos con semejante luz así como dice Isaías en el Capítulo 30 verso 26:

Isaías 30:26

"Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte......"

    El hombre pecó. Jesús vino a redimirnos. El hombre aún es tan pecador. María se aparece en Fátima. Ella nos dice que estamos ofendiendo a Dios, que debemos hacer reparación a su corazón y al Corazón de su hijo.

    María nos da el plan de paz para el mundo. Ella nos dice que el sagrado Corazón de Jesús reinará y su Inmaculado Corazón triunfará, pero debemos hacer lo que ella dice. La Iglesia ha aprobado a Fátima. El diablo ha bloqueado el mensaje. ¿Cómo podemos desobedecer a nuestra Madre? ¿Cómo podemos ignorarla? María se apareció en Fátima y fue ignorada. El plan del Padre se cumplirá a pesar de la rebeldía de cualquier persona.

    No estamos escuchando a María. El hombre ha pecado. Jesús vino a redimirnos. María nos dice lo que debemos hacer. La humanidad es desobediente. Desobedecieron a su Madre. No hacen lo que ella les dijo en Fátima que deberían de hacer. Cuando los corazones están consagrados a Jesús y a María, se vuelven corazones santos, unidos profundamente a Dios. El reinado del Sagrado Corazón está a la mano porque él nos ha dado abundante gracia que estamos viendo con gran claridad. Cuando permanecemos después de la Comunión y cuando vamos ante el sagrario él nos da grandes gracias. Cuanto más nos hagamos uno en él, tanto más él ilumina nuestras mentes. Lo conocemos en esta unidad que compartimos con él, especialmente después de la Comunión y ante el sagrario.

    Cuanto más nos enfoquemos en lo que María nos ha dicho, más paz tendremos. Ella es la Reina de la Paz. Nuestro Señor le ha encomendado la paz del mundo a ella. Nosotros difundimos las buenas noticias cuando difundimos la consagración.

    Debemos escuchar las palabras de nuestra Madre. Ella no se irá a causa de la terquedad del hombre. Hemos hecho enojar más a Dios al ignorar a María. Sólo hay un camino: es el plan que María nos ha dado en Fátima.

    Muchos en el Movimiento Pastores de Cristo están amando a Dios fervientemente. En el Movimiento Pastores de Cristo, mientras los apóstoles difunden la consagración a la Iglesia, la familia y la escuela, el fuego del amor de Dios cubrirá la tierra y será iluminada con este amor que proviene del Sagrado Corazón de Jesús. El Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado Corazón de María triunfará.

    Nosotros, en el Movimiento Pastores de Cristo estamos bajo la dirección del Padre Edward J. Carter S.J. ayudando a difundir el fuego del amor de Dios por toda la tierra a través de la consagración.

    Los corazones del hombre se volverán de sus conductas enfermas y desoladas hacia corazones apacibles como el de una ovejita. Habrá un rebaño y un Pastor y su cetro reinará sobre todos. Los corazones que estén consagrados a los Corazones de Jesús y María dirigirán la luz a través de la tierra. Esta luz será de intensa brillantez, más brillante y más abrasadora que la luz de cualquier llama. Será el fuego del amor de Dios. El Espíritu se moverá en todos los corazones que estén consagrados a su Corazón, y sabremos verdaderamente cómo se propaga el fuego, porque el amor de Dios es un fuego, es vibrante, es envolvente, es abrasador, ardiendo profundamente por dentro y creciendo rápidamente por fuera. Jamás ningún fuego en esta tierra podrá describir las pavesas ardientes del Sagrado Corazón de Jesús. Ningún fuego arde como las llamas que vienen de su Corazón y de los corazones que están llenos del amor del Sagrado Corazón de Jesús.

    El 13 de octubre de 1917, Nuestra Señora le dio a Lucía y a 70,000 fascinadas personas una gran visión: el sol comenzó a girar en el cielo, lanzando grandes luces. Esto pasó tres veces en un lapso de 12 minutos aproximadamente.

    Parecía que todo el mundo estaba en llamas, con el sol girando cada vez más fuerte.

    Luego un grito de terror surgió del gentío, porque el sol pareció arrancarse de los cielos y venir a estrellarse sobre la multitud horrorizada.... Precisamente cuando parecía que la bola de fuego estaba por caer y destruirlos, el milagro cesó, el sol volvió a tomar su lugar normal en el cielo, brillando tan pacíficamente como siempre.
10

    María dio esta tremenda señal en Fátima y la gente no escuchó. Los eventos que siguieron fueron como ella lo predijo puesto que la desobedecimos. Hubo una brutal guerra, la Segunda Guerra Mundial. María se apareció en Fátima seis veces a los tres niños. La primera visión fue el 13 de Mayo de 1917. La sexta y última visión fue el 13 de Octubre de 1917. El 13 de Julio de 1917, María les enseñó a los tres niños una visión del infierno. Ella les dijo:

    Ustedes han visto el Infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios desea establecer, en el mundo, la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si la gente hace lo que les digo, muchas almas se salvarán y habrá paz.

    La guerra (La Primera Guerra Mundial, entonces en su furor) terminará. Pero si la gente no deja de ofender a Dios, otra guerra y peor comenzará en el reinado de Pío XI.
11

    María le dijo a Jacinta, una de los tres videntes de Fátima. " Ya no puedo detener la mano de Mi Divino Hijo de golpear al mundo con castigos justos por sus muchos crímenes."12

    Adán y Eva pecaron. Dios Padre envió a su Hijo. El hombre sigue pecando - El Padre envía a María ¡pero es ignorada!

    La paz abundará cuando las naciones, Iglesias, familias e individuos estén consagrados al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. El Movimiento Pastores de Cristo, bajo la dirección del Padre Carter, es un pilar de luz en la obscuridad.

    Debemos animar a todos a consagrar sus corazones al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús y a que se unan a las comunidades de los Pastores de Cristo y al Movimiento Apóstoles del Corazón Eucarístico de Jesús, para rezar por los sacerdotes de una manera especial, por nuestra Iglesia, y por nuestro mundo.

    Este movimiento es para ayudar en la renovación de la Iglesia y del mundo, está basado en la consagración, en la unión de cada una de nuestras acciones al Santo Sacrificio de la Misa, en la recitación del rosario y en hacer reparación a los Corazones de Jesús y de María, especialmente el primer viernes y sábado del mes. Nosotros ayudaremos a salvar a muchas almas por medio de nuestras oraciones y sacrificios. Nuestra consagración a los Corazones de Jesús y María nos ayuda grandemente a este respecto. Los Corazones de Jesús y María y el fuego de su amor iluminarán este mundo obscurecido.

    Muchos están viviendo en obscuridad porque no están obedeciendo a Nuestra Señora. La gente verá la luz cuando la obedezcan y consagren sus corazones a María y al Corazón de Jesús.

    Para tener esta intensa unión con Jesús y con Dios, debemos entregarnos a nuestra Señora. Es ahí en la intimidad con él que nos saturamos de su vida y que nos da grandes iluminaciones, grandes conocimientos hacia sus divinos misterios. Sí, en realidad, la luz se lanzará a través de la tierra y los corazones del hombre serán corazones llenos del amor de Jesús. Ellos conocerán a su Dios con una gran iluminación impartida por el Espíritu Santo, una luz que se les habrá dado gracias a la gran unión que tienen con Jesús. El reinado del Sagrado Corazón de Jesús está muy cerca.

Isaías 30:26:

"Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte......"

Isaías 30:25:

"Sobre cualquier cerro alto y sobre cualquier colina elevada habrá arroyuelos y vertientes cuando llegue el día de la gran matanza y se vengan abajo los castillos."

    El corazón de Jesús es verdaderamente la fuente de vida divina. Fluye a través de la Iglesia, a través de las manos de sus santos sacerdotes. Cuando los sacerdotes estén consagrados a los Corazones de Jesús y María, celebrando la Misa y administrando los Sacramentos, una inmensa cantidad de gracia será derramada sobre la tierra.

    Un pueblo en obscuridad ha visto una gran luz. ¡Jesús, Jesús, Jesús, la luz del mundo!

    Padre Nuestro...venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Todos amaremos como el Padre lo pretende, porque ahora él mira hacia la tierra y la ve cubierta de obscuridad. Mientras los corazones se consagran a los Corazones de Jesús y María, la tierra se cubrirá con la luz de Dios.

Apocalipsis 12: 1-12:

Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Está embarazada y grita de dolor, porque le ha llegado la hora de dar a luz. Apareció también otra señal: un enorme dragón rojo con siete cabezas y diez cuernos, y en las cabezas siete coronas; con su cola barre la tercera parte de las estrellas del cielo, precipitándolas sobre la tierra.
El dragón se detuvo delante de la mujer que iba dar a luz para devorar a su hijo en cuanto naciera. Y la mujer dio a luz a un hijo varón, que ha de gobernar a todas las naciones con vara de hierro; pero su hijo fue arrebatado y llevado ante Dios y su trono, mientras la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar que Dios le ha preparado. Allí la alimentarán durante mil doscientos sesenta días.

Entonces se desató una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron contra el dragón. Lucharon el dragón y sus ángeles. pero no pudieron vencer, y ya no hubo lugar para ellos en el cielo. El dragón grande, la antigua serpiente, conocida como el Demonio o Satanás, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a la tierra y sus ángeles con él.

Oí entonces una fuerte voz en el cielo que decía.

Por fin ha llegado la salvación,
el poder y el reinado de nuestro
Dios,
y la soberanía de su Ungido.
Pues echaron al acusador de
nuestros hermanos,
el que los acusaba día y noche
ante nuestro Dios.
Ellos lo vencieron con la sangre
del Cordero,
con su palabra y con su
testimonio,
pues hablaron sin tener miedo a
la muerte.
Por eso, alégrense, cielos
y los que habitan en ellos.
Pero ¡ay de la tierra y del mar!
porque el Diablo ha bajado donde
ustedes
y grande es su furor,
al saber que le queda poco
tiempo.

    Estamos en el vientre espiritual de María (su corazón). Ella está embarazada, dando a luz a sus hijos de la luz. Al ir a su corazón, ella aplasta la cabeza de la serpiente. Algunas de las estrellas más brillantes que iluminarán la tierra están en el Movimiento Pastores de Cristo. Nosotros somos los hijos de la luz. Estamos siendo enviados por delante mientras ella nos da a luz como sus hijos de la luz para extingir la obscuridad. Debemos entregarnos a María.

 

 

27 de Diciembre de 1996

Conclusión

    En la visión de Lucía de 1929, Lucía vio a nuestra Señora de Fátima bajo el brazo derecho de Jesús. El pondrá el plan de paz de María en acción. Nosotros la hemos ignorado.

El 13 de Octubre de 1917, María dio el siguiente mensaje:

"Yo soy la Señora del Rosario. He venido a advertir a los fieles para que enmienden sus vidas y pidan perdón por sus pecados. No deben ofender más a Nuestro Señor, porque él ya está gravemente ofendido por los pecados del hombre. La gente debe rezar el rosario. Continúen rezándolo todos los días."13

María le dijo a Jacinta:

Los sacerdotes deben ser puros, muy puros. Ellos no deben ocuparse de nada que no sea lo concerniente a la Iglesia y a las almas. La desobediencia de los sacerdotes, a sus superiores y al Santo Padre es muy desagradable para Nuestro Señor.

Ya no puedo detener la mano de Mi Divino Hijo de golpear al mundo con castigos justos por sus numerosos crímenes.
14

    Dios permitió que el mundo sufriera la brutal guerra después de que María fue ignorada. El es un Dios justo.

Mateo 25:32-33

    "Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda."

    "Antes de recibir las seis apariciones de Nuestra Señora, desde Mayo hasta Ocutbre de 1917, los tres videntes de Fátima fueron visitados por un ángel en tres diferentes ocasiones durante el año precedente.."15

El segundo mensaje del ángel dice:

    ¡Recen! Hagan mucha oración. Los Corazones de Jesús y María tienen planes misericordiosos para ustedes. Ofrezcan oraciones y sacrificios continuamente al Altísimo. Hagan de todo lo que hacen un sacrificio y ofrézcanlo como un acto de reparación por los pecados por los cuales Dios está ofendido y como una petición por la conversión de los pecadores.16

    Debemos unir cada una de nuestras acciones como un sacrificio al Santo Sacrificio de la Misa que se celebra en todo el mundo.

    En el otoño del mismo año, el ángel visitó a los videntes por última vez:

    El ángel vino...llevaba un cáliz de oro en una mano y en la otra una Hostia sobre el cáliz. Los niños asombrados se dieron cuenta de que gotas de sangre caían de la Hostia al cáliz. Presentemente, el ángel dejó ambos suspendidos en el aire y se postró en el suelo, diciendo esta hermosa oración: Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por las atrocidades, sacrilegios e indiferencia por los cuales él esta ofendido. Te ruego la conversión de los pobres pecadores por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y la intercesión del Inmaculado Corazón de María."17

Sor Lucía relata cómo el ángel les dio la Comunión:

    Luego, levantándose, el ángel tomó el cáliz y la Hostia en su mano. El me dio la Sagrada Hostia y compartió la Sangre del cáliz entre Jacinta y Francisco, diciendo:

    "Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, ¡terriblemente agraviado por hombres malagradecidos! Hagan reparación por sus crímenes y consuelen a su Dios."
18 19

    El ángel también nos recordó que la Eucaristía está en el centro de la vida de la Iglesia. Y, muy importante, en cada uno de sus tres mensajes, el ángel remarcó nuestra atención al papel crítico que los Corazones de Jesús y María entablan en nuestras vidas Cristianas.

    Otro hecho admirable es que en cada una de las tres apariciones, el ángel ya menciona los Santos Corazones de Jesús y María, como si estuvieran conectados uno al otro por una unión indisoluble. Incluso, la narración de la primera aparición presenta una frase notable la cual parece haber sido poco observada. Después de enseñarnos esta oración centrada completamente en Dios, "Dios mío, Yo creo, yo adoro, yo espero y te amo" el Angel añadió: Recen así. Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus plegarias." ¡Nosotros le rezamos a Dios y son los Santos Corazones de Jesús y María quienes escuchan y responden a nuestras oraciones! ¿Cómo pudiera expresar mejor la verdad de que sólo podemos ir a Dios y complacerlo por medio de esta meditación única y universal?

    Del mismo modo, en el verano de 1916, cuando el Angel anuncia a los tres videntes sus futuras vocaciones, son los Santos Corazones de Jesús y María que aparecen al frente como los mediadores inseparables del "Padre de la Misericordia." El les dice, "Los Corazones de Jesús y María tienen designios misericordiosos sobre ustedes.

    Finalmente, la tercera vez, en la oración de la ofrenda Eucarística, es por "los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y la intercesión del Inmaculado Corazón de María," que el Angel ruega a la Trinidad por "la conversión de los pobres pecadores."

    Con este pensamiento constante de la mediación de los Santos Corazones de Jesús y María, estamos ya en el mismísimo centro del Mensaje de Fátima.
20 21

    La clave para dar lugar al reinado del Sagrado Corazón de Jesús y al triunfo del Corazón Inmaculado de María, se centra en la consagración. Es a través de corazones consagrados uniéndose como uno solo, unidos a cada segundo al Santo Sacrificio de la Misa ofrecida en todo el mundo, que la gracia será derramada en proporciones abundantes sobre la tierra. ¡Necesitamos la vida de Jesús!

  

  

Dedicación de estas escrituras

Para Jesús la Luz del Mundo
Mi Amado
Mi Salvador
Mi Novio
Mi Todo

Para Jesús, el Dios Todopoderoso, el Amante más grandioso de todos.
Yo le entrego mi alma. Te amo, Jesús.

    

  

Escritos

Los siguientes escritos provienen de mi diario desde el 1ero de Septiembre de 1995 hasta el
31 de Diciembre de 1995. En estos escritos yo hablo acerca de mi Amado Jesús.

  

  

1 de Septiembre de 1995

Qué Tiernamente Nos Ama Jesús

Escrito un Viernes Primero:

    ¡Tengo tanto remordimiento por la irreverencia que le he dado a Jesús en el Santísimo Sacramento! Ante el sagrario y después de la comunión, él me ha dado grandes gracias y participación en su precioso amor.

    Tantos tiernos momentos, recuerdo su compasivo amor, ¡semejantes regalos se me han dado! Recuerdo mi cercanía con él, los momentos que comparto con él, estos momentos especiales después de la Comunión y ante el sagrario en el Centro.

    Soy tan malagradecida por sus grandes regalos hacia mí.

    Jesús está tan vivo y verdaderamente presente con su profundo amor y cuánto lo ofendo y no valoro su presencia y sus regalos.

    Quiero apreciar mucho todos y cada uno de los momentos que Jesús con su tierno amor ha pasado conmigo. Lo amo tanto. Es al darme cuenta de esto que lo amo más profundamente.

    ¡Qué tiernamente nos ama Jesús a pesar de nuestra indiferencia e ingratitud!

    Me doy cuenta de su presencia, mi precioso amor, y qué significativos son estas memorias y momentos para mí. ¡Significan para mí más que cualquier otra cosa en mi vida y qué malagradecida soy por estos preciosos regalos de parte de Jesús! El pudiera quitar la Eucaristía, o la disponibilidad del sagrario. Te amo, mi Salvador. El me da cuanto yo necesito.

    Muchos tratan a Jesús con tanta indiferencia. Veo mi indiferencia e ingratitud y se me parte el corazón porque he ofendido a mi precioso enamorado.

    Valoro cada momento y cada regalo que él me ha dado. Más que las perlas más finas, estos son regalos especiales de nuestro amado Salvador.

    Qué tiernamente nos ama Jesús. ¡Somos tan malagradecidos con él!

    Jesús es "...el Camino, la Verdad y la Vida...." (Jn. 14:6) Es aquella persona que nos ama. El quiere que lo amemos con un corazón ferviente. Quiere que le digamos al mundo sobre su amor. El sufrió tanto durante la Pasión por la indiferencia y falta de respeto que le damos hoy en día en el Santísimo Sacramento, el Sacramento de su gran amor.

    No me daba cuenta de qué tanto significaban para mí estos preciosos regalos. El es mi vida. El es mi amor. El es Jesucristo, el Hijo de Dios.

    Lo amo. Lo amo. Lo amo con todo mi corazón y con toda mi alma.

    Si tengo a Jesús, tengo todo. Nunca debería quejarme por nada. Soy tan malagradecida.

    Amo tanto a Jesús. Renunciar al sagrario y a la Eucaristía sería una gran pérdida, ¡es semejante regalo! Somos tan malagradecidos. El sigue dándose a sí mismo y es ignorado y olvidado. El sigue esperando horas interminables en el sagrario.

    ¿Qué si tuviéramos que renunciar a la Eucaristía? ¿Qué si no pudiéramos ir a Misa? ¿Qué si los sacerdotes estuvieran en prisión y no pudieran celebrar la Misa?

    Jesús le da al sacerdote el poder para convertir el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre. El le da al sacerdote el poder para bautizar y perdonar los pecados. El sacerdote debería ser muy reverente y respetuoso hacia Jesús en el Santísimo Sacramento. Qué honor para el sacerdote haber sido elegido por Jesús y que se le haya dado este gran regalo. El sacerdote debería cantar con alegría porque está ungido por Dios quién tanto lo ama.

    Estoy consciente de los grandes regalos que nos ha dado Dios - una fruta fresca, un cielo azul, un día soleado. Estoy consciente de la bondad de Dios, grabada profundamente en mi ser.

    Puedo enfocarme en la Eucaristía expuesta ahora, primero de Septiembre de 1995, en la capilla mayor, en el Centro Nuestra Señora del Espíritu Santo. Jesús está rodeado de flores. Cuán profundamente me ama. Siento un profundo amor por él, al acordarme de todos los momentos en su cercanía.

    Me doy cuenta de cuanto nos ama Jesús. Yo tengo un gran romance con mi querido Dios. Amo su vida.

    Lo he tratado con tanta indiferencia. Nunca volveré a hablar ante el Santísimo Sacramento.

    ¡En su nombre toda rodilla debe doblarse y hacer reverencia a nuestro Dios omnipotente!

 

 

2 de Septiembre de 1995

Voy hacia Mi Señor y Muero a Mis Modos Egoístas

Escrito en el transcurso de mi retiro un sábado primero:

    El mundo está sufriendo y en dolor. Buscar la gratificación momentánea no satisfacerá el alma hambrienta.

    Por muchos años, busqué comida, busqué placeres momentáneos: palomitas, películas y todas las cosas que me hicieran sentir mejor. Yo quería el amor y la aprobación de los demás para sentirme mejor.

    Lo que me hace sentir mejor es sanar el alma herida, el corazón herido. El Corazón de Cristo padeció las heridas del rechazo, del sufrimiento y del dolor. Su cuerpo muestra las marcas de sus sufrimientos, pero él se sobrepuso a todo esto y amó.

    Te doy mis heridas, Señor, mis pecados, mis faltas. Te doy todas las cosas que he escogido antes que a ti para gratificarme. Yo pongo ante ti todas esas cosas que usé para darme satisfacción, amor y aceptación.

    Yo pongo todas estas cosas al pie de la cruz, faltas y todo y me ofrezco como un sacrificio.

    Me ofrezco al Padre. Me uno a Jesús y me ofrezco como un sacrificio al Padre. En este retiro, pido por las gracias que más necesito para llevarme a una unión más cercana con Dios, María, los ángeles y los santos.

    Voy a ti y clamo por tu amor. Tu amor es la medicina para sanar mi alma enferma. Mi alma está sedienta de tu amor. Estoy arrepentida por todas las veces que busqué gratificaciones momentaneas en cosas mundanas. Mi alma se ³enferma más² al entregarme a mis apetitos y caprichos. ¡El alma que está llena del amor de Dios no tiene hambre de las cosas de este mundo!

    Nuestras almas tienen hambre de Dios. Los miembros de la Iglesia deben de ser alimentados con su amor. Cuando las almas de la Iglesia sean alimentadas con el amor de Dios, vendrán a la Iglesia por su alimento. Tratar de alimentar las almas hambrientas con otras cosas las deja vacías y sufriendo.

    Cuando observamos nuestros pecados, vemos en nuestras vidas las cosas que fueron más importantes que Dios. Cuando pecamos elegimos algo en lugar de Dios. En estos momentos, cuando pecamos, elegimos nuestra propia gratificación sobre la voluntad de Dios.

    Hagamos oración por los sacerdotes y por la Iglesia. ¡Vayamos a Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa y seamos alimentados con el Pan de Vida! Jesús se ofrece a sí mismo. El nos da su Cuerpo y su Sangre.

    ¿Qué estoy utilizando para alimentar los anhelos de mi alma? Mi alma anhela la vida divina de Jesús. El viene ataviado de blanco, resplandeciente y glorificado. Lleva consigo las llagas de su muerte. Nosotros participamos en su vida. El nos saca de nuestra perdición. Primero debemos morir a nosotros mismos, debemos abandonar nuestros caminos pecadores y creceremos más profundamente en la vida de Cristo.

Jn. 12:24

.....Si el grano de trigo no cae en tierra
    y muere,
queda solo;
pero si muere,
da mucho fruto.

    Debemos renunciar a nuestros modos egoístas. Debemos ser purificados. Debemos dejar atrás toda nuestra maldad y caminar por el camino del Señor. Caminemos por la vereda que él nos ha señalado.

    Si abandonamos a Dios y nos entregamos al placer egoísta, sólo recibimos gratificación momentánea. Estamos en pecado. El placer se acaba pronto.

    Así como hay grados de estar saturados con la vida de Dios, hay grados de estar más y más profundamente en pecado. Dependiendo de la profundidad de nuestro pecado, hay diferentes niveles de separación de Dios.

    Oh, Señor, deja que mi alma se llene de tu vida.

Después de la Comunión:

    Cuando estoy con mi director espiritual, no quiero hablar sobre cosas incidentales, quiero hablar sobre Jesús. El está muy cerca de Jesús y sabe muchas cosas que yo no sé. Deseo saber más sobre Jesús.

    Cuando recibo a Jesús en la Comunión, es Dios mismo y él se une a mí de una manera tan íntima y profunda. Es entonces que él imprime sobre mi alma profunda sabiduría sobre sí mismo. Al compartir esta intimidad con él, me da un conocimiento, un conocimiento que no se puede adquirir en ningún texto.

    Jesús nos llama a la santidad. No debemos entregarnos a nuestros apetitos y caprichos. Debemos darnos cuenta de que solamente seremos felices cuando vivamos de acuerdo a la voluntad de Dios. Debemos disciplinar nuestras voluntades y buscar solamente lo que él quiere. Como estemos en nuestros corazones, así estaremos en el mundo. Si Jesús vive en nuestros corazones, somos uno en Dios. El vive en este mundo a través de nosotros. El cuida de todas nuestras necesidades.

    Tuve semejante experiencia en la Iglesia la Santa Cruz - Inmaculada al estar leyendo las meditaciones del rosario del 17 Marzo de 1995. Me sentí cerca de Jesús en mi corazón a través de estas meditaciones. Me sentí de la misma manera cuando recé el Vía Crucis.

Mt. 6:10

venga tu reino
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el Cielo,

    Vean a Jesús ataviado de blanco y parado en el pueblo de Jerusalén. Con sus manos extendidas y el pueblo frente a él, predicando. Veo la edificación con la cúpula redonda detrás de él.

    Debemos identificarnos con Jesús en todo lo que hacemos. Debemos estar conscientes de él a cada segundo. Como estamos en nuestros corazones, así es como estamos en este mundo. Las cadenas son removidas y somos liberados por su poder. Somos liberados de todas nuestras ataduras cuando permanecemos arraigados en él. Sentimos como si estuviéramos volando sobre la tierra. Todos somos hijos del Padre. Debemos difundir el amor de Dios a todos los hijos del mundo.

 

 

3 de Septiembre de 1995

El Bien que Yo Hago Actúa como las Olitas en un Estanque

Escrito durante mi retiro:

    El bien que yo hago actúa como olitas en un estanque - repercute hacia todas las personas con las que convivo.

    Cuando pecamos, no vemos los efectos de gran alcance de ese pecado hacia los demás en el mundo.

    Cuando sigo el camino de Dios, otras personas son tocadas por su luz a través de mis acciones.

    Cuando peco, reflejo una sobra obscura. Los demás no son tocados por Dios actuando en mí. He elegido malas acciones en vez de buenas acciones.

    Jesús quiere que moldiemos nuestras vidas a la de él y a la de su Madre. Entonces, como yo esté en mi corazón, así estaré en el mundo. Su luz brilla a través de mí mientras interactúo con los demás. Si mi corazón está lleno de su luz y su amor, los demás ven la luz y el amor reflejado en mi vida. Si mi corazón está lleno de obscuridad, entonces los demás no ven esta luz reflejada en mi vida.

    Piense en alguién que se queja. Varias personas están reunidas en un cuarto. Ahí puede haber un cierto sentido de ansiedad, un sentido de apasionamiento. Una persona habla y empieza a quejarse. Ellos ven el mundo como si estuviera corrompido y obscuro. Los demás, para relacionarse, comienzan a identificarse y rápidamente empiezan a quejarse sobre ciertas cosas y es triste decirlo, también sobre otras personas. Una persona empieza a decir una historia mejor y empieza la competencia por tomar la palabra. Pronto el enfoque es decir una historia mejor, ni siquiera pensando sobre quién o qué se está discutiendo, sólo tratando de contar una historia mejor.

    Piense de nuevo en el mismo cuarto. Muchos están reunidos y alguien empieza a hablar sobre la bondad de Dios, el brillante cielo azul, un respiro de aire fresco. Dentro del alma está el ardiente deseo de ser alimentado con el amor de Dios. Hablar sobre su amor ferviente excita el apetito más grande de todos. Tenemos las más grandes noticias para discutir. El está vivo. El nos está dando grandes conocimientos hacia los misterios de su vida. Por qué nos preocuparíamos sobre cosas tan incidentales cuando él nos está dando tanta sabiduría y conocimiento.

    Satanás anda rondando por la tierra como un león tratando de devorar a sus víctimas y mandarlos a las llamas ardientes del infierno para siempre. El sigue presionando, nos engaña con sus mañas y estamos cayendo en su trampa. Llevamos a cabo su trabajo sin darnos cuenta de que nuestra acción ha tomado mal rumbo. Eva dijo, "....La serpiente me engañó y comí." (Gn. 3:13)

    Dios nos llama a la santidad, nos llama a cuidar nuestra lengua. El nos llama a encender luces donde estemos, nos llama a proclamar el mensaje del Evangelio. No debemos ceder a la "conversación inútil" sólo por conversar. Debemos cuidar nuestra boca y nuestra lengua. ¡Esta es la manera que él escogió para entrar a nuestro cuerpo!

    Dios entra a nuestro cuerpo a través de nuestra boca. Si nos diéramos cuenta del gran honor que se nos da al poder recibir su Cuerpo y su Sangre, nunca hablaríamos acerca de alguien maliciosamente. Si tuviéramos en cuenta los grandes regalos que se nos han dado, cantaríamos con alegría.

    Incluso en la iglesia, muchos han adoptado maneras ateas. La gente sólo hace ademanes. Dios se sienta en su trono y ellos ignoran al Maestro.

    La vida fluye del Padre, en el Espíritu Santo, por medio del Corazón traspasado de Jesús, a través del corazón de María, a nuestros corazones y nosotros somos conductos para difundir su vida hacia el mundo.

    Debemos enfatizar el amor de Dios primero y luego los aspectos sociales.

    Dios es la Fuente de toda vida y amor. Debemos estar arraigados profundamente en él para amarnos a nosotros mismos y para amar a otras personas. El enfocarnos sólo en nosotros mismos y en los demás es no tomar en cuenta la Fuente. Debemos estar conscientes primero de Dios, luego amarnos a nosotros mismos y a nuestro prójimo. ¡La vida no es vida sin Jesús! El Padre Edward J. Carter habla de esto en su libro; Response to God's Love (Respuesta al amor de Dios). El les llama los tres conocimientos y amores: el conocimiento y amor a Dios, a nosotros mismos y al prójimo. Los tres son esenciales.

    María siempre accedió a la voluntad del Padre. El ángel le dijo, "....no temas..." (Lc. 1:30) y reveló el plan del Padre. Jesús nos dice que no temamos, el Padre tiene un plan para nosotros. El es un Dios justo. Nosotros hemos de temer a Dios. Tantas personas hoy en día no tienen en cuenta la ira de Dios por los pecados. Hay un infierno y muchos irán allí si no obedecen a Dios.

    Nuestra Señora de Fátima les enseñó a los niños una visión del infierno. Las almas están yéndose al infierno para toda la eternidad a causa de sus pecados. Muchos de los hijitos perdidos de María irán al infierno. Yo clamo en mi corazón, "¿Señor, que puedo hacer?"

    Dios quiere que nos entreguemos a él, que recemos y nos hagamos santos. Dios nos ama tanto. El está vivo. El está vivo este día. El está verdaderamente presente en la Eucaristía, no está menos presente que el día que caminó en la tierra. El vive en nuestros corazones. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo viven en nosotros de una manera especial cuando somos bautizados y estamos en estado de gracia.

    Piensen en el esfuerzo que hizo Nuestra Señora al viajar en burro durante el largo viaje a Belén. Ella está embarazada y está por dar a luz a Jesús. En su lucha, ella accedió siempre a la voluntad del Padre.

    Su camino no fue una vida fácil, fue una vida de alegría y de dolor.

    Si pudiéramos ver el dolor en el rostro de María, si pudiéramos ver el dolor en su corazón, haríamos todo lo que pudiéramos para ayudar a otros a conocer el amor profundo y ferviente de Dios.

    ¿Sabemos que Dios nos permite sufrir para ganarnos una mayor vida en él? María viajó con un bebé en su vientre por el arduo camino, de arriba a abajo. Jesús caminó con la cruz en su espalda sobre el camino rocoso, de arriba a abajo. Nosotros viajamos sobre nuestro arduo camino hacia él. Nuestras cruces no son como su cruz. Nuestra jornada no es nada comparada a la de María en el camino a Belén cargando un bebé o como su viaje a Egipto a media noche cargando sus pertenencias, o nada comparado al camino del Calvario. Nosotros recibimos cruces pequeñas. Unimos nuestros sufrimientos a los de él. Llevamos a cabo su vida en nuestras vidas. El nos pide que carguemos nuestras cruces voluntariamente. El nos pide que nos sacrifiquemos por nuestra propia salvación y la de nuestros hermanos. Nos quejamos sobre las cruces que él nos da.

    La cruz conduce a la vida. La cruz es nuestro camino a la vida eterna. El quitar la cruz es perderse la vida, la vida abundante que él vino a darnos. La vida está arraigada en la cruz.

    ¡Oh, la Misa, la Misa, el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, el regalo que se le ha dado al hombre y el hombre vaga sin rumbo por toda la tierra en busca de un tesoro mundano para saciar el hambre que hay en su alma!

    Dios mío, Dios mío, Yo clamo a tu gloria y honor desde la profundidad de mi alma, con todo mi ser. Yo proclamo tu grandeza y espero las cortes del Señor.

    Yo me ofrezco como un sacrificio para conducir a todos a tu ardiente amor. Tú eres el tesoro que busca el alma.

    Tu amor es la medicina para el mundo enfermo. Tú esperas tiernamente y nos llenas de ti mismo. Nos das la vida y la alimentas de ti mismo.

    Este es el amor que tienes para mí. Tú te entregaste para que yo tuviera vida.

    Te hablo a ti, niñito, en el pesebre de Belén. Te veo rodeado de ovejas y pastores. Déjame ser un pastor para ayudar a conducir a los hambrientos a tu amor.

    Lamento tanto que tú, pequeñito, con un corazón ardiente, seas ignorado y olvidado por muchos. Yo me ofrezco como un sacrificio para difundir la devoción a tu Sagrado Corazón y al corazón de tu Madre a lo largo de este mundo. Enséñame el camino. Me entrego a ti.

    Condúcenos a todos por medio del Movimiento Pastores de Cristo a una relación más profunda contigo. Deja que nuestras oraciones por los sacerdotes y por cada uno de nosotros resuenen a lo largo del mundo al llevar a cabo esta misión a través de ti. Esta es una misión que tú nos has encomendado, difundir esta devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María por todo el mundo.

 

 

4 de Septiembre de 1995

Mi Seguridad Se Encuentra en Ti.

Escrito el día del trabajo a las 8:45 a.m. en la Iglesia de Santa Gertrudis:

    Yo no creo como debería de creer que tú estás verdaderamente aquí Señor. (Tuve dolores en mis manos y pies anoche y hoy).

    El está reforzando mi fe y yo me estoy resistiendo. Muchas veces estoy lista para escapar. Dios quiere ambos pies fuera de la tierra. Se me han dado gracias en abundancia. Ni siquiera sé qué tan bendecida estoy. Es sólo su gracia la que me sostiene.

    Anhelo ser fortalecida más y más profundamente en mi fe. Veo verdaderamente mis debilidades y conozco más y más mis defectos. Anhelo humildad y sinceridad en mi alma para vivir sólo para amar a Dios y para dar su amor a los demás, pero, en mi debilidad, no llego a servirle como yo quisiera.

    El Señor es mi amor. El es tierno, bondadoso y verdadero. El espera mientras yo pruebo este y el otro capricho. El está siempre a mi lado esperando con su profundo amor.

    Yo doy un paso adelante y otro atrás entre la firme convicción y dudas y él espera cerca de mi corazón dándome grandes regalos de su amor.

    Te he buscado Señor. Me has dado tu mano. Me he alejado de ti por más seguridad de mis compañeros. Mi seguridad se encuentra en ti. Mi profundidad se mide por qué tan profundamente vivo en ti. Me conmuevo hasta las lágrimas al saber de tu presencia conmigo y me apena por no tenerla más en cuenta. Verdaderamente se me han dado grandes regalos y soy tan malagradecida.

    Tu presencia impregna mi alma. Yo te comprendo más y más Señor, al darme mayores gracias. Yo dependo totalmente de ti para todas las cosas.

    Desde el 28 de Febrero de 1995, supe que me uní profundamente a Dios, no he experimentado el inmenso anhelo en mi corazón que tuve una vez. Había experimentado el dolor amargo de quererlo tanto. Ahora conozco su presencia siempre.

    El me ha dado sus consolaciones a raudales muchas veces y qué malagradecida soy por estos regalos. ¡El me ha permitido experimentar este profundo y ardiente amor!

    A veces, nuestros cuerpos podrán sentirse separados de él, pero en la profundidad de nuestra alma estamos unidos para siempre con él por medio de su gracia lo sintamos o no.

    En la noche obscura, sentimos el dolor. En la luz de la mañana, él nos da el resplandor del día. Entonces, somos consolados con su ardiente amor.

    Venga el dolor, porque en el dolor experimentamos la gloria de la resurrección. Es experimentando las noches obscuras que conocemos la luz del día siguiente. Es en la separación que conocemos el levantamiento del velo. Es en la dulzura y en el sufrimiento que conocemos su rostro.

    Veo a Jesús sufriendo, ensangrentado, herido y golpeado, coronado con espinas, iluminado y glorificado al tercer día. Siempre hay una mirada de paz en su rostro aún en el más profundo sufrimiento.

    Veo el niño en los brazos de María. Veo la preocupación en su rostro mientras busca a su Hijo en el templo. Veo a un hombre muerto que yace en sus brazos bajo una cruz. Veo el blanco resplandor que proviene de la tumba al tercer día. Su alma había dejado su cuerpo, pero el niño resucitó a una vida nueva. Cristo ganó la victoria de la resurrección para todos. Desde los primeros momentos de la concepción hasta su Ascensión al cielo, él permaneció en esta tierra por amor a nosotros. Ahora quedamos nosotros y él vive en nosotros hoy. Llevamos a cabo su vida, muerte y Resurrección en nuestras vidas, muriendo y resucitando en él, tratando de vivir de acuerdo a la voluntad del Padre.

 

 

4 de Septiembre de 1995

Tomen Su Misión en Serio

    "....Preparen un camino al Señor; hagan sus senderos rectos." (Mt. 3:3)

    Nuestro Señor fue bautizado por Juan Bautista. El Espíritu Santo vino sobre él.

    Hoy Jesús está con nosotros. No está tan lejos que no podamos platicar con él. Permanece con nosotros y a cada momento está atento a todas nuestras necesidades. ¡El está con nosotros!

    Jesús quiere que no nos preocupemos ni nos impacientemos, sino que nos acerquemos a él y pongamos nuestra confianza en él.

    Me lleno de gran emoción al leer las Escrituras porque conocer a Jesús es conocer a mi Padre.

    El me ha enseñado tanto porque así me ama.

    Amo tanto a mi Padre. Es él quién me ha permitido acercarme mucho a Jesús y me ha revelado grandes cosas por medio del Espíritu Santo.

    Amo a Dios con el amor más profundo. Amo tanto a mi Padre. Silenciosamente, él me cuida y me ama y soy tan ciega. No veo la constancia de su amor. No lo veo dándome vida. El Espíritu permanece en mí, dándome este amor ardiente de Dios, derritiéndome y moldeándome cada vez más y más a la imagen de Jesús y no veo la obra de Dios en mi vida. ¡Soy tan malagradecida!

    El está verdaderamente dentro de mí y yo soy tan indigna y necesito mucho enmendarme, pero de todas maneras él me ama y su amor sigue dándome grandes gracias.

 

 

5 de Septiembre de 1995

Una Confesión

    Estoy tan decepcionada conmigo misma, porque veo que son muchas mis faltas y caigo tantas veces en pecado.

    Yo anhelo amarte y adorarte y soy tan débil en mi forma de ser.

    Caigo tan fácilmente en pequeñas trampas puestas por Satanás, caigo tan fácil. ¡Me alejo muy fácilmente y yo anhelo y tengo sed de estar siempre más cerca!

    Veo tu grandeza. Te amo más y más. Estoy asombrada de tu presencia. Cuanto más te conozco y te amo, más lo siento por mis equivocaciones, mis pequeñas ofensas contra ti, amado mío.

    Soy tan indigna de tu amor y tu bondad.

    Esta es una carta de parte mía para ti, mi dulce Jesús, amado mío, precioso mío.

    Tuve el mayor regalo, la Santa Eucaristía, y no la valoré. No te agradecí lo suficiente. No te adoré lo suficiente. No te alabé lo suficiente.

    Te amo con el amor más profundo, mi Dios, mi todo.

    Ahora estás aquí ante mí, expuesto y mi corazón está lleno de admiración y de reverencia, porque tú eres verdaderamente Dios, y yo soy tu sierva, tu amada sierva.

    Te amo. Te amo. Te amo.

    María, Madre mía, condúceme a una mayor intimidad con mi amado Jesús. Pido tu intercesión por ésta, mi oración ferviente.

    Oh amado Jesús, mi súplica es que me des todo lo que necesito para estar más cerca de ti.

 

 

6 de Septiembre de 1995

¿Vemos los Corazones?

Escrito a las 9:15 a.m., en el cementerio:

    Una gran parte del mundo es frío e insensible. Mostrar emoción se ve con desdeño o como si algo anda mal. No dejes tus lágrimas caer, mi amado mundo, detén el torrente - éste es el mensaje del mundo. ¿Cómo puedo conocer a Jesús como lo conozco y no conmoverme a semejante emoción? El viene a nosotros como el Sagrado Corazón; María viene como el Inmaculado Corazón. El amor incluye emoción, ardiente emoción. Estoy envuelta en profundos sufrimientos al ver este mundo ciego y saber cuánto ama Dios a todos. Tengo fuerte dolor en mi corazón cuando Jesús y María me permiten sufrir hasta cierto punto los dolores que sufrieron ellos. Estas emociones son indescriptibles en palabras. Las lágrimas no pueden expresar el dolor de adentro.

    Si lloramos hoy en día, todos dicen "¡Qué te pasa, deja de llorar!"

    Cristo mismo lloró por Jerusalén. El se iba a rezar a solas constantemente. ¿Lloró Jesús? ¿Expresó la profunda emoción dentro de él? Su corazón está ardiendo con semejante amor por la humanidad, que vino a este mundo y tomó la naturaleza de un hombre, ¡él padeció una muerte brutal en la cruz para que tuviéramos vida!

    Jesús viene como el Sagrado Corazón. Su cuerpo estaba cubierto de sangre y heridas. Su cabeza fue perforada con espinas. Sus manos y pies fueron perforados con clavos. Su corazón fue traspasado con una lanza. No vemos, somos insensibles. María es mostrada con las espadas en su corazón. ¿Cómo podemos mirar a Jesús y María con heridas en sus Corazones, la cruz arriba del Corazón de Jesús, la corona de espinas rodeando sus Corazones y no conmovernos hasta las lágrimas?

    Muchos hombres son fríos e insensibles en sus corazones. Muchas Misas son celebradas con falta de emoción. Mucha gente va a Misa y sólo siguen los ademanes.

    La Misa está viva. Jesús está vivo. El está aquí. ¡El sacrificio del Calvario es hecho presente sacramentalmente en la Misa!

    En la Consagración de la Misa escuchen a su amada Madre llorar por sus hijitos perdidos del mundo. Véanla y escúchenla clamando con una espada en su corazón.

    ...María les enseñó a los tres niños una visión del infierno. Ella les dijo:
   
    "Ustedes han visto el Infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios desea establecer, en el mundo, la devoción a mi Corazón Inmaculado. Si la gente hace lo que les digo, muchas almas se salvarán y habrá paz."

    "La guerra (La Primera Guerra Mundial, entonces en su furor) terminará. Pero si la gente no deja de ofender a Dios, otra guerra y peor comenzará en el reinado de Pío XI. Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida [2 de Enero de 1938] sepan que ésta es la gran señal que Dios les da, que él va a castigar al mundo por sus numerosos crímenes por medio de guerra, hambre, persecución a la Iglesia y al Santo Padre."

    "Para prevenir ésto, yo vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la Comunión de Reparación de cinco sábados primero del mes. Si mis peticiones son concedidas, Rusia se convertirá y habrá paz. Si no, desparramará sus errores por todo el mundo, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir mucho y varias naciones serán destruidas..."

    "Pero en el fin, mi Corazón Inmaculado triunfará, el Santo Padre consagrará Rusia a mí, Rusia se convertirá y cierto período de paz se le concederá al mundo."
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    Estoy de pie bajo la doceava estación del Vía Crucis en la Iglesia Católica - la Santa Cruz Inmaculada y experimento un doble dolor por María - un profundo dolor en su corazón al ver ante ella a su amado hijo colgado en la cruz, el hijo de sus entrañas y el dolor de ver a sus amados hijos yéndose al infierno hoy a pesar del sufrimiento y muerte de Jesús.

    En la estatua de la Madre Dolorosa, ella eleva sus manos suplicantes ante nosotros y nos ruega y nos suplica que despertemos antes de que sea demasiado tarde.

    Yo experimenté su sufrimiento en diferentes ocasiones en el transcurso de la Pasión - sus siete dolores. Estos dolores fueron una gran alegría para mí para conocer más profundamente el mensaje que quiero entregar a este mundo.

    ¡Es el mensaje del ardiente amor de su Hijo, Jesucristo!

    Nosotros los vemos con sus Corazones heridos, vemos al Sagrado Corazón con espinas. Vemos su Sagrado Corazón con una cruz arriba. Nuestro amor por ellos es frío.

    Su amor, es el amor que ambos Jesús y María manifiestan en el Vía Crucis y en los Misterios Dolorosos. Yo siento estas emociones. Conozco el amor. Siento el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a través de toda la Misa. Siento el dolor cuando voy ante el sagrario. Jesús quiere nuestro amor. Estuve envuelta en un dolor tan agudo el Jueves de la Ascensión. El está vivo hoy.

    Conozco el amor. Siento el dolor. Lloro en la alegría. Lloro en el dolor. El amor que Jesús tiene es el amor que experimentamos cuando estamos de pie bajo la cruz con María y vemos a nuestro mejor amigo morir por nosotros. El está cubierto de sangre.

    Somos insensibles, somos fríos, reservados, formales. Estamos en nuestras cabezas y no en nuestros corazones. El nos llama para que lo amemos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y todo nuestro ser. Nuestros corazones son fríos, algunos son corazones de piedra. Veamos al Corazón Inmaculado y al Sagrado Corazón. Ellos tienen Corazones que laten y arden con el amor más profundo, las manos de Jesús en cada lado de su Corazón. Ellos muestran su Corazones. El corazón de María tiene una espada. El Corazón de Jesús está traspasado. ¡Nosotros aún persistimos en nuestro amor por Jesús sin emoción.

    Los apóstoles convirtieron a muchos porque sus corazones ardían con el más profundo amor hacia Jesús. No tenian miedo de predicar el Evangelio. Estaban encerrados como si estuvieran en una prisión y salieron cantando. Sabían que Jesús estaba vivo. Sus acciones fueron determinadas por Jesús. No le preguntaron a otros lo que debían hacer.

    Mi ser clama. Mi interior está profundamente arraigado en el ardiente amor de Jesús. No se debe hablar del amor de Dios con una voz monótona. Su amor es para vivirse en tal unidad con él que mi interior grita, mi ser proclama este amor. Quiero "ahondar" tan profundo dentro de mí y gritar, "¡Jesús está vivo!"

    Muchos corazones del hombre son fríos. Me imagino el Corazón de Jesús, una hoguera blanca y amarilla, de profundo y ardiente amor.

    Quisiera poder escribir todo lo que he sentido. Jesús se entrega a sí mismo en la Misa. Nosotros escuchamos las palabras, "Este es mi Cuerpo. Esta es mi Sangre."

    Jesús se nos da así mismo. El está verdaderamente presente en la Eucaristía, el mismo Jesús que caminó en la tierra, el mismo Jesús que cargó su cruz y murió por nosotros. ¿Qué más quieren? El está vivo, él está vivo, él está vivo.

    Estoy envuelta en un dolor tan intenso con el dolor de Jesús ante el sagrario y con el dolor de María durante la Pasión. He experimentado muchas de estas emociones que experimentaron ellos durante la Pasión. El nos muestra los Corazones, las espadas, las heridas, los clavos, las espinas, la sangre. ¡Hoy en día Jesús nos muestra todo ésto y no entendemos!

    Muchos corazones del hombre son fríos. Nosotros procedemos de la misma manera en nuestra relación con Jesús. Reservados y fríos. Escuchen las palabras de este canto. Mueven el corazón. "Yo vengo a ti, con grande amor, Soy tu amoroso salvador. Yo soy tu Dios, morí por ti, y vengo a ti en este día." Analicen las palabras. Cada palabra está llena del profundo y ferviente amor de Jesús. Es tan difícil expresar el verdadero mensaje en palabras, el mensaje de la profunda unidad que Jesús quiere con nosotros.

    Unidad, no son palabras intercambiadas, visiones vistas, Escrituras leídas, rosarios rezados o Misas escuchadas. La unidad es estar muy unido a Jesús, es ser uno en los Corazones de Jesús y María. Al participar en el Santo Sacrificio de la Misa, al amar sus vidas en el rosario, al vivir las palabras de las Escrituras, la Palabra Viva de Dios, hay una unidad en cada una de nuestras respiraciones mientras nuestro corazón arde por amor a Jesús y él arde por amor a nosotros. Al unificarnos en el corazón de María y al amar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, a través de su corazón, al hacernos uno en sus corazones, somos uno con el Padre y el Espíritu Santo. Nos hacemos uno en el Santo sacrificio de su precioso Hijo al Padre, en el Espíritu Santo. Vivimos de acuerdo a su voluntad en amorosa entrega, muriendo a nosotros y viviendo en ellos.

    Yo vivo a través de Cristo, con él y en él. Ya no soy yo la que vive, sino él quien vive en mí. Yo me hago uno en los Corazones de Jesús y María. Me uno en semejante unidad con Dios y con toda la humanidad.

    Vea a María con varios rostros, alegre y triste, joven y adulta. Nos unimos con Cristo en su vida, su vida joven hasta su Ascensión al cielo. Nosotros vivimos sus vidas en nuestras vidas, sus dolores, sus alegrías, al vivir el mensaje del Evangelio en nuestras vidas. Jesús ha muerto. ¡El ha resucitado y vendrá de nuevo!

 

 

7 de Septiembre de 1995

No se Detengan, Hablen a las Monjas y a los Sacerdotes

Escrito ante la Eucaristía expuesta en la capilla del convento en el colegio Mt. St Joseph:

    Pide y recibirás, busca y encontrarás.

    Jesús quiere que hablemos. El no quiere que nos detengamos. Nosotros tocaremos los corazones fríos con los mensajes de su amor. No podemos detenernos, las almas peligran. Puedo imaginarme a Jesús de pie a la izquierda del altar, su aureola alrededor de su cabeza. Hay mucho oro. Sus brazos están extendidos.

    Por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo.

    Quiero llevar los rosarios a este mundo.

    Soy tu sierva, Señor. Ya no soy yo la que vive, sino él, quién vive en mí. Dame abundantes gracias para vivir sólo para ti, para ser solamente como tú quieres que sea, que entregue mi todo por ti y así poder decir verdaderamente. "En cuanto a mí, la misma Ley me llevó a morir a la Ley a fin de vivir para Dios. He sido crucificado con Cristo, y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí." (Ga. 2:19-20)

    Somos sus apóstoles que Jesús está enviando hacia el mundo. El quiere que hablemos de su ardiente amor. El está verdaderamente presente en el Santísimo Sacramento. Debemos atesorar el precioso regalo de Jesús en la Eucaristía. El quiere que vayamos y difundamos las devociones a su Sacratísimo Corazón y al corazón de su Madre. Amo la Eucaristía, al recordar todos esos momentos especiales que he tenido con mi amor, mi amado, los momentos ante el sagrario, acercándome más y más a él.

    Yo vivo mi vida para asistir a Misa. Me imagino un halo alrededor de la Hostia consagrada.

    Siento el intenso brillo del amor de Jesús que es tan cálido y me da semejante alegría.

    Por Cristo, con él y en él.

    Su precioso amor me arrasa.
   
    Como pavesas resplandecientes que se prenden y se apagan, ¡amo la Eucaristía con mi amor más profundo!

    Déjame poner mi cabeza en tu pecho. Mi corazón está ardiendo por amor a ti. Mi corazón está ardiendo ahora por la Santa Eucaristía de hace una hora.

    Yo vengo y me siento con Jesús ante el sagrario y le digo todos mis problemas.

    ¡Lo amo tanto!

 

 

19 de Septiembre de 1995

Este Es un Llamado Urgente

    Aprendo acerca de mí misma tratando con alguien que me ama.

    La gran tragedia concerniente al sufrimiento humano no es que haya tanto. La tragedia real es que aparentemente mucho de este sufrimiento es desperdiciado. Mucho de este sufrimiento aparentemente no es enfrentado de acuerdo a la voluntad de Dios.
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    "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (Ap. 12:1)

    Estamos caminando en obscuridad. La luna está bajo los pies de María. La luz adentro no parpadea o se desvanece, permanece siempre ardiendo brillantemente. Ella ha conquistado la noche obscura y su cabeza está adornada con una corona de gloria. Las estrellas resaltan en su cabeza, coronándola con luz celestial.

    María es la mediadora de todas las gracias. Nosotros recibimos la vida de Dios a través de su corazón.

    María es la lámpara que ilumina el camino. Nosotros somos sus hijos de la luz. Vamos a Cristo a través de ella. Ella está adornada con luz, está llena de gracia. Vamos por medio de ella a su Hijo.

Sal. 23: 1-3

El Señor es mi pastor: nada me falta;
en verdes pastos él me hace reposar.
A las aguas de descanso me conduce,
y reconforta mi alma.
Por el camino del bueno me dirige,
por amor de su nombre.

    Inmediatamente después de escuchar este salmo miré hacia arriba y vi en mi cuarto una manta que decía: "el Señor es mi pastor".

    Dios está aquí. El está pastoreándonos en la obscuridad. Es por medio de Nuestra Señora de la Luz que somos guiados a través de la obscuridad.

    Debemos seguir rezando el rosario y difundiendo la consagración.

    María iluminará la tierra con sus hijos de la luz, encendidos por las ardientes pavesas del amor de Dios en su interior.

    Veo el cuarto rojo. Veo el resplandor del amor de Jesús.

    Nosotros somos los hijos de la luz. María es nuestra Madre. Nuestro Padre está eternamente con nosotros y permanece en nuestros corazones. ¿Por qué hemos de temer? Al ser dirigidos por el Espíritu Santo en el corazón de nuestra Madre, somos llamados a pastorear el rebaño.

    Jesús es el Pastor Supremo del rebaño, dirigiendo nuestras acciones. Su amor ardiente está dentro de nuestros corazones.

    ¡Por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo!

 

 

20 de Septiembre de 1995

Jesús Nos da Grandes Regalos

    Me dolía el corazón al regresar de la Comunión. Me duele ahorita mismo. Me doy cuenta de cuánto quiero ser amada y que me lo digan.

    Me duele el corazón. Jesús, también quiere ser amado muy profundamente por nosotros. El quiere que le digamos de nuestro amor.

    Jesús nos da grandísimos regalos. Nos da el regalo de sí mismo y somos tan malagradecidos. El quiere que seamos agradecidos, que lo amemos.

    Hay una gran intimidad entre él y yo. Tratar de compartir este dolor en mi corazón con el mundo es ser motivo de burla y desprecio, pero veo a Jesús tendido en el suelo y sus manos clavadas en la cruz. Lo veo, su mano en la cruz. Lo veo en los brazos de su Madre, muerto. Lo veo en el sepulcro. Siento este dolor en mi corazón ahorita mismo - siento como si no se me fuera a quitar.

    Amo tanto a Jesús. Estoy tan conectada al dolor de Jesús y María. He sentido su amor arrollador.

    Comprendo la muerte - resurrección. Comprendo y he experimentado el dolor del corazón, el dolor tan profundo e inexplicable en palabras o acciones. Comprendo el éxtasis de sentir el abrumador amor de Dios Padre y conocer su amor, saber que me ha enseñado tanto y me ha creado.

    Conozco el amor del Hijo, mi amado Novio, la ternura, la intimidad, el conocimiento, muy dentro de mí, indescriptible en palabras o acciones. Por estar en semejante unidad con Jesús, lo amo profundamente.

    Conozco el amor del Espíritu Santo. Lo amo tanto. Es mi mejor amigo, se mueve en mí y me da su amor, su sabiduría, su conocimiento. Siento su presencia siempre conmigo, una fuerza vibrante dentro de mí.

    Yo siento, yo siento, yo siento. Yo sé, yo sé, yo sé, no son palabras dichas, es integridad el unirse con el Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Mi Dios, mi amado Dios, mi dulce Dios, Dios está en todo mi corazón, en toda mi alma y en todo mi ser.

    Conozco a Dios. Amo a Dios. Busco a Dios. Dios, Dios, Dios. ¡Mi todo! ¡Mi delicia es existir en él!

    Oh Corazón ardiente, oh amor Divino, que dulce eres conmigo.

    Nosotros somos los mensajeros para llevar el mensaje de su ferviente amor a este mundo.

    Muchos hombres han hecho de este mundo su fin. Se están muriendo por dentro por la falta de vida verdadera, vida arraigada en Dios.

    Yo clamo desde mi corazón adolorido. Amo a mi Dios, me entrego, me sacrifico a ti. Quiero decirles a todos las Buenas Noticias. Estoy contra la pared y me rindo. Yo soporto todo lo que me mandes y te amo más por este sufrimiento. Es en el sufrimiento que estoy tan cerca de ti. Te amo, te amo, te amo.

    En Pentecostés, me dolió el corazón por una hora y media más o menos. Sentía como si hubiera una espada en él. En Pentecostés, sufrí este dolor en mi corazón porque a María le dolió constantemente el corazón desde el tiempo de la profecía de Simeón. Comprendo algo de su dolor en mi corazón.

    Jesús se abrió a nosotros.

    ¿Saben lo que es amar y ser rechazado?

    Jesús se ofreció a sí mismo. Su corazón fue traspasado por una lanza y lo que salió fue Sangre y agua. ¡Su Sangre indicando la Eucaristía, el agua indicando el Bautismo! Su Corazón derramó su gran amor y misericordia. Jesús se abrió. El se entregó. El conoce nuestro corazón mucho mejor que nosotros y sin embargo permanecemos tan cerrados a él.

    ¿Cómo podemos escondernos de Dios? ¿Dios, quien nos conoce y nos ama? Se nos ha dado un libre albedrío. Podemos escoger amar o no a Jesús. Muchas veces por nuestra soberbia y orgullo nos separamos de él.

    Jesús dice, "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida..." (Jn. 14:6) Sin embargo permanecemos tan cerrados, nos falta confianza, nos falta fe.

    El está ardiendo por amor a nosotros. No debemos rendirnos al demonio que nos tienta para ceder a pensamientos negativos. Jesús nos ama tanto. Deberíamos aprovechar nuestros preciosos momentos para decirle que tanto lo amamos. Debemos tener fe en su amor por nosotros.

    Yo solamente quiero estar en el cuarto rojo, la cámara más profunda del Corazón ardiente de Jesús. Fue tan real.

    Jesús está vivo en nuestras vidas. Debemos meditar sobre su vida. Nosotros queremos vivir en él. Queremos identificar todas nuestras acciones con las acciones de Jesús. Identificamos nuestros sufrimientos con los de él. Vivimos su vida en nuestras vidas. Llevamos acabo su vida, muerte y Resurrección en nuestras vidas.

    Hoy en la noche me dolió el corazón antes de Misa en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada.

 

 

21 de septiembre de 1995

Almas Frías y Calientes

    Las almas frías y calientes. Dios me ha permitido sufrir mucho desde dos o tres días antes de la celebración de la Madre Dolorosa. En este momento, me duele intensamente el corazón, pero siento que él me ha dado alivio.

    Comprendo más y más la angustia que sufrieron los Corazones de Jesús y María.

    Veo a Jesús al arrodillarse en el huerto, la obscuridad de la noche, semejante dolor más allá de lo creíble, al tener él conocimiento de todos los pecados, del rechazo de todos los corazones de todos los tiempos, su amor personal por cada uno de nosotros y experimentar el dolor.

    Cómo sufrió Jesús por aquellas almas que lo aman y luego, por sus ocupaciones, se olvidan de él y llenan sus corazones con los placeres del mundo. Qué intensamente ama él a sus amados religiosos. Ellos fueron llamados por Jesús para unirse en una relación conyugal especial con él. Cómo sufrió Jesús en el huerto por los religiosos, sus elegidos quienes van al mundo por su amor. Un sacerdote santo, hermano y hermana, le dieron a Jesús semejante consuelo con su amor. Mientras él sufría tanta agonía en su Corazón durante su amarga pasión, los actos de gran amor fueron semejante dulzura para su Corazón herido.

    Quiero hacerme bolita y gritar o hacer algo, pero nada, nada aliviará este dolor tan profundo dentro de mí.

    Luego el ángel se le apareció a Jesús en el huerto para confortarlo. El me confortó en mi sufrimiento y siento alivio, pero el dolor en mi pecho, la dolencia continúa.

    Ayer tuve este dolor la mayor parte del día. Sentí como si tuviera espadas en mi corazón por hora y media. María tuvo un dolor constante en su corazón desde la profecía de Simeón.

    Le recé a mi Padre como una hijita y él me dio alivio. Esto sucedió al día siguiente de que dirigí el rosario y que el Padre Carter consagró la casa de Ellen al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. Abrí mi cuaderno y leí, "Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará Espíritu Santo a los que se lo pidan!" (Lc. 11:13)

    Desde el tiempo de Adán hasta la Resurrección y la Ascensión de Jesús al cielo, ¿cómo fue la vida de la familia humana? Es a través de Jesús que somos restituidos a vida nueva. Su camino es el camino. El adopta una naturaleza humana. Jesús es el Nuevo Adán y María es la Nueva Eva. María y Jesús ambos sufrieron semejante agonía en sus Corazones. Piensen en las espadas invisibles atravesando el corazón de María. El Corazón de Jesús sufrió tanta angustia, su Corazón fue traspasado por una lanza. Jesús y María se aparecen y nos muestran sus Corazones. Sus corazones están rodeados de espinas. En el amor hay sufrimiento.

    En el sufrimiento, vamos más profundamente a la vida de Jesús. Jesús fue llevado al templo. "Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: 'Mira, este niño traerá a la gente de Israel caída o resurrección. Será una señal impugnada en cuanto se manifieste, mientras que a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.' " (Lc. 2:34-35)

    María meditaba sobre todas estas cosas en su corazón.

    María tuvo dolor en su corazón desde la profecía de Simeón.

    Ella sabía que muchas almas se perderían.

    El Niño Cristo vivió en el vientre de la Virgen María. Bendito vientre al sostener al Hijo de Dios. Piensen en la morada interna del cuerpo de María sosteniendo al Hijo de Dios.

    Ella es nuestra madre, tan agraciada, la mediadora de todas la gracias. Nosotros vamos a su corazón el cual habita en el Corazón de Jesús. Nosotros somos bañados por esta vida.

    ¡Oh santa morada de Dios! Qué santos deberíamos de ser al tener a Jesús dentro de nosotros después de la Comunión. Qué santos somos porque él nos da su vida divina y vive en nosotros. Padre, Hijo y Espíritu Santo. El vive en nosotros; llevamos a cabo su vida, muerte y Resurrección en nuestras vidas. A través de la lucha - somos conducidos a una vida más profunda en él. Sin la muerte no existiría la resurrección.

    María es contemplativa en acción. Ella fue a la casa de Isabel. La fuente de vida está en Cristo. Debemos ir a él por nuestra vida. No debemos buscar esta fuente de vida en otros lugares. Debemos tener esta conexión interna con él o el mundo de afuera nos presionará. La verdadera fuente está dentro de nosotros. Debemos ir a nuestros corazones. Cuando somos bautizados y estamos en el estado de gracia, el Padre, Hijo y el Espíritu Santo habitan en nosotros de una manera especial. Debemos ver a Jesús en los demás. Debemos ver a Jesús en el mundo.

    Jesús es mi centro. Es en él que tengo paz, amor y alegría.

 

 

20 de Septiembre de 1995

Por Cristo, con él y en él

    Por Cristo con él y en él, participemos en su Divinidad, él quién se humilló para participar en nuestra humanidad. Sintamos cada palabra en nuestros corazones. Dejemos que el Espíritu se mueva dentro de nosotros en la Misa. Vengamos a Misa con un corazón humilde. Escuchemos la Palabra Viviente de Dios que se nos entrega a través de los labios de los santos sacerdotes, sus elegidos. Ofrezcámonos al Padre como un sacrificio unidos a Jesús. Escuchemos las palabras de Jesús dichas a través de sus santos sacerdotes, "Este es mi Cuerpo. Esta es mi Sangre."

    Fui abrumada por el amor del Padre. Vi todas mis faltas. Me sentí tan pequeña comparada a la magnitud de Dios. En la Eucaristía él viene a nosotros por medio de nuestra lengua. ¿Qué tan santa es nuestra lengua? Oh Espíritu Santo, santifica mi corazón por favor, para poder amar más a Dios. En la Consagración, déjame morir a todas las cosas que no son de Dios para poder saturarme más y más con tu vida. Déjame amar todo y remueve los escombros que hay en mi corazón.

    Sentí la unidad entre el Padre y el Hijo de una manera especial. Yo amo cada palabra dicha en la Misa. Las siento dentro de mí. Amo tanto la Misa. Recen por la gracia para conocer, amar y servir más a Dios. Pido gracia para celebrar la Misa con el sacerdote, con mayores profundidades de unión con Dios. La Misa es la fuente más grande de unidad con Dios y con los demás. El sacerdote se une con Jesús de una manera especial al celebrar la Misa. El cielo y la tierra se unen en la Consagración. Somos un cuerpo en él, todos nosotros unidos en el más profundo amor con Dios. El se ofrece a nosotros y nosotros nos ofrecemos a él. Al hacernos uno en él, al unirnos más profundamente en él, nos unimos mutuamente.

 

 

23 de Septiembre de 1995

Jesús Se Ofreció, Ofrezcámonos Nosotros.

    Profundidad, más y más profunda en él. Por Cristo, con él y en él. En el cuarto rojo, en el Corazón traspasado de Jesús, me imagino las pavesas palpitantes. Siento el dolor en mi pie, siento el dolor muy dentro de mi pecho. Es un dolor que no puedo tocar, que no puedo expresar, lo siento en esta profunda unidad con él.

    Veo sus llagas; es la profundidad de las llagas. El fue traspasado totalmente. Jesús nos enseña que a pesar de todo su sufrimiento y su muerte, traspasaron su precioso Corazón. Y de su Corazón traspasado nació la Iglesia.

    El dolor en la Iglesia es profundo. Debemos difundir el mensaje de su ardiente amor. Su amor es penetrante, su amor es tan profundo. ¿Vemos su Corazón traspasado? ¿Vemos las llagas que lo traspasan totalmente? Su amor es infinito.

    El amor de Jesús es tan profundo. Yo veo el cuarto rojo, el santuario de su Corazón. Siento el dolor dentro, no un amor superficial.

    Jesús nos muestra los Corazones, traspasados. Vemos el cuerpo herido pero las manos y pies fueron traspasados totalmente.

    Comemos su Cuerpo. Esto es tan íntimo. Tomamos su Sangre. Estamos ciegos. No vemos. No sentimos.

    Sólo hacemos ademanes, cuando Jesús quiere unidad. Abre nuestros ojos. Al mirar al sol, vemos semejante poder. Unámonos profundamente en nuestros corazones y en esta unidad démonos cuenta del poder del Dios Omnipotente viviendo dentro de nosotros. Démonos cuenta de la luz encandecente de su presencia dentro de nosotros.

    Ofrezcámonos. Jesús se ofreció. No nos resistamos. Dejemos que cada respiro y cada latido del corazón sean tomados sólo para unirnos más y más profundamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros. El poder está en esta unión. El iluminará este mundo a través de nosotros porque estamos entre los hijos de la luz.

    ¡Jesús y María quieren estar con nosotros! ¡Ellos quieren estar muy cerca de nosotros!

    Nuestra mutua unión está en unirnos grandemente a Jesús.

Agonía en el Huerto:

    Jesús les habló claramente. Ellos no comprendieron las cosas que él les dijo. Muchos a los cuales Jesús les habló eran de cabeza dura, sus corazones estaban cerrados. No querían el mensaje. El se arrodilló en el huerto. En su entendimiento, sabía todas las cosas. El fue ignorado. ¡Lo condenaron a muerte! El sabía de los pecados de todos los hombres de todos los tiempos. Vio todos sus sufrimientos. Sufrió tanta agonía que nuestras mentes ni siquiera lo pueden comprender. Sientan el dolor mientras ellos clavan sus manos y pies. ¡Muchos hombres lo castigaban al mismo tiempo y nosotros ni siquiera podemos soportar a una persona que nos trata mal!

    Jesús tenía mucha gente persiguiéndolo.

    Cuando recemos, sintamos su dolor, sintamos su alegría. Meditemos sobre los misterios del rosario.

    ¿Experimento a Jesús dentro de mí, vivo en mí - vivo en mí? ¿Controlo mi vida o me entrego a la voluntad de Dios? Veo a Jesús colgado en la cruz. El dio su todo voluntariamente. En la Consagración de la Misa me ofrezco como un sacrificio unida a Jesús, al Padre. Esto es libertad, ofrecerme a mi Padre, darle mi vida, obedecerle, entregarme a él. Es lo que Dios quiere. Esto nos da verdadera libertad, total dependencia en Dios al unirme a Jesús en todas mis acciones. El vive en mí. Debo identificarme con él en cada acción. Me ofrezco totalmente al Padre. Todas mis acciones unidas a Jesús se convierten en mi sacrificio ofrecido al Padre. Cuando ofrezco mis acciones unidas a Jesús, mi ofrenda es una ofrenda muy complaciente al Padre. Qué regalo poder unirse al Santo Sacrificio de la Misa en todas nuestras ofrendas a través del día. Amado Padre, te ofrezco todas mis oraciones, trabajos, alegrías y sufrimientos en unión con el Santo Sacrificio de la Misa a lo largo del mundo, en el Espíritu Santo, con todos los ángeles y santos y las almas del purgatorio.

    Dejen que Dios viva en ustedes. Experimenten a Dios vivo en ustedes. Unanse en él, con él y a través de él. Experimenten las palabras de la Misa. ¡Es el Santo Sacrificio de la Misa!

    ¿Vengo y le pido a Dios que me santifique para unirme más profundamente en él? ¿Me ofrezco como un sacrificio con él al Padre?

    ¿Veo a toda la corte celestial alabando a Dios? Unanse y alaben a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo con el sacerdote al participar del sacerdocio y la persecución de Cristo en este Santo Sacrificio. ¿Me uno a él? ¿Le permito que viva en mí? Cada una de mis acciones debería ser una acción de Cristo viviendo en mí. Si estoy rezando en la iglesia, o estoy en el trabajo, si estoy hablando con mi familia, o con mis amigas, estoy unida a Jesús y él vive en mí. Es su luz la que brilla desde mis ojos. Los demás ven a Jesús vivo en mí. Le dije a mi hija de 16 años que "el amor de Jesús es muy tierno y bondadoso." Ella se veía tan hermosa recostada en su cama junto a su almohada de Jesús. Le di un beso. En todas nuestras acciones con los demás, Jesús se une a nosotros y da su amor a los demás a través de nosotros. Debemos pedir la gracia para estar unidos más profundamente a él.

    El amor que Jesús quiere compartir con nosotros es mucho más que palabras, besos y abrazos. Jesús quiere unirse con nosotros. Su amor es penetrante, es estar en él. Yo vivo en él. El vive en mí. Más allá de un beso o cualquier expresión humana, hay una gran profundidad en esta unidad que experimento con él.

    El sol siempre brilla después de la noche. El sol es una gran alegría, es tan brillante y hermoso. Si miro al cielo, veo belleza más allá de toda belleza. Veo la puesta del sol con semejante gloria sobre el vasto océano. Veo el cielo adornado con los tonos más profundos. Veo el bosque cubierto de gran esplendor con la nieve que acaba de caer. Solo el poder del Dios Todopoderoso puede crear semejante belleza. En contraste, veo los objetos de este mundo que fueron hechos por el hombre. Es tan simple. Nosotros estamos tan ciegos. El Dios Omnipotente está vivo en este mundo hoy. Unámonos con él y démonos cuenta de los grandes regalos que él nos da, démosle gracias y permitámosle unirse lo más profundamente a nosotros.

 

 

24 de Septiembre de 1995

Experimenten la Presencia de Dios Dentro de Ustedes

    Si pudiéramos ver al Dios Omnipotente en la Eucaristía, con todo su poder, nos cegaría mucho más que el sol. Sin embargo, recibimos a Jesús en la Eucaristía tan indiferentemente. El es Dios. El es Omnipotente. ¡El tiene todo el poder y viene a nosotros!

    Postrémonos y hagamos reverencia porque se nos da a Dios. Besemos el piso. Recemos por la gracia para tener en cuenta su constante presencia dentro de nosotros para mantenernos enfocados en él. Veamos con ojos llenos de amor, con el poder del Espíritu en nuestro interior.

    Veamos a Dios en los demás, la reflexión de su Creador. Veamos a Dios en nuestro mundo y experimentemos su presencia dentro de nosotros.

 

 

25 de Septiembre de 1995

Vivir sin Dios es Simplemente Existir

    Cuanto más somos uno en Jesús, más profundamente nos unimos a los demás. Cómo nos unamos a los demás está directamente relacionado a qué tan uno somos en Dios. Me di cuenta de mi unión con la Trinidad. Me di cuenta de mi unidad con el Padre. Me di cuenta de mi unidad con el Espíritu Santo.

    Desde el 14 de Septiembre, he estado desarrollando una unión más profunda con el Padre. Leí, "Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará Espíritu Santo a los que se lo pidan!" (Lc. 11:13)

    Estoy conociendo más al Padre; ser uno con Jesús es ser uno con el Padre.

    Conociendo al Padre - siendo uno en él.

    Conociendo al Espíritu Santo - siendo uno en él.

    Conociendo a Jesús - siendo uno en él.

    Me di cuenta de la presencia de las tres Personas en la Misa. ¡Es una gran felicidad para toda la eternidad saber que nos uniremos con el Padre, Hijo y Espíritu Santo si amamos y servimos a Dios ahora!

    Mi corazón arde por conocerte, amado mío, por ver el cielo azul y el día soleado, por verte vivo en los demás, por ver tu vida en una flor, pero más que todo, por unirme más y más profundamente en todo mi ser contigo. Al respirar, se que el Padre, Hijo y Espíritu Santo viven y habitan en mí. La vida es vida en él. El es vida, vivir en él es vivir. Vivir sin amarlo es simple existencia.

    Veo los árboles y su contraste con el cielo azul. Están con su follaje de otoño pero se están secando y muriendo. Al morir a mí misma, seré podada y brotará nuevo crecimiento, un crecimiento profundamente saturado con la vida de Dios.

    Es doloroso ser podado - es en ésto que se llenarán de una vibrante vida. Si las hojas viejas no caen y mueren, las nuevas hojas no brotarán.

    Anhelo por lo de afuera y por la gloria en el mundo de Dios, la belleza del cielo, la vida en el mundo - significa mucho para mí. Al ir al cementerio y sentarme ahí, me di cuenta de lo transitorio de este mundo. Los árboles siguen viviendo - yo veo la vida de Dios en los árboles y en el pasto. Veo la reflexión de Dios en el mundo, el cielo hermoso, el sol. Es sólo estando arraigados en Dios que tenemos lo que realmente cuenta.

    Hay algunos cuerpos de santos en el cementerio. Las almas de estos santos están en el cielo. Algunas de las almas de estos cuerpos en el cementerio están ahora en el purgatorio. Algunas de las almas de estos cuerpos en el cementerio están en el infierno. El cuerpo no es tan importante como el alma. ¡En Dios encontramos vida! ¡Te amo! ¡Te amo! ¡Te amo!

 

 

29 de Septiembre de 1995

    ¡Hoy no pude ir a estarme enfrente del sagrario y cómo sufrí! Después de cena sentí los sufrimientos más fuertes que nunca, y supe cómo sudó sangre Jesús.

 

 

30 de Septiembre de 1995

En el Bautismo, Jesús Vive en Nosotros

    He estado sufriendo desde el 13 de Septiembre, ayer fue peor que nunca. Anoche, al regresar de cenar, supe por qué Jesús sudó sangre. Conozco su dolor. Hoy, sábado en la tarde, tengo un dolor constante en el lado izquierdo de mi corazón.

    Fui a la Comunión a la Iglesia Católica de San Bonifacio. Le pedí a Dios que me diera una señal de que él quería que continuara lo que estoy haciendo. El me dio una señal.

    San Pablo: "Como ustedes saben, todos nosotros, al ser bautizados en Cristo Jesús, hemos sido sumergidos en su muerte. Por este bautismo en su muerte fuimos sepultados con Cristo, y así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la Gloria del Padre, así también nosotros empezamos una vida nueva." (Rom. 6:3-4)

    Somos incorporados a Jesús en el Bautismo. El vive en nosotros. Llevamos a cabo su vida, muerte y Resurrección en nuestras vidas, al estar él vivo en nosotros hoy.

    Morimos con él. Resucitamos en él.

    Muerte - Resurrección.

    Muriendo en Cristo, viviendo en él, mientras él vive en nosotros.

   

 

1 de Octubre de 1995

Sufro por los Hijos

    He estado experimentando grandes sufrimientos en mi corazón. Esta mañana, sentí como si ya no pudiera pensar más en ésto, como si hubiera llagas y escollos en mi corazón. Dios sigue dándome este intenso dolor de corazón y sufrimiento. Satanás sigue distrayéndome con asuntos que me ocasionan tortura mental.

    Desde el 13 de Septiembre, he sentido intensos sufrimientos en mi corazón. Jesús quiere una relación amorosa y ferviente con las monjas y los sacerdotes. Su corazón está herido al máximo por algunos de los que eligió y que tanto ama.

    Siento que ya casi no puedo pensar más en ésto. He tenido una dolencia constante o un dolor intenso en mi corazón. Siento que Jesús me está permitiendo tener ésto para conocer su presencia y la angustia que él experimentó.

    Siento un escollo en mi corazón por la indiferencia e ingratitud de la humanidad en torno a la Eucaristía. Conozco ésto tan bien, ésto pasa cuando Jesús me ha dado los sufrimientos más grandes sobre este asunto. María les enseñó a los niños de Fátima las almas que están sufriendo en el infierno. De este sufrimiento, sé que debo difundir los casetes sobre el ardiente amor de Jesús.

 

 

1 de Octubre de 1995

En la Noche Más Obscura, Conocí a Mi Dios

    Dios viene como un ladrón en la noche. No sabemos el día ni la hora. Todas nuestras malas acciones saldrán a la luz. En el cielo, hay muchas mansiones. Sus caminos son los caminos de la verdad.

    La noche sigue al día, el día sigue a la noche, en un momento, Dios puede arrebatarnos de nuestro lugar y nuestra vida habrá terminado.

    Nosotros vivimos la vida, muerte y Resurrección de Jesús en nuestras vidas. Caminamos la Pasión con él. Yo he luchado a través de toda mi vida. En la noche más profunda y más oscura, cuando todo era negro, conocí a mi Dios. Sentí verdaderamente que nunca más vería la luz del día.

    Nosotros vivimos el misterio Pascual en nuestras vidas. Veo la vida de Cristo. Experimento su Pasión. Camino con él al Calvario. Siento la persecución, el rechazo, las llagas, muy dentro de mi corazón, las llagas que duelen y me hacen gritar de dolor. ¡Siento la agonía, la obscura noche que Jesús pasó en el huerto, su angustia tan intensa que sudó sangre!

    Yo experimento, vivo la vida, muerte y Resurrección de mi amado Salvador en mi vida. Pero, ahora sé mucho más sobre el misterio de la Resurrección. Experimento su vida dentro de mí. Experimento tal unidad con él. Siento la agonía. Sé lo que es estar en el suelo pero no me desespero porque experimento su vida dentro de mí. "...y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí..." (Ga. 2:20) Estoy viva en él. Sufrir es conocer la vida. Sufrir es experimentar algunas veces la vida de Cristo aún más profundamente que antes.

    Cuando miro atrás hacia las noches obscuras de mi vida, las recuerdo con una gran felicidad porque fue en esas noches que me vi forzada a pasar tiempo muy íntimo con mi amor. Fue sólo a través de Jesús que viví en los momentos obscuros. Ahora, cuando la lucha ha terminado recuerdo con una gran felicidad el tiempo que pasé con él. Recuerdo este tiempo porque estuve muy cerca de él y fui tan dependiente de él. A pesar de que yo estaba en intenso dolor, fue en la lucha que crecí más profundamente en mi vida con él.

    Grandes luchas - grandes regalos de la vida abundante de Dios. Muchas noches sufrí, muchos días clamé por ese alivio y el alivo parecía no llegar. Busqué a Jesús más intensamente gracias a este inmenso dolor. ¡En esta búsqueda y en el dolor profundo, encontré a mi amado!

    El estaba ahí con su bondad y dulzura. Experimenté su prescencia a pesar de que el cuarto estaba lleno de obscuridad.

    Muchas veces sentí como si todo el infierno me presionara y yo deseaba tanto ver la luz al final del tunel, pero no la vi. Busqué a Jesús ante el sagrario. Y fue ahí donde experimenté su presencia lo más fuerte. Lo busqué en las noches obscuras cuando todos estaban dormidos y yo estaba despierta con mi dolor y mi lucha, y lo encontré. Encontré a mi amado, su Sacratísimo Corazón, su Corazón, siempre ardiente y emitiendo luz, su Corazón, lleno de amor.

    Yo luché. Crecí. Fue en los momentos cuando había caído bajo la cruz que experimenté el crecimiento más grande. Estas son mis más tiernas memorias.

    Si yo muriera a mí, experimentaría tu vida aún más profundamente. ¡Me entrego, mi Dios, y me ofrezco a ti!

    Me imaginé una cueva. Tenía una entrada muy distinta, enmarcada con tablas. No tenía puerta, era sólo una entrada. Tenía un pasillo angosto, el camino era muy estrecho y las paredes estaban cubiertas de grandes y filosas rocas. Luego había un segundo portal dentro del pasillo. Conducían a un espacio bastante abierto y las rocas todavía rodeaban las paredes interiores del cuarto, pero el espacio era mucho más largo y mucho más ilumando que el pasillo angosto.

    La puerta me llamaba a entrar. Luego viví en el cuarto obscuro y estrecho y experimenté el dolor. Las paredes eran duras y puntiagudas, el cuarto estaba obscuro, pero fue en este puequeño y apretado espacio que me encontraba con mi Señor todos los días. Mientras yo luchaba, vivía por aquellos momentos cuando estaba tan sola con él y era tan dependiente de él. Reconocía a mi Señor en la obscuridad. Sentí su vida dentro de mí más y más porque su luz era un gran contraste con la obscuridad.

    Fue de este cuarto obscuro que entré al segundo. Conocía la prescencia de Dios desde el cuarto angosto (el primero) y entré al segundo cuarto.

    Yo llevo la luz de Dios dentro de mí. Llevo su vida dentro de mí. Conozco a mi amado, ya no me siento encerrada porque conocer a Dios es poseer las llaves del reino. Las paredes están todavía cubiertas con la piedra obscura, gris y filosa, pero su luz ha despejado la obscuridad. La prescencia de Dios ha hecho a un lado las paredes y ahora vivo. Mientras vivo, vivo a través de él, con él y en él. Las rocas están ahí todavía. Los cuartos podrán a veces parecer estrechos, pero las pavesas ardientes del Corazón latiente de Jesús me mantienen cálida y segura.

    Hoy te amo. Gracias por el regalo de tu vida. ¡Gracias por enseñarnos tu camino!

    Hoy estoy viviendo el Misterio Pacual de la muerte - resurrección. Si morimos en él, resucitaremos en él y él nos resucitará en el último día. (Me duelen los pies como si tuviera clavitos en ellos).

    Siento un inmenso dolor y un profundo e impulsante deseo de difundir el amor del hermoso Corazón de Jesús. ¡Es a mi Madre a quién escucho llamando, para que vaya a todos los caminos y sendas a difundir el amor de su Hijo!

    Después de la Comunión, vi el cuarto rojo con las pavesas ardientes. El nos llama para que vengamos a morar en su Corazón y para que sintamos los latidos de su Corazón y experimentemos la calidez y seguridad de este lugar, nuestro lugar de refugio de la noche fría y obscura.

    ¡El está vivo! ¡El está vivo! ¡Su corazón está ardiendo y en fuego por nosotros!

Canto: "Te amo, Jesús:"

Oh Corazón ardiente, oh amor divino,
Qué dulce eres conmigo.
Veo la hostia y sé que estás aquí
para amar y cuidar de Mí.

No puedo decir. No hay palabras
Para expresar mi corazón.
Te amo tanto, que apenas puedo respirar
cuando tú vienes a mí.

Oh cómo late tu tierno corazón,
en este día por amor a todos.
Yo quiero darte todo mi amor,
entregarme totalmente.

Refrán

Sé de tu amor ahora un poquito,
tan amado eres para mí.
Ven y dame vida, vida en abundancia,
sedienta estoy de ti.

 

 

3 de Octubre de 1995

El Vientre Sagrado de María

Escrito después de Misa:

    Me di cuenta de que así como Cristo fue cargado en el vientre de María, él está en mí ahora. La palabra "en", significa la profundidad con la cual él se une a nosotros, ésto me abruma. La palabra "en", significa nosotros "en" él y él en nosotros. ¿Quién soy yo que Dios viene y se entrega a mí?

    Me imagino el vientre de María, con una luz tan brillante, sosteniendo y formando al Hijo de Dios. Contemplo el vientre de María como algo tan sagrado, porque es dentro de ella que Jesús vivió.

    Estoy impactada que el Hijo de Dios entre a mí. Soy tan indigna de que él venga a mí. Veo tan claramente el vientre de María con semejante luz y santidad.

    Estoy tan bendecida, más allá de las palabras, al punto de llorar, de que él, el Hijo de Dios, venga a mí y esté en mí ahora.

    ¡En nosotros, uno con nosotros! Soy tan indigna, tan miserable en mis formas de ser, y tan lejos de la santidad para que él venga y habite en mí y que se una profundamente conmigo. ¡Lo amo tanto!

 

 

4 de Octubre de 1995

Nuestra Arma Poderosa, el Rosario

    Jesús tiene todo el poder. Yo soy totalmente dependiente de Dios. No puedo existir sin la oración y sin estar a solas con él. Le ruego a Nuestro Padre que me guíe.

    Jesús se humilló. El se ofreció a sí mismo para el bien de todas las almas.

    Habrá una era de paz. El Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado Corazón de María triunfará. Satanás está tan fuerte y quiere detenernos. Bendíganse a sí mismos y bendigan sus lugares de trabajo. No pueden pasar por alto las tácticas del demonio. Bendigan sus carros, sus hijos, todo lo que usen. Recen la oración a San Miguel. Debemos rezarle a San Miguel y bendecir nuestros hogares, nuestro trabajo y nuestros hijos con agua bendita.

    Debemos pasar tiempo a solas con Jesús, todos los días una hora entera de contemplación, un tiempo para escuchar y ser enseñados, un tiempo para ser llenados con los regalos de Dios y escuchar el plan para el día.

    Se nos está llamando a ser los apóstoles de Jesús. Estamos difundiendo su amor a lo largo de este mundo. Es a través del Movimiento Pastores de Cristo que muchos corazones serán tocados. Somos llamados. Somos elegidos.

    Dios puede, en un momento, hacer más de lo que nosotros pudiéramos hacer en un millón de años. Si no rezamos, si dependemos de nosotros mismos, nos desilusionaremos. El está obrando en nosotros. Debemos ser humildes y permitirle cumplir su trabajo a través de nosotros. En Fátima, María nos llamó a difundir la consagración.

    El nos está llamado a una misión especial para difundir el Movimiento Pastores de Cristo y las meditaciones del rosario. Somos sus apóstoles especiales que se nos ha dado una misión especial de parte de Jesús. Es sólo al humillarnos y al permanecer firmes en su amor que llevaremos a cabo esta misión. Debemos unirnos con el propósito de llevar a cabo este mensaje de su ardiente amor.

    El nos ha llamado y hemos respondido a este llamado. Será con nuestro apoyo, unidos profundamente en mutuo amor, que el mensaje de su ardiente amor penetrará los corazones de aquellos que contactemos. Sólo en profundo amor, llenos del Espíritu Santo, marchando de acuerdo al plan del Padre y en su Nombre lograremos esta misión.

    Satanás aspirará dividir a los trabajadores de Dios. El Padre Carter, mi director espiritual, es el director espiritual del Movimiento Pastores de Cristo. Nuestra misión es ayudar a difundir el Movimiento Pastores de Cristo a lo largo del mundo, ser como los apóstoles que van adelante sin temor unidos en amor. Nosotros hemos de animar a todos los que conozcamos a difundir los rosarios y las oraciones de los Pastores de Cristo, especialmente las oraciones de consagración. Animamos a todos a rezar el rosario todos los días y a consagrar sus corazones a los Corazones de Jesús y María. Esto es de acuerdo a la petición de Nuestra Señora en Fátima.

    Satanás tratará de distraernos. Como apóstoles para Pastores de Cristo, debemos tener cuidado en nuestros viajes para permanecer apegados a la verdad absoluta y apoyar este movimiento. Nosotros no nos imaginamos las mañas de Satanás para dividirnos.

    Nosotros recitamos el rosario. Animamos a todos a que asistan a Misa diariamente, a la Santa Comunión y a rezar ante el sagrario. Nosotros les decimos a los demás sobre los Ministerios Pastores de Cristo. Les decimos a los demás sobre cómo formar comunidades de oración centradas en la consagración a los dos Corazones para ayudar en la renovación de la Iglesia y del mundo. Para más información, la gente puede contactarnos a:

Ministerios Pastores de Cristo
P.O. Box 193
Morrow, OH 45152-0193
U.S.A.

Teléfono (sin costo): 1-888-211-3041
Teléfono (internacional): 1-513-932-4451

    Debemos rezar el rosario como un arma poderosa para aplastar a Satanás. Debemos proceder como apóstoles de Dios arraigados en su ardiente amor. No podemos andar con chismes o hablando de los demás. El nos ama con el amor más profundo. En las promesas que Nuestro Señor le dio a Santa Margarita María para aquéllos devotos a su Sagrado Corazón, él promete que aquellos que promuevan esta devoción tendrán sus nombres escritos en su Corazón, y nunca serán borrados.

    Nosotros ayudaremos a llevar a cabo los mensajes del amor de Jesús y muchos corazones se unirán al de él. El ha llamado a sus sacerdotes y religiosos a la misión especial de difundir su amor hacia todo el mundo. Cuando las almas que están hambrientas se unan con su amor, ellas rezarán fervientemente por los sacerdotes y religiosos. Nuestra meta es dirigir a otros, en todo el mundo, a rezar por los sacerdotes y religiosos. Jesús nos está llamando para ayudar a difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María - para animar a estos corazones a rezar y apoyar a los sacerdotes y religiosos.

    El nos ama mucho, sus apóstoles especiales. Dios está siempre con nosotros y protegiéndonos.

 

 

5 de Octubre de 1995

Amor Más Allá del Amor Se Encuentra
en los Corazones de Jesús y María

    Semejante experiencia: un afinador de pianos estaba en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada y tuve que esperar en el carro mucho tiempo antes de poder rezar porque había mucho ruido.

    Me imaginé a Nuestra Señora de Lourdes, tan joven y hermosa en la gruta de Lourdes. Fue algo tan bello. Estaba meditando sobre los misterios gozosos. Dentro de mí estoy llena de semejante amor a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo amo. Anhelo por él. Tengo sed de él. Amo su vida. Es él todo lo que yo quiero. Quiero una unión más profunda con él.

    Me uní a mi amado Dios en esta profunda unión el cinco de octubre de 1995. Tengo experiencias especiales con Nuestra Señora aquí los días cinco del mes. Pienso que fue un ratito después de las doce y media cuando experimenté el penetrante amor de la Trinidad. Me sentí saturada de una inmensa paz.

    Experiemento la prescencia de Dios tan fuerte en esta iglesia. Anhelo, tengo sed y quiero esta unión con él. Todo mi cuerpo y mi alma claman por ser uno en él. Mi alma clama por las cortes del Señor, para ser unida más y más profundamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

    Me encanta rezar en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada, ante la gruta de Lourdes y el crucifijo grande que está en la parte de atrás de la iglesia. Experimento gracias especiales ahí. Todos nosotros somos criaturas de Dios. El es nuestro creador.

    Somos pecadores y hemos ofendido a Dios por nuestra maldad. Necesitamos rezar el Rosario de la Divina Misericordia, especialmente a las 3:00, y pedir misericordia por nuestros pecados y por los pecados del mundo entero.

    El corazón de María fue invisiblemente traspasado por una espada. Piensen en la espada entrando profundamente en su precioso corazón de amor. Piensen en la lanza traspasando profundamente el Corazón de Jesús. Cuando pasamos por profundos sufrimientos, sufrimos con él. Si yo habito profundamente en los Corazones de Jesús y María y ustedes habitan profundamente en sus Corazones, estamos unidos en profundo amor en sus Corazones. Cuanto más vivan ustedes en sus Corazones y más viva yo en sus Corazones, más profundamente estaremos unidos. Todas las personas que quieran conocer el amor, encontrarán el amor verdadero en los Corazones de Jesús y María. Estoy profundamente unida a mis hermanos que están enormemente saturados con gracia divina. El amor más allá de todo el amor se encuentra en sus Corazones. La vida nos viene del Padre, en el Espíritu Santo, por medio del Corazón traspasado de Jesús, a través del corazón de María que fue invisiblemente traspasado por una espada siete veces. Nosotros actuamos como conductos de esta vida para todos.

    Veo el amor entre Jesús y María a través de todo el rosario. Veo el gran amor de estos dos Corazones. Quiero estar en este gran amor existiendo entre ellos, por lo tanto, voy al corazón de María y ella me coloca profundamente en el Corazón de su Hijo. Ella habita en el Corazón de Jesús perfectísimamente. Observen los misterios del rosario. Vean los Corazones latiendo en el mismo cuerpo durante la Anunciación y la Visitación. Vean a María sostener al pequeño Jesús, al Niño Cristo y amamantarlo con su leche. Jesús recibió su vida física a través del cuerpo de María. Recibimos una participación en la vida divina de Jesús a través de María, la Mediadora de todas las gracias, Madre de nuestra vida en Cristo, Madre santísima de nuestro amor. Veo esta interacción de profundísimo amor a través de todo el rosario. Es meditando sobre el amor entre ellos que me lleno de semejante satisfacción cuando habito en sus corazones.

    En Fátima, María le dijo a Jacinta que Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto al corazón de su Madre. Nosotros recibimos el más profundo amor cuando habitamos en los dos Corazones. Miren sus Corazones en el cuarto Misterio Gozoso del rosario, la Presentación en el Templo. Simeón le dijo a María que también a ella una espada le traspasaría el corazón. Desde ese momento en adelante, María sabía que vendrían sufrimientos. Cada vez que ella miraba al niño Jesús, se acordaba de la profecía de Simeón y tenía un constante dolor en su corazón. Jesús sabía todas las cosas. Los Corazones de Jesús y María se unieron más grandemente al saber de los sufrimientos que vendrían. Miren la imagen de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Miren los rostros de Jesús y María. Ellos compartieron la más profunda intimidad. Jesús y María quieren que consagremos nuestros corazones a sus Corazones. Este es el mensaje de Fátima: No tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas consagren sus corazones a Jesús y María. A través de todo el rosario vemos lo que es realmente el amor profundo.

    El ser humano más excelso se une en la más profunda unión con el Dios Omnipotente en su Divinidad y humanidad. Cuando nos unimos a estos dos Corazones, somos atrapados en el profundo abrazo del amor. Este es nuestro pequeño cielo en la tierra, estar en los Corazones de Jesús y María. El me llevó a la cámara interna de su Corazón y ahí experimenté la abrazadora prescencia de Dios.

    Este libro es para ayudar a que nos unamos más profundamente al sacrificio más grande que existe hoy en la tierra. Este libro es para ayudarnos a estar unidos en este sacrificio único en todo el mundo. Este libro es para ayudarnos a vivir de acuerdo al plan del Padre como hijos de Dios, como un cuerpo en él. Al consagrar nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María, al habitar en sus Corazones, ellos viven en nosotros hoy en este mundo. Nosotros somos luces para este mundo. Nuestros corazones son encendidos con el poder de "......la luz del mundo..." (Jn. 8:12), Jescristo, el Hijo del Dios vivo. Cuando habitamos en los Corazones de Jesús y María, estamos conectados y brillamos con su ardiente amor. Somos atrapados en el abrazo del amor. El Padre mira este mundo y ve la obscuridad. Sus hijitos consagrados a los Corazones de Jesús y de María son luces brillando en el mundo obscuro.

    Mientras el Movimiento Pastores de Cristo se mueve a lo largo de la tierra y más y más de los hijos de Dios se unen al rebaño, más y más corazones serán encendidos con el fuego del amor de Dios. Habrá un rebaño y un Pastor. Habrá una era de paz en la cual el Corazón Inmaculado de María triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará. El Movimiento Pastores de Cristo está tratando de ayudar a renovar a la Iglesia y al mundo. Este movimiento está centrado en la consagración a los Corazones de Jesús y María. Nosotros somos saturados con gracia cuando habitamos en los Corazones de Jesús y María. Estamos ayudando a dar lugar al triunfo del Corazón Inmaculado y al reinado del Sagrado Corazón. Queremos estar unidos profundamente al Corazón de Jesús y al corazón de María al acercarnos siempre más al Padre en el Espíritu Santo.

    Somos como luces en un árbol de Navidad. Si estamos conectados, todo el árbol se enciende. Dios tiene todo el poder. El es una Fuente inagotable de poder y de luz. Si cada persona en este mundo fuera como una luz en el árbol de Navidad, si cada persona estuviera conectada a la Fuente de poder, el Corazón de Jesús a través del corazón de María, el mundo entero brillaría como el árbol de Navidad más luminoso.

    El Padre mira esta tierra y ve mucha obscuridad. La obscuridad ha cubierto la tierra. Satanás está presionando sobre esta tierra. Satanás causa confusión y división en nuestros corazones. El nos mantiene enfocados en problemas cuando pudieramos estar platicando con Jesús. María nos protege con su amor maternal. Ella nos protege, sus hijos. Ella nos ama más que cualquier madre terrenal. Nosotros podemos ir a su corazón por protección. Debemos hacer a un lado las distracciones, la confusión y la división en nuestros corazones. Vamos a su Corazón con un corazón humilde. Satanás habla en nuestra mente y ocasiona que muchas veces nos sintamos molestos. Debemos desprendernos.

    El camino a la luz es a través de los Corazones de Jesús y María. El amor de Dios arde profundamente por nosotros. No debemos ceder a las distracciones en nuestras mentes.

    Vayan al sagrario. Jesús nos dará nuestras respuestas. El está esperando a que vayamos. Debemos ir y sentarnos en silencio y dejar que él obre en nuestros corazones. Nos llenaremos con su vida profundamente. No debemos estar temerosos. Deberíamos estar llenos de esperanza y alegría. Debemos rezarle al Espíritu Santo para que nos de su sabiduría para saber la voluntad del Padre. María es nuestra Madre. Ella nos ayudará en nuestras pruebas y en todas nuestras luchas. Debemos disciplinar nuestros pensamientos e ir al Corazón de Jesús. Es por medio de la Eucaristía que seremos fortalecidos para todas nuestras pruebas.

    Quizá tengamos que enfrentar muchos sufrimientos. No seremos lastimados. Estamos siendo protegidos por nuestra Madre celestial. Ella nos cubre con su manto. Debemos entergarnos e ir a los Corazones de Jesús y María. Debemos estar profundamente unidos en sus Corazones. Debemos meditar sobre la prescencia del Padre, Hijo y Espíritu Santo dentro de nosotros. Debemos pedir por la gracia para conocer y amar más a Dios. Deberíamos rezarle al Padre, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa, en el Espíritu Santo, a través de la poderosa intercessión de la Virgen María.

    Deberíamos rezar a través del día y ofrecer nuestras acciones al Padre con nuestras peticiones en la mañana. Nuestro trabajo es difundir el amor de Jesús al mundo. El Corazón Inmaculado de María triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará. Debemos rezar por el crecimiento de la devoción a sus dos Corazones y consagrarnos a los Corazones de Jesús y María todos los días.

    Nuestros corazones son como foquitos en el árbol de Navidad, listos para ser encendidos con su luz y su amor. Nosotros iluminaremos este mundo con el fuego del amor de Jesús ardiendo en nuestros corazones. La tierra permanece en obscuridad. María nos habló en Fátima, pero mucha gente no escucha su mensaje dado ahí.

    María dijo en Fátima que no habrá paz en el mundo hasta que un número suficiente de sus hijos estén consagrando sus corazones a los Corazones de Jesús y María.

    Cuando muchas luces estén encendidas en el árbol de Navidad, el árbol entero parecerá estar iluminado.

    El Padre quiere que toda la tierra esté iluminada con el fuego del amor de Dios. El ofreció a su Hijo como sacrificio para que tengamos vida eterna. Cuando muchos focos están apagados, todo el árbol se ve obscuro, pero los pocos que si están encendidos resaltan en la obscuridad.

    Debemos permanecer arraigados en Jesús. Debemos conectar nuestros corazones al Corazón de María y ella nos conectará al Corazón de su Hijo. El es la Fuente de poder. Su poder nunca se extingue. Su poder nunca se obscurece. Sólo en él brillará la luz. María, Madre nuestra, te entregamos nuestros corazones. Colócalos en el Corazón de tu Hijo para que seamos un cuerpo en él para que iluminemos la tierra. Las luces brillaron como la luz más resplandeciente, y cubrieron la tierra. La luz para este mundo es el fuego del amor de Dios.

    El sacerdote necesita alimentar a la gente con el amor de Dios. Cuando ellos vienen a Misa y a los Sacramentos, son alimentados espiritualmente.

    El mundo clama ser alimentado. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. Jesús ha elegido a cada sacerdote y lo ha ungido como Cristo vivo hoy en este mundo. El llamado más grandioso es ser llamado a ser un sacerdote santo por Nuestro Señor mismo. Qué tiernamente ama él a sus amados sacerdotes y anhela su amor. Mientras sufría tanto en su amarga Pasión por la falta de amor de parte de algunos de sus sacerdoes escogidos comprometidos a él, Jesús fue confortado por sus sacerdotes santos. Jesús verdaderamente ama a sus sagrados sacerdotes.

    Jesús tiene que vivir en el sacerdote. Cada acción del sacerdote tiene que ser en unión con Jesús. El es un sacerdote para siempre de acuerdo a la orden de Melquisedec.

    Cuando un sacerdote esté lleno del amor de Jesús, se unira más profundamente con Cristo en el gran sacrificio que está siendo ofrecido al Padre. En el Santo Sacrificio de la Misa, los fieles verán a Jesús a través del sacerdote ofreciendo el sacrificio al Padre. Levantaremos nuestros ojos y sentiremos, en este gran sacrificio, la prescencia de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Nos unimos al ofrecer sacrificio al Padre. Todos nos unimos como uno y nos entregamos en gran unidad con Jesús, en gran amor al Padre, en el Espíritu Santo. Morimos a todas esas cosas que no son de Dios y nos unimos en este gran milagro que está aconteciendo. El Padre mira y ve el sacrificio de su hermoso Hijo a través de las manos consagradas de sus santos sacerdotes. El cielo se une a la tierra. La tierra clama con gran júbilo por el gran regalo que le ha sido dado del Dios Todopoderoso, y nos unimos como criaturas entregándonos como un sacrificio a nuestro amado Creador. ¿Experimentamos la presencia de Dios mientras su poder fluye a través de las manos de un hombre, el sacerdote que toma el pan y el vino y los convierte en el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor? ¿Escuchamos a Jesús clamar, como lo hizo en la última cena, con la intensidad en su voz reflejando todo el conocimiento de los próximos eventos de su pasión y muerte?

    ¿Escuchamos al sacerdote decir las palabras de consagración con la emoción de Jesús, a punto de dar su vida por sus preciadas almas? Y la tierra se queda inmóvil. Ahí, en ese momento, el sacrificio del Calvario se hace sacramentalmente presente a través de las manos del sacerdote. Oh, que Dios haya amado tanto a este mundo hasta entregar a su Hijo único como un sacrificio y que quiera que estemos en está profunda unidad con él. Me entrego a ti, mi hermoso Dios, así como tú te entregaste a mí voluntariamente en el Calvario. Quiero morir contigo.

    El amor entre dos personas es darse mutuamente. Es interacción entre dos gentes. Es intimidad. Este depende de cuanto demos. Recibimos intimidad, interacción, de acuerdo a cuanto pongamos. Dios da su todo. Lo vemos colgado en la cruz, cubierto de sangre, coronado con espinas, con las manos y pies traspasados. Vemos su precioso Corazón, fuente de vida, amor y misericordia, traspasado. Esto es libertad. El nos enseña el camino. Nosotros nos entregamos. Nos sacrificamos y suplicamos ser santificados, pedimos ser como Cristo en este santo sacrificio. El aspecto más importante de nuestra ofrenda de sacrificio es cómo estamos en nuestros corazones. ¿Somos uno con Jesús, entregándonos a nuestro amado Padre quién es completamente digno de nuestro amor? Quienes somos que Dios nos ama tanto, que él, el Dios Omnipotente, se hace presente, no menos presente que el día en que caminó sobre esta tierra, a través de las manos de un hombre y lo tomamos tan ligeramente. Piensen en Jesús llamando. Levanten en alto la Hostia, amados sacerdotes. Este es el Hijo de Dios y a ustedes les ha sido dado el más grande honor sobre esta tierra.

    Dios viene a nosotros. El se entrega a nosotros. Veámonos como uno en él. Unámonos. Mirémonos a sí mismos, todos criaturas de nuestro amado Dios, Dios, todo Santo, todo Magnificente, Omnipotente, todo Poderoso y veamos lo que él nos da. Veámonos como sus criaturas y a él como el creador y observémonos y veamos como nosotros, y toda la humanidad, estamos ofendiendo a nuestro querido Dios. Al unirnos, suplicamos, suplicamos, con este santo sacrificio de su Hijo, por misericordia. La vemos fluir del Padre, en el Espíritu Santo, a través de la fuente de gracia y misericordia, el Corazón traspasado de Jesús, a través del corazón de María, por las manos del sacerdote, que es uno con Jesús, hacia nosotros. Estamos unidos en semejante unidad con los Corazones de Jesús y María. Nos hemos entregado a ellos. Es aquí, unidos a Cristo en esta gran unidad, que mi sacrificio es recibido por las manos amorosas del Padre. Es en esta unidad que él derrama su gracia. Nos unimos por medio de Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, y suplicamos por misericordia como sus criaturas que hemos ofendido a nuestro amado Dios. Este es nuestro regalo para ti, nuestro amado Padre. Como el Vaticano II dice; en unión con el sacerdote, ofrecemos el Hijo al Padre. Le damos las mayores gracias por este sacrificio vivo y santo. Nos unimos con toda la Iglesia. Pedimos ser alimentados por su Cuerpo y su Sangre, llenarnos del Espíritu Santo, y hacernos cada vez más un cuerpo en él. Nos unimos con María y todos los santos y constantemente suplicamos por ayuda a través de este sacrificio. Qué por este sacrificio podamos hacer la paz contigo y paz para la salvación del mundo entero. Rezamos en amor y fe por tu Iglesia peregrina, por el Papa, por nuestro obispo, por todos los obispos, por todo el clero y toda la gente. Le pedimos al Padre que escuche las oraciones de su familia y le pedimos en amor y misericordia que una a todos los hijos del mundo. Le pedimos al Padre que lleve al cielo a todos nuestros hermanos y hermanas que han fallecido y que fueron buenos. Y pedimos que tengamos la visión de tu gloria mediante Cristo nuestro Señor, y reazamos por medio de él, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo. Todo honor y toda gloria son tuyos, Padre Omnipotente, por los siglos de los siglos.

    Le rezamos al Padre, con todo nuestro corazón y con todo nuestro amor, el "Padre Nuestro". Decimos cada palabra. Decimos con semejante amor, "Padre Nuestro", pedimos que venga a nosotros tu reino así en la tierra como es en el cielo. Queremos este reino aquí, todos somos hermanos y hermanas y Dios es Nuestro Padre y queremos que todos los hombres estén haciendo su voluntad. Pedimos ser alimentados espiritual y físicamente todos los días. Suplicamos estar libres de todo mal y tener la paz. Le pedimos que nos mantenga libres del pecado y de la ansiedad y esperar su venida. Pedimos que el reino y el poder y la gloria sean de Dios hoy y para siempre. Nos damos la paz unos a otros y suplicamos por el perdón y misericordia. Somos pecadores, pero queremos misericordia. Estamos de pie. Deberíamos gritarle al Padre, "¡Mira qué pecadores somos!" Pedimos misericordia por nuestros pecados y por los pecados de toda la humanidad.

    Experimento la acción del Espíritu Santo de una manera especial por la Consagración de la Misa. Me llena con tal expectación el recibir a Jesús, y quiero ser santa. De la Consagración, me entrego al Padre, unida en el Espíritu Santo, de una manera especial. Consagrada a los corazones de Jesús y María, experimento a Dios. Amo tanto la Misa. Lo que resta de este libro son mis experiencias durante la Misa, después de la Comunión, y otras ocasiones. Muchas son experiencias en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada en Cincinnati, Ohio. Ahí, experimenté por cuatro meses seguidos momentos especiales con mi amado Jesús.

 

 

5 de Octubre de 1995

La Reparación es la base del Mensaje de Fátima

    Mi experiencia ante la Estatua de Lourdes y la cruz en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada fue impresionante.

    El mundo está sufriendo y en dolor. Debemos rezar el rosario de la Divina Misericordia.

    "Un sacramento es una señal visible de una realidad divina invisible"
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    Jesús ya no camina en la tierra. Nosotros llevamos a cabo su vida, muerte, y Resurrección en nuestras vidas.

    La Iglesia es la continuación de Cristo sobre la tierra. La Iglesia es un sacramento. Encontramos a Cristo de una manera especial a través de los Sacramentos.

    Si yo estoy unida a los Corazones de Jesús y María, si habito en sus Corazones, ayudo a canalizar gracia hacia otras personas.

    Cuanto más viva yo en los Corazones de Jesús y María y ustedes vivan en los Corazones de ellos, más profundamente estamos unidos.

    Yo estoy unida profundamente a mis hermanos que están verdaderamente saturados con la gracia de Dios.

    El rosario es la historia de las vidas de Jesús y María. Dios se comunica con nosotros a través de su Hijo hecho hombre.

    El Corazón de María fue traspasado siete veces. Hay siete Sacramentos. María es la Mediadora de todas las gracias. Cuando habitamos en los Corazones de Jesús y María, el amor de Dios está tan vivo en nosotros. Estamos unidos en semejante unidad con Dios cuando moramos en sus Corazones. Recibimos su vida y su amor divinos.

    El Corazón de María está lleno del amor de Dios. Ella habita profundísimamente en su Corazón. Su corazón está sin pecado. A través de María, nosotros podemos habitar más profundamente en el Corazón divino de Jesús porque el corazón de María es puro.

    La vida de gracia viene a través de la humanidad de Jesús. La vida viene del Padre, en el Espíritu Santo, a través del Corazón traspasado de Jesús, por medio de María, a nosotros. Actuamos como conductos de esta vida en el mundo. Llevamos a cabo su vida en nuestras vidas.

    Hoy en día la Iglesia continúa la vida, muerte y Resurrección de Jesús. El está presente para nosotros en los Sacramentos. María es nuestra Madre y Madre de la Iglesia. El Espíritu nos transforma en el Corazón de María para hacernos más a la imagen de Jesús.

    Jesús nos da su Cuerpo y Sangre hoy. Su vida fluye de su Corazón traspasado del cual fluyó sangre y agua. El agua es un símbolo del Bautismo, de la vida que él nos da; la sangre es un símbolo de la Eucaristía por la cual somos alimentados.

    La Misa es el Sacrificio del Calvario hecho presente sacramentalmente.

    El ángel les dijo a los tres niños en Fátima:

    "¡Tomen y beban el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, ¡terriblemente agraviado por hombres malagradecidos! Hagan reparación por sus crímenes y consuelen a su Dios!"

    El Padre Carter dice en su libro, La Espiritualidad de Fátima y Medjugorje, que: "La Reparación es la base de los mensajes de Fátima."
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    ... notamos la distintiva naturaleza Trinitaria de los mensajes. Somos instruidos que en nuestra existencia Cristiana, debemos expresar la más grande reverencia por el Padre, Hijo, y Espíritu Santo al servirles mediante las virtudes de la fe, la esperanza y el amor. Estas tres virtudes están en el centro de nuestra vida de gracia.

Se nos recuerda la fea realidad del pecado y nuestro deber de hacer reparación por ello.
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    Nuestra Señora pide un acto específico de reparación, el primer sábado de cinco meses seguidos. La reparación es la base del mensaje de Fátima.

    Amen a Dios, amen a su prójimo. Recen y hagan sacrificios por los demás. Hagan todo lo que hacemos un sacrificio. Debemos estar unidos a Dios a lo largo del día.

    Dios ha enviado a Nuestra Madre Santísima para llamarnos a volver a Jesús y estar en una unión más cercana con él. María es nuestra Madre Espíritual, la Mediadora de toda gracia. Deberíamos aceptar todos los sufrimientos que él nos envía. La cruz conduce a la vida. Nosotros llevamos a cabo el Misterio Pascual en nuestras vidas, aquél de la muerte y la resurrección. La cruz conduce a la vida. Nosotros vivimos la cruz. Actuamos como conductos de su gracia hacia otras personas. La Eucaristía está en el centro de la vida de la Iglesia.

    "Dios mío, creo en ti, te adoro, pongo mi esperanza en ti y te amo! Te pido perdón por aquéllos que no creen, que no te adoran, que no ponen su esperanza en ti y que no te aman."

    Luego, levantándose, dijo: "Recen así. Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus plegarias."
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    En el verano de 1916, el ángel se apareció otra vez a los tres videntes. El les dijo:

    ¡Recen! Hagan mucha oración. Los Corazones de Jesús y María tienen planes misericordiosos para ustedes. Ofrezcan oraciones y sacrificios continuamente al Altísimo. Hagan de todo lo que hacen un sacrificio y ofrézcanlo como un acto de reparación por los pecados por los cuales Dios está ofendido y como una petición por la conversión de los pecadores. Traigan la paz a nuestro país de esta manera.... Yo soy el Angel Guardián de Portugal, acepten y padezcan con sumisión todos los sufrimientos que el Señor les enviará.
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    En el otoño del mismo año, el ángel visitó a los videntes por última vez:

    El ángel vino...llevaba un cáliz de oro en una mano y en la otra una Hostia sobre el cáliz. Los niños asombrados se dieron cuenta de que gotas de sangre caían de la Hostia al cáliz. Presentemente, el ángel dejó ambos suspendidos en el aire y se postró en el suelo, diciendo esta hermosa oración: Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por las atrocidades, sacrilegios e indiferencia por los cuales él esta ofendido. Te ruego la conversión de los pobres pecadores por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y la intercesión del Inmaculado Corazón de María."
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    Los Sagrados Corazones de Jesús y de María se nos
presentan en primer término como los inseparables mediadores del Padre de misericordia.

 

 

8 de octubre de 1995

Despierten, Hijos de Dios

    La gente fue tan irreverente en la iglesia el Domingo 8 de Octubre de 1995. Inmediatamente después de Misa, el Domingo, algunas personas estaban vendiendo libros de entretenimiento en la iglesia, tomando café frente al altar y ante el sagrario, estaban riéndose, gritando, platicando y contando el dinero de los libros junto al pasillo de la Comunión, ante el sagrario. Un hombre chifló mientras cargaba a lo largo del santuario, la mesa en la cual vendió los libros, a un lado del altar principal.

 

 

9 de Octubre de 1995

    Dios le dio al hombre semejantes regalos y Adán y Eva pecaron contra Dios. Dios nos da semejantes regalos hoy y el hombre sigue pecando contra Dios. Ayudemos a hacer reparación a Dios por las ofensas en contra de él. Digámosle que lo sentimos por la ingratitud de los hombres pecadores.

    Dios mostró su amor y su fidelidad a su promesa por la Encarnación y por la vida, muerte y Resurrección de la Segunda Persona Encarnada de la Trinidad.

    Dios se conoce y se ama a sí mismo. El era perfectamente feliz y no tenía que crear al hombre. El lo creó gracias a su gran bondad. La creación usualmente es atribuída a la Primera Persona, la sabiduría a la Segunda Persona y el amor a la Tercera Persona, pero todos participan en estas acciones.

    Lo único que quiero hacer es conocer más a Dios. Conocerlo es amarlo.

Jn. 1:1-13:

En el principio era la Palabra:
y la Palabra estaba ante Dios,
y la Palabra era Dios.
Ella estaba ante Dios en el principio.

Por Ella se hizo todo,
y nada llegó a ser sin Ella.
Lo que fue hecho tenía vida en ella,
y para los hombres la vida era luz.
La luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron.

Vino un hombre, enviado por Dios,
que se llamaba Juan.
Vino para dar testimonio,
como testigo de la luz,
para que todos creyeran por él.
Aunque no fuera él la luz,
le tocaba dar testimonio de la luz.

Ella era la luz verdadera,
la luz que ilumina a todo hombre,
y llegaba al mundo,
Ya estaba en el mundo,
este mundo que se hizo por Ella, o por El,
este mundo que no lo recibió.

Vino a su propia casa,
y los suyos no lo recibieron;
pero a todos los que lo recibieron
les dio capacidad para ser hijos de Dios.

Al creer en su Nombre han nacido,
no de sangre alguna, ni por ley de la carne,
ni por voluntad de hombre,
sino que han nacido de Dios.

    La vida fluye del Corazón traspasado de Cristo. El hombre es redimido por la sangre de Jesús. Y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

    Te amo. Te amo. Te amo. Quiero conocerte, buscarte, tenerte más y más y más. Mi corazón desea ardientemente tu amor. Tú eres mi amado.

    Nacimos porque Dios quizo que naciéramos. Si somos bautizados, tenemos una participación especial en la vida divina de Dios. Somos hijos de Dios y herederos de su reino si amamos y servimos al Señor.

    Dios existía. El era completamente feliz. No le faltaba nada. El quería comunicar su bondad y su amor, así qué, creó al hombre.

    Adán y Eva, nuestros primeros padres, pecaron. Dios preparó a los hombres para la venida de Jesús. Esto es dado en el Viejo Testamento. La nueva Eva, María, y el nuevo Adán, Jesús, vinieron a esta tierra. María es nuestra Madre espiritual, la Madre de nuestra vida espiritual. Eva es la madre de los vivientes. Dios promete enviar un Redentor. Jesús viene y se entrega a sí mismo para que tengamos vida, para que participemos en su vida divina. Dios mantiene su promesa. Dios siempre es fiel a su Palabra.

 

 

9 de Octubre de 1995

Conocer a Dios es Amarlo

    María ha dicho en Fátima que no tendremos paz en el mundo hasta que un número suficiente de personas estén consagrando sus corazones a Jesús y a María. María será fiel a las promesas de Fátima.

    El Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado Corazón de María triunfará.

    La Historia de la Salvación incluye el argumento de la terquedad y pecado del hombre. Dios es fiel con su amor y misericordia infinita.

    Dios estaba completamente feliz. De su amor y bondad, él creó al hombre para comunicar su amor a sus criaturas.

    Muchas veces el hombre está ciego y sordo y no ve el plan. Este es el plan de la Historia de la Salvación; que el hombre fue creado para concer, amar y servir a Dios.

    Para amar más a Dios, tenemos que conocerlo. El se está revelando a nosotros en las Escrituras. Debemos leerlas para amarlo más.

    Del costado del primer Adán vino Eva. Del costado de Cristo vino la Iglesia.

    Somos alimentados a través su Cuerpo y su Sangre.

 

 

11 de Octubre de 1995

Vean el Sufrimiento como un Regalo

Escrito a las 4:17 de la mañana:

    Jesús sudó sangre por la indiferencia y el abandono.

    Hoy en día hay grandes problemas en la Iglesia. Sé que quiero difundir los casetes y los libros con el mensaje Evangélico del gran amor de Jesús por nosotros. Los dolores en mis manos y pies son un constante recordatorio de su prescencia conmigo. Todo el sufrimiento es un constante recordatorio de su prescencia con nosotros si vemos el sufrimiento como un regalo de parte suya. Jesús conoce cada uno de nuestros pensamientos. El permite todo lo que estamos experimentando. Los cabellos mismos de nuestra cabeza están contados.

 

 

11 de Octubre de 1995

Debemos Seguir Adelante con una Bandera Blanca

    Me molesta mucho tener algún problema con alguién porque los amo y de ninguna manera quiero lastimarlos, pero quiero responder siempre de acuerdo a la verdad.

    La verdad es mi bandera, para caminar en este mundo. La verdad es la bandera que llevo, el mensaje, el mensaje del amor de Dios y de mi gran amor por él y por la Iglesia. Amo la Iglesia y a los religiosos especialemente elegidos por Dios. Dios los ha ungido y ellos dirigirán a los descarriados a casa. Dios los ha elegido. Quiero difundir este libro a los religiosos. Jesús llama y su clamor cae sobre oídos sordos. El los despierta de un sueño largo y profundo y comienzan a ver la luz del día. La Iglesia llevará una bandera blanca llena de pureza y de amor ardiente por el Sagrado Corazón de Jesús.

Canto:
Oh Corazón ardiente, oh amor divino,
Qué dulce eres conmigo.

    A lo largo del día, me uno en la Misa con todas las Misas de todo el mundo. Amo tanto la Misa. Veo a Cristo actuando a través del sacerdote en la Misa y lo amo profundamente en su gran amor por Jesús. Mi vida entera se pasa en esta búsqueda por una unión más y más profunda con Dios. Estoy muy muy sedienta de este conocimiento de Dios. Conocerlo ayuda a amarlo.

    Dios mío, tengo sed de ti. Mi boca está tan ceca y mi sed es muy profunda. Sólo en ti encuentro mi alegría. El mundo hace alarde de sus bellezas ante mí. Me enfoco en Jesús. El es mi todo. Mi meta es tener unión más y más profunda contigo. Tengo sed, y ésta es apagada por tu sabiduría dada en las Escrituras y por mi director espiritual, el Padre Carter. Te llamo y tú apagas mi sed. Has proporcionado al Padre Carter como un gran regalo que ha sido dado para ayudar en la renovación de la Iglesia y del mundo. Su amor por la Iglesia será transmitido a través de sus escritos. Es en el Corazón de Jesús y en el corazón de María que el hombre se dará cuenta del amor de Dios.

    Los sacerdotes responderán a este llamado a través del boletín y las gracias que estén recibiendo de Dios por medio de las oraciones de muchos. Debemos unirnos todos en un corazón entregando su mensaje de amor al mundo. El nos ama tanto.

    Mi unión más profunda con el sacerdote es en el Sacrificio de la Misa, cuando me uno con Jesús como víctima y me ofrezco con Jesús y María al Padre. El sacerdote se une con Jesús ofreciéndose al Padre. Es Jesús ofreciéndose por medio del sacerdote, al Padre.

    En un momento, el pan y el vino son convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo a través del sacerdote. Este es el momento intenso cuando me uno tan profundamente a Dios. Estoy asombrada de este acto. Veo al sacerdote, en este momento, como Cristo y amo a Dios tan profundamente por el gran regalo dado al hombre. ¿Quienes somos que Dios le da a un hombre el poder para convertir el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre?

    Amo tanto a Jesús. Lo adoro. Lo amo. Lo alabo. En este momento, mi corazón está lleno de semejante unión con Dios por su bondad. Amo profundamente al sacerdote ya que sé del gran regalo que Dios nos ha dado en él. Amo la Iglesia. Es por medio del sacerdote que amo más a la Iglesia porque Dios ha elegido al sacerdote para representarse a mí. Yo veo a Cristo en el sacerdote. De la Iglesia recibo la vida de Dios. El sacerdote me administra los Sacramentos. El sacerdote celebra la Misa.

    Amo tanto al sacerdote porque él ha sido elegido por Dios y hoy, está actuando como Cristo en la Iglesia. Amo la Iglesia con todo mi corazón con todo y sus fallas y problemas. Amo al sacerdote porque para mí, él representa a Cristo. Sé que Cristo está obrando en él y en la Iglesia este día.

    Si no tengo este amor por la Iglesia, por el sacerdote, por la Misa, por la Eucaristía, me estoy perdiendo este encuentro especial con Cristo que se nos da este día. Amo la mano que me alimenta.

    Hoy en día los sacerdotes no están siendo amados por los fieles. A la Iglesia se le falta al respeto y en muchos casos es objeto de burla. Debemos rezar para que la gente ame la Iglesia y a los sacerdotes y recen por ellos.

    Mi amor por los demás acrecenta mi amor por Dios, mi amor por la Iglesia, mi amor por los Sacramentos, mi amor por Cristo. Amo los santos sacerdotes de Dios. Debemos amar la Iglesia, los Sacramentos y darle gracias a Dios por estos grandes regalos que nos han sido dados.

 

 

11 de Octubre de 1995

Experimentando a Dios en Misa

    Semejante experiencia después de la Comunión: Mi amado Dios entra en mí y se une a mí. El Dios Omnipotente se entrega a mí. Lloro al expresar mi profundo, profundo amor por él.

    Veo claramente el papel de la Iglesia al formarnos más hacia la imagen de Jesús. Sé que debo amar la Iglesia. Amo la Iglesia. La Iglesia me suministra la vida de Jesús.

 

 

11 de Octubre de 1995

    Para amar a Dios tenemos que conocerlo. La verdad debe ser conocida en la Iglesia Católica. La Iglesia tiene el derecho de gobernar. No podemos decir lo que queremos. La Iglesia tiene el derecho y el poder para gobernar. Debemos obedecer a la Iglesia.

    Dios quiere nuestra salvación y felicidad mucho más que nosotros. Si nos hacemos más como Cristo seremos más complacientes al Padre.

 

 

12 de Octubre de 1995

El Sacrificio de la Misa

    Me doy cuenta de las grandes ofensas contra Dios hechas por mí y por hombres pecadores. Quiero ayudar a hacer reparación al adorable Corazón de Jesús, herido por la ingratitud y la indiferencia del hombre. Mi corazón clama al darme cuenta de los grandes regalos que se nos han dado y cómo Jesús es ignorado y tratado con semejante falta de respeto e irreverencia por el hombre.

    Qué oración de unidad de sus fieles al unificarse en el Sacrificio y hacerse uno en Jesús, ofrecida al Padre, en el Espíritu Santo, con María y todos los ángeles, los santos y las almas del purgatorio. Nos unimos en cada oración en el momento de las peticiones con todo nuestro corazón y nuestra oración conjunta asciende al Padre.

    "Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros." Pedimos, pedimos misericordia para los hombres que están ofendiendo a Dios este día. Veo su Corazón traspasado, una fuente de misericordia y amor derramándose sobre el mundo al unirnos en las oraciones más fervientes de nuestro corazón.

Oración:
    Sacratísimo Corazón de Jesús, ponemos nuestra confianza en ti. Permítenos unirnos con todos los fieles a lo largo del mundo y ofrecer este, nuestro sacrificio, al Padre con el más profundo y ferviente amor, pidiendo que él derrame su gracia y misericordia sobre los hombres malagradecidos.

    Permítenos darle gracias y alabarlo por este gran regalo de sí mismo, ignorado y olvidado tan frecuentemente por hombres pecadores.

    Permítenos unirnos en un corazón amando fervientemente a Dios y rogarle al Padre que una a este mundo en amor. Premítenos vivir siempre de acuerdo a la voluntad del Padre como hijitos, siempre obedeciéndole y dependiendo de él para todas las cosas.

    Yo me uno con el sacerdote, en semejante unidad, con estas oraciones al Padre. Qué estas sean llevadas a su santo Trono, qué el Sagrado Corazón de Jesús reine y qué el Inmaculado Corazón de María triunfe en los corazones de los fieles en todo el mundo.

    Juntos en semejante unidad en este Santo Sacrificio de la Misa, le ofrecemos al Padre un sacrificio. Nos unimos en Jesús y nos ofrecemos al Padre. ¡La Misa es tan poderosa!

 

 

12 de Octubre de 1995

La Misa

    La Misa es un gran acto de amor. El sacrificio del Calvario es sacramentalmente hecho presente. En la Misa, Jesús se entrega a nostros completamente y nosotros nos entregamos completamente a él.

    Qué el sacramento de su amor nos acerque en mutuo amor. Es en la recepción de la Eucaristía que nos unimos profundamente en él y en su amor. Así también, yo me uno a cada persona. Las dificultades que tengo con los demás parecen ser tan pequeñas, porque puedo unirme con ellos en Jesús.

    Amo mucho más tiernamente a las personas en mi vida porque me he unido en la unión más profunda con mi Dios. Cada miembro de mi familia, de mi vida, con los que me reuno socialmente se vuelven tan queridos y tan cerca de mí en Jesús. El se ha unido con mi corazón en la unión más profunda. Ahora tengo que seguir adelante y llevar este amor a todos con los que convivo.

    Me siento tan triste por mis pecados y por los pecados del mundo. Veo que caigo con frecuencia a lo largo del día. Le pido a Dios perdón y misericordia por mí y por el mundo pecador. Quiero ayudar a hacer reparación a su adorable Corazón por los pecados de la humanidad.

    Pido, en este Santo Sacrificio de la Misa, que las peticiones en mi corazón asciendan al Padre, unidas en este Santo Sacrificio, en el Espíritu Santo, con María, los ángeles, los santos y las almas del purgatorio. Pido con todo mi corazón misericordia, misericordia por los pecados de los hombres malagradecidos.

    La Misa es tan hermosa. Nos unimos en el misterio del amor de Dios. Pedimos perdón por nuestra conducta pecadora. Ofendemos a Dios en pensamiento, palabra, y obra, en lo que deberíamos haber hecho y no hicimos. Le ruego al Padre celestial indulgencia y perdón por estos pecados. Pedimos misericordia por nosotros y por nuestros pecados.

    Somos alimentados por su hermosa Palabra. Somos tocados por esta Palabra Viva de Dios. Le pedimos al Padre que nos de lo que necesitamos, y nos unimos con todos los presentes en este Sacrificio, en estas oraciones. En un corazón, levantamos nuestros corazones al Padre y pedimos por nuestras necesidades.

    Participemos en la divinidad de Cristo que se humilló para participar en nuestra humanidad.

    Borra nuestras iniquidades. Nos ofrecemos con el pan y el vino que pronto serán el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Qué el Señor acepte este sacrificio para gloria y alabanza de su nombre para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia.

    Elevado en la cruz, Jesús se entregó. Nosotros nos unimos con todos los ángeles y los santos.

 

 

13 de Octubre de 1995

Las Pavesas Ardientes del Corazón de Jesús

    Jesús levanta el velo y me doy cuenta de la inmensidad de su amor. Me imagino las pavesas ardientes de su Corazón. Yo descansé tan profundamente en su Corazón. Me imagino el resplandor que entra y sale de la obscuridad a la luz. El mantiene una vigilancia constante hacia nosotros.

    Sentí las llamas ardientes de su amor de la obscuridad a la luz. Estas parpadeaban con un color rojizo. Fue un movimiento ardiente de una llama que se prendía y se apagaba.

    Mi corazón está tan caliente. ¡Semejante experiencia! Mi corazón arde con el amor más profundo hacia Jesús. Siento mi corazón en este momento.

    Le rogué a Jesús que me permitiera unirme con él en la unión más elevada a cada momento de mi vida. Anhelo por él, por él solo y por esta profunda unión con él.

    Canto: "En lo más recóndito del Corazón de Jesús...."

    Estoy muy consciente del tirón en mi corazón, como una punzada, pero no dolorosa. Anhelo por una profunda, profunda, profunda unión con él, anhelo ser tan uno en él, incrustada profundamente en su Corazón.

    Al leer "Madre a nuestro Lado", me doy cuenta de que María es nuestra compañera de oración. Una madre está siempre ahí. Está atenta a su hijo. Siente su dolor. María está tan unida a su hijo.

    María esta ahí, está atenta a cada uno de mis cuidados más de lo que yo me imagino. Ella es en realidad mi Madre. No tengo ningún temor, si me doy cuenta de su amor y de su constante cuidado, de que alguien me cuida y me ama día y noche. Conozco su maternal y constante prescencia conmigo.

    Es dándome cuenta de este maternal y constante amor que me libero del temor y puedo descansar tan tiernamente en el Corazón de Jesús.

    ¿Cómo escribir lo que siento? ¡María, Madre mía, ayúdame a conocer tu permanente prescencia conmigo y tu amor y cuidado constante hacia mí! Sé que éste es el secreto para poder descansar profundamente en el Corazón de Jesús.

    Fue por medio de María que Cristo vino. El estuvo en el vientre de María. En las meditaciones del rosario, la conexión entre ellos es muy profunda. Meditando sobre sus vidas, veo esta profunda unión entre sus dos Corazones. Es en María que me sientiré segura y conoceré el amor de Jesús.

    Todos estos años he extrañado a mi madre terrenal quién falleció cuando yo tenía cinco años. ¡Ahora sé que tengo a mi Madre celestial para siempre conmigo, conduciéndome a la unión más profunda con su Hijo! Su papel como mi Madre espiritual es el ayudar a unirme más y más profundamente en Dios.

 

 

15 de octubre de 1995

Aparecio en el Cielo una Mujer, María

Escrito a las 3:00 a.m. en Jackson, Michigan:

    Me desperté y pensé; "¿Cómo podré difundir el amor de Dios hacia los demás si no tengo una profunda relación de amor con él?"

    El Evangelio es la Palabra Viva de Dios. Los mensajes del Evangelio viven en nosotros. Lo que hay dentro saldrá por la boca del hombre. Dejemos que nuestros corazones se llenen del amor de Dios para que podamos proclamar el Evangelio. Dejemos que su Palabra viva en nosotros. Dejemos que esté viva en nuestras almas, y penetrados con su prescencia divina, cantemos de su amor para todos.

    La vida interior puede ser vida o muerte, luz u obscuridad, un lugar de paz o un lugar de temor. Depende del corazón de la persona. Debemos permanecer arraigados en él, entonces permanecemos saturados con la vida de Dios, la vida divina de la Trinidad.

    María nos dijo en Fátima lo que debemos hacer. Cuanto más nos entreguemos totalmente y demos nuestros corazones a Jesús y María, más creceremos en santidad. La consagración a los Corazones de Jesús y María es la respuesta. Cuando entregamos nuestros corazones a María, el Espíritu Santo obra dentro de su corazón para hacernos más y más como Jesús.

    Dentro del corazón de María, recibimos iluminación del Espíritu Santo para conocer a Dios. Somos formados, los hijos de la luz, en el vientre de María. Cristo, el primogénito, fue formado en el vientre de María. El es la Luz del Mundo. Nosotros somos formados en el vientre de María y de ella nacemos como sus hijos de la luz. María nos protege contra el diablo. Ella aplastó su cabeza con su talón y nosotros encontramos refugio en su corazón.

    Este es el mensaje de Fátima: que el corazón de María debe ser venerado con el Corazón de Jesús. Nos unimos más a Dios al hacernos uno en los Corazones de Jesús y María. Dios nos creó para comunicar y compartir su amor con nosotros. Cuanto más nos hagamos uno con ellos, más nos unimos a Dios y a los demás.

    La vida fluye del Corazón de Jesús a través del corazón de María. Ella es la Mediadora de todas las gracias. Bajo Dios, toda gracia fluye a través de ella.

    Dios crea criaturas a su propia imagen y semejanza, por su gran amor al hombre. Las criaturas pecan contra Dios. Dios envía a su único Hijo engendredado para hacer reparación por el pecado. Jesús es el nuevo Adán. María es la nueva Eva.

    "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (Ap. 12:1)

    Eva fue la madre física de la raza humana. Es a través de Jesús que nos relacionamos con el Padre. Jesús es nuestro mediador con el Padre. El Padre se comunica con nosotros a través de su Hijo.

    Hoy, el hombre peca y trata con tanta indiferencia e ingratitud a Dios. Todos somos miembros de la raza humana, todos hermanos en él, todos sus criaturas. Aquí está Dios. El es un ser divino y da a sus criaturas su amor, su bondad y su vida. Muchos hombres le dan la espalda a Dios. Yo quiero hacer algo de recompensa a Dios por mis pecados y los pecados de mis semejantes. Dios es ofendido muy gravemente por el hombre.

    Jesús nos dio a su Madre bajo la cruz como nuestra Madre. Ella es pura, es inmaculada, concebida sin pecado. Cuando entregamos nuestros corazones a María, podemos unirnos a Jesús en su corazón puro. Somos pecadores. No podemos por sí mismos, unirnos profundamente a Jesús, a menos que vayamos a través del corazón puro y sin pecado de María.

    Dios ha elevado a María a semejantes alturas. Ella es la persona humana que está más cerca de Dios.

María dice en Fátima:

    "...Dios desea establecer, en el mundo, la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si la gente hace lo que les digo, muchas almas se salvarán y habrá paz. La guerra terminará. Pero si la gente no deja de ofender a Dios, otra guerra y peor comenzará en el reinado de Pío XI."31

    Porque no respondieron suficientes personas a la petición de Nuestra Señora de Fátima para la conversión, ocurrió la tragedia de la Segunda Guerra Mundial.

    A través de muchos de sus mensaje en Medjugorje, Nuestra Señora también nos está llamando a la conversión. Es enfático, como lo es parte de su mensaje del 25 de enero de 1988:

    "Queridos hijos, hoy, los estoy llamando de nuevo a la completa conversión... Los estoy invitando, amados hijos, a convertirse totalmente a Dios..."32 33

    Debemos consagrarnos nosotros mismos, nuestros hogares y nuestros negocios al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María. María les enseñó a los tres niños de Fátima una visión del Infierno.

    Ustedes han visto el Infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos, Dios desea establecer, en el mundo, la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si la gente hace lo que les digo, muchas almas se salvarán y habrá paz.

    La guerra (La Primera Guerra Mundial, entonces en su furor) terminará. Pero si la gente no deja de ofender a Dios, otra guerra y peor comenzará en el reinado de Pío XI.
34

    Necesitamos rezar por la conversión de las almas. Nosotros estamos entre los hijos de la luz.

    Unidad es el estar muy unido a Jesús, ser uno en los Corazones de Jesús y María al participar en el Santo Sacrificio de la Misa, al vivir sus vidas en el rosario, al vivir las palabras en las Escrituras, la Palabra Viva de Dios. Hay una unidad en cada respiración al arder nuestros corazones por amor a él.

    María es la Reina de la Paz. Ella desea establecer la paz en el mundo y nos pide que le ayudemos a cumplir esta gran meta.

    María nos llama a la conversión. "Esta paz tomará lugar cuando la familia humana esté en paz con Dios, cuando los corazones humanos estén unidos a Dios, en amorosa conformidad a su voluntad."
35

    Ella nos llama a la conversión consagrando nuestros corazones al Sagrado Corazón de Jesús y a su Inmaculado Corazón.

La Madre Santísima le dijo a Jacinta:

    Dí a todos que Dios concede gracias a través del Inmaculado Corazón de María. Diles que pidan gracia de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Corazón Inmaculado de María. Pídeles que rueguen por la paz al Inmaculado Corazón de María porque el Señor le ha confiado la paz del mundo a ella.36

    El mensaje de Fátima se centra en el acto de consagración al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.

    Digan que "sí" a la consagración. Digan que "sí" a la gracia de María. Lean las Escrituras. Somos hijos de la luz. La conversión está basada en la consagración a los dos Corazones. Fátima subrayó lo que se necesita para salvar a la humanidad. Medjugorje lo confirmó y nos da los detalles. El consagrar significa "santificar." Sólo Dios puede hacernos santos. El Bautismo nos sella con la santidad de Dios - en el Bautismo tomamos parte en su vida divina, nuestra vida en Cristo.37

        Las promesas de María para aquéllos que hagan los cinco sábados primero del mes: "... Yo prometo asistir a la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación, a todos aquéllos, que el sábado primero de cinco meses consecutivos, vayan a la confesión y reciban la Santa Comunión, reciten cinco décadas del rosario y me hagan compañia por un cuarto de hora meditando sobre los misterios del rosario, con la intención de hacer reparación a mí."38

    Dios es fiel a su promesa. María es fiel a sus promesas. Dios escucha las oraciones a través de María.

    Adán y Eva pecaron contra Dios. Dios envió a su único Hijo engendrado para salvar al hombre de su pecado.

    Nuestra Señora está suplicando a la raza humana que vuelva a Dios (en el siglo veinte): "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de estrellas sobre su cabeza." (Ap. 12:1)

    En Fátima, ocurrió el gran milagro del sol. María es Nuestra Señora de la Luz. Nosotros estamos entre los hijos de la luz que están firmes en Dios. Ella nos está dirigiendo a nuestro destino final, que es el cielo. Ella es el ser humano más excelso. Ella es la persona humana que está más cerca de Dios. A María le fue dado el papel de Madre nuestra bajo la cruz. Ella es la Reina del Cielo y de la Tierra. A ella le fue dado el título de 'Reina de la Paz' por su Hijo. Todas las gracias fluyen a través de su Inmaculado Corazón.

    Todo el poder está en Dios. En Fátima, el sol se desplomó sobre la gente como si fuera a destruirlos. Veo el sol, el poder es deslumbrante. El sol es la luz para esta tierra. Aunque el sol deje de brillar, nosotros no temeremos porque sabemos que Dios es todopoderoso y él vive en nosotros cuando estamos en estado de gracia.

    El nos da la Santa Eucaristía. El poder de ésta es mayor que el sol - es el Dios Todopoderoso. El hombre, en su ceguedad, ignora las señales dadas.

    El diablo tentó a Eva y ella cedió. La engañó. El diablo, hoy en día, está engañando al hombre para que se separe de Dios. Hoy, el diablo nos dice que no necesitamos a Dios.

    Dios es un Ser Supremo. El, en su bondad y su amor, nos da la vida. El nos da grandes regalos.

    Nosotros tenemos una naturaleza humana caída. A veces, nos rendimos a las tentaciones del maligno.

    El Padre envió a su único Hijo engendrado a este mundo, para hacer reparación por el pecado.

    Eva es la madre física de la raza humana. Ella y Adán pecaron. Este pecado nos es heredado de Adán y Eva.

    En el bautismo recibimos una participación de la vida divina de Dios. El pecado original heredado de Adán y Eva, es removido. En parte, todavía tenemos una naturaleza caída.

    El hombre, hoy en día, está ofendiendo gravemente a Dios. María, nuestra Madre espiritual, la Nueva Eva, está apareciéndose y nos está diciendo que enmendemos nuestras vidas. "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de estrellas sobre su cabeza."
(Ap. 12:1)

    María es la Señora de la Luz. Nosotros estamos entre los hijos de la luz. Si permanecemos firmes en Dios y caminamos con nuestra Madre Celestial, ayudaremos a iluminar este mundo obscuro. Ella está dando a luz a sus hijos constantemente. Si permanecemos en su vientre espiritual o corazón, ella nos protegerá. La luna está bajo sus pies. La obscuridad está bajo ella. María aplasta la cabeza de la serpiente. Nosotros somos sus apóstoles de la luz que ella está enviando al mundo.

    El gran milagro en Fátima tuvo que ver con el sol. Jesús viene a este mundo y se entrega por el hombre pecador. El es todo-poderoso. Permanece con nosotros en la Santa Eucaristía. Yo puedo ver el sol y ver el poder y qué tan deslumbrante es. En el milagro del sol, a la gente se le permitió mirar al sol y verlo girar porque Dios puede filtrar la luz deslumbrante. El se entrega a nosotros en la Hostia consagrada. El ha filtrado las luces deslumbrantes. Si él se nos mostrara a sí mismo, nos caeríamos, no podríamos soportar la luz, pero él viene bajo la apariencia de pan y vino.

    En Fátima, el sol en ese momento se vino contra la tierra y todos se atemorizaron, pero se detuvo. El Dios Omnipotente, el Dios de amor y de bondad, en su amor y bondad creó al hombre para compartir su amor. Su amor era completo y perfecto en sí mismo pero él quizo comunicar este amor a nosotros y nos creó a su propia imagen y semejanza para compartir su amor.

    Adán y Eva, por su terquedad y avaricia, pecaron contra Dios. Jesucristo viene a salvar al hombre de sus pecados. El es el sacrificio ofrecido al Padre por el pecado.

    Es a través de su Corazón traspasado, traspasado por una lanza, que toda vida y misericordia fluye.

    El Sacrificio del calvario es sacramentalmente hecho presente en cada Misa. El hombre, hoy día, está ofendiendo a Dios. Dios, el Ser Supremo, nos da amor y bondad y nosotros lo ofendemos con nuestros pecados. ¡Lo tratamos con indiferencia y abandono!

    Todos somos hermanos, todos criaturas de Dios con ofensas contra Dios. María, se aparece y nos dice qué tan ofendido está Dios por los pecados del hombre. María es la nueva Eva. Ella es nuestra Madre espiritual que nos fue dada bajo la cruz de Cristo.

    Desde la profecía de Simeón, sabemos que el corazón de María también fue invisiblemente traspasado por una espada. La vida fluye del Corazón traspasado de nuestro amado Salvador, que murió en la cruz y fluye a través del corazón de su amada Madre, invisiblemente traspasada por una espada. Ella es la mediadora de toda gracia. El Padre la escogió para ser el camino por el cual su Hijo entrara al mundo. Jesús vino en el vientre de María. El recibió su vida en el vientre de ella. Hoy en día, es en María que recibimos la vida de Jesús. Es a través de María que nos acercamos más al Padre, Hijo y Espíritu Santo.

    Dios comunica su amor al hombre a través de la Persona, Jesucristo. Es a través de su Corazón traspasado que nuestra vida fluye. Es a través de María, la mediadora de todas las gracias, que recibimos esta vida. Ella se aparece para decirnos que hagamos reparación a su Inmaculado Corazón.

 

 

16 de Octubre de 1995

Un Sacerdote Santo en la Misa

Escrito después de la Comunión el día de la Celebración de Santa Margarita María:

    Durante la Misa, me di cuenta de la necesidad de implorarle a Dios misericordia por mis pecados y por los pecados de todos. ¡Qué ofendido está Dios por nuestros pecados! Me di cuenta después de la Comunión, que soy una criaturita y él es Dios y se entrega a mí. En este momento, quiero disfrutar todos y cada uno de los preciados segundos que estoy unida a él. Mi corazón arde por amor a él.

    Escucho el canto: "Te amo tanto, que apenas puedo respirar cuando vienes a mí," y canto, "Oh Corazón ardiente, oh amor divino, Qué dulce eres conmigo. Veo la hostia y sé que estás aquí para amar y cuidar de Mí."

    Jesús y María quieren que los sacerdotes sean santos. Yo siento la santidad del sacerdote y ello incrementa mi unión con Jesús, porque la reverencia, la santidad y la unidad del sacerdote con Jesús me son transmitidas mientras celebra la Misa.

    Es un poder el que siento en la ofrenda del sacrificio de Jesús al Padre. Siento la presencia de Dios en la Misa, especialmente cuando un sacerdote santo la está oficiando.

 

 

17 de Octubre de 1995

Soy Crucificada con Jesús

    Dios ofreció a su hijo como un sacrificio para hacer reparación por el pecado. Nosotros nos unimos en este Santo Sacrificio, el sacrificio más complaciente al Padre. Yo me hago uno con Jesús. Soy crucificada con él. Me ofrezco como un sacrificio al Padre por mis pecados y por los pecados de todo el mundo.

    El Santo Sacrificio de la Misa continúa para hacer reparación al Padre por los pecados de hombres malagradecidos. Nos unimos en el Santo Sacrificio de la Misa en todo el mundo, a cada momento, para hacer reparación por los pecados que se cometen en el mundo entero.

    Yo me hago uno en él; El se hace uno en mí y nos unimos y ofrecemos al Padre este Santo Sacrificio.

    Me sigo dando cuenta que soy sólo una pizquita, tan pecadora y tan indigna. No soy nada sin Jesús. Me veo uniéndome a Dios y estoy asombrada de su bondad y su amor. Soy arrasada por sus abundantes bendiciones hacia mí.

 

 

17 de Octubre de 1995

Las Blasfemias a María

    Déjame morir en Cristo. El fue crucificado. Déjame ofrecerme como un sacrificio en la Misa con él para ascender a vida nueva en él. Por Cristo, con él y en él.

    Todas las gracias fluyen a través del corazón de María. Ella es la mediadora de toda gracia. Debemos venerar su Inmaculado Corazón. Ella es el ser humano más excelso. Fue creada inmaculada. Dios nos da un modelo a seguir, uno sin pecado. El eleva a María a grandes alturas. Ella es su Madre.

    Al venerar el Inmaculado Corazón de María estamos reconociendo la bondad de Dios, su amor por sus criaturas y las alturas a las cuales él eleva a la humanidad. El elevó a María, una criatura, a la maternidad de Dios.

    Esto nos muestra la dignidad y el honor que Dios le da al hombre. ¡Dios hizo a María, una persona humana, la Madre de Jesús! El hace a María la Madre de todos los hombres. El hace a María la mediadora de todas las gracias.

    Estamos negando nuestra propia importancia para Dios cuando negamos el hecho de que María fue concebida sin pecado original. Ella es una persona humana. Dios amó tanto al hombre que creó a María sin mancha. Eva estaba sin pecado - Eva pecó. María es concebida inmaculada. Ella está sin pecado - la nueva Eva.

    La primera blasfemia es en contra de su Inmaculada Concepción. El corazón de María es puro y sin pecado. Es en su corazón sin pecado, que podemos morar profundamente en el Corazón de Jesús. El diablo ha emprendido una guerra en contra de María porque sabe que es ella quién cuida la puerta del Corazón de Cristo.

    La segunda blasfemia:

    María no se unió con una criatura humana, ella es la esposa del Espíritu Santo.

    Es en este acto, entre la Divinidad y la humanidad, que nace el Hijo de Dios.

    María es la esposa del Espíritu Santo. Ella está desposada a él.

    La tercera blasfemia en contra de ella es como Madre de Dios. Es amando a través del corazón puro de María que le damos gran amor a Dios. Queremos amarlo tanto en el corazón puro de María, amamos a través de su Inmaculado Corazón. Nosotros somos pecadores. Ella está sin pecado.

    Yo comprendo su papel como mediadora de todas las gracias. Dios ama tanto a las criaturas que elige a María, una persona humana, para ser la Madre de Jesús. Ella es la mediadora de todas sus gracias.

    No reconocer que Dios ha elegido a María para ser la Madre de Dios es no reconocer la gran dignidad a la cual él ha elevado a sus criaturas. Ella es la mediadora de todas las gracias. (No estamos reconociendo nuestra propia dignidad si no reconocemos que a María se le ha dado este gran regalo de Dios. Así es como ama Dios a sus criaturas).

    Dios eleva al hombre a tales alturas que lo crea a su propia imagen y semejanza. Adán pecó contra Dios; Dios es fiel a sus promesas. Dios envía un Redentor para salvar al hombre de sus pecados.

    Dios entra al mundo en una criatura humana, María. Al negar el Inmaculado Corazón de María, estamos negando nuestro propio honor y dignidad. Dios desea que veneremos y que hagamos reparación al Inmaculado Corazón de María. Hacerlo es ver el gran amor, honor y dignidad que Dios tiene por sus criaturas.

    María es el ser humano más excelso. Ella es la Nueva Eva. Es concebida sin pecado original. Es una virgen, desposada al Espíritu Santo. Es la Madre de Dios. Su corazón está invisiblemente traspasado por una espada. Ella recorre la Pasión con nuestro Señor.

    Conocer a María, amarla, ver su gran honor y dignidad es conocer el amor de Dios por sus criaturas, es conocer más su amor por nosotros.

    Odiar a María no es reconocer el gran amor de Dios por nosotros.

    María es el ser humano más excelso que ha sido creado. Ella es nuestro modelo. Es María, Inmaculada, Madre de la raza humana. Es una persona humana y Dios la eleva a todas estas alturas. La gente que no honra a María no comprende la grandeza que Dios le ha dado a sus amadas criaturas. Nos perdemos el amor que Dios tiene por nosotros.

    Es perdernos nuestro propio honor y dignidad. Dios hace a María la mediadora de todas las gracias, toda vida fluye a través de ella. El hombre es unido a Dios en el vientre de María. Oh santo, santo vientre de María. María, Inmaculada, concebida sin pecado, virgen, desposada al Espíritu Santo.

    El trabajo del diablo es blasfemar a María en su Inmaculada Concepción, virginidad, y contra ella como Madre de Dios.

    Cuando comprendo el gran amor que Dios tiene por María, el gran honor y dignidad que él le da a María, comprendo más completamente el gran amor de Dios por mí. María es el ser humano más excelso. Al reconocer qué tan especial es María para Dios, reconozco qué tan especial soy yo para él.

    Hay cinco blasfemias en contra de María. Estas son contra su Inmaculada Concepción, contra su virginidad, contra ella como Madre de Dios, contra sus imágenes y estatuas y contra ella como madre de sus hijos. A algunos pequeñitos se les enseñan cosas feas sobre su Madre celestial. A algunos niñitos se les enseña a odiarla.

    El rosario es la historia del amor de Dios por sus criaturas. El amor de Dios es comunicado perfectamente en las Personas de la Trinidad. Dios desea compartir su amor y su bondad con el hombre.

    Al dar semejante dignidad a María, Dios aumenta la dignidad de cada uno de nosotros. El diablo ha tratado de saparar al hombre de su Madre. Algunos sacerdotes y religiosos no honran a María. Algunos miembros de la Iglesia no honran a María. El no honrar a María es no reconocer apropiadamente nuestra dignidad. No reconocemos las alturas a las cuales Dios eleva a sus criaturas. Ella es el modelo. Ella está tan unida a su hijo.

    El mensaje de Fátima dice ésto: Dios desea que el Inmaculado Corazón de María sea venerado junto con su Sagrado Corazón. Debemos venerar el corazón de María junto con el Corazón de Jesús. El corazón de María está tan estrechamente unido al de él. Su corazón es inmaculado. Ella fue concebida sin pecado. Es una virgen. Todos han de reconocer la cercana unión que Jesús quiere con sus criaturas. El vino a este mundo con un corazón de amor muy profundo. Así es como Dios amó este mundo. El Corazón de Jesús es un símbolo de este amor. Su Corazón fue formado en el vientre de María. Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto con el corazón de María. De esta manera, él nos muestra su intenso amor por nosotros, sus criaturas. El nos eleva a grandes alturas. El está enlazado muy estrechamente con el ser humano más excelso. Jesús desea que su Corazón sea venerado junto con el de su Madre. El corazón de su Madre es la llave del Corazón de Jesús. Este es nuestro cielito en la tierra. ¿Cómo podrían entrar los hombres pecadores al Corazón de Cristo? Acudimos al corazón de María, ella es la única sin pecado. Nosotros nos entregamos completamente a ella para que podamos ir a la cámara más profunda del Corazón de Jesús. El corazón de María está sin pecado.

    Para mí, el mensaje de Fátima es éste: Aquí está Dios - Aquí está el hombre. Dios, en su amor y bondad, crea al hombre y el hombre peca contra Dios. Dios ama tanto a sus criaturas que viene al mundo, su Corazón se formó en el vientre de una criatura humana.

    María es el ser humano más excelso. El no reconocer a María, a su Inmaculado Corazón, y el hecho de que ella es una virgen, desposada al Espíritu Santo, es perderse una gran conexión entre Dios y sus criaturas. No podemos ir profundamente al Corazón de Jesús a menos que vayamos a través de la única que está sin pecado, María. Dios hizo a María una persona humana completamente pura y sin pecado. La divinidad se une a la humanidad en el corazón de María.

    Jesús desea que su Corazón sea venerado junto al de María debido a su gran amor por nosotros. El no reconocer a María es perdernos nuestro propio honor y dignidad y el amor que él tiene por nosotros. Fuimos creados para amar, conocer y servir a Dios. Nosotros somos criaturas, él es Dios.

    El cielo es un regalo que se nos da del Ser Supremo, Dios. Debemos darnos cuenta de que si vamos al cielo, es debido a su gran amor por nosotros.

    El no reconocer a María, su Inmaculado Corazón, el nacimiento virgen, a María como Madre de Dios, es tener orgullo en nuestros corazones. Somos criaturas, Dios es nuestro Creador. El no reconocer a María, es no ver la conexión entre Dios y el hombre. La divinidad está unida a la humanidad. Dios, el Hijo de Dios, se hace hombre. Su divinidad es unida a nuestra humanidad en la Encarnación. ¡Ella es la Madre de Dios!

    María es una virgen (desposada al Espíritu Santo) y es inmaculada - concebida sin pecado.

    Dios le ha encomendado la paz del mundo a María. María se aparece en Fátima y nos dice su plan de paz. Este plan está centrado en:

    1. Consagrar nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María. 2. El rosario 3. La devoción al primer sábado del mes. 4. Hacer reparación a los Corazones de Jesús y María. Si lo que ha pedido María es atendido, tendremos paz. Si es ignorada, no tendremos paz.

    En reparación, nos entregamos como un sacrificio santo en la Misa. En la Santa Comunión nos unimos en la unión más profunda con Dios y le decimos que queremos ayudar a hacer reparación a su adorable Corazón. Esta es una ofrenda muy complaciente al Padre. Queremos ayudar a hacer reparación por las blasfemias en contra del corazón de María. Si hay guerra o paz en el mundo depende del plan de paz de María.

    En el Movimiento Pastores de Cristo, estamos diciéndole a la gente sobre la consagración de sus corazones a Jesús y María. Si suficientes personas entregan sus corazones a Jesús y María, tendremos paz. Entonces, sus corazones serán corazones de amor y responderán a toda dificultad en amor y voltearán hacia Dios. Si la mayoría de la gente no responde al plan de paz de María y permanecen amargados y con odio en sus corazones, tendremos guerra. El corazón determina nuestras acciones. Los corazones que están consagrados a los Corazones de Jesús y María son corazones de amor. Los corazones que están llenos de odio y amargura responderán con odio y comenzarán guerras.

    Es un gran regalo el ser llamado a ser un apóstol en el Movimiento Pastores de Cristo y difundir el amor de Dios al mundo.

    María dijo que hasta que un número suficiente de personas hayan consagrado sus corazones a Jesús y María, no tendremos paz en el mundo.

    Estas son buenas noticias, debemos tratar de difundir este movimiento a todo el mundo. El Padre Carter está contactando a los sacerdotes en su boletín de espiritualidad. Este boletín está centrado en consagrar los corazones de los sacerdotes a Jesús y María.

    Estamos contactando a las hermanas y hermanos en un boletín para religiosos, escrito por una hermana y el Padre Carter. Tenemos comunidades de oración a lo largo del mundo rezando por los sacerdotes y ellos están consagrando sus corazones a Jesús y María. Tenemos comunidades de oración para adultos y para niños.

    Jesús es mi refugio y mi vida. Vivo en él. Su Madre es mi Madre. Ella es el ser humano más excelso. Qué tiernamene ama Dios a sus criaturas a tal grado que le dio a María el regalo de convertirse en la Madre de Dios. ¡Una criatura se vuelve la Madre de Dios! Al llegar a entender más este misterio, veo el inmenso amor de Dios por mí.

    Dios le da a María el regalo de nacer sin pecado. Ella es una persona humana. Ella es inmaculada.

    María es nuestra modelo y es nuestra Madre. Es inmaculada. Dios la eleva a ser tan pura y santa. Blasfemándola nos lastimamos a nosotros mismos porque ella es nuestra amada Madre. Al blasfemarla, no nos damos cuenta del gran honor y dignidad al cual Dios eleva al hombre cuando le da este gran regalo a María.

    Notas: El sacrificio más perfecto, la oración más eficaz, es, por supuesto, el Santo Sacrificio de la Misa ofrecido a Dios.

 

 

18 de Octubre de 1995

El Corazón de María debe ser
Venerado Junto al Corazón de Jesús

    Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto al Corazón de María.

    Esto nos muestra que tanto ama Dios a las personas humanas. Su Madre es una persona humana y Jesús tiene el corazón de su Madre junto al de él. El no reconocer a María es no ver el gran honor y dignidad que él otorga a las personas humanas.

    Reconocer la relación de Dios con María y el gran honor y dignidad que él le da a ella es reconocer el amor de Dios por sus criaturas. El nos eleva a semejantes alturas y nos ama entrañablemente.

    Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto a María. El quiere que habitemos en sus Corazones.

    ¡Quiénes somos, tan indignos, pizquitas, para que él nos de semejante honor y dignidad!

    Reconociendo a María y la relación de Dios con ella, somos elevados a grandes alturas porque ella es el ser humano más excelso y es nuestra Madre. Ella es la única pura, la única sin pecado. Habitando en su corazón podemos ir al Corazón de su Hijo. Somos pecadores, ¿cómo podemos, en nuestro pecado, ir a la profundidad del Corazón de Cristo? Vamos a través del corazón purísimo y sin pecado de su Madre.

    Dios elegió a una mujer, a una persona humana, para ser la Madre de Jesús. El fue encarnado en una persona humana. La divinidad se une a la humanidad en el vientre de María, una persona humana. María está desposada al Espíritu Santo, ella (una persona humana) se convierte en la esposa del Espíritu Santo (una persona Divina). Dios eleva a una persona humana a semejantes alturas, más allá de nuestra comprensión. Este es el amor que él tiene por sus criaturas. Tiene que haber gran amor entre el sacerdote y María.

    El diablo ha tratado de separarnos de nuestra Madre.

    María se apareció en Fátima. Ella quiere que hagamos reparación a su Inmaculado Corazón. Ella se aparece con su corazón en la mano. Dios, en su gran amor y bondad, crea criaturas. Adán y Eva pecaron. Dios ama tanto a sus criaturas que él envió a su hijo único. El eleva a María a grandes alturas. Ella está desposada a una Persona Divina - el Espíritu Santo. María se convierte en la Madre de Dios. Jesús es formado en su vientre. Ella es una virgen desposada a Dios y es tratada con falta de respeto, deshonor y burla. ¡Ella es el ser humano más excelso! Es en su vientre que se encuentran la Divinidad y la humanidad. Es ahí donde el Hijo de Dios es formado en su naturaleza humana.

    Dios le da a María el papel de Mediadora de todas las gracias. El la ama tanto.

    El no reconocer a María, el no honrarla, es no reconocer este gran regalo que Dios le ha dado a sus criaturas.

    El no reconocer a María es perderse cómo Dios se une tan profundamente a la humanidad en María.

    Ella es la mujer vestida del sol con la luna bajo sus pies y 12 estrellas sobre su cabeza.

    Ella, la Señora de la Luz, la Madre de los hijos de la luz, coronada Reina del Cielo y de la Tierra - la obscuridad está bajo sus pies. Ella es el ser humano más excelso.

    El no reconocer a María es no ver nuestro propio honor y dignidad como amados de Dios.

    El diablo sabe ésto - ha emprendido una guerra para separarnos de Dios.

    Nosotros somos unidos a Dios en el vientre de la Virgen María. María está desposada al Espíritu Santo, creada sin pecado y es la Madre de Dios.

 

 

18 de Octubre de 1995

Estoy Perdida en Dios

Escrito depués de la Comunión:

    Soy solamente una pizca en el gran abismo del amor de Dios. Me veo a sí misma como una pizquita y arropada profundamete en el oceano de su amor. Me pierdo enteramente en él. Algunas cosas no son tan importantes ahora. Estoy perdida en Dios y en su amor. Puedo ir a él y estoy totalmente en paz. Estoy perdida en él. Puedo desprenderme. Soy tan diminuta, envuelta totalmente en él, sin preocupación, sólo su prescencia. Estoy en éxtasis.

    Estoy en el gran abismo del amor de Dios. Estoy perdida en él. Hay semejante sanación de nuestros corazones en la Eucaristía. ¡Unirse a Dios, quién es amor, es estar llenos de amor!

 

 

19 de Octubre de 1995

Yo Dependo Totalmente de la Gracia de Dios

    He sido provocada por Satanás desde hace dos días, desde antes del rosario. Veo mi culpa. Veo mi orgullo. Veo mis ofensas y egoismo contra Dios. Veo mi falta de confianza. Estoy casada con Jesús. ¡Tan pecadora y tan llena de orgullo, no soy nada sin su gracia!

 

 

19 de Octubre de 1995

Bautismo en el Espíritu Santo

    Necesitamos comenzar nuestras juntas de Pastores de Cristo con un canto. Podemos cantar "Ven Espíritu Santo," "María Inmaculada," o "Al Corazón Ardiente de Jesús." Cantar abre el corazón. Nosotros, en el Movimiento Pastores de Cristo deberíamos inscribirnos en un cursillo "La Vida en el Espíritu."

    Todos pueden cantar en voz baja sin música.

    La oración es el alza de la mente y el corazón hacia Dios. La oración y el canto deben hacerse devotamente, con gentileza y amor. Los cantos deben ser cantos de amor hacia Jesús.

    Nuestros corazones deberían unirse en un corazón con el Corazón de Jesús. Nuestro corazón ha estar en esta unidad con el Corazón de Jesús y con el Corazón de su Madre y con todos los presentes. Nuestra voz se une con los ángeles y santos alabando a Dios. Somos un corazón en los Corazones de Jesús y María.

    Enfocarnos en nosotros mismos es quebrantar la armonía. Nuestro enfoque debe estar en Dios. Satanás está tratando de dividir trabajadores. Les está hablando en sus cabezas. Muchos hijos se llenarán con el fuego del amor de Dios por este trabajo que estamos haciendo aquí.

    Los miembros en el Movimiento Pastores de Cristo necesitan consagrar sus corazones diariamiente al Sagrado Corazón de Jesús, al Inmaculado Corazón de María y al Espíritu Santo.

    Es importante que antes de cada sesión de oración recen la oración al Espíritu Santo que se encuentra en el Manual de los Asociados de los Pastores de Cristo.

   

 

19 de Octubre de 1995

Dios Nos Ama en Nuestra Debilidad

    Si comprendemos el gran honor y dignidad al que Dios elevó a María, entonces comprendemos más acerca de nuestra relación con él.

    El negar la importancia de la conexión entre Dios y María es perderse una inmensa conexión entre Dios y el hombre. Reconozco el desposorio de María al Espíritu Santo, que él sea el Esposo de María - esta íntima relación entre una Persona Divina y una persona humana.

    Veo la intimidad entre Jesús y yo. El quiere ser nuestro amado amante. El quiere una especie de relación conyugal con nosotros en lo espiritual. Saber que María está desposada al Espíritu Santo, me ayuda a unirme más profundamente con la Persona Divina, Jesucristo.

    Al darme cuenta de que Dios se une a mí, quiero ser muy pura. Veo mis pecados y mis debilidades, tengo que pedirle al Espíritu Santo que me santifique. En la Consagración de la Misa, muero a mí misma y le ruego a Dios que me haga más semejante a Jesús y María. Al vivir en los Corazones de Jesús y María, me santifico. El Espíritu Santo obra en el corazón de María para hacerme más semejante a Jesús. Jesús fue formado en el vientre de su Madre por medio del Espíritu Santo. Yo soy formada más hacia la imagen y semejanza de Jesús a través del Espíritu Santo, en el vientre de María.

    Veo más y más qué débil soy en realidad y necesito la gracia de Dios. Necesito que el Espíritu Santo me santifique. Cuando estoy sola, cedo a la tentación y caigo en un comportamiento que no es semejante a Jesús. ¡Soy absolutamente dependiente de él!

    Sólo en Jesús que me santifico, sólo en él que me fortalezco. Soy egoísta y me falta humildad. Es sólo con su gracia que actúo desprendidamente y con virtud. El vino y me rescató de mis pecados y me hizo íntegra. Yo tengo una naturaleza humana, caída. Soy débil. Soy egocéntrica y tiendo hacia a la obscuridad muchas veces. El camino de Jesús es la luz. Su camino es el amor. Su camino es la paz. Su camino es el camino.

    Muchas veces no reconozco el gran amor que me ha sido dado de Dios. No veo los grandes regalos dados. No le doy gracias a Dios por sus grandiosos regalos.

    Tengo mucho que aprender. A pesar de mis faltas y debilidades, Jesús aún me ama.

    En la Consagración de la Misa, me ofrezco como un sacrificio con Jesús al Padre y le pido que acepte mi sacrificio voluntariamente ofrecido para reparación de mis pecados y los pecados de los demás. Ofrezco todo mi ser. Debemos entregarnos a él completamente.

    Quiero ayudar a hacer reparación por mis pecados y por los pecados de los demás al Corazón de Jesús, tan grandemente ofendido por la ingratitud de la humanidad.

    Quiero hacer reparación al Inmaculado Corazón de María por las blasfemias contra su corazón.

 

 

20 de Octubre de 1995

Unanse en Los Corazones de Jesús y María y Mutuamente

    Veo la intimidad entre Jesús y María y cómo quiere él intimidad entre cada uno de nosotros. La unión de sus Corazones es el modelo para nuestros corazones, uniéndonos a Jesús y María y a cada uno de nosotros.

    Comprendo mi relación con Dios y con mis hermanos al comprender más la relación entre Jesús y María (el rosario nos ayuda). Yo entrego mi corazón a Jesús y María, ustedes entregan su corazón a Jesús y María, y todos somos uno en sus Corazones.

Cristo dice:

    Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y recen por sus perseguidores, para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué mérito tiene? También los cobradores de impuestos lo hacen. (Mt. 5:44-46)

    El odio hacia Dios es lo peor - sigue el odio contra el prójimo.

 

 

21 de Octubre de 1995

En el Sufrimiento Hay Alegría

    El 21 de Octubre del año pasado, imaginé vivamente a Jesús. Sus manos estaban en cada lado de su Corazón. Fue una gran experiencia. Imaginé la estatua del Sagrado Corazon como si estuviera viva y resplandeciente, al frente de la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada. Yo recuerdo una experiencia en la misma Iglesia bajo la doceava estación del Vía Crucis.

    María lloró afuera del sepulcro de su amado Hijo por sus hijos del mundo de hoy. Los bebés son asesinados. A los jovencitos se les enseña la maldad y el sexo a una edad demasiado temprana. El Hijo de María fue sacrificado. Hoy en día, los hijos son sacrificados. Sus mentes están siendo sacrificadas. Recen el Vía Crucis, mediten sobre los sufrimientos de su Hijo ahí en las estaciones. Al meditar sobre la Pasión y muerte de Jesús, nuestros corazones ahondarán en semejante amor con él. Debemos rezar. Debemos ir a los Corazones de Jesús y María y encontrar la fuerza para continuar la lucha en contra del mundo maligno. Nosotros somos los apóstoles que Jesús está enviando al mundo armados con corazones de amor. Escuchémoslo. Lo que ustedes hagan con su vida ayudará a muchos a salvar sus almas.

    Recé ante el sagrario para obtener la gracia que más necesitaba y fui conducida a rogarle al Padre que pudiéramos tener retiros en la Iglesia la Santa Cruz - Inmaculada, para sacerdotes y monjas, para rezar aquí el rosario y que la gente pudiera estar afuera en los escalones y escucharlo. Muchos rezarían el Vía Crucis aquí. Quisiera que pudiéramos tener nuestras juntas aquí y rezar ante a la Gruta de Lourdes. A pesar de todo su dolor, yo siento la inmensa alegría de María bajo la cruz. Vi ésto toda la mañana. ¡Ella tenía alegría por las almas que serían salvadas por la Sangre de Jesús!

    En la Misa de la Virgen, las escrituras hablaron sobre Eva y cómo fue engañada por la serpiente. Luego en el Salmo: María se llenó del Espíritu Santo y exclamó la Magnífica. Luego en el Evangelio: María estaba bajo la cruz. Jesús nos dio a su Madre bajo la cruz. María es la Nueva Eva, Jesús es el Nuevo Adán.

    "Proclama mi alma la grandeza del Señor" (Lk. 1:46)

    Vean a Jesús en la cruz y a Juan al pie de ésta. Este mismo sacrificio es sacramentalmente hecho presente en la Misa. El corazón de María tiene dolor y alegría. Hay felicidad en el sufrimiento inmenso. María vio a su Hijo morir. Lo vio cubierto de sangre. Ella grita en el sufrimiento. Entiendo algo del misterio. En los sufrimientos hay felicidad. El corazón de María fue destrozado al ver a su Hijo morir, pero ella supo de todos los que serían salvados por su Sangre.

    María vio a su Hijo, bajo la cruz, cubierto de sangre. Ella supo cuáles de sus hijos morirían y cuáles serían salvados. Ella clama con angustia - llora sus lágrimas de felicidad por sus hijos que serán salvados. Los sufrimientos del corazón en realidad tienen muchas facetas. En la Resurrección, también nuestros cuerpos serán glorificados como el cuerpo de Cristo. Veo tantas cosas a través de todos los misterios del rosario. El cielo y la tierra se encuentran en el Santo Sacrificio de la Misa. Jesús viene y nos salva de nuestros pecados. ¡Eva es la madre de los vivientes; María es nuestra Madre espiritual!

    Cuando miro los vitrales del rosario en el Centro Nuestra Señora del Espíritu Santo, veo a María sobre los Apóstoles cuando el Espíritu Santo desciende sobre ellos. Ella es la Reina de los Apóstoles. Hoy, nosotros somos llamados Apóstoles para difundir la devoción a los dos Corazones. Debemos acudir a nuestra Madre María para que nos ayude.

Una cita explica bien ésto:

    Como ninguna otra criatura, la naturaleza del hombre abarca un elemento espiritual así como uno físico. Hechos de cuerpo y espíritu, a la misma vez, somos mortales e inmortales. Los más bajos de las criaturas espirituales y los más altos de las criaturas físicas. Gracias a la bondad de Dios, nosotros también podemos participar en la vida divina del Creador. Cuando esta participación ocurre, el alma se vuelve semejante a Cristo, el Espíritu Santo habita dentro de ella. Entonces, el hombre se convierte verdaderamente a la imagen y semejanza de Dios.39

    Notas: Dios quiere que seamos felices. Nosotros deseamos ardientemente a Dios, no podemos estar apegados a ninguna persona lugar o cosa. Debemos vivir todas las cosas de acuerdo a su volutad.

    Dios es nuestro Origen. Dios es nuestra meta.

    Lo que nos hará felices es amar y conocer a Dios. Dios amó así al mundo, dio a su único Hijo. Adán pecó, Dios proporcionó un Redentor. El mantuvo su promesa mientras preparó a los hombres.

    Dios entregó a su Hijo, encarnado en el vientre de la Madre Santísima. Esto es su gran regalo para nosotros. Jesús vino para enseñarnos cómo vivir y amar. El dejó un Sacrificio perfecto para ofrecer a Dios - en el cual él es Víctima y Sacerdote - ¡El dejó su Cuerpo y su Sangre!

    El Espíritu Santo trabaja hoy en día en la Iglesia, continuando la Encarnación en la Iglesia y en nosotros.

    Dice San Agustín: "¡Oh hombres, el reino del cielo requiere ningún otro precio sino ustedes mismos, el valor de éste son ustedes mismos. Entréguense a éste y lo tendrán."
40  "...la felicidad más esquisita consiste en alabar, adorar, amar y en respuesta ser amado por un Ser que es tan grande y bueno."41

    El amor es despojarse de sí mismo. Debo despojarme de mí misma y hacer espacio para Dios.

    Debo amar a Dios y amar a todas sus criaturas como él me manda hacerlo.

 

 

22 de Octubre de 1995

La Misa

    Hoy en Misa, sentí un gran amor por la Iglesia después de la Comunión. Estaba llorando, amando mucho la Iglesia.

    En Misa en la Iglesia de "Todos los Santos," recibí una bendición muy grande. Experimenté la inmensa prescencia de Dios. Yo estaba en un profundo estado de paz y éxtasis.

 

 

23 de Octubre de 1995

El Espíritu Santo

    Debemos rezar con el corazón, recemos en un corazón - Cantemos "Ven Espíritu Santo."

    El Espíritu Santo es el amor del Padre y del Hijo.

    El Espíriru Santo es el regalo - el regalo de Dios para nosotros.

    El es el dispensador de toda gracia.

    El Espíritu Santo es un Paracleto y defensor. El es nuestro Ayudadante, Consejero, Consolador, Confortador, Guía y Amigo.

    "...los Padres de la Iglesia comparan al Espíritu Santo con un artista que trabaja para sacar toda la belleza de la imagen de Dios en el lienzo del alma individual entre pinceladas de gracia."
42

    Cristo es la Cabeza del Cuerpo Místico.

    El Espíritu Santo se nos da en el Bautismo y más aún en la Confirmación. El está presente de una manera especial en un alma que está en estado de gracia santificante.

    Los Apóstoles vieron todos los milagros realizados por Cristo, pero ellos querían ser primero. Fueron transformados cuando el Espíritu Santo descendió sobre ellos en el cuarto superior.

    Pedro le dijo a Jesús que estaría con él y sin embargo lo negó tres veces. Jesús es amor. Alguien no obedeció a Jesús. Juan y Santiago pensaron que él debería mandar fuego sobre ellos. Jesús dijo que no vino a destruir, sino a salvar. Pedro, Santiago y Juan vieron la transfiguración y sin embargo se quedaron dormidos en el huerto. Cuando vinieron a arrestar a Jesús, los Apóstoles huyeron atemorizados. Después de la Resurrección, los Apóstoles tenían miedo. Se escondieron temerosos. El Espíritu Santo descendió sobre ellos y fueron transformados del temor a la valentía. Eran hombres nuevos. Miles se convirtieron y fueron bautizados. El Espíritu Santo obró en los Apóstoles. Debemos abrirnos al Espíritu y permitirle que obre en nosotros. Debemos desprendernos y dejar que Dios haga el trabajo a través de nosotros. Espíritu, ven y obra en nosotros.

 

 

24 de Octubre de 1995

Nuestra Alma Inmortal

    Yo estoy compuesta de cuerpo y alma. Vayamos dentro de nosotros mismos y enfoquémonos en nuestra alma agraciada. El hombre fue creado con un cuerpo mortal y una alma inmortal.

    Déjame ver dentro de mí el gran regalo que se me ha dado, una alma divina. Déjame unirme a Dios en mi espíritu, olvidarme de todo lo que presiona mi mente y experimentar la prescencia del Dios Omnipotente dentro de mí.

    Déjame darme más cuenta de los grandes regalos que se me han dado. Dios comparte su vida divina conmigo. Déjame sentir tal honor y dignidad dentro de mí misma porque he sido creada a imagen y semejanza de Dios.

    Déja que el Espíritu se mueva dentro de mí para moldearme más y más hacia una semejanza de Dios. Así como el Espíritu formó a Jesús en el vientre de María, deja que el Espíritu me forme a imagen y semejanza de Dios en el vientre espiritual de mi Madre.

    Dios envió su Hijo único para que yo fuera salvada y participara en esta vida. Dios tomó la naturaleza de un hombre. Yo puedo comunicarme con Dios. Dios se encarnó, concebido en el vientre sin mancha de María. Dios entra a este mundo en un cuerpo mortal, pero la muerte no tiene poder sobre él. Jesús nos demostró que al tercer día, a pesar de que fue crucificado y murió, a pesar de que estuvo por tres días encerrado en el sepulcro, ¡él resucitó a nueva vida el tercer día!

    Nosotros, también, tenemos un cuerpo que es mortal, que morirá y será sepultado, pero nuestra vida continúa. Tenemos una alma inmortal. Nuestra alma nunca morirá.

    A través del día, sufrimos muchas muertes pequeñas en nuestras vidas, pero nuestra fuerza está en conectarnos a nuestro espíritu. La muerte no tiene poder sobre Jesús. La muerte no tiene poder sobre mí. Mi cuerpo podrá ser quemado, podré ser entregada, golpeada y flagelada cómo lo hicieron con Jesús, pero nadie puede matar mi alma jamás. El Padre, Hijo y Espíritu Santo viven en mí. ¡Por qué me preocupo y me enojo cuando sé que el Dios Omnipotente vive en mí!

    Yo le pido al Espíritu que me ilumine para conocer a Dios. Mi corazón canta porque, aún cuando estoy presionada, siento el amor ardiente de Dios irradiando en mi cuerpo débil. Pido nunca ofender a mi Dios. ¡Lo amo tanto!

    Yo tengo, dentro de mí, al Dios Omnipotente. Lo que deseo ardientemente es al Dios todopoderoso. Conozco esta presencia dentro. ¡Poseo el verdadero tesoro! Le pido al Espíritu que me ayude a darme más y más cuenta del Dios Omnipotente vivo dentro de mí.

    El pecado nos separa de Dios. Mi más grande temor es perder a mi Dios por el pecado. Pido la gracia para resistir la tentación de pecar. Ruego a Dios por gracia. Anhelo. Tengo sed. Quiero estar empapada de su vida divina.

 

 

24 de Octubre de 1995

El Corazón Traspasado de Cristo

    Reposé mi cabeza sobre el pecho traspasado de mi Salvador. Sentí su prescencia y puse mi cabeza sobre su llaga. Veo su pecho y su llaga tan claramente experimentados en mi corazón.

    Su corazón fue herido por los pecados del hombre, yo descanso en su herida.

    Abran la llaga y entren a su ardiente Corazón. Véanla abrirse y entren al gran abismo rojo de su amor. Es en la llaga que yo entro.

    Su cuerpo glorificado tiene esta llaga. Es desde su Corazón traspasado que nuestra vida fluye.

    Es en las llagas, que recibo la vida. Las llagas glorificadas de Cristo son mi delicia. El cargó la cruz. El soportó el dolor. ¡El fue traspasado para que viviéramos en él!

   

 

27 de Octubre de 1995

Mi Precioso Jesús

Escrito después de la Comunión:

    No puedo contener mi emoción al llamarte, mi precioso Jesús. Te amo con el más profundo amor. No puedo, en mi cuerpo, expresar mi amor por ti. En ti, yo vivo, respiro y soy. En ti, existo y soy. Sólo en ti tiene sentido la vida del todo. Apenas puedo respirar al decirte de mi amor. No hay palabras para expresar mi amor.

 

 

30 de Octubre de 1995

Estoy Casada con Dios

    Mi cuerpo está fatigado, mi cabeza está débil, pero voy al pecho de mi amado Esposo y pongo mi cabeza en su llaga. Entro al gran abismo del amor de Jesús a través de la llaga en su costado.

    Veo la necesidad de hacer oración como nunca antes por los sacerdotes, las hermanas y los fieles. Veo que tan lejos estoy de Jesús y que tan cerca quisiera estar. Veo mis ofensas contra mi Señor. Anhelo ser más y más como él. Quiero estar hermosa para mi amado Esposo. Lo que el mundo piensa que es hermoso no importa. Yo quiero vivir en Jesús. Quiero mi alma blanca y pura. Mi alma está manchada con las ofensas diarias contra mi amado Señor. Lo quiero tanto. No quiero ofenderlo.

    Veo como nunca antes, el gran honor y dignidad que Dios le da a sus criaturas y su gran amor por ellas. Siento escalofrío al saber que estoy casada con él, mi amado Salvador. El es el Novio de mi alma.

    Mi espíritu está vivo, mi energía interminable. No me cansaré porque estoy desposada al Dios Omnipotente. El es mi amado Esposo. Yo viajo y hablo de parte de Jesús para decirle a este mundo de su inagotable amor. Pido gracia para mí y para los demás, para que él hable a través de mí y me use como su instrumento. De cualqueir manera que Jesús me utilice es mi delicia, porque mi vida es para él y para él solo. ¡Mi cuerpo podrá sentirse fatigado, mi corazón está en llamas con ardiente amor por mi amado Príncipe, mi Rey, mi Profeta, mi Salvador, mi Amado, mi Dios!

    Me hago uno en el sacrificio al unirme a Jesús a cada momento. Al ser él sacrificado, yo soy sacrificada con él y me ofrezco indigna e imperfecta al Padre por mis pecados y por los pecados de este mundo.

    Te honro. Te amo. Te adoro. Te alabo. Me admiro al unirme con mi amado Dios. ¿Quién soy yo, que me uno con el Dios Divino? Mi fuerza está en ti porque cuando soy débil, soy fuerte. Cuando caigo exhausta al suelo, me levanto con la cruz sobre mi espalda porque estoy viviendo en él. Estoy viviendo la vida de Jesús en mi vida, llevando a cabo su vida, muerte y Resurrección en mi vida.

    Jesús es mi Fuerza. El es mi Dios. El es mi Todo. Hacia él levanto mi alma. Le pido que acepte este indigno sacrificio, que me una más profundamente a mi amado Esposo y seré su florecita, fresca y hermosa ante el trono. Le pido al Espíritu que me transforme más y más. Soy débil y soy pecadora. El es fuerte y es el Dios Omnipotente. Es en él que soy íntegra y es en él que vivo. Es en él que existo. Es en él que amo.

    Tómame, trabaja en mí, porque te amo con todo mi corazón, soy tan débil, pero en ti, soy fuerte. En ti, puedo vivir en la voluntad del Padre. No soy sino una bebé. Déjame morir a mí misma en cada Misa y ser despojada completamente de mis pecados. Al unirme en el sacrificio con mi Señor crucificado, me hago uno en sus llagas. Uno mi espíritu indócil a él.

    Si el pan y el vino son convertidos en tu Cuerpo y en tu Sangre, tú puedes transformarme de mis conductas pecadoras, más hacia tu imagen y semejanza.

    Soy quemada en la hoguera del Corazón de Jesús. Mi basura se consume más y más. En cada Misa, muero más a mis conductas egoístas y orgullosas. Soy unida al sacrificio. En Jesús, me hago más complaciente a Dios. No soy digna. Tengo tantas impurezas. (¡Soy débil en mí misma - sólo en ti soy algo!) Tómame y haz conmigo lo que desees. Soy tuya, Señor. En ti, vivo, respiro, soy. Hazme más y más como tú.

 

 

31 de Octubre de 1995

Halloween

    Fui a un concierto con los compañeros de clase de José. Los niños se portaron muy mal en el autobús. En el concierto
hablaron del diablo.

    Me di cuenta de la gran necesidad que tienen los niños de recibir los mensajes del amor de Dios. Sentí mucho sufrimiento por ellos y lloré por los niños del mundo. Estaba sufriendo por los pequeños. ¡Me sentí muy mal porque Jesús es rechazado y olvidado en el sagrario! Lloré bajo el crucifijo por media hora. Estoy tan débil en estos momentos, no quiero moverme.

    Estoy sufriendo por los hijitos de María perdidos en el mundo, estoy sufriendo y siento dolor en el corazón por el abandono hacia Jesús en el Santísimo Sacramento.

    Hoy es Halloween. Tuve mucho sufrimiento por la pérdida de niños pequeños desfilando vestidos de diablitos. ¡Ellos ni siquiera conocen a Dios!

 

 

1 de Noviembre de 1995

Me Encanta que Jesús Me Ame

    Jesús fue condenado a muerte.

    Jesús cargó su cruz.

    Jesús cayó la primera vez.

    Jesús ve a su Madre.

    No tendré paz hasta ver a mis enemigos con amor. Debo ver sus buenas acciones. Enfocarme en el bien que me han hecho. Ver lo bueno en esa persona. Ver las reflecciones de la vida de Dios en ellos, las acciones amorosas que han hecho.

    Satanás quiere que yo vea las malas acciones de los demás. El habla en nuestras mentes y trata de enfocarme en lo perjudicada que fui. Con la gracia de Dios, veré la belleza de Dios reflejada en ellos y trataré de responderles con amor, trataré de entender su posición, trataré de darle gracias a Dios por los regalos que me han sido dados.

    Mi más grande regalo, es mi unión con Jesús. Semejantes regalos me han sido dados por mi amado Cónyuge. El es una Persona Divina. Nadie puede compararse ni siquiera una pizquita a mi relación con mi Señor Divino. El es Dios; criaturas son criaturas. Atesoraré el amor que comparto con él, mi Salvador, mi Amor, mi Dios, mi Todo.

    La clave que nos hace ser los dicípulos de Jesús es nuestro amor por cada uno de nosotros. Si pienso que yo estoy bien y los demás están mal, no me estoy enfocando en el amor que me ha sido dado de Dios.

    Debo amar. Debo rogarle al Espíritu Santo que dirija mi corazón por las sendas del amor.

    Los Apóstoles se llenaron del amor de Dios por el descenso del Espíritu Santo. Cuando estamos llenos de su amor, compartimos nuestra alegría con los demás. El camino de Jesús es amor. Debemos amarnos unos a otros y confiar en él. Nuestro progreso en ser semejantes a Cristo es crecer en amor. Debemos depender del Espíritu Santo para que nos llene con el fuego ardiente del amor de Dios.

    Amado Espíritu Santo, tú eres mi amigo. Te amo tanto. Te adoro y te amo. El Espíritu Santo es una bola de fuego. El es amor.

    El Padre es amor. Dios nos creó por su bondad.

    Dios es nuestra meta. La felicidad verdadera se logra sólo en él.

    Amo tanto al Espíritu Santo. El es mi muy, muy íntimo amigo. Nuestra meta es amar a Dios. Jesús dejó un sacrificio en el cual es víctima y sacerdote. Debemos darnos a los demás como Cristo se dio a sí mismo.

 

 

2 de Noviembre de 1995

La Juventud Difundirá el Amor de Jesús al Mundo

    Nosotros somos hijos del Padre. Somos amados tan tiernamente por nuestra Madre. Jesús murió y dio su Sangre por nosotros.

    La juventud es muy importante para difundir el amor de Jesús por todo el mundo. Jesús nos muestra su corazón. Es rojo y lleno de fuego. Vemos a Jesús escurriendo sangre. El soporta las llagas que virtió por nosotros. Los niños tienen corazones tan puros y tiernos.

    Jesús está vivo en la Santa Eucaristía. El viene como el Señor resucitado a traernos su vida. Esta es vida verdadera. Es la única vida que alimenta las almas hambrientas. Vean sus llagas glorificadas y resplandecientes. La muerte no tiene poder sobre Jesús.

    La juventud necesita a Jesús en sus vidas. El nos observa y nos cuida a cada momento. El único temor que realmente tenemos es la pérdida de nuestra alma.

    Satanás quiere robar los corazones de la juventud y llevárselos a la perdición eterna en las llamas del infierno.

    El mundo se ha enfermado mucho. La medicina para este mundo es el ardiente amor de Jesús. Los corazones de muchos hombres son fríos y llenos de acciones tan malas.

    Vean los asesinatos que se cometen hoy en día. Vean los pecados de la carne, el odio y la falta de respeto de unos hacia otros.

    Jesús viene a llenar nuestras almas con su luz. El viene a sacarnos de la obscuridad y conducirnos a la luz. El nos muestra su Sagrado Corazón lleno de amor ardiente. Tantos niñitos son abusados y maltratados por los corazones obscuros de este mundo.

    Nosotros somos los hijos de luz. La luz de Dios brilla desde nuestros ojos y nuestros rostros. Algún día estaremos con Dios en el cielo. Debemos rezarle al Espíritu Santo para que esté vivo en nosotros. Debemos pedirle la valentía para defender a Dios.

    El está siempre con nosotros, protegiéndonos y cuidándonos. Debemos despojarnos de nuestras vidas pecadoras.

    Debemos venir con un corazón humilde, tierno y listo para ser llenado con el amor de Dios. Entonces brillaremos en el mundo obscurecido como hijos de la luz. Marcharemos como un pequeño ejército de amor y muchos verán la luz de Dios brillar en la obscuridad.

 

 

2 de Noviembre de 1995

Jesús y María Quieren Nuestro Amor

    Veo el rostro de María y la oigo llorar por los hijitos del mundo que se irán al infierno. Jesús, ayúdame a ser una vasija vacía para que por medio de ésta me uses para difundir tu amor.

    Te ruego que me des los libros para difundirlos.

    Te pido por la manera de comunicar tu amor a los niños.

    Vivo para ti y para ti solo.

    María me está permitiendo sufrir su dolor mientras estuve bajo la cruz. Fue como si tuviera la agonía de ambos Corazones. El de ella, por sus hijitos perdidos - el de Jesús, por su Corazón hambriento del amor más profundo. Jesús desea ardientemente el amor de sus amados.

    Permíteme morir a mí misma para que yo viva en ti y puedas actuar en mí, para ayudar a que otros alcancen el cielo. Yo me despojo de mí misma y te pido que tomes posesión de mi alma, que hagas lo que tú quieras a través de mí para la salvación de las almas que me des la valentía para llevar a cabo el mensaje de tu ardiente amor.

 

 

6 de Noviembre de 1995

Notas del Rosario

    Recibo la Santa Eucaristía y me doy cuenta de la prescencia de Dios dentro de mí.

    Siento como sintió María al saber que el niño Jesús estaba dentro de ella. Medito sobre la venida de Cristo a nosotros en la Santa Eucaristía.

    Sientan como sintió María al visitar a su prima Isabel. Tomen parte en la vida de María, llevando a Jesús dentro de ella.

    María sintió la vida de Jesús moverse dentro de ella. Fue por medio de su cuerpo que nosotros recibimos la vida de él.

    María vio a Jesús en la cruz y observó como la vida abandonaba su cuerpo.

 

 

7 de Noviembre de 1995

Sientan el Dolor por Dentro

Escrito ante el sagrario a las 8:15 a.m:

    Te amo tanto, dulce Jesús. Amo el Santísimo Sacramento. Amo la Eucaristía. Amo cada momento contigo - tan preciado para mí, cada momento, cada segundo en especial. Estoy llorando y llena de gran emoción y de amor por él.

    Nosotros vemos lo de afuera, el cuerpo, las llagas de Jesús, pero el dolor que sintió por dentro, el doblarse de dolor, el ruido en sus oídos de los hombres enfurecidos, la escena - todo dentro del cuerpo de Cristo.

    Hoy la escena desde afuera - miradas que están vacías, que se auto-promueven, el aspecto en su cara, las acciones, las palabras dichas reflejan los corazones por dentro. Cuanto más sea el corazón como el de Jesús, tanto más las palabras serán como las de él. ¿Qué tan impregandos estamos de la vida de Jesús? ¿Qué tanto reflejan nuestras acciones la vida de Jesús dentro de nosotros? ¿Está nuestra vida arraigada en él? ¿Reflejan nuestras acciones la luz de Dios, o la obscuridad que proviene de almas hambrientas? El exterior del cuerpo refleja la vida interior. Una vida arraigada en Jesús refleja su vida. Una vida arraigada en el egoísmo refleja la obscuridad interior. Para ser de Jesús debemos morir a nosotros mismos y vivir en él.

    Las luchas que hemos experimentado nos han hecho regocijarnos en vida nueva.

 

 

8 de Noviembre de 1995

Quiero la Gracia para Amar a Dios Más

    En Misa, estoy muy consciente del milagro que está teniendo lugar a través de las manos del sacerdote. Estoy admirada. El pan es convertido en el Cuerpo de Cristo.

    Con todo mi corazón, sé que este es verdaderamente el Dios Omnipotente, en toda su grandeza. Me di cuenta del gran Sacrificio ofrecido al Padre en la Consagración - muy consciente de todo lo que acontecía y el Sacrificio es el Sacrificio del Calvario, ahora siendo sacramentalmente hecho presente ahí.

    Yo quería, con todo mi corazón, unirme a Jesús en este sacrificio y hacer reparación por mis pecados y por los terribles pecados de todos los hombres en contra de Dios.

    Yo quería con tanta vehemencia, la unión más profunda con Jesús para ayudar a hacer reparación por los horribles pecados de la humanidad contra Dios. (Escribir ésto se me hace algo muy vacío - mi corazón arde muy profundamente, porque no puedo describir lo que siento.)

    Quiero amar a Dios tan profundamente. Seguí pidiéndole que me ayude a amarlo mucho. Yo sólo soy una pizquita pero sé que él puede ayudarme a darle un amor más grande. Deseo tanto darle amor, gran amor y soy tan impropia para amar a Dios.

    El acrecenta mi amor para poder amarlo más. ¡El, quien es tan digno de amor!

    Quiero alabarlo, adorarlo y honorarlo porque él es tan grande y tan digno de semejante amor y gloria, pero necesito que él me ayude a amarlo, honorarlo y alabarlo más porque yo soy solamente una pizquita comparada con Dios.

    ¡Si sólo tuviera el corazón sin pecado de María para amarte más, mi querido, mi precioso Señor!

    Me di cuenta, desde antes de Misa, qué tan profundamente amo a cada Persona de la Trinidad, hasta el punto de llorar, sabiendo que todos Ellos están dentro de mí y queriendo verdaderamente unirme a Ellos y darles mayor amor - más y más grande por pequeño que este sea.

 

 

8 de Noviembre de 1995

La Promesa de Nuestra Señora en Fátima

La promesa de Nuestra Señora en Fátima es ésta:

    Hija mía, ve mi Corazón rodeado de espinas con las cuales los hombres malagradecidos lo traspasan a cada momento por sus blasfemias e ingratitud. Tú, por lo menos, tratas de consolarme, y dí que yo prometo asistir a la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación a todos aquellos qué, el primer sábado de cinco meses consecutivos, vayan a la Confesión y reciban la Santa Comunión, reciten cinco décadas del rosario y me guarden compañía por un cuarto de hora meditando sobre los misterios del rosario, con la intención de hacer reparación a mí.43

    Nuestra Señora de Fátima nos pidió que llevemos a cabo las siguientes devociones los sábados primeros. Ella nos promete las gracias necesarias para la salvación a la hora de la muerte. Debemos seguir la devoción como Nuestra Señora lo estipuló.

....la práctica de los cinco sábados primeros del mes implica:

1. Ir a la confesión, la cual puede hacerse desde ocho días antes hasta ocho días después del primer sábado del mes. Pero claro, si una persona está en estado de pecado grave, la confesión debe hacerse antes de recibir la comunión.

2. Recibir la Santa Comunión.

3. Recitar cinco décadas del Rosario.

4. Meditar por 15 minutos sobre los misterios del Rosario.

Todo lo anterior (excepto la confesión) debe hacerse el primer sábado de cinco meses consecutivos, con la intención de hacer reparación al Inmaculado Corazón. Para aquellos que hagan los cinco sábados primero de cada mes, Nuestra Señora de Fátima ha prometido asistirlos a la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación.
44

 

 

11 de Noviembre de 1995

Sientan la Presencia de Dios

    Fui a Misa, a la Iglesia de San Xavier, en el centro. Tuve semejante presencia de la Trinidad después de la Comunión. Esto pasó el jueves. También en la celebración de San Juan de Letrán, tuve la presencia del Dios Omnipotente. Sentí como si me hubieran tumbado y me arrodillé ante el sagrario. Desde ese momento en adelante, ésta presencia está grabada en mi alma.

    Mi corazón arde todavía al pensar en ello.

    Semejante presencia del Dios Todopoderoso, un gran regalo dado de su parte. Mi corazón arde. Mi director espiritual dijo que debemos querer todo lo que Dios quiere, ni demasiado, ni muy poquito. Nosotros nos hacemos uno en él. Nos identificamos con él. Mi corazón está ardiendo por amor a Dios.

    Jesús y María nos muestran sus Corazones. En muchas imágenes vemos a Jesús con sus manos en ambos lados de su Corazón. El nos está mostrando su Corazón coronado con espinas.

 

 

13 de Noviembre de 1995

Amor

    El amor es dar. ¡Sólo tú mi Dios me satisfaces! ¡Sólo en ti mi corazón encuentra realización! Buscar a alguién con el fin de ayudarnos a sentirnos mejor acerca de las cosas, es un amor enfermo.

    En ti, estoy satisfecha. Tú eres una Persona Divina. Nadie puede satisfacer mi alma sino tú. ¡En este momento puedo sentirme satisfecha si estoy unida a ti, viviendo siempre en una Comunión Espiritual!

    El camino fácil es pensar que alguna persona satisfacerá nuestra necesidad de amor. Sólo Dios satisface nuestra necesidad de amor. Amor es dar, el amor no busca gratificación, el amor da y sigue dando. La fuente de nuestro amor es Dios.

 

 

13 de Noviembre de 1995

    María fue un sagrario ambulante.

    El sacratísimo Corazón de Jesús fue formado en el vientre de María.

    Una meditación en la Anunciación: Estén con María - el ángel se aparece a María, María está temerosa, él dice, "... no temas, María..." (Lc. 1:30)

    El plan del Padre revelado en Fátima se está cumpliendo. Isabel dice: "¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?" (Lc. 1:43)  Dios se entrega a nosotros en la Eucaristía. ¿Por qué hubiéramos de ser honrados con una visita de Nuestro Señor?

    Nuestros corazones arden dentro de nosotros.

    El Padre se revela a sí mismo a través de su Hijo en el Espíritu Santo.

    El Espíritu Santo condujo a Simeón al templo. El profetizó a través de Simeón y de Ana.

    Vean al Padre y al Espíritu Santo presentes en el nacimiento de Jesús y en el templo.

   

     

15 de Noviembre de 1995

Den a Dios Toda la Gloria y Alabanza

Escrito a la 1:30 p.m. después de Misa:

    Semejante experiencia, tanta indignidad de recibir a Jesús. Deseo tanto ser purificada. Estoy tan llena de egoísmo y de orgullo. En la consagración, quiero morir a todo lo que no es santo.

    Veo que las cosas que no son de Dios interfieren con mi trabajo para servirle. Todo lo que yo quiero es difundir su amor, su Palabra y su bondad en todo el mundo. Me doy cuenta de como hemos de amar a Jesús y darle gran honor y alabanza.

    Yo quiero amar a Jesús con el amor más profundo. Quiero darle amor porque él se lo merece y lo amo tanto. Quiero darle gran amor.

    Le ruego, le ruego a Jesús que me dé cuanto necesito para darle mayor amor, sólo para que él reciba mucho amor.

    Quiero amar a través de María. Ella es tan pura y sin pecado. Yo soy pecadora y tan indigna de este amor tan grande. Quiero ser más agradable a Dios. Le ruego que me santifique. En la Consagración, lloré de admiración por el milagro que estaba aconteciendo.

 

 

15 de Noviembre de 1995

Vayan a la Profundidad del Más Allá

Escrito después de Misa en la Iglesia de Santa Gertrudis:

    Al hacernos uno en Jesús, lo amamos más mientras más unidos estemos a él.

    Anhelo ser uno con Jesús. Cuanta más gracia él me de para amarlo, más lo puedo amar. Veo mi desgracia - soy tan indigna de él. Nuestro acto más grande está en amarlo.

    Lean el capítulo del 2 de noviembre, después de la Comunión. El viernes primero fue tan maravilloso que no pude escribir.

    El Padre Carter es una clave para ayudarme a compartir ésto con el mundo. El es mi director espiritual.

    Hoy en la noche, sentí tanto dolor en mi corazón. Fue como si tuviera espadas en el y abrí el libro, Madre a mi Lado, escrito por el Padre Edward Carter S.J. Leí acerca del dolor de María bajo la cruz. Yo conozco algo de su dolor bajo la cruz. Mi corazón ha experimentado su sufrimiento, mucho de su sufrimiento.

    El 31 de octubre, padecí los sufrimientos de ambos Corazones por los niños, muy intensamente por 45 minutos.

    En Fátima, María, nuestra Madre, nos dijo que debemos consagrar nuestros corazones a Jesús y María. Los mensajes del intenso amor de Dios deben ser transmitidos en la Iglesia. Esta es la medicina poderosa. La medicina poderosa es su amor ardiente. Amo tanto la Misa, escribo para compartir este amor con este mundo.

    Debemos ir más allá de este nivel. Hay una profundidad mucho más allá de nuestra comprensión hacia el misterio del amor de Dios. Mi director espiritual tiene un Doctorado en Teólogia. He intercambiado opiniones con él acerca de mis escritos. Más allá de ésto hay un entendimiento más profundo hacia los misterios. Oh amo tanto a Dios, quiero conocerlo más y más. Deseo ardientemente conocerlo más.

    Debemos darle gracias a Dios por los regalos que nos da en la Misa, en la Iglesia, en los Sacramentos y en el sacerdote.

    En mi corazón hay conocimiento hacia los misterios al hacerse Jesús más íntimo conmigo. Debemos difundir escritos los cuales relatan sobre el amor de Jesús y la Misa. Por favor ayúdenos a difundir este libro sobre la Misa y el libro de boletines sacerdotales del Padre Carter.

    Amo tanto la Misa, es el centro de mi vida.

 

 

15 de Noviembre de 1995

Enfóquense en la Vida Interior

    Somos el cuerpo de Cristo. Jesús fue lesionado en todo su cuerpo. Su Corazón es puro. El es la luz.

    Nosotros adornamos el cuerpo, pulimos lo de afuera y dejamos que lo de adentro se pudra.

    Estamos al revés. Necesitamos pulir el corazón y enfocarnos en la vida interior.

    Jesús padece las llagas en su Cuerpo. Lleva el dolor en su interior. El estaba doblado de dolor. Nosotros pulimos nuestro cuerpo y dejamos que nuestros corazones se pudran.

    Lo principal es amar a Dios. Si nuestros corazones están llenos de amor, nuestros cuerpos brillarán. Hay tanta belleza falsa por fuera.

    Jesús es uno en nosotros. Lo más importante que podemos hacer es amar a Jesús. Lo más importante es nuestra relación de amor con él.

    Jesús es el Sacerdote, Víctima y Rey en la Misa. Seamos uno con él en cada oración que hagamos.

    Oren, estén a solas con él después de la Comunión. Es aquí cuando él imprime la profundidad de su amor en nuestra alma.

 

 

15 de Noviembre de 1995

Sientan el Dolor de Jesús y María

Escrito a la 1:15 de la mañana:

    Jesús estaba en el huerto y su Corazón fue destrozado en su pecho por el dolor que sufrió por el amor de sus preciadas almas.

    Mi corazón estaba en semejante agonía, con un dolor agudísimo e insoportable.

    Conozco el dolor del rechazo, el de amar y ser ignorado. Conozco el dolor que hizo que me doliera el corazón, como si una lanza lo hubiera traspasado en el huerto y permaneciera en el, el dolor agudísimo.

    Oh Jesús, cómo me duele. Nada puede quitarme este dolor en el corazón. Me duele tanto que no puedo describirlo.

    Abrí el libro del Padre Carter, "Madre a Mi Lado" y decía: "¿Quién puede medir la profundidad del dolor de María al ver a su Hijo inocente padecer el insoportable dolor y muerte de la crucifixión?"
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    Mis experiencias: Estando bajo la doceava estación del Vía Crucis en la Iglesia de la Santa Cruz - Inmaculada y al estar bajo la cruz el 31 de octubre, sentí un gran sufrimiento acerca de María al sostener el cuerpo sin vida de su Hijo, y ella mirando sus ojos. María tuvo un dolor constante desde la profecía de Simeón.

    Siento tanto dolor en mi corazón. Me duele tanto que apenas puedo soportarlo. Me duele el corazón como si alguien estuviera enterrando una espada en el, y el dolor no cesa. María quiere que contacte a los niños. Me dolió el corazón el lunes después de la Comunión. Me duele el corazón. Siento como si alguien estuviera clavando muchas espadas en mí, en el centro de mi pecho. Ahora me duele el corazón por todos lados.

    Quiero difundir el rosario al mundo. Quiero ayudar a los niños a que amen a Jesús y María y consagren sus corazones.

    Yo debo descansar en los Corazones de Jesús y María.

    El corazón de María sufrió por los hijitos perdidos del mundo. Debo contactar a los niños con el rosario. Debo publicar el Libro del Rosario, escribir rosarios para niños y propagar los casetes por María.

    Si yo muriera en este momento, descansaría en los Corazones de Jesús y María. Todos somos un cuerpo en él - un corazón. No debería haber división, sólo amor.

 

 

15 de Noviembre de 1995

La Acción Más Grande que Puedo Hacer Es Amar a Dios

    Voy a lo más dentro de mí y me uno en un profundo lugar con Dios. Siento como si esto fuera otro lugar, otro nivel. No es como lo que veo en este mundo, es un mundo más allá. Cuando alcanzo este nivel, ya sea alegría o sufrimiento, lo estoy experimentando y es más allá de aquí. Es una alegría inmensa. Se siente como el cielo.

    Anoche, pude ver muy claramente que lo más grande que yo puedo hacer es amar a Dios. No sólo pude ver que experimenté, como lo he estado haciendo, el deseo abrumador en mi alma de amar a Dios y el sentimiento intenso de amarlo lo más profundamente posible, me di cuenta con todo mi corazón cúan merece él recibir el amor más grande posible. Al unirme más con él, más puedo amarlo. Esta realización me ha dado gran alegría.

    Este ha sido mi más grande deseo. Amar a Dios con el amor más profundo. Estoy llena de una inmensa tristeza por mis pecados y por los pecados de la humanidad porque él es muy ofendido por sus criaturas. Quiero llorar muy fuerte porque me doy cuenta de cómo está ofendido y yo lo amo tanto y quiero que reciba amor como él se merece.

    Es como si ahondara muy profundamente en las emociones de Jesús y María. No es sufrimiento. Es una inmensa alegría porque estoy muy unida a ellos. En estos momentos, puedo recordar todas esas experiencias. El lunes en la noche, después de la Misa para la esposa de Don, estuve muy unida en la experiencia de los sufrimientos de María por los niños.

    Siento un inmenso sufrimiento por los hijos perdidos de este mundo, cómo están siendo envenenados, viéndolos con semejante claridad, necesitando el amor de Jesús y estar siendo envenenados.

    El sábado, fui a Misa a San Xavier y tuve una gran prescencia de la Trinidad. Una marca permanente se me ha quedado al haber experimentado ésto - Un conocimiento del Dios Omnipotente.

    El jueves, la celebración de San Juan de Letrán, ni siquiera puedo decir lo que pasó, tuve semejante prescencia del Dios Todopoderoso, dándome cuenta de la gran reverencia que se merece en todo su poder y omnipotencia. Estoy envuelta en su divina prescencia. Lloro de admiración por todo ésto.

    En el transcurso de la Misa, a veces quiero llorar porque estoy viendo con una gran claridad lo que está aconteciendo. Lo que escribo en papel es hermoso, pero me quedo corta al tratar de describir la experiencia que está teniendo lugar porque es algo verdaderamente más allá de las palabras. En cada Misa, puedo recordar estas experiencias. Siento y conozco la grandeza de los momentos en la Misa.

    Esta noche, supe, en cada una de las células de mi cuerpo, que la acción más grande que yo puedo hacer en esta tierra es amar a Dios. Sé que él se merece este amor y todo mi ser quiere dárselo y tomo parte en una unión con él que está mucho más allá de las palabras. Porque, en esta realización o deseo con todo mi ser de darle amor, él me da su amor en esta unión y soy capturada por este amor en mi ser, uniendo mi humanidad con su divinidad en este profundo abrazo. Esto es lo más profundo cuando estoy rogando, con todo mi corazón, rogando darle más amor y en este momento, no hay un pensamiento para mí, sino un deseo ardiente en todo mi ser de amar, honorar y servir a mi gran y buen Dios.

 

 

17 de Noviembre de 1995

Imprégnense de la Vida de Jesús

Escrito ante el sagrario a las 8:15 a.m:

    Te amo tanto, dulce Jesús. Amo el Santísimo Sacramento. Amo la Eucaristía. Amo cada momento contigo - tan preciado para mí, cada momento, cada segundo en especial. Estoy llorando y llena de emoción y de amor por él.

    Nosotros vemos lo de afuera, el cuerpo, las llagas de Jesús, pero el dolor que sintió por dentro, el doblarse de dolor, el ruido en sus oídos de los hombres encolerizados, la escena - todo dentro del cuerpo de Cristo. Hoy la escena desde afuera - miradas que están vacías, que se auto promueven, los gestos de la cara, las acciones, las palabras dichas reflejan los corazones por dentro. Cuanto más sea el corazón como el de Jesús, tanto más las palabras serán como las de él. ¿Qué tan empapados estamos en la vida de Jesús? ¿Qué tanto reflejan nuestras acciones la penetración de la vida de Jesús dentro de nosotros? ¿Está nuestra vida arraigada en él? ¿Son nuestras acciones las de Dios, actuando a través de nosotros, o son egoistas y promueven a nosotros mismos? ¿Reflejan nuestras acciones la luz de Dios, o la obscuridad que viene de una alma hambrienta?

    Una vida arraigada en Jesús refleja su vida. Una vida arraigada en el egoísmo refleja la obscuridad que hay dentro. Para ser de Jesús debemos morir a nosotros mismos y vivir en él. Las luchas que hemos experimentado nos han hecho regocijarnos en vida nueva.

 

 

21 de Noviembre de 1995

Quiero estar Envuelta en la Divina Presencia de Dios

    Me di cuenta de la presencia de Dios. Me di cuenta de su Divinidad. El asumió una naturaleza humana. Yo quería llorar durante toda la Misa. ¡Semejante amor! Me doy cuenta de la prescencia de Dios - las tres Personas - dentro de mí. Estaba envuelta en su presencia después de la Comunión y durante la Misa. ¡Quiero perderme en su presencia y estar envuelta en la mirada amorosa de Dios!

 

 

24 de Noviembre de 1995

Los Niños Necesitan Saber Cuánto Los Ama Jesús

    María quiere que los niños consagren sus corazones todos los días al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.

    Los niños necesitan saber cuánto los ama Jesús.

 

 

24 de Noviembre de 1995

Dios Alimenta el Alma Hambrienta

Escrito después de la Comunión:

    Hay un dolor constante en mi corazón por los sufrimientos que María me ha permitido experimentar. Yo deseo, con todo mi ser, ayudar a salvar almas. Cada una de mis acciones está siendo usada para este propósito. Soy un instrumento imperfecto, pero le pido a Dios que me use y me entrego completamente a esta causa para ayudar a que otros alcancen el cielo y conozcan el amor de Dios.

    He tenido semejante día, anhelando a Dios y queriendo la más profunda unión con él, deseando ardientemente su presencia en el Santísimo Sacramento, suplicando ser alimentada por su adorable amor. Nada puede satisfacerme sino su ardiente y profundo amor. Anhelo y estoy sedienta de él con un corazón hambriento.

    El mundo está hambriento por el amor de nuestro Salvador. El alimenta las almas hambrientas y las hace íntegras. En él, somos alimentados con sus palabras y con su propio Cuerpo y Sangre.

    Amo la Eucaristía. Adoro a Jesús en la Eucaristía. Tengo hambre de él.

 

 

26 de Noviembre de 1995

Soy un Bebé en el Pecho de Mi Madre

    Estoy cayendo en la cuenta de qué tan hambrienta está mi alma. En estos momentos estoy realmente hambrienta de Jesús, pero parece que no puedo acercarme como yo quisiera.

    ¿Me arrullarías, María, como arrullaste a Jesús? Lo único que quiero es ser amada como una bebita y darle este amor a los demás. Mi madurez depende de la lactancia del pecho de mi Madre celestial mientras las gracias de la vida de Dios fluyen de ella hacia mí y yo maduro más y más en su vida.

    Soy sólo una bebé lactando del pecho de mi madre mientras la vida de Jesús fluye a través de María hacia mí.

    Hay siete dolores de María y siete regalos del Espíritu Santo. Estos regalos son dados en el vientre espiritual de nuestra Madre.

    Dios da gracias. El sigue dando y nos da temor que se acerque demasiado, así que lo apartamos de nosotros.

    Muchas veces nos apartamos de aquellos que nos dan amor, temerosos de que se acerquen demasiado.

 

 

26 de Noviembre de 1995

María Es la Mediadora de Toda Gracia

    La Misa es una historia de amor. Jesús se entrega como un sacrificio por mí. En la Comunión, me uno a él con el más profundo amor.

    Te amo, Jesús. Te amo, Jesús. Te amo, Jesús. El Verbo se hizo carne. Yo recibo a Jesucristo en la Eucaristía y lo llevo en mi cuerpo, no menos presente que cuando fue llevado por María en su vientre.

    Los Corazones de Jesús y María latieron juntos en el cuerpo de María. Hubo semejante intimidad desde el principio. Piensen en esto, dos corazones latiendo dentro de un cuerpo. Hay siete dolores, siete Sacramentos, siete regalos del Espíritu Santo.

    María es la Mediadora de toda gracia. Yo me amamanto en su pecho y recibo la vida de Jesús. El Sagrado Corazón fue formado en el vientre de María, a través del Espíritu Santo. Yo estoy siendo moldeada a la imagen y semejanza de María a través del Espíritu Santo. Hay tanta intimidad entre Jesús y María.

    Recen a través del corazón de María. Amen a través de su corazón. Jesús adoptó el cuerpecito humano de un bebé. María es el ser humano más excelso. Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto con el de María. Esto nos dice que tanto la ama él. Dios nos ama verdaderamente. Vean a Jesús como un bebé nacer entre ovejas. El es el Pastor Supremo del rebaño. La vida viene al Niño Cristo a través de María. La vida fluye a través de ella hacia la Iglesia. Dios viene. El no es orgulloso como para nacer entre ovejas.

    Jesús fue el cordero inocente llevado a la masacre. El ama a todas sus criaturas. El viene especialmente por los humildes. María y José fueron a Belén. José tocó la puerta y fue rechazado. Nosotros vamos de puerta en puerta, tocando corazones, y somos rechazados. María es la conexión entre el cielo y la tierra.

 

 

27 de Noviembre de 1995

Den de Comer a los Hambrientos

Escrito el Lunes en el carro:

    Den de comer a los hambrientos. Jesús y María nos muestran sus Corazones. Yo tengo hambre. Tengo sed. Anhelo. No puedo darte amor a ti ni a los demás como yo deseo. Mis incapacidades para amar son frustrantes. Te ruego con todo mi corazón que me ayudes a amarte. Tendiste tu mano y yo sentí tu abundante amor, el amor que me has dado al ayudarme a relacionarme más profundamente contigo.

    Tengo sed. Anhelo. Quiero ahondar en el misterio del amor de Dios más profundamente. Siento tanta frustración y tanta hambre. Por favor alimenta este hambiento, hambriento deseo de una unión más profunda contigo.

    Jesús y María nos muestran sus Corazones. No es cualquier tema. No es material de un libro. Jesús quiere que amemos profundamente con el alma. Yo voy a lo más hondo de mi ser y expreso mis sinceros pensamientos.

    ¿Alcanzamos en Misa la profundidad de nuestra alma y amamos a Jesús, quien dio su vida por nosotros? ¿Clama nuestra alma para unirse en semejante unidad mientras Jesús dice, a través del sacerdote, "Por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo?"

    Unidad - en un solo ser, muy cerca - es fusionarse y estar intensamente unidos.

    ¿Soy uno contigo? ¿Estoy separada de ti? ¿Dónde conmienza esta co-existencia? ¡Está en Jesús, en la Misa, en la Eucaristía, yo lo recibo, ustedes lo reciben, somos uno en él!

    Esto no es amor de un libro, esto viene del alma. No es superficial, está en todo el ser (en mis vísceras, lo siento en la punta de los dedos de mis pies). Siento su amor en cada célula de mi ser - es el poder que me da fuerza.

    ¿Qué poder es el amor? Es una fuerza. Es incansable. Da y da como una batería que siempre está lista, impulsado con la fuerza del Dios Omnipotente, Dios mismo, quien es amor. El poder no se debilita o se acaba, funciona constantemente, siempre. Yo no soy una máquina. No soy una computadora. No soy un robot. ¡Yo soy una criatura, creada por un Ser Divino, se me ha dado una alma y nada, nada alimenta mi alma sino mi Dios!

    Tengo tanta hambre. Tengo sed. ¡Estoy deseosa y lo que me alimentará y satisfacerá es el ardiente amor de Dios! Debemos alimentar a los hambrientos con el mensaje del ardiente amor de Dios por ellos.

    ¡Los bebés están siendo asesinados en el vientre de su madre! Un bebé no está seguro en el cuerpo de su madre. Las mentes de los niños están siendo aniquiladas. Sus almitas tienen hambre de Dios. Se les está alimentando con sexo, violencia y asesinatos. Hay acciones tan viles que los hombres se hacen unos a otros. Hay tanto odio.

    El diablo es astuto y maligno. El quiere "almas para el infierno." Y las quiere jóvenes.

    El clamor de María es urgente: Den de comer a los hambrientos. Jesús y María quieren amor de corazón, no palabras vacías. Amor del alma, no de un libro, desde el corazón. Jesús y María nos muestran sus Corazones.

    El amor está muy adentro. Las heridas están muy adentro. Hoy en día, hay heridas en los corazones de la gente, sus corazones están profundamente lastimados por el alcohol, el sexo, el aborto y el odio, donde debería haber amor. A muchos niños nunca se les ha dado amor sincero. El dolor ha sido pasado de generación en generación, las heridas grabadas profundamente en los corazones sangrantes del cuerpo de Cristo. ¿Cuál es la cura para estos corazones? La cura es la medicina poderosa. Sólo el ardiente amor de Jesús sanará estas profundas heridas. Debemos alimentar las almas hambrientas con el amor de Dios.

 

 

28 de Noviembre de 1995

El Espíritu Santo

    Experimenten la presencia del Espíritu Santo como una Persona en su interior. Relaciónense verdaderamente con él como Persona. Háblenle como lo hago yo con Jesús. Todo el tiempo que Jesús pasó en la tierra fue muy importante.

    El Padre se comunica a través de su Hijo.

    El Espíritu Santo lleva a cabo su trabajo en nosotros, moviéndonos y dirigiéndonos.

    En el Bautismo se nos encomienda llevar a cabo su vida, muerte y Resurrección. ¿Cómo puedo hacer esto sin meditar en los Evangelios?

    El Espíritu Santo nos da sus regalos.

    Dios nos da el Espíritu Santo para guiarnos.

 

 

28 de Noviembre de 1995

El Misterio del Amor de Dios

Escrito después de Misa:

    ¿Cómo no iba a estar María llena de gracia? Ella llevó al Hijo de Dios dentro de ella. Ella lo llevó en su cuerpo. Jesús se formó de la sangre de María. Ella fue concebida sin pecado. María está llena de gracia.

    Recen para conocer más el misterio del amor Dios. Hoy, mientras miraba el crucifijo, vi a Jesús en la cruz como el sacrificio ofrecido al Padre. Aquí está la mesa de la ofrenda. El sacrificio del Calvario es sacramentalmente hecho presente en la Misa. En la mesa está su Hijo, Jesucristo. Hoy mi corazón arde con amor del Espíritu Santo y me doy cuenta de su presencia en mí. Quiero conocerlo, amarlo mucho y decirle de mi amor. Quiero ser uno en él. Quiero estar unida muy profundamente con esta presencia dentro de mí. Esta unión con el Espíritu Santo hace mi corazón arder.

    El misterio del amor de Dios es revalado en el suceso-Cristo- que Dios se encarnó y fue concebido en el vientre de María, que Dios vivió y caminó en la tierra por 33 años. Lo veo en la cruz. Veo el misterio del amor de Dios tan claramente. En la Consagración de la Misa, me imagino al Padre sobre el Espíritu Santo y bajo el Padre, a Jesús en la cruz. Sentí que otra vez escuché a María bajo la cruz. Estuve tan presente en el Calvario. Podía ver la obscuridad como si estuviera ahí, presente con María. Al imaginarme ésto, entiendo más el misterio del amor de Dios. Cuanto más voy a Misa, más se revela el misterio, mi corazón arde. Amo ir a Misa y escuchar cada palabra. Veo más hacia el misterio de su amor. El permanece. ¡El se entrega a nosotros en su Divinidad y humanidad en cada Eucaristía que celebramos! Morimos a nosotros mismos más y más en cada Misa y nos unimos en el sacrificio al Padre. Somos santificados más y más a través del derramamiento de su vida. El milagro toma lugar en cada Misa - que el pan y el vino sean convertidos, en el Cuerpo y Sangre de Jesús, a través de las manos del sacerdote. Nosotros también somos convertidos mientras nos ofrecemos en el sacrificio. Nos unimos con Jesús en la cruz en la Consagración mientras el sacrificio del Calvario es sacramentalmente hecho presente en la Misa. La gracia fluye del Padre, del Corazón traspasado de Jesús, en el Espíritu Santo, a través del corazón de María.

    Amo tanto a Dios. Estoy tan agradecida por su bondad y su amor. En el momento de la Consagración yo quería quedarme ahí. Me imaginé presente en el Calvario. ¡Quiero morir a mí y vivir sólo para él y ser como él, unirme profundamente en su amor en la Eucaristía, en este Santo Sacrificio de la Misa! La Eucaristía es la fuente más grande de unidad. Así como yo soy uno en él y ustedes son uno en él, somos uno mutuamente. Todos un cuerpo en Cristo - todos unidos en el mundo entero en este Santo Sacrificio.

    La medicina poderosa para el mundo es el amor ardiente de Dios. Estos escritos son para ayudar más a las almas.

    Las mujeres y los hombres tienen papeles diferentes. El hombre da la semilla; la mujer recibe la semilla. Cristo es el Nuevo Adán; María es la Nueva Eva. El papel de la mujer es criar y amar. Cristo es la Cabeza de la Iglesia. La Iglesia es su Cuerpo. Debemos amar a Dios y amarnos mutuamente.

    Cristo ama su Iglesia. El sacerdote necesita amar la Iglesia. Ellos necesitan amar con todo su corazón.

    María es blasfemada en su maternidad, en su virginidad y en su Inmaculada Concepción. Debemos hacer reparación al corazón de María por las blasfemias en su contra.

    En Fátima, María nos dice su plan de paz. Si los corazones se consagran por sí mismos a Jesús y María, tendremos paz en el mundo. María nos dijo en cada uno de sus mensajes en Fátima que recemos el rosario. Ella ha hecho grandes promesas para aquellos que cumplan la devoción al sábado primero del mes.

    El Cielo y la tierra se encuentran en María. La divinidad está unida a la humanidad en el vientre de María. María es la Madre de Dios. Ella es Madre de la Iglesia. La Iglesia es una Iglesia peregrina, siempre en desarrollo. Ella nos da a luz a la madurez en Jesús - estamos experimentando el cambio.

    Anhelo a Jesús. Tengo sed de él. El anhela por mí. Estamos unidos en semejante unidad. Yo estoy siempre creciendo en mi amor por él. Mi relación con él siempre se está haciendo más y más profunda. Jesús quiere una relación de amor ardiente con los sacerdotes. Jesús quiere nuestro amor ardiente. El quiere sacerdotes que estén en fuego por amor a Dios. Esto alimentará a la gente hambrienta.

    Hay una gran falta de respeto hacia las mujeres. El celibato ha disminuído. María es nuestra modelo. A las madres no se les admira. María nos muestra la belleza de la maternidad. Ella es santísima y bendita. Ella lleva al niño Jesús en sus brazos. La maternidad es un gran regalo de Dios. María es la Madre de Dios, semejante honor. María es la Madre de la Iglesia. María es nuestra Reina. Ella alimenta. Ella ama. María es blasfemada por su virginidad, en su papel como Madre y en su Inmaculada Concepción. Criticar a María es no reconocer el gran amor que Dios tiene por sus criaturas.

 

 

30 de noviembre, 1995

La Encarnación

    El Padre se comunica con nosotros a través de su Hijo. El Espíritu Santo se une a María al dar a luz al Hijo, Jesús. La Divinidad es unida a la humanidad en su vientre. El pecado no está presente en la Encarnación de Cristo. María está sin pecado. Ella se unió con Dios.

    Eva es la madre de los vivientes. El pecado viene desde Adán y Eva. Jesús y María son el Nuevo Adán y la Nueva Eva. María es la nueva Madre de los vivientes. Ella es la Madre de la Iglesia. Nosotros estamos siendo formados a imagen y semejanza de Jesús. Ella es nuestra Madre. La Encarnación continúa en nosotros.

    Por el Bautismo, participamos en la vida, muerte y Resurrección de Jesús, muriendo a todo lo que no es él y resucitando a una vida nueva. En cada Misa, en la Consagración, nos unimos a él, muriendo en la cruz, mientras nosotros morimos a las conductas que no son de Dios. Nos ofrecemos al Padre. (En el Ofertorio, nos ofrecemos con el pan y el vino. Si el pan puede ser tranformado en su Cuerpo y el vino en su Sangre, también nosotros podemos ser transformados de nuestras conductas egoístas que no son de Dios. Nosotros estamos manchados con los resultados del pecado original. Por medio de la Misa, nos hacemos más y más como Jesús. Morimos a nosotros para hacernos más como él.

    Nuestra Madre está bajo la cruz. Nosotros somos moldeados más y más a imagen y semejanza de Jesús en el Espíritu Santo. Ella es la Nueva Eva. "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (Ap. 12:1) María constantemente nos está formando en su vientre. Ella nos está dando a luz, al unirnos con Jesús tan íntimamente en la Comunión.

    Soy transformada en el Espíritu Santo. Cuanto más derramo mi amor al Espíritu Santo, a Jesús y al Padre, tanto más arde mi interior.

 

 

1 de Diciembre de 1995

Cristo que Viene del Corazón

    En la Misa, el amor de Dios presente en los sacerdotes me ayuda a alimentar mi alma hambrienta con el amor de Jesús. Siento el amor del sacerdote hacia Dios, en sus gestos, en su corazón y en sus palabras.

    Jesus está vivo, no estéril, seco, e inactivo. El es uno en mí. Siento tanta intimidad con él. Deberíamos compartir nuestro más grande tesoro: ¡Cristo vivo en mí y Cristo vivo en ustedes!

    Quiero hablar acerca del amor de Jesús y cómo se relacionan ustedes con él. Quiero hablar acerca de la relación personal de ustedes con Jesús - los profundos sentimientos de sus corazones.

 

 

1 de Diciembre de 1995

Desde los Corazones de Jesús y María
Puesto que Ellos Viven en Mi Corazón

    El Espíritu Santo es mi amigo. Me imagino el cuarto rojo con pavezas ardientes. Le dije al Espíritu Santo que sólo quiero amarlo mucho. El me envolvió en su amor. Yo me enfoco en la prescencia del Espíritu Santo. El es un Espíritu. Quiere mi amor y quiere ser amoroso conmigo. Me enfoco en la prescencia del Espíritu como Persona. ¡Quiero decirle cuánto lo amo! Yo pongo mi cabeza sobre el pecho de Jesús y entro a su Corazón a través de su costado traspasado.

    Hay semejante ardor en mi pecho por contemplarte, Jesucristo, Hijo de Dios. El mundo se detiene y en un momento, capto una momentánea visión de la eternidad.

    Cada sacerdote debería ser como Cristo. Ser uno en Cristo debería ser su meta. Cristo debe de ser su modelo, nada menos que eso. ¡Qué honor ser sacerdote y celebrar Misa! El llamado más grande para cualquier hombre es el ser llamado al sacerdocio.

    La gente está hambrienta de Dios. La gente es alimentada a través de los Sacramentos, la Misa y la Iglesia. La gente debería amar al sacerdote porque están siendo alimentados a través de sus manos.

    Amo la Iglesia porque me alimenta. Tengo hambre y amo la mano que me alimenta y me nutre con la vida divina de Dios, con el Pan de Vida.

    Nosotros estamos hambrientos del amor de Dios. El nos alimenta con su Palabra. El nos da su propio Cuerpo y Sangre. Jesús dice, "...Apacienta mis corderos...Cuida de mis ovejas." (Jn 21:15-17)

    El es el cordero inocente llevado al sacrificio. Ahora él nos da su Cuerpo y su Sangre. (Dios mismo, es sacrificado).

    El es el Pan de Vida. El Cordero, que fue sacrificado, hoy se entrega a nosotros para alimentarnos. El alimenta nuestras almas hambrientas con su vida. Nos alimenta en las Escrituras - la Palabra Viva. Nos alimenta con el Pan Vivo bajado del cielo. Debemos anunciar las Buenas Noticias: Jesús ha muerto. Jesús ha resucitado y vive en nosotros. ¡El está vivo en nosotros!

 

 

1 de Diciembre de 1995

¿Las Monjas...Sacerdotes?

    No soy voluntariosa - Amo el papel que Dios me da. Las monjas han sido llamadas a ser hermanas, a amar, un amor que alimenta. Deberíamos pensar en las monjas como personas amorosas. Muchas no son como María, nuestra modelo, la Nueva Eva. Las hermanas son mujeres. El Padre eligió a una mujer para traer a su Hijo al mundo.

    María es una mujer - ella es la Madre de la Iglesia. María es la Mediadora de toda gracia. Jesús no hizo a su Madre sacerdote, hizo sacerdotes a los Apóstoles. El hizo a María, la Madre de todos los hijos, ¡qué título! ¡La que lleva la vida de Dios en ella, su papel es el de ser una Madre!

    De acuerdo a la voluntad de Dios, los hombres y las mujeres tienen papeles diferentes.

   

 

3 de Diciembre de 1995

María Da a Luz al Cristo en Mí

Escrito en la capilla del Espíritu Santo a las 5:30 p.m:

    María, da a luz al Cristo en mí. Ella está constantemente dando a luz al Cristo en mí. Hay diferentes grados de poseer a Cristo. Dios quiere que amemos a todos como él los ama. Es tan difícil amar a los demás después de habernos lastimado, pero la santidad se logra amando a todos genuinamente. ¡Yo no puedo hacer muchas cosas...estoy dispuesta, pero, él tiene que darme la gracia!

    El Espíritu Santo obra en el vientre espiritual de María y está dando a luz al Cristo en nosotros. Ella es la Mediadora de toda gracia. El Espíritu Santo obra en ella, transformándonos con su gracia. El Espíritu Santo hace maravillas dando a luz a Cristo en nosotros.

    "Apareció en el cielo una señal grandiosa: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza." (Ap. 12:1) María está embarazada. Ella es la Madre de la Iglesia. Ella está dando a luz a la Iglesia a una mayor semejanza de Cristo a través del Espíritu Santo. Ella es el Arca de la Alianza. Es la Mediadora de toda gracia. Ella llevó al niño Cristo en su vientre. María dio a luz a Jesús a través del poder del Espírtu Santo. Ella nos está dando a luz a una mayor vida en Cristo. Estamos siendo formados en su vientre a través del Espíritu Santo. El hace sus maravillas en el vientre de María. Dios se comunica con nosotros a través de su Hijo. El es la Palabra Encarnada. El tiene toda la sabiduría. En él, sabemos.

    Cuanto más comprendo esto a través de la iluminación del Espíritu Santo, más profundamente participo en esta vida de gracia, en esta vida de Cristo y la conoceré para toda la eternidad. Estoy aprendiendo, para toda la eternidad, a participar más y más profundamente en los misterios divinos. Dios mío, te alabo y te adoro en tu Divinidad. Tú has elevado mi alma a semejantes alturas. Conocerte un poquito y anhelar conocerte más y más profundamente, esta es mi sed, mi amor, mi porción, mi cáliz. ¡Saber más de ti, amarte más y más y servirte en este mundo - esta es mi búsqueda, conocerte, amarte y servirte!

    Esto es el por qué debemos vivir en el corazón de María. La trasformación de nuestra semejanza hacia Cristo se lleva a cabo en el corazón de ella. Es el vientre espiritual en el cual ella da a luz al Cristo en nosotros, a través del Espíritu Santo. Ella nos coloca en el corazón de Jesús, la transformación continúa. Cuanto más seamos semejantes a Jesús, tanto más somos conducidos al Padre, porque Jesús ha dicho, "Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me envió...." (Jn. 6:44)

    El fuego viene cuando estoy amando a Jesús y le digo al Espíritu Santo cuánto lo amo - es entonces que siento este fuego por dentro. Jesús nos enseña acerca del amor. El quiere esta conexión con su Corazón y el corazón de María. El quiere que sepamos que el amor no aisla. El amor conecta. El amor es comunicación mutua.

    Yo veo el reflejo de Dios en ustedes y lo amo en ustedes. El ver a Cristo en otras personas es amarlas profundamente. Es fácil amar a alguién que refleja a Cristo. Debo ver a Cristo en todos los demás. Esta es la clave para amar a los demás. Mi director espiritual me dijo que tengo que ver a la persona creada por el Padre y ver en ellos lo idóneo, no lo erróneo.

    No estoy escribiendo un libro de texto. Esta es la historia de mi relación de amor con Jesús, como escribir un diario. Quiero una relación con Jesús - en esta relación tiene que haber otra persona, si no, esto sería como un libro de texto. Yo busco los misterios profundos de su amor, de su ser, de su verdad, de los Sacramentos y de los misterios del rosario.

    Quiero ir más y más profundamente hacia el centro de su ardiente amor, penetrar sus heridas, entrar muy profundamente a su Corazón y amar a Nuestra Señora. Lo invisible se vuelve más real que lo que si podemos ver. Tengo sed. Tengo hambre. Ansío. Estoy vacía. He estado experimentando un período de semejante anhelo de ser llenada por él. Conocer a Jesús es querer mucho más. Comprendo más completamente la fuerza que opera trás las almas hambrientas. ¡Siento que él me está permitiendo experimentar esta hambre, conocer la necesidad de las almas de ser alimentadas por el amor de Dios!

    ¿Qué alimenta esta alma hambrienta? Sólo el amor ardiente de Dios. Dios mío, te adoro. Mi vida se pasa en busca tuya, sólo por ti soy alimentada. Anhelo la Eucaristía y el sagrario. Es ahí donde encuentro paz, porque es ahí que mi alma es alimentada con tu vida divina. Como tierra árida y desértica, así mi alma está sedienta de mi Dios.

Encarnación:
    "...Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como has dicho..." (Lc. 1:38)

    Jesús es co-igual al Padre y al Espíritu Santo. El se encarnó del cuerpo y la sangre de María.

    El Misterio: Dios, la Segunda Persona de la Trinidad - tomó una naturaleza humana completa. El es Dios - Hombre.

    Jesús permitió que lo ataran. El estuvo atado en un cuerpo de bebé, estuvo atado a un pilar. Permitió que lo clavaran a la cruz. Su cuerpo estuvo encerrado en una tumba.

 

 

5 de Diciembre de 1995

María Madre Nuestra

    María es la Madre de Dios. Dios Padre envió a su único Hijo Engedrado.

    María es concebida inmaculada. El no reconocer esto es no darse cuenta de la magnificencia de Dios. Dios no podía venir en pecado. Dios, quien es todo bondad, no podía ser concebido en el cuerpo de una persona manchada con el pecado original.

    "Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya." (Lc. 22:42)

    Veo que Dios es todo-poderoso. Yo soy una piececita del rompecabezas. No soy el rompecabezas completo. Mi amor hacia Jesús y María es el por qué escribo este libro.

    María, concebida sin pecado, es la Nueva Eva. María fue hecha nuestra Madre bajo la cruz. María es la Madre de nuestra vida espiritual. He sentido el dolor de María bajo la cruz, el dolor por sus hijitos perdidos.

    María es la Madre de Dios. Cristo se encarnó. María es la esposa del Espíritu Santo. Ella es María Inmaculada. Jesús se encarnó del cuerpo y de la sangre de María. El no amar a María es no reconocer el gran amor de Dios por nosotros. Nos perdemos nuestro propio honor y dignidad. La divinidad y la humanidad se encuentran en María.

    Hay cinco blasfemias en contra de María. Ella nos ha pedido que cumplamos la devoción al primer sábado del mes. Sor Lucía le preguntó a Nuestro Señor que por qué había cinco sábados primeros.

El le reveló:

    Hija mía, la razón es muy simple. Hay cinco tipos de ofensas y blasfemias que se cometen en contra del Inmaculado Corazón de María:

1. Blasfemias contra la Inmaculada Concepción.

2. Blasfemias contra su Virginidad Perpetua.

3. Blasfemias contra su Divina Maternidad, rechazando al mismo tiempo reconocerla como Madre de la humanidad.

4. Las blasfemias de aquellos que públicamente buscan sembrar en los corazones de los niños indiferencia o desprecio, o hasta el odio hacia esta Madre Inmaculada.

5. Las ofensas de aquellos que directamente la agravian en sus santas imágenes.
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    Debemos cumplir la devoción del primer Sábado del mes para hacer reparación a María por las indiferencias contra su Inmaculado Corazón.

    ¡Puedo ver al diablo apartando al hombre de María! El diablo sabe que María es una conexión entre el cielo y la tierra. Hay una gran conexión entre Dios y el hombre en María.

Nos damos más cuenta del misterio del amor de Dios por nosotros al ver cómo amó Dios a María.

    Acto de Encarnación: Dios se une al hombre. Mi dolor más grande que he sentido, últimamente, ha sido bajo la cruz.

    María conoce el gran regalo que Dios le ha dado a sus criaturas. Ella es nuestra Madre espiritual. María experimenta el dolor de sus hijos perdidos. Ella ve ante sí, a su Hijo cubierto de sangre.

    María dice que es por orgullo que no la aceptan. Es por orgullo, que algunos piensan que María no puede ser superior a ellos. No reconocen la elección.

    Al tener este orgullo, muchas personas se pierden los grandiosos mensajes que han sido dados de Dios. Siendo orgullosos, nos perdemos una gran conexión entre el cielo y la tierra en María. Es la voluntad del Padre que María sea nuestra Madre espiritual.

    Solamente en el corazón de María alcanzamos un nivel más profundo en la vida espiritual. Es la voluntad de Dios. Ella fue elegida, sin pecado, la esposa del Espíritu Santo y la Madre de Dios.

    Podemos ir a las cámaras más profundas del Corazón de Jesús solamente a través del corazón puro y sin pecado de María. Nosotros somos pecadores. Ella es inmaculada.

    Aparte de de los mensajes asociados con las apariciones mayores de Fátima, hubo otras revelaciones dadas por Nuestra Señora. Antes de fallecer Jacinta, ella relató sobre otros mensajes que le fueron dados (durante su enfermedad) por María:

    "Diles que pidan gracia de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María...."
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    Este último mensaje nos ofrece una excelente oportunidad para resumir el mensaje de Fátima. Nos dice que "el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
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    La madurez espiritual profunda no se puede lograr sin ir a través del corazón de María. Jesús vino al mundo en el vientre de María.

    Esta es la voluntad del Padre: que su Hijo venga a este mundo y sea formado en el vientre de María. Dios quiere que nosotros seamos formados más y más a imagen y semejanza de Jesús en el vientre espiritual de María. Jesús quiere que crezcamos en el corazón de María a través del Espíritu Santo hacia la más profunda madurez.

    Muchos, por su terquedad y orgullo, niegan a la Madre de Dios, su Inmaculada Concepción y el nacimiento virgen. Es orgullo, porque no quieren reconocer cuanto ama Dios a María. Son orgullosos e ignorantes y no reconocerán a otra criatura superior a ellos.

    Es así como ésto es: el Niño Jesús, Dios-hecho-Hombre, fue concebido en el vientre de María. El fue formado en su vientre. Para logar niveles más altos de madurez espiritual, debemos habitar en el corazón de María. Ahí somos formados a través del poder del Espíritu Santo para ser más como Jesús. Logramos profundidad en nuestra relación con Dios a través de María.

    Y dijo María: "Proclama mi alma la grandeza del Señor" (Lc. 1:46) Todos nosotros, los hijos, nos unimos en el corazón de María. Veo semejante unidad entre todos nosotros al unirnos en los Corazones de Jesús y María. Nos unimos en el corazón de María. Ella nos coloca en el Corazón de Jesús. Ahí somos unidos con todos los hijos de María. Jesús es la Luz del Mundo. Su Corazón arde - un brillo amarillo con ardientes pavezas. Muchos son los hijos de la luz. María es nuestra Madre. Ella nos está llamando a ser hijos de la luz. Ella es Nuestra Señora de la Luz.

    Esto comienza con ustedes, conmigo y con todos los santos sacerdotes de Dios. Al consagrar nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María, somos uno en sus Corazones. Yo entrego mi corazón a Jesús y a María, ustedes les entregan sus corazones y somos uno en sus Corazones. Mientras el Movimiento Pastores de Cristo se difunde en todo mundo, nos unimos mutuamente al entregar nuestros corazones a Jesús y María. Habrá un rebaño y un Pastor. El Padre Carter está contactando a los sacerdotes con la consagración en el boletín sacerdotal. El está contactando a las hermanas y religiosos con la consagración en el boletín religioso. Está contactando a los laicos con las comunidades de Asociados de los Pastores de Cristo para adultos y jóvenes enfocadas en la consagración de nuestros corazones a los Corazones de Jesús y María.

Notas:

    En Febrero de 1996, formamos un nuevo movimiento, Apóstoles del Corazón Eucarístico de Jesús. En el la gente se compromete a estar dos horas a la semana ante el sagrario y rezan por la renovación de la Iglesia y del mundo. Ellos consagran sus corazones dos veces por semana ante el sagrario. Todos estamos unidos para ayudar a traer la luz a otras personas. Este es el centro, Jesús en la Eucaristía. Es para la renovación de la Iglesia y del mundo.

    María es ahora Nuestra Señora de los Dolores. Su corazón fue traspasado por la terquedad de sus hijos. Su corazón está en gran dolor por la pérdida de sus hijos. Ella nos llama a difundir la luz a este mundo, a iluminar la obscuridad, a venir y ser alimentados por el Pastor Supremo.

    El diablo ha emprendido una guerra en contra de los hijos de la luz. Los hijos de la luz son ricamente alimentados con el amor de Dios, dado abundantemente por Jesús en la Eucaristía.

    Este es el plan de Fátima para contactar al mundo. Los corazones deben de ser consagrados a los dos Corazones. El Padre Carter está contactando al mundo en el boletín para sacerdotes, religiosos y los asociados. Todos están consagrando sus corazones. Los niños deben ser contactados a través del Movimiento Asociados de los Pastores de Cristo Júniors. Los niños necesitan consagrar sus corazones a los Corazones de Jesús y María. La devoción al primer sábado del mes debe cumplirse y difundirse.

    Los mensajes de Fátima dicen, que la paz o la guerra en nuestro pais depende de la consagración de nuestros corazones a María. Los niños deben ser contactados con la consagración. Satanás está tan fuerte.

    El plan del Padre se cumplirá. Debemos vivir de acuerdo a la voluntad del Padre con amor. A cada uno de nosotros se nos han dado grandes talentos. Dios lleva a cabo el trabajo de la redención a través de nuestra humanidad. Debemos rezarle al Espíritu Santo para que nos santifique y nos haga santos.

    Esto es lo que sufrí bajo la cruz: los sufrimientos por los pequeños, hijos perdidos. María quiere que hagamos reparación a su corazón. María le dijo a Jacinta, "Diles que pidan gracias de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
49 Al reconocer su Inmaculada Concepción, estamos reconociendo el gran honor y dignidad que Dios le ha dado a María, una persona humana.

    Nosotros vamos al vientre espiritual, el Corazón de María, porque es la voluntad de Dios. La profundidad de nuestra unión con él sólo puede ocurrir a través de una unión más profunda con ella. Dios lo quiere así.

    El Padre escogió a María como la Madre de Dios. El Padre la escogió, entre todas las mujeres, para ser la Madre de Jesús. Ella está desposada al Espíritu Santo. ¡Semejante dignidad que Dios se una a ella para dar a luz a un Hijo! Si Dios viene a nosotros en el vientre de María, nosotros podemos ir a Dios en el corazón de María.

    Al darnos cuenta del inmenso amor que Dios tiene por María, podemos darnos más cuenta de su inmenso amor por nosotros en la Eucaristía, que se una él con nosotros en semejante unión. Ella cargó a Jesús en su vientre. El no está menos presente en nosotros cuando lo recibimos en la Comunión.

    El alma de María enaltece al Señor. Vemos como nuestra alma es elevada a semejantes alturas a través de su gracia. Nosotros, personas humanas, somos elevados a semejantes alturas en su gracia. Nosotros fuimos creados para amar, conocer y servir a Dios. No podemos hacer a un lado el servicio. "....porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz. El poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su nombre!" (Lc. 1:48-49)

    El Padre Carter habló acerca de la niñez espiritual: cuanto más nos hagamos como un niño, tanto más el Padre se entrega a nosotros.

 

 

8 de Diciembre de 1995

Formado en el Vientre de María

    Para crecer más profundamente en mi amor hacia Cristo, debo unirme al corazón de María. Así como Cristo fue formado en el vientre de María, nosotros estamos siendo formados constantemente en su corazón a través de la acción del Espíritu Santo, ella es una Madre Espiritual. Yo estoy siendo formada constantemente en su corazón a través de la acción del Espíritu Santo.

    La Divinidad y la humanidad se encuentran en el vientre de María. Ella llevó al Niño Cristo bajo su corazón. La unión de los dos Corazones comenzó cuando el Espíritu Santo descendió sobre ella. Ella se llenó de gracia. Para albergar al Dios-hecho-Hombre, ella tiene que estar llena de gracia.

    ¿Meditan ustedes sobre su propia alma agraciada? ¿Meditamos sobre nuestra alma llena de gracia después de la recepción de la Eucaristía?

 

 

8 de Diciembre de 1995

La Inmaculada Concepción

Escrito en Misa:

    Mientras el Padre leía el Evangelio, yo estaba muy conectada a cada palabra y llena de gran emoción. Estaba tan cerca de los Corazones de Jesús y María, tan profundamente en el amor de Dios.

    Cada pensamiento de María irradiaba en mi cuerpo. Al escuchar su nombre me daban ganas de llorar. Amo la vida de María. Amo la vida de Jesús. Amo el rosario. El rosario está vivo en mí.

 

 

8 de Diciembre de 1995

Los Hombres Tienen su Papel; Las Mujeres Tienen el de Ellas

Escrito en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada
entre las 12:00 p.m. y las 3:00 p.m.


    Sabía que tenía que estar aquí. Tuve mucho sufrimiento durante el Vía Crucis, estaba envuelta dolor. Estoy tan perdida en la profundidad de las emocionoes. Se me parte el corazón en el Vía Crucis.

    Amo la presencia de Jesús, de María - estoy tan envuelta en esta prescencia, sólo quiero estar a solas con ellos. Sólo quiero estar con ellos en éxtasis.

    Jesús dice, "...¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" (Mt. 12:48) Hay unidad en los papeles de amar. María es su Madre, pero a la vez es la Nueva Eva y Jesús es el Nuevo Adán. El dice, "...¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" (Mt. 12:48) Hay gran unidad entre todos en el Cuerpo de Cristo. Hay una gran unidad en nuestros corazones cuando nos consagramos a Ellos. Todos somos hijos del Padre. El quiere que nos amemos mutuamente y que vivamos de acuerdo a su voluntad.

    En el cielo, estaremos en armonía, disfrutando de su amor, su bondad, sus misterios. Comprendo este amor inmenso entre todos, viviendo en harmonía en la voluntad del Padre.

    Nosotros vemos al Señor, lo adoramos, lo alabamos y vivimos en su amor. Su amor es suficiente para nosotros.

    La familia es una pequeña iglesia. El padre es la cabeza. La esposa debe obedecer al esposo. Ella recibe la semilla. Hay niños.

    María está cerca de Jesús en un Corazón. Las esposas deberían estar cerca de sus esposos en un corazón. Los hombres y las mujeres tienen diferentes papeles. Cuando no tomamos en cuenta el nacimiento virgen de Jesús, no tomamos en cuenta el nacimiento virgen de la Iglesia. María está siempre dando a luz a sus hijos.

    María no es respetada como debería de serlo. Hay blasfemias en su contra, en su contra como Madre de Dios, contra su Inmaculada Concepción, contra el nacimiento virgen. Debemos ir a través de la única que es pura, María, para ir a la cámara más profunda del Corazón de Cristo.

    Respecto al acto matrimonial, el enfoque muchas veces no está en el amor entre esposo y esposa y en la procreación de hijos, muchas veces en el mundo de hoy, el enfoque de este hermosísimo acto está en el dar placer. La Iglesia no está de acuerdo con la anticoncepción artificial. Un propósito del acto sexual es la procreación de hijos. Cuando la gente controla el acto a través de contracepción artificial, eliminan el propósito de este acto para la procreación de hijos. El acto tiene que ser realizado de acuerdo a la voluntad del Padre. El acto sexual es un acto hermoso creado por Dios. No es un acto sucio, un acto para placer insensato. Es un acto serio creado por Dios para expresar el amor entre el esposo y la esposa y para dar lugar a la procreación de hijos. Es el acto de Dios para traer vida al mundo. ¡El da la vida en este acto, creado por él!

    El diablo ha hecho pecado de tantas cosas. El acto sexual es un acto hermoso dado por Dios. Debería de ser usado de acuerdo a la voluntad del Padre y ser atesorado.

    Amor, oh amor, oh amor - que es Dios mismo, pero qué poquito se comprende acerca del verdadero amor! El amor y el perdón van de la mano.

    Jesús nos enseñó que él siempre, siempre perdonó. El perdonó a María Magdalena. ¡Su camino es amor!

    Para ser como Jesús debemos esforzarnos para eliminar la división que hay en nuestros corazones hacia otras personas. Nuestros corazones deben estar llenos de amor. ¡Dios es amor! Amar, es ser como él. Las esposas deben estar sometidas a sus esposos; los esposos deberían amar a sus esposas. Sus papeles no son iguales. El da la semilla, ella la recibe y la ama.

    Los sacerdotes están representando a Cristo para nosotros. El sacerdote ha sido ungido y elegido por Dios y se le ha dado poder, a través de Dios, para transformar el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Jesús. A los sacerdotes se les debe mostrar el mayor respeto, amor, y honor, porque son los hijos elegidos de Dios.

    El sacerdote debe darse cuenta del gran honor y dignidad que le han sido dados. El sacerdote tiene el gran regalo para administrar los Sacramentos.

    También, el sacerdote debería rezar sobre las personas. El sacerdote debe rezar sobre ellas para su sanación. Es tan poderoso cuando el sacerdote lo hace.

    Las mujeres y los hombres tienen diferentes papeles. Cristo nos dio a María como nuestra Madre. El papel de María no fue ser un sacerdote ungido. Cristo es la Cabeza de la Iglesia. María es la Madre de la Iglesia. Su papel es el de dar a luz a sus hijos así ellos son más y más como Jesús. María está de pie bajo la cruz. Jesús está por encima de ella. El es el Nuevo Adán, ella es la Nueva Eva. "...¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Tomen a cualquiera que cumpla la voluntad de mi Padre de los Cielos, y ése es para mí un hermano, una hermana o una madre." (Mt. 12:48-50) Somos uno en él. Dios nos eleva a grandes alturas. Nosotros participamos en su vida divina.

    Es a través de la Resurrección y Ascención, que participamos en la vida de Jesús.

    Nosotros somos criaturas - Jesús es divino. El nos permite participar en su vida divina.

    Jesús es elevado en la cruz. El se entregó en la cruz. Se entrega a nosotros ahora mismo. Nosotros nos unimos a Dios en la Santa Eucaristía (la Misa). En el Ofertorio, vemos al sacerdote mezclar una gota de agua con el vino. Esto simboliza nuestra humanidad participando en su Divinidad.

    Jesús es elevado en la cruz por encima de las criaturas. ¡El ha resucitado de entre los muertos!

    En Jesús, somos elevados a nueva vida. El asciende al cielo y abre las puertas para nosotros. El es el Camino. El es la Verdad. El es la Vida. Es en él, que somos elevados, al hacernos partícipes en su vida.

    La vida fluye del Padre, en el Espíritu Santo, a través del Corazón de Jesús, por medio del corazón de María hacia nosotros y actuamos como conductos de su vida en este mundo. Dios es la Fuente de vida. Excluir a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo es excluir la Fuente de vida.

    La vida no es vida si no está arraigada en Dios.

    La Iglesia es el camino por el cual esta vida es canalizada hacia nosotros. La familia es una pequeña iglesia. ¡Nuestros papeles son como dicta la voluntad del Padre, los hombres y las mujeres no son iguales!

    Ellos son como fueron creados por Dios. Es viviendo de acuerdo a su voluntad que tendremos paz y felicidad.

    Somos llamados a unirnos a Cristo - Sólo en él tendremos paz y felicidad en nuestras vidas.

    Sentirse supremo es tratar de reinar en la tierra. Ustedes no tienen poder. Sólo a través de Dios obrarán en amor, paz y felicidad. Dios Padre nos ama tanto. El quiere que nos amemos los unos a los otros como niños. Debemos ser humildes y hacer a un lado el orgullo y el odio. Su camino es amor. El es Dios. El nos llama a amar en nuestros corazones. El quiere que actuemos como su Hijo, que amemos, perdonemos y seamos bondadosos.

    Aleluya. El es Rey del cielo y de la tierra. ¡El Sagrado Corazón de Jesús reinará y el Inmaculado Corazón de María triunfará!

 

 

10 de Diciembre de 1995

Unión Es Dar

Después de Misa de 7:15 a.m., el segundo Domingo de Adviento:

    En la primera lectura, yo quería llorar. Era Isaías y habló sobre los regalos del Espíritu. Habló acerca del reinado de Dios, el reinado de paz, el león que se echará junto al cordero.

Is. 11:6-9:

El lobo habitará con el cordero,
el puma se acostará junto al cabrito,
el ternero comerá al lado del león
y un niño chiquito los cuidará.

La vaca y el oso pastarán en compañía
y sus crías reposarán juntas,
pues el león también comerá pasto, igual que el buey.

El niño de pecho jugará sobre el nido de la vibora,
y en la cueva de la culebra el pequeñuelo meterá su mano.

No cometerán el mal, ni dañarán a su prójimo
en todo mi Cerro santo,
pues, como llenan las aguas del mar,
se llenará la tierra del conocimiento de Yavé.
 

Habló sobre la justicia. En el salmo 72:7-8, el responsorio fue:

Florecerá en sus días la justicia,
y una gran paz hasta el fin de las lunas.
Pues domina del uno al otro Mar,
del Río hasta el confin de las tierras.
 

    Me llené de semejante amor hacia Dios. Quiero entregarme más y más a él, unirme con él en el sacrificio. Le ofrezco mis manos, mis pies, mi cabeza - cualquiera que sea su voluntad es lo que quiero.

    Tan intenso amor en la Consagración. Espero morirme en Misa. Me imagino a Jesús elevado en la cruz y a sus criaturas debajo. Me imagino su piel y su cuerpo de costado y veo que estamos de pie bajo la cruz. Este es el amor que él tiene por nosotros, sus criaturas. Véanlo. El es Dios. El está sobre nosotros pero vino a la tierra un hombre y nos da a María, nuestra Madre, para moldearnos a imagen y semejanza de él. Nosotros estamos manchados por el pecado, pero él se ha entregado para que tengamos nueva vida en él. El nos da a María, nuestra Madre, para que nos cuide en nuestro camino.

    Me doy cuenta de que es verdaderamente Dios el que viene a mí y quiero amarlo tanto. Le pido que se una conmigo para darle mi amor. Cuanto más unida estoy a Dios, más profundamente lo amo. Me ofrezco al Padre. Le entrego todo lo que soy - mis manos, pies y cabeza, mi corazón, cada célula, para que Dios haga lo que quiera con ellos - abandono y entrega total. Le entrego mi todo y le pido que me haga más como él. Soy tuya, Señor, vengo a hacer tu voluntad. Por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo.

    Soy tan indigna de recibir a Nuestro Señor pero tan llena de admiración porque él viene a mí.

 

 

11 de Diciembre de 1995

Conocemos a Dios a través de la Palabra

    Rezamos para conocer y amar a Dios. Su Palabra es para ser plantada en los corazones del hombre. Los corazones del hombre son formados en el vientre espiritual de la Santísima Virgen María, a través del Espíritu Santo. El Hijo es la Palabra. Nosotros conocemos a Dios a través de la Palabra Encarnada. Nos unimos a Dios en el amor ardiente del Espíritu Santo. El Hijo nos dirige al Padre. Es en esta acción de las Tres Personas obrando juntas que experimentamos la sabiduría y el amor de Dios. Siento esta acción penetrante del Espíritu al habitar en el corazón de María y me uno en la cámara más profunda del Corazón de Jesús, y ahí me uno al Padre.

    El nos ha dicho, "Yo soy Yavé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí." (Ex. 20: 2-3)  Fuimos creados por el Padre. La vida existe en él. Fuimos creados para conocer, amar y servir a Dios. Es habitando en los Corazones de Jesús y María que conocemos más el profundo amor de Dios.

    Bajo la cruz, María se convirtió en la Madre de nuestra vida en Cristo. En el Bautismo nos hacemos hijos de Dios. María es nuestra Madre espiritual. Nacemos, no de sangre, sino de Dios. Jesús nos da a su Madre, por lo cual ella está constantemente dando a luz a sus hijos en el Espíritu Santo. Nosotros somos creados a imagen y semejanza de Dios. Somos formados en el vientre espiritual, o corazón, de María en el Espíritu Santo. Al ser formados más y más a semejanza de Dios, nos unimos más al Corazón de Jesús, y él nos dirige al seno del Padre. Somos los hijos de Dios. La Encarnación continúa en nosotros al vivir nuestras vidas en unión con los Corazones de Jesús y María, con el Espíritu Santo. "...el Corazón de Jesús desea ser venerado junto con el Inmaculado Corazón de María."
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    María es la Madre de nuestra nueva vida. Así como Eva fue la madre de todos los vivientes, María es la Madre de nuestra vida espiritual, nuestra vida en Cristo, nuestra vida en el Espíritu Santo.

    María, la Nueva Eva, estuvo bajo la cruz en el Calvario. Cristo, el Nuevo Adán, colgó en lo alto de la cruz. El planta la semilla. El es la Palabra. La mujer recibe la semilla y la alimenta. María es la Madre de nuestra vida en Cristo. María es la Madre de nuestro renacimiento en él. El está muy por encima de todas sus criaturas humanas. El regalo es él mismo. Nosotros lo vemos en la cruz sobre nosotros cubierto de sangre y nos damos cuenta de la inmensidad del Dios-hecho-Hombre. El se da a sí mismo. Entrega su vida como un sacrificio al Padre. Muere para que nosotros también muramos en él, para que ascendamos a nueva vida en él, porque él vino a morir para que seamos restaurados a nueva vida. Hoy este sacrificio es sacramentalmente hecho presente en cada Misa.

    El sacerdote imita a Cristo. A través del poder del Espíritu Santo, ofrece el sacrificio de Jesús al Padre. Nosotros nos unimos con él. Nos ofrecemos a sí mismos, nuestro cuerpo, sangre, alma, y todo nuestro ser al Padre en el Espíritu Santo, para que muramos en él, para crecer en él a nueva vida. Este es nuestro sacrificio al Padre. Al unirnos por Cristo, con él y en él, en la unidad del Espíritu Santo, somos santificados. Si el pan y el vino pueden ser transformados en el Cuerpo y la Sangre de Jesús, nosotros también podemos ser transformados de nuestras conductas obscuras hacia semejanza de él. Vemos nuestra indignidad de ser tan amados por Dios y anhelamos darle el más grande amor. Uniéndonos con los Corazones de Jesús y María, amamos más profundamente a nuestro amado Dios.

    Te amo, Jesús. Te amo. Te amo con en el amor más profundo que experimento al unirme en este Sacrificio de la Misa. Deja que nuestros corazones canten con el amor de Dios al ser más y más transformados hacia las criaturas que el Padre pretende que seamos. En este gran misterio del amor ardiente de Dios por sus criaturas, nos unimos con nuestro amado Salvador en la más profunda unión. En la Santa Eucaristía, él se entrega a nosotros y nos hacemos uno con Dios. El nos da vida y la alimenta con su propio Cuerpo y Sangre. Nos hacemos uno en él y nos unimos más profundamente unos a otros. Jesús quiere que seamos un cuerpo en él.

    Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el fuego del amor de Dios. Nosotros somos hijitos que un día tuvimos miedo y estabamos perdidos y ahora estamos renovados y fortalecidos por esta unión con la Divinidad. Permítenos atesorar para siempre el gran regalo de Dios, él mismo, dado en la Misa y hacer reparación a los Corazones de Jesús y María. Permítenos hacer reparación por las blasfemias en contra del corazón de María, por la indiferencia, abandono y sacrilegios cometidos en contra del Corazón de Jesús, especialmente en el sacramento de su más grande amor. Permítenos rogar por misericordia del Dios Omnipotente, por nuestros pecados y por los pecados de todas sus criaturas. Somos tan malagradecidos cuando Dios nos ama tanto. El Padre dio a su único Hijo engendrado para que seamos salvos. Es a través de Jesús, que somos renovados a nueva vida. Permítenos permanecer siempre después de la Comunión y atesorar esos momentos con nuestro íntimo y amado Dios. Permítenos apreciar los sacerdotes que Dios nos ha dado. Permítenos amarlos en su santo ministerio. Ellos representan a Cristo para nosotros. Permítenos rezar por los sacerdotes y por la Iglesia. Este es el conducto por el cual hoy recibimos la vida de Dios. Cada sacramento es un encuentro con Cristo mismo.

    El es el Alfa y la Omega. El es Dios. Nosotros somos indignos de abrocharle las correas de sus sandalias. Sin enbargo él nos ama con un amor insondable.

 

 

11 de diciembre de 1995

Es a través de María que Recibimos a Cristo

    "...Ella te pisará la cebeza mientras tú herirás su talón." (Gén. 3:15)

    La Virgen María aplastó la cabeza de Satanás. El hombre estaba en la esclavitud por el pecado de Adán. Fue a través de María, quién concibió a Jesús en su vientre, que el hombre fue restituido a nueva vida.

Gén. 3:15

"Haré que haya enemistad
entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya.
Ella te pisará la cabeza
mientras tú heriras su talón."

    La semilla es plantada por el sacerdote en la gente, porque Cristo está asistiendo a la gente por medio del sacerdote.

    La Palabra de Dios debería ser amada. Nosotros somos el cuerpo de Cristo. El quiere mucho su cuerpo. ¿Amamos a Cristo? El es la Cabeza del cuerpo.

 

 

11 de Diciembre de 1995

Debemos Arrepentirnos de Nuestros Pecados

    Debemos admitir nuestros pecados y arrepentirnos de ellos. El pecado ofende a Dios. Debemos ir a él y decirle cuanto lo sentimos. Debemos ARREPENTIRNOS para ser salvados.

 

 

13 de diciembre de 1995

Tanto Sufrimiento por los Religiosos y Niños

    Oh Dios, cuanto te amo. Fui a Glenmary y me llené con el profundo amor del Dios Omnipotente. Tan conectada a las llagas y a la Pasión de Jesús - tan lastimada en mi corazón por aquellos que lo tratan con tanta indiferencia después de que él se entregó por ellos. Mi salvador, deja que mi amor por ti conforte tu Corazón adolorido. Tú te entregaste con tanto amor y a pesar de eso algunos de tus amados sacerdotes no se dan cuenta del gran regalo dado.

    Oh, qué poco amor le es dado a Dios. ¡El dio su todo por amor a nosotros!

    Lloro tan fuerte al saber lo que sé y no saber que hacer. Amo tanto a Dios. Me entrego completamente a él y me ofrezco como un sacrificio a él.

    ¡Estoy tan consciente de como nos alimenta la Palabra de Dios, tan llena de amor por cada palabra, tan llena por su Palabra! Te amo tanto, escasamente puedo darte este amor en mi forma humana. Ayúdame a amarte más y más, mi adorable Señor.

    Gracias por el día 13. María, ayúdame a hacer cualquier cosa que tú me pidas este día. Veo la conexión entre la Inmaculada Concepción y el nacimiento virgen. María fue concebida inmaculada. Me duele el corazón al pensar en alguien blasfemando a María. La amo tanto.

    ¡Las agonías en mi corazón por los hijitos de este mundo, sufrí tanto por los niños en este mundo! Me dolió mucho el corazón por los hijitos perdidos de María - tanto dolor en mi corazón. (El dolor en mi corazón es tan fuerte - como si alguien estuviera clavando espadas en el.)

 

 

14 de Diciembre de 1995

La Gente Platica y Se Ríe después de la Comunión

    Mis más grandes sufrimientos vienen del hecho de conocer a Jesús y saber que él es Dios y ver a la gente platicar y reirse después de la Comunión. Es como una espada traspasando mi pecho.

    En la Comunión, yo estaba muy consciente de Jesús, verdaderamente presente. Lo amo tanto.

 

 

15 de Diciembre de 1995

Escrito en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada
entre las 12:00 p.m. y las 3:00 p.m:


    Tuve semejante experiencia, - derramando mi amor a Dios. ¡Cómo lo amo! Me duele no tener la capacidad de amarlo más profundamente. Estuve de pie bajo la cruz. Recé el Vía Crucis.

 

 

15 de Diciembre de 1995

Dios Me Envolvió en Su Abrazo Divino

Escrito a las 12:30 p.m: en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada.

    Quería amar tanto a Dios. Me di cuenta de la magnificencia y bondad de Dios y quería darle este gran amor, pero me doy cuenta de mi incapacidad para amarlo más en mi forma humana.

    Me doy cuenta que Dios es tan digno de todo mi amor. Mi entendimiento de qué tan digno es él, no se compara con mi intento de amarlo. Duele querer amarlo tanto. El me da un conocimiento, una luz hacia su magnificencia y yo me doy cuenta de mi pequeñez.

    Estoy tan abrumada con el deseo de darle amor a él, sin pensar en mí - todo mi ser quiere amar a Dios con este amor inmenso.

    El mundo no está presente. Estamos Jesús y yo, y todo mi ser se funde con él en este deseo único de unirse infinitamente, en la más profunda unión para siempre. El tiempo se detiene y esta unidad con él es el encuentro de nuestros corazones. Me introduzco en su Corazón y aquí nada importa, como si hubiera abrazado semejante profundidad de unión con él. Sólo quiero a Jesús. Lo veo sólo a él y soy uno en este profundo, profundo abrazo con él. Me perdí en él.

    Mi existencia es existencia solamente en Jesús. Es estar envuelta en el abrazo del amor con la Divinidad.

    El mundo existía a mi alrededor y todo lo que supe fue del abrazo del Dios Omnipotente. Mi corazón se sumergió en su Corazón y existí sólo en él, viéndome con todo mi ser existiendo solamente en él.

    Vi el cuerpo de Cristo mientras estaba bajo la cruz en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada. Quería unirme eternamente a él en esta gran profundidad de amor que sentí. Quería estar totalmente perdida en él para siempre. Al fundirme con él, yo existí en él, conociendo sólo a él y desconectándome de mí misma. Vi la estatua del niño Jesús y me perdí en Dios. Le rogué al Padre a través de las lágrimas de María tierna y amorosa, en el Espíritu Santo, que me ayudara a dar a conocer su amor a este mundo, que me usara, que utilizara mi vida a su volutad para dar a conocer este amor de Dios. Luego, al regresar a mí misma, le rogué al Padre, a través de las lágrimas de María tierna y amorosa, en el nombre del Niño Cristo, en el Espíritu Santo, que me ayudara a dar a conocer su amor a este mundo, que me use, que utilice mi vida a su voluntad para dar a conocer este amor de Dios.

 

 

15 de Diciembre de 1995

Dios me Toca de una Manera Especial

    Cuando Dios nos da iluminaciones especiales, nos está dando una gran gracia para entender sus misterios. Yo pido por esta gracia especial. Es una gracia que se me da, y yo de ninguna manera la controlo. El abre la puerta y sé de tantas iluminaciones hacia el misterio de Dios. Puedo experimentar gran agonía o gran éxtasis. Es un gran regalo de Dios, porque lo conozco mucho mejor después de ésto. Nunca olvido una experiencia especial de la gracia de Dios. Está grabada en mi ser. Puedo recordarla completamente. Usualmente siento una gran prescencia de la Trinidad y me quedo admirada por ello. Esta prescencia me hace llorar. Es una gran felicidad. Ya sean sufrimientos o alegrías, soy tocada de una manera especial por Dios y lo conozco y lo amo más. Estoy envuelta en el abrazo de la Santísima Trinidad.

 

 

16 de Diciembre de 1995

Una Oración Enfrente del Sagrario para Mi Amante Divino

    Mi queridísimo Jesús, estoy aquí contigo - el Dios Omnipotente, verdaderamente presente, no menos que cuando caminaste en esta tierra.

    Te amo tanto. Sólo quiero amarte con el más profundo amor, mi Dios Omnipotente.

    Oh que yo pueda unirme más profundamente contigo en esta unidad, tú quién eres tan perfecto, bueno y amoroso. Tú te unes a mi miserable ser. Deseo tanto ser un instrumento para difundir este amor a todos, conocerte a ti y a tu amor, el cual es tan grande.

    Oh Jesús, deja que mi gran amor por ti, que es tan pequeño, sea magnificado hacia un amor más profundo al unirme a ti, porque en esta unión contigo, te estoy amando más. Anhelo con todo mi corazón amarte sin egoísmo. Tu eres mi Dios, todo digno de mi amor.

    Quiero ayudar a hacer reparación por aquellos que no te aman y por aquellos, que por indiferencia, te han olvidado.

    Amarte es sentir los dolores de las espinas que rodean tu Corazón por la indiferencia y el olvido de tus amadas almas.

    Te adoro. Te alabo. No puedo expresar con palabras mi profundo amor por ti. Soy tuya, Señor. Ayúdame, a cada momento, para hacer la voluntad del Padre. Ofrezco esta oración y petición al Padre, en el nombre de Jesús, en unión con el Espíritu Santo, con todos los ángeles, los santos y las almas del purgatorio.

    ¡Soy Rita.... ayúdame a conocerte, amarte y servirte más!

 

 

16 de Diciembre de 1995

Quiero Darle a Jesús el Más Grande Amor

Escrito después de Misa de 8:30 a.m. en el Cento Nuestra Señora del Espíritu Santo:

    Yo sólo quería amar a Jesús más profundamente. Me di cuenta que al unirme con él en la Santa Comunión y al hacerme uno en él, puedo darle el más grande amor en este momento ya que el está en esta unión conmigo.

    Estoy atesorando inmensamente este momento, porque me estoy dando cuenta que en este instante Jesús es amado grandemente por mí, y quiero darle semejante amor. ¡Me doy cuenta cuán digno de amor es Jesús! Quiero amarlo por la indiferencia y el olvido de tantas almas. Yo conozco, las emociones que él me ha permitido experimentar, en mi ser. Siento el dolor del olvido e indiferencia de las almas en su contra. Quiero confortar su Corazón dándole gran amor.

    Conozco los dolores que Jesús me ha permitido experimentar, el rechazo, los sufrimientos, el dolor y quiero confortar su Corazón de ardiente amor. Sé qué amor quiere él de nosotros, sus criaturas y lo amo tanto. Me doy cuenta de que tan digno de ser amado es él. Quiero amarlo tan profundamente.

 

 

16 de Diciembre de 1995

    La experiencia que tuve ayer está más allá de las palabras. Estaba tan unida a Dios. Me perdí. El Dios Omnipotente se apoderó de todo mi ser. ¡Existí en él! No deseaba nada, estaba tan satisfecha. Sentí semejante unión con él. Hoy la Misa estuvo tan maravillosa. Siento gran unidad con él.

 

 

17 de Diciembre de 1995

El Cuarto Rojo

Escrito después de Misa a las 12:00 p.m.

    Dios ensalza a los humildes. Veo que al unirme a él, ya no soy yo la que vive, sino él quién vive en mí. El es todo-poderoso. Yo me hago uno en él. El obra a través de mí. El levanta nuestra carga y quita la resistencia.

    Si me uno a Dios, él está rezando a través de mí. Me imagino esta experiencia, y soy unida a él en la más profunda unión. Si rezo de esta manera, es con este poder que la oración va a Dios, unida a través de Cristo, con él y en él.

    Cuando sentí que estaba en la profundidad del Corazón de Jesús, el 15 de Diciembre de 1995, me imaginé un cuarto rojo. Sentí el calor, la prescencia de Dios.

    Me uno a Cristo en semejante unidad. Es muy profunda en el Santo Sacrificio de la Misa. El dio su todo. Yo me uno profundamente a él cuando le entrego mi todo y muero a mí misma en la Consagración de la Misa.

    Me uno profundamente en la Consagración. Me uno profundamente cuando estoy dando mi todo a Dios. Me hago uno en los Corazones de Jesús y María. Soy despojada de todo como cuando Jesús murió en la cruz, y doy mi todo como lo hizo él. El nos muestra su cuerpo descubierto y sus brazos extendidos. El quiere que muramos a nosotros mismos. El se entregó como un sacrificio completo al Padre. Es al entregarnos con Jesús, al Padre, que el Padre se complace. Es al morir a nosotros mismos en Jesús que surgimos a nueva vida en él. Después de su Muerte vino la Resurrección.

    Veo la misericordia y las gracias fluyendo en el Santo Sacrificio de la Misa. En la Santa Comunión, Jesús quiere que hagamos reparación especialmente por nuestros pecados y por los pecados de los demás. Es en este momento cuando María nos pide que hagamos reparación a su corazón, los Corazones coronados con espinas. Los Corazones de Jesús y María fueron traspasados. El de él con una lanza, el de ella invisiblemente con espadas. Las heridas son profundas y penetrantes. Sólo a través de Jesús, somos salvos. El nos muestra el Corazón traspasado. Es a través de su Corazón, que recibimos vida y alimento.

 

 

17 de Diciembre de 1995

La Tierra Se Detuvo y Toqué el Cielo

    Anhelo unirme en la más profunda unión con Jesús en la Eucaristía. Deseo ardientemente la Misa. Oh Dios, ansío por ti. A cada momento, me uno a ti como lo hize el 15 de diciembre bajo la cruz, donde sentí tu prescencia. Me llevaste rápidamente y fui totalmente absorbida en ese instante de unión celestial contigo. En ese tiempo, existí solamente en ti, en la unión más profunda, y yo estaba en ese momento existiendo en ti. La tierra se detuvo y toqué los cielos, todos mis cuidados corporales estaban presentes en ti. Existí en tu Divinidad, mi ser estaba en ti. No había deseo, ni anhelo ni quería nada porque en ese momento, tenía todo lo que quería en ti. Estaba satisfecha y no deseaba nada, solamente permanecer en ese abrazo. Tú eras el Ser, y mi ser existía en ti, pero yo era sólo como lo era en ti - fundida en ti, conociendo y existiendo en tu Divinidad y estando tan plena hasta sentirme completa en mí misma.

    Tú eres tan enorme, y me rodeaste en un ardiente abrazo, la presencia del fuego rojo. ¡No era pequeña o "nada", sino que existí en este poder enorme y siendo tan plena!

    Toqué la eternidad, y en ese abrazo, supe que valía la pena esperar la gloria. Envolviste mi ser y en verdad estuve fundida en la Presencia Divina. Estuve fundida en tu ser. Existí EN ti, contigo, en la unión más alta contigo, aunque sabía que aún yo era distinta a ti.

    Estaba fusionada y absorbida en ti, sintiéndome plena y satisfecha. Tratar de describir esta unión es algo más allá de cualquier trabajo de mi papel y pluma. Yo pido para que el lector de esta página reciba la gracia para compartir esta experiencia con Jesús. Ahora yo viviré para esta unión - estar siempre fundida en él, ser Uno en él, alcanzar una mayor perfección al existir en él, porque Dios toma a los humildes y les da una participación en sí mismo. El se une a nosotros y existimos en él. Yo puedo escribir páginas acerca de la palabra "en." Anhelo por la unión más profunda con Jesús, donde soy acogida en el abrazo celestial del Dios Divino y estoy EN él.

    Esto es el cielo en la tierra: el estar fundidos como uno con la Divinidad, aunque permaneciendo distintos de Dios, tomar nuestros débiles corazones, nuestro bajo estatus y unirnos al Dios Divino, Omnipotente, poderoso y en esta unión estar fusionados con él, que su poder domine y nuestra humanidad alcance su nivel de realización en esta unión, en esta unidad con él.

    La palabra que he buscado es "unidad." Comprendo algo del significado de las palabras "Uno en Dios." Unidad es la palabra para describir esta unión de nuestra humanidad con su Divindad. La profundidad en la cual podríamos meditar acerca de la unidad con Dios es incomprensible. En aquel momento, la tierra se detuvo y él, mi Amante Divino, el Novio de mi Alma, me llevó a él y conocí el abrazo del Dios Divino.

    Nada en la faz de esta tierra puede describir nuestra unión con la Divinidad. Oh, buen Dios, que las criaturas sean tan malagradecidas respecto a tu amor divino. Lo siento mucho. Ayúdame a hacer reparación a tu adorable Corazón. Por favor únete conmigo ahora para que yo pueda amarte más profundamente.

    Oh, Amante Divino de mi alma, déjame ayudar a hacer reparación a tu adorable Corazón por el olvido y la indiferencia contra ti.

    Canto de Jesús: vengo a ti con gran amor. Soy tu amoroso salvador. Yo soy tu Dios. Morí por ti. Este día vengo a ti.

    Dios me permitió experimentar semejante dolor en mi corazón - el desear tanto a Dios, tantas veces - y luego el 15 de diciembre de 1995 - El se entregó a mí en la unión más profunda.

    Nada satisface el alma sino Dios. El quiere que las monjas y sacerdotes lo amen. El los escogió para difundir su amor.

    Las almas están hambrientas. Solamente serán alimentadas con el ardiente amor de Dios. Los sacerdotes necesitan hablar acerca del amor de Jesús por nosotros, desde el púlpito. Los sacerdotes necesitan corazones ardiendo por amor a Jesús. Esto alimentará a las almas hambrientas - las palabras vacías no lo harán.

    Dios está vivo hoy. El es una Persona y quiere que lo amemos.

 

 

18 de Diciembre de 1995

En lo Más Recóndito del Corazón de Jesús

    El lugar al que Jesús me llevó fue a lo más recóndito de su Corazón. Su ardiente amor me envolvió. Era un cuarto rojo con calor y un brillo intenso. Fui arrebatada en este abrazo y existí sólo en él. El poder del Dios Omnipotente me envolvió y existí sólo en él. No había temor, porque yo existía en este Ser Omnipotente. Mi corazón fue envuelto en el abrazo eterno de este Ser Supremo. La seguridad, el poder que yo conozco fue su profunda presencia en la cual existí.

    Yo sabía que el cuarto era rojo y cálido. Conocía la inmensidad de Dios, pero sentí mi propia plenitud en él. No me sentí pequeña, como una pizquita, sino elevada y con poder porque en esos momentos existí en él de una manera sumamente especial.

    El amor de Dios se apoderó de mí. Me llenó el fuego del Espíritu Santo. Fui absorbida por el amor del Padre, y existí EN él y en los lugares más recónditos del Corazón de Jesús. Nuestro cielo en la tierra son estas cámaras internas de su magnificente Corazón - el Corazón del Dios Todopoderoso, con todo el poder, con omnipotencia, con el fuego del amor de Dios. El me llevó a la cámara más profunda de su fogozo Corazón y en ese momento, toqué la eternidad porque supe lo que era estar envuelta en la profunda hoguera de su amor. Ahora quiero existir en esta cámara de su Corazón, arrebatada en su ardiente amor, absorbida en cada una de mis células con el amor de Dios.

    Nosotros no comprendemos el fuego del amor de Dios. No comprendemos lo que es ser absorbidos por el amor mismo. Jesús me llevó a la cámara interna más profunda de su Corazón y sentí el calor y conocí la prescencia del amor mismo, y no había temor, sólo una sensación de plenitud, omnipotencia, que abarca todo, amor penetrante - un poder indescriptible en palabras, una saturación de mi ser en la prescencia de Dios y fui como fui creada para estar - ¡viviendo en él!

    Es así como viviré mi vida siempre, saturada con su vida divina y amor profundo dentro de esta cámara interna del ardiente Corazón de Jesús, viviendo en él mientras posee mi ser y yo funciono con su poder en mí.

    Aunque somos pequeñas criaturas, somos de Dios, su poder, su vida, fluyendo a través de nosotros. En él, somos como el Padre lo pretendió: uno en él, cada uno de nosotros, habitando en esta fogoza hogera de su amor. Con nuestros temores acallados y nuestros corazones facultados por la vida de Dios, vivimos siempre en él - en el Corazón de Jesús.

    Que el hombre no separe lo que Dios ha unido. Estoy casada en el más profundo amor con mi amado Esposo, casada al Corazón de Jesús. Como soy, soy uno en él. Vivo y respiro en él. El, quien es amor, quien es nuestro todo, quien es poderoso y sin límites, él, quien es, él quien es Dios y mientras vivo, él vive en mí en este mundo.

    Estoy casada con él, y no temeré porque él es Dios - único, completo, amoroso, Dios. Corazón de Jesús, pongo mi confianza en ti. Mientras vivo, vivo en tu adorabilísimo Corazón, la hoguera del amor de Dios.

 

 

19 de Diciembre de 1995

Alimenten las Almas Hambrientas

    Quiero amar profundamente, a mi Señor. Al conocerlo más, más lo amo. Le ruego por conocimientos de él mismo para conocerlo más. Lo conozco grandemente a través de las íntimas experiencias que he tenido con él. Jesús y María me han permitido experimentar profundos conocimientos hacia sus sufrimientos y amor, profundos conocimientos hacia los Corazones de Jesús y María.

    Si soy inaccesible, permanezco encerrada en mí misma. El amor fluye del corazón. El amor no es sólo palabras dichas. El amor es la entrega de uno mismo a la otra persona o causa.

    Los niños necesitan este amor de sus padres. Hay toda una generación de niños que están recibiendo padres y madres substitutos. En vez del amor de sus padres, se les dan cosas. Las cosas no son amor del corazón. Para amar más a Dios, nos ayuda conocer el amor de otros. Vemos amor reflejado de parte de Dios a través de los ojos de nuestros padres, por su tiempo y atención.

    Dios es amor. El está siempre ahí. Está atento a todas nuestras necesidades. Da y sigue dando. No tengo que temer por la necesidad de amor. Sé que Dios es uno en mí. ¡Estoy viviendo en este amor!

    Hoy a los niños no se les está dando este amor. A ellos se les da todo lo que necesitan físicamente, todo lo que pueden absober técnicamente, intellectualmente, todo lo que necesitan para aparentar perfección: una hermosa casa, un bonito carro, un cuarto adornado con tales y cuales decoraciones, algunos tienen un baño privado, computadora, televisión, videocasetera, toca discos compacto, teléfono, un cuerpo bronceado, alberca, el mejor equipo de deporte, la marca de moda en su ropa y zapatos. Los llevan a cada evento de deportes para que así puedan participar y ser el mejor jugador, pero ¿y qué de la comida en familia? ¿Y qué de las noches cuando la familia se sienta y platica de las cosas que hay en sus corazones? ¿Y qué del rosario familiar? Estamos criando una sociedad de jóvenes sin corazón, indulgentes con ellos mismos. Sus corazones se están muriendo por dentro mientras sus cuerpos están adornados a la perfección. Es a lo que yo le llamo el síndrome "al revés." Todo es para nuestra apariencia exterior, y el interior, el corazón, está marchitándose y muriéndose.

    Me imagino a María bajo la cruz y siento el dolor por sus hijitos perdidos. Me imagino a María ante mí y la escucho clamar por los hijos que perderán sus almas e irán al infierno. Escucho a María, nuestra Madre celestial, clamar en Fátima. Escucho su urgente clamor, ¿y como en Fátima - quién escucha?

    Satanás ha atacado nuestros corazones. Están cerrados y se están muriendo en nuestros cuerpos. Tenemos cada cabello en su lugar y ejercitado cada músculo. Sabemos el nivel de grasa en cada panecillo y las calorías en cada cucharada de yogurt, pero el corazón del hombre se está muriendo dentro del cuerpo.

    Los corazones hambrientos del mundo gritan cada vez más, "¡por favor calmen nuestra hambre!" Estamos hambrientos y el mundo llena los corazones y las almas con más y más cosas y placeres. Es un enfoque vacío, los ojos están fijos, ¿y qué de los pequeños que ni siquiera saben como calmar el latido por el hambre en sus almas?

    El Corazón de Jesús fue traspasado con una lanza; el corazón de María fue traspasado con una espada de dolor.

    El camino de Dios es el camino del corazón.

 

 

20 de Diciembre de 1995

Mis Experiencias

    Estoy llena de un abrumador amor hacia Dios, en la playa, en las Bahamas.

    Me di cuenta de la inmensidad del Dios Omnipotente y qué pequeños somos comparados con él. ¡Somos como un granito de arena en la playa, una gota de agua en el vasto océano y sin embargo él, en la inmensidad de su amor, viene y se entraga a nosotros! Su gran amor se hace visible. Jesús tomó una naturaleza humana por amor a nosotros.

    A veces me siento muy iluminada. Cuando me siento así, veo todo con semejante claridad. Veo conocimientos hacia los misterios de Dios. Esto se puede comparar a la luz del sol. El sol es tan brillante y deslumbrante y vemos cada detalle. Es tan deslumbrante que sentimos la inmensidad de su poder.

    Dios libera su gracia, su luz, con una profunda profunda iluminación, y veo con muchísima claridad. Estoy envuelta en el amor de las tres Personas. Ser como si fuera, uno en este amor, me sorprende, y conozco sólo este amor - el amor envolvente de Dios. Soy - y no quiero más que servirle y entregarme a él en total abandono. Es un estado de entender, con la más profunda claridad, las cosas de Dios. Yo le llamo a esto una luz. Estoy verdaderamente en la luz, porque estoy en la presencia de Dios y lo sé. Conozco a Dios en la unidad más profunda. Estoy consciente de mí misma, de mi pequeñez, y estoy consciente de su amor al apoderarse de mí el amor perfecto. Dios es amor. Experimento cosas diferentes en diferentes ocasiones. Recuerdo el año pasado en Diciembre del '94 y Enero del '95 haber tenido esta presencia. Fue semejante percepción de Dios y conocer con gran claridad las cosas de él, como es dicho en Núm. 24:4:

"....que ve lo que el Dios de la Estepa le da
a ver,
que se postra,
y Dios le abre los ojos."

    Esto es exactamente lo que experimento cuando estoy en esta luz. La última fue la más grandiosa, cuando me sentí tan satisfecha y supe lo que era ser uno en él, conocer la magnificencia de su vida. He tenido una presencia constante de ésto desde el 15 de Diciembre. Veo en mi corazón una caverna roja. Es cálida. Siento poder. El poder de Dios fluye de mí en esta unión. Es él quien actúa en mí. Me conecto con la presencia del Padre y el Espíritu Santo trabajando en el corazón de María y mi director espiritual y todos los demás. Mi corazón tiene poder más allá de toda comprensión porque soy como soy en él. Puedo imaginarme a Jesús y a mí - su Corazón es rojo y con un brillo amarillo, y me da poder, deseando sólo la voluntad de Dios y estando satisfecha con el resultado, sabiendo que es su voluntad cuando estoy en él. Su círculo no tiene límites. Es como si estuviera en una caverna roja, rodeada de un resplandor amarillo - es un sentimiento interminable de penetración. ¡Me da poder porque estoy EN EL!

    El año pasado experimenté la presencia de la Trinidad siete veces desde el primer sábado de Diciembre hasta el 19 de Enero. Sentí tanta verguenza por no tratar de difundir con más vehemencia las Buenas Noticias y el amor de Dios. Todo lo que yo quería hacer es difundir su ardiente amor. Cada vez que estoy en esa luz prometo hacer todo lo que yo pueda para difundir su amor, porque conozco a Dios con semejante intimidad y quiero que todos lo conozcan. Sé la verdad. He sido tocada por el Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Me concierne a mí, como su apóstol, ir al mundo y difundir su amor. Simplemente amo a tanto a Jesús y quiero que los demás conozcan su ardiente amor.

    Los hombres no le creyeron a Jesús. Yo experimento la presencia de Dios y a veces sufro mucho. Conozco los sufrimientos de Jesús y María a un grado menor.

    Mi corazón ha sido pinchado con espadas y he experimentado a un menor grado, las agonías de Jesús en el huerto, de María bajo la cruz, la Madre Dolorosa. Experimento la indiferencia hacia la Eucaristía. Sé algo del Corazón de Jesús que clama por sus amadas almas para que lo amen y atesoren su presencia en la Eucaristía. Siento el corazón de su Madre que clama por sus hijitos enfermos. He experimentado el Corazón de María mientras ella abrazaba a Jesús bajo la cruz y tocaba la piel sin vida de aquel niñito que una vez cargó. Conozco la unidad de sus Corazones y por qué Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto al de María.

    La luz brilla, he compartido muchas intimidades con mi amante Divino. He sido arrasada por el amor del Padre durante la Misa y he sentido a lo largo de toda la Misa el gran milagro mientras acontece. Conozco a mi amor Divino, en todo mi ser. Conozco sus sufrimientos y me siento extasiadamente unida a él, especialmente en la Misa. Tengo la presencia de la Trinidad y siento las emociones de Sus Corazones. Yo sólo espero que el mundo pueda compartir estos profundos conocimientos hacia los Corazones de Jesús y María.

    Conozco a mi Dios y lo que me dice y me he unido a él en este íntimo acto de amor. Su amor expulsa todo temor, porque conocer a Dios es estar sin miedo. El es. El existe y está vivo con toda la magnificencia y maravilla de un Ser Divino. Nuestros corazones y mentes débiles ni siquiera pueden comprender, a un menor grado, la magnificencia de Dios, pero él da la gracia y en momentos veo con los ojos de Dios. Me quedo extasiada con los ojos abiertos, y en ese momento, él me da sus regalos y su amor.

    Oh, qué este mundo pueda conocer más y más las maravillosas obras de Dios, su poder y su fuerza, su amor, su vida divina. ¡Qué el Espíritu Santo decienda sobre la tierra, así la tierra renacerá con el fuego del amor de Dios!

    La luz viene y va, las nubes cruzan la tierra, pero la magnificencia de Dios está siempre con nosotros. Su luz existe siempre. Yo quiero vivir, morando en la cavidad ardiente de su amor eterno, en unidad con el corazón de María, y así poder abrazar a este Dios Omnipotente.

 

 

21 de Diciembre de 1995

Las Relaciones: Estén Unidos en Un Corazón
con Toda la Humanidad

Entre las 3:00 p.m. y las 4:00 p.m., hora de la Divina Misericordia:

Mi amado Jesús:
    He estado preocupada por mucho tiempo debido a mi relación con los demás. Para tener un corazón como el tuyo, no debo tener división en mi corazón hacia nadie. Siento separación entre mí y muchas otras personas. Para estar en un corazón con todos, no debo tener división hacia ninguna persona, primeramente con mi familia. Debo permanecer unida a mi esposo todo el tiempo y obedecerle a menos él que me diga que cometa un pecado. Debo ser leal a él.

    Todas las cosas son como son porque tú las has permitido en mi vida. Debo vivir siempre en la voluntad del Padre para tener paz en mi vida. Nada que esté bien necesita ser ocultado. No tengo que darme a conocer a cada persona, pero debo permanecer siempre unida con todos mis hermanos en Cristo.

    Mi principal preocupación es obedecerte y vivir en la voluntad del Padre.

    El Padre Carter es mi director espiritual. Para mí, él te representa en esta tierra. El me dice lo que tú me dirías y le has dado grandes gracias para ayudarme a acercarme a ti. Nada que yo haga en esta tierra es importante si me separa de ti. Bajo obediencia, debo acatar siempre lo que él me dice. Mi cercanía con él es como mi director espiritual. Tú actúas por medio de él y lo guías en sus acciones para acercarme más a ti.

    ¡Yo le doy gracias a Dios por todo lo que me ha dado y estoy eternamente agradecida por su profundo amor hacia mí!

    Veo, como nunca antes, desde el 15 de Diciembre, cuando fui envuelta en el amor de Dios y existí en él. De este punto en adelante, la meta de mi vida debe ser vivir para tratar de ser como mi Padre celestial quiere que yo sea. Soy débil y fallo, pero mi meta es amar a Dios sobre todas las cosas, hacer siempre su voluntad, no querer otra cosa sino complacerlo como una hija muy devota, viviendo para complacer a su Padre. Amo a Dios con todo mi corazón, toda mi alma y todo mi ser. Amo a cada persona de la Trinidad. Amo a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo conozco y lo amo como uno. Conozco y amo a Dios como uno. Conozco y amo a Dios en cada Persona de la Trinidad. Conozco mucho por estar bajo el crucifijo y haber estado tan unida a él, el 15 Diciembre de 1995. El levantó el velo y vi con ojos descubiertos.

    Vi con ojos descubiertos. Ahora ya conozco la inmensa preocupación del Corazón de Jesús. Su Corazón es un Corazón de amor infinito. Está en llamas. Este Corazón envuelve el alma. El las lleva hacia él. Dios nos da momentos especiales en los cuales muchas cosas son aclaradas. En ese momento, fui abrazada por su ardiente amor. Fui arrasda dentro de la cámara más profunda de su Corazón y escuché el rugido del fuego de su Corazón. En aquel momento, supe lo que era estar unida a Dios. Se me quitó el velo de los ojos y fui envuelta y consumida por su presencia. Existí en él. Existí en la caverna infinita de su amor divino. No deseaba nada. Me sentí satisfecha porque en ese momento fui absorbida en él y no supe de temor estando unida al amor mismo.

    Yo no creo que soy mejor que nadie. Dios me ha dado grandes regalos para compartir su ardiente amor con todos. Con todo mi corazón, mi vida entera, pasaré todas mis horas despiertas tratando de complacerlo y le hablaré a este mundo sobre su amor, mi vida entera vivirla para amar a Dios y al prójimo.

    Oh, que Dios nos ame tanto, que se haya entregado a sí mismo por nosotros y se nos entregue ahora. En los recesos más profundos de su Corazón, encontraré refugio de la lluvia y la tormenta, porque las pavezas de su Corazón arden radiantes y nosotros ni siquiera podemos comprender esta profunda caverna de su amor infinito.

    Jesús me llevó a la cámara más profunda de su Corazón y fui abrazada por el amor de Dios. Hasta este día, no seré la misma. Vi con ojos descubiertos y vi, como él me permitió ver, con su sabiduría divina. Muchas cosas se aclararon, abrazé la eternidad y ahora conozco la presencia de Dios como nunca antes.

    Aleluya, Aleluya. El es un Dios, justo y verdadero, que no conoce favoritos sino que ama a todas sus preciadas almas con un insondable amor. Aleluya.

    (Tuve un sueño acerca de un niño que paseaba en su bicicleta. Muchos niños hambrientos lo iban a matar. Desperté y mi corazón estaba enfermo.)

    Nosotros, como niños, debemos estar dispuestos a sufrir el martirio a causa de Jesús. Amaremos hasta el final amargo porque en la caverna de su infinito amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor. El Espíritu Santo llena nuestros corazones con el fuego del amor de Dios y ciertamente nos hacemos valientes en su amor.

    El aire puede soplar y la tierra temblar y no temeremos porque existimos en Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Somos uno con el corazón de María y uno con el mundo y todos sus habitantes. El conocer a Dios es amar todo lo que él creó y conocerlo es amar a todos. Habrá un corazón y una alma, todos unidos bajo el reinado del Sagrado Corazón. El Inmaculado Corazón de María triunfará y el Sagrado Corazón de Jesús reinará y seremos uno en sus Corazones. El conocer a Dios, el ser uno en él es existir en su amor. Seremos unidos en un corazón con los Corazones de Jesús y María. Los Corazones de Jesús y María estaban unidos en un cuerpo antes de su nacimiento. Todos los miembros del cuerpo de Cristo estaremos unidos en un Corazón. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. Jesús es la cabeza. María es la Madre de la Iglesia. María es nuestra Madre, el Padre es Nuestro Padre.

    Como miembros del Cuerpo de Cristo, seremos semejantes a él en nuestras acciones. El vive en los corazones de sus miembros y su amor es emitido desde sus seres.

    Nosotros somos un cuerpo en Cristo, unidos como un corazón en los Corazones de Jesús y María.

    Los apóstoles estaban en el cuarto superior y el Espíritu Santo descendió sobre ellos y fueron como una sola mente. Nosotros estaremos en una mente y en un corazón, viviendo en la voluntad del Padre.

    Los apóstoles fueron una mente y un corazón porque conocían el amor de Dios, su ardiente amor.

    Vean los cielos y la tierra como uno en Dios, todos viviendo como uno. El mundo invisible es verdaderamente real. Lo que es verdaderamente real es aquello que no vemos y no comprendemos completamente. No sabemos cómo respiramos y por qué laten nuestros corazones y por qué, en un momento, nuestros cuerpos dejarán de estar vivos.

    Los hombres tratan de explicar todo con un razonamiento científico. Ellos no pueden explicar el vasto universo y la vida en el vientre de una madre. No pueden explicar el poder del sol y no pueden controlar el clima, las nubes, o una enfermedad como el cáncer. ¡El hombre no puede vivir por sí mismo, él depende de un Ser más grande que él, este Ser es el Dios Omnipotente! Veo muy claramente que nuestra vida interior debe estar arraigada en Dios.

    Nosotros buscamos. Queremos algo para alimentar nuestras almas hambrientas. Queremos una persona, un lugar, o una cosa para llenar el hambre dentro de nosotros. No hay ningún otro camino. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida. Cuanto más busque en este llano vacío, más vacía me quedo. Todas las cosas deben usarse de acuerdo a la voluntad de Dios, ni demasiado, ni muy poco, ni todo ni nada, sino con moderación en todas las cosas.

    Muchas veces para mí era más fácil irme de un extremo al otro. Esto no es de Dios. Todas las cosas son con moderación, de acuerdo a la voluntad de Dios, no a la mía. El nos da lo que necesitamos para ayudarnos a crecer en santidad. Si no aprendemos las lecciones, él aumenta sus enseñanzas. Todas las cosas con moderación, de acuerdo a la voluntad de Dios.

    Vemos rostros endurecidos en este mundo. Sabemos de los corazones endurecidos del hombre. Sus ojos están tristes, sus acciones están centradas en sí mismos y en lo superficial.

    Jesús es la fuente de vida.

El dice:

Yo soy la vid verdadera
y mi Padre es el labrador.
Toda rama que no da fruto en mí
la corta.
Y toda rama que da fruto
la limpia
para que de más fruto.
Ustedes ya están limpios
gracias a la palabra
que les he anunciado,
pero permanezcan en mí como yo permanezco en ustedes.
Una rama no puede producir fruto por sí misma
si no permanece unida a la vid;
tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí.
Yo soy la vid
y ustedes las ramas.
El que permanece en mí y yo en él,
ese da mucho fruto,
pero sin mí no pueden hacer nada.
Al que no permanece en mí
lo tiran y se seca;
como a las ramas, que las amontonan,
se echan al fuego
y se queman.
...Amense los unos a los otros:
este es lo que les mando. (Jn: 15:1-17)
 

    Jesús es la Vida. Nosotros recibimos nuestra vida en él. Somos como las ramas conectadas al árbol. Si soy una rama sola que está desconectada de la viña, no tengo vida en mí. Me secaré y moriré.

    Nosotros somos uno en el Santo Sacrificio de la Misa. Al unirme en el sacrificio con Jesús, al morir a mí misma y ofrecerme al Padre, soy uno en él.

    La unidad es profunda, no es amor sólo de palabras. Todos los miembros de la viña deben vivir con el propósito principal de conocer, amar y servir a Dios. El murió y lo que fluyó de su Corazón, su adorable Corazón, fue sangre y agua. Jesús es la Fuente de nuestra vida. Se nos da y somos alimentados por él. Al unirnos en su Corazón, unirnos en el Sacrificio del Calvario, sacramentalmente hecho presente en la Misa, nos hacemos uno en él. Su vida viene a nosotros a través de su Madre, María. Ella estuvo bajo la cruz y Jesús nos dio a su madre como Madre de nuestra vida espiritual. Nuestra vida en él está en un constante estado de transformación en el vientre espiritual de nuestra Madre a través de la acción del Espíritu Santo. La vida de la Iglesia está en un constante estado de transformación mientras María amamanta la Iglesia a través de la acción del Espíritu Santo.

    La vida fluye del Padre, en el Espíritu Santo, por medio del Corazón traspasado de Jesús y a través del corazón de María.

    No podemos dejar a un lado la Fuente. Enfocarnos sólo en la interacción entre los miembros es cortar nuestro suministro de vida de la fuente. ¿Y qué es lo que Dios quiere? El quiere vida arraigada en él. El quiere unidad con él. El quiere que estemos empapados como si fueramos regados y alimentados profundamente en él. Al estar empapados con su vida, produciremos fruto en abundancia.

    Debemos alimentar a los hambrientos con el mensaje del amor ardiente de Dios por ellos. No tener su vida divina es estar hambrientos.

    Tantos hoy en día se han separado. Existen aislados de la viña. La vida interior de ellos carece de la luz de la vida de Dios. Sus corazones están hambrientos. Existen en y de ellos mismos. Ellos mismos se han hecho dioses. Existen con una mirada que está enfocada en sí mismos.

    A menos que muramos a nosotros mismos, no tendremos vida en Dios. El hombre no puede servir a dos amos. Debe estar arraigado en Dios. Estas raices son penetración profunda. El corazón es la vida del cuerpo. Al morar en el Corazón de Jesús y en el de su Madre, (el corazón de ella que habita perfectísimamente en el Corazón de él) estamos saturados con la vida divina de Dios.

    Una rama no puede existir separada de la viña. Así mismo, no podemos ser un cuerpo en Cristo si no estamos unidos en un corazón y en una mente con él.

    El Padre tiene un plan para nosotros. Fuimos creados excepcionalmente. Cada rama del árbol tiene su propia belleza. Cada uno de nosotros, creados a imagen y semejanza de Dios, tenemos una belleza únicamente nuestra. Es viviendo en él que nuestra belleza alcanza una mayor perfección mientras la acción del Espíritu Santo trabaja en nosotros para santificarnos. El nos quiere santos como los santos. El quiere que estemos unidos en él. El quiere que nuestra meta sea ser un reflejo del Dios quien habita adentro de nosotros. El quiere vivir en nosotros, hacerse uno en nosotros y vivir en este mundo en nosotros.

 

 

22 de diciembre de 1995

Sobre la Magnífica

Escrito en la Iglesia "Todos los Santos" a las 6:45 p.m:

Tuve una gran experiencia y fui arrasada por el amor de Jesús.
 

Escrito después, a las 8:30 a.m. en Misa:

    Hoy el Padre Carter habló acerca de la Magnífica en el Evangelio. Me hizo llorar. Es exactamente como me he sentido, tan pequeña, como una pizca, pero bajo la cruz el 15 de diciembre, en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada, no me sentí pequeña. Dios me había elevado a semejantes alturas en él. ¡Fue como si hubiera sido elevada en un rincón del Corazón ardiente de Jesús y yo estuviera existiendo en él y estando en él!

    Lloré muy fuerte en la Consagración - Estoy tan consciente del cielo y lo que está sucediendo, estoy llena de una profunda, profunda emoción por el milagro que está aconteciendo al unirme en este sacrificio con Jesús. Muero más y más a mí misma y me uno a él. Semejante emoción, porque es en la Misa donde estoy siendo más profundamente uno en él, muriendo a mí misma y uniéndome a él.

    Después de Misa, fui rodeada por el amor de Jesús, unida en su abrazo cómo en la Iglesia Católica La Santa Cruz - Inmaculada bajo la cruz. No me importa quién esté ahí - estoy perdida en él. Jesús y el cielo son todo lo que existe para mí. El y su Corazón - no sentí dolor. Sentí su abrazo como si Cristo me hubiera acercado a él. Fue como si hubiera sentido las espinas que rodean su Corazón presionar contra mí. Ahora me duele el corazón verdaderamente. Me duele mucho en estos momentos.

    Siento las espinas que rodean el Corazón de Jesús. Sentiré estas espinas siempre cuando vea su Corazón rodeado con ellas. Estas espinas presionan su adorable Corazón. Presionan por la negligencia e indiferencia mostrada hacia él, especialmente en el sacramento de su más grande amor, la Eucaristía.

    Estoy tan débil. Estoy muy cansada. Sé de muchas agonías y muchas alegrías en la Misa. Conozco el profundo amor de Jesús y el insoportable dolor que sufrió. Sé lo que es ser abrazada por su amor y sentir las espinas presionar contra mi corazón. Conozco al Dios Omnipotente de tal manera que ni siquiera puedo describirlo aquí.

    Después de la Comunión, me sentí abrazada, profundamente, por la prescencia de Dios y satisfecha, pero sentí dolor en mi corazón.

    Recuerdo la Navidad de 1993, el dolor fue intolerable. Empezó en la iglesia y me fui a la casa y quería gritar o expresarlo de alguna manera. Fui a mi cuarto ante mi imagen grande del Sagrado Corazón que estaba conmigo cuando escribí y el dolor era insoportable. Nunca lo olvidaré. Es por estas experiencias que conozco íntimamente a mi amado Señor.

    Siento que somos Jesús y yo. Puedo compartir con María también. Cómo conoce ella el Corazón de Jesús. Realmente no puedo compartir con nadie, el profundo, profundo lugar en el que he estado. Jesús sabe que recuerdo los entrañables momentos con él en la casa de María en el Centro (centro Espíritu Santo, Norwood Ohio), tantas experiencias maravillosas con mi Divino Amor mientras él revelaba los profundos conocimientos hacia su vida, su amor, sus sufrimientos y María reveló los conocimientos y familiaridades entre ella y su Hijo. Ella reveló su sufrimiento y mucho más. Ahora estoy experimentando un profundo conocimiento hacia ellos aquí en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada, especialmente bajo la cruz y en la doceava estación del Vía Crucis. Así fue esta mañana ante el sagrario. Fui abrazada, como aquí, a un grado menor con su amor divino. Ahora estoy muy cansada.

    María, al meditar sobre los misterios del rosario, tú, quién moras en el Corazón de Jesús y conoces su Corazón, comparte lo que sabes de Dios conmigo para poder amarlo y participar en su amor.

 

 

24 de Diciembre de 1995

Amen a Jesús Calladamente

    Algunas veces puedo comunicarme con los demás, mucho mejor sin hablar. Es así con Jesús. Este bla-bla no es lo que está en mi corazón del todo. Hablo sólo para no estar callada. Con Jesús, simplemente estoy en silencio. Sólo quiero su presencia. Tengo que aprender a estar en silencio con los demás. Estoy hablando solamente porque estoy nerviosa y no estoy diciendo nada que esté en mi corazón ni en mi alma.

    En mi alma y en mi corazón está el amor, muy profundamente arraigado en el amor de Jesús. Tengo que aprender a no hablar tanto. Ni siquiera estoy diciendo lo que está sucediendo en mi alma.

    Regalo de Amor: San Pablo dijo: "Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe."
(1 Co. 13:1)

    Mi corazón es mucho más profundo que las palabras. Hablar es hacer a un lado lo que está en el, porque lo que está en mi corazón es muy profundo.

 

 

26 de Diciembre de 1995

Hagan las Cosas Ordinarias con Amor

Escrito en la Iglesia la Santa Cruz - Inmaculada a las 12:15 p.m:

    Cuanto anhelo ser cubierta con la Sangre de Jesús, la preciosa Sangre de mi Amado, derramada por nuestros pecados y los pecados de la humanidad. Fui a la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada a las 12:15p.m, ansiosa de estar ahí y llena de emoción. Este es mi más grande y más profundo sentimiento, el estar aquí con mi amor. Mi sacrificio es hacer las cosas ordinarias y el trabajo pesado, ¡con amor! No siempre amo como debería. Debo ver más allá de cada persona a un ser ideal y amarlos. Debo ver a Cristo en ellos - ver como reflejan a Cristo. Necesito dejar de enfocarme en mí misma. ¡No necesito explicarlo!

    Un santo es alguien que hace las cosas ordinarias con amor, siempre amor. Debemos mantener nuestro enfoque en Jesús. Los corazones de este mundo se están muriendo. El mundo está manteniendo a los niños enfocados en la exitación externa. Hay juegos que son atractivos a todos los sentidos, como una técnica que lava el cerebro. Mantienen al niño buscando la exitación instantánea externa. ¡Es algo tan intenso, tan intenso que sus cuerpos ni siquiera lo pueden soportar!

    Excitación intensa y elevada, ¿a dónde va el niño para conseguir la siguiente excitación, aquella que alimentará este alto nivel de satisfacción que ni siquiera están buscando? Sexo, drogas, etc - ¿qué exitación viene después de ésto? El diablo ha creado estos juegos y está "lavándoles el cerebro" a los niños. Todo lo que se busca está en el exterior. La verdadera fuente de vida está dentro del corazón.

    ¡Dios es la Fuente de vida!

    Si el mundo puede mantener a la gente enfocada en lo exterior, todo lo que necesitan pueden encontrarlo fuera del cuerpo, exitación para satisfacer al cuerpo más alla de toda comprensión. ¿A dónde va un niño cuando se le han dado computadoras que se comunican con otras personas al otro lado del mundo, juegos que los aislan y los mantienen en un intenso estado de satisfacción - en donde alcanzan semejante nivel de gratificación que hasta pudieran matar? ¡Ellos han practicado el combate - han estado ahí!

    A los niños se les enseña la intensidad en los juegos de video. Se les enseña a responder violentamente. Estos juegos contienen un ruido muy intenso y el uso de armas para matar. Se les presentan situaciones muy intensas.

El camino de Dios enseña:

Amor
Unidad
Lazos de Unión
Interioridad
Conexión
Sacrificio
Voluntad de Dios
Caridad
Entrega
 
 

El camino del mundo enseña:

Temor
Intensidad
Aislamiento
Responder con violencia
Corazones duros - listos para matar
Desenfreno
Placer
YO - UNO
Voluntariedad
Agresión - Tengo poder,
                 yo controlo.

    Dios nos enseña a amar de acuerdo a su voluntad. Dios quiere que nos entreguemos y que seamos dirigidos por el Espíritu. El mundo está enseñando a la juventud, a través de los juegos de video, a responder rápidamente con violencia y con un comportamiento agresivo; estos juegos enseñan a todos los que los usan a responder rápidamente con coraje para matar. Los niños han practicado estas técnicas. Ellos han practicado el matar rápidamente. ¿Qué tan enfermo es esto?

    Los juegos promueven: comportamiento reactivo y dominante, placer, indulgencia sobre sí mismo, aislamiento, enfocarse en el exterior, abandono del corazón y conducta violenta. La persona que está jugando los juegos de video necesita altos niveles de exitación.

    Jesús nos enseñó el camino - Cristo vivió una vida tranquila por 33 años, el hijo de un carpintero, una vida en familia. El se ofreció a sí mismo, dio su todo y se entregó a la voluntad del Padre. Jesús fue siempre tranquilo. Tenía paz en su corazón. Vino en la pobreza. Se fue cubierto de sangre.

    En el juego de video mostraron a la mujer como algo obsceno, con un rostro horrible y un lenguaje sucio. María es nuestra modelo.

Y dijo María:

"Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
y mi espíritu se alegra
en Dios mi Salvador,
porque se fijó en
su humilde esclava,
y desde ahora
todas las generaciones me llamarán feliz.
El Poderoso
ha hecho grandes cosas por mí:
¡Santo es su Nombre!" (Lk. 1:46-49)

 

 

27 de diciembre de 1995

Oración para antes del Santo Sacrificio de la Misa.

    Permíteme, Señor, ser un sacrificio santo y unirme con Dios en el sacramento de su mayor amor.
 
    Quiero hacerme uno con él, en este acto de amor, en el cual él se entrega a mí y Yo me entrego a él como un sacrificio. Permíteme ser un sacrificio santo conforme me uno a él en este acto de mi más grande amor hacia él.

    Permíteme unirme más a él, para poder amarlo más profundamente. Que yo pueda ayudar a hacer reparación a Su adorable Corazón y al Corazón de su Madre, María. Con el mayor amor, me ofrezco a ti y suplico que aceptes mi sacrificio de amor sincero. Me entrego a ti y me uno en tu regalo de ti mismo hacia mí. Ven y posee mi alma.

    Purifícame, fortaléceme, sáname. Amado Espíritu Santo actúa en el corazón de María para hacerme cada vez más como Jesús.

    Padre, te ofrezco este mi sacrificio, unido a ti con Jesús en el Espíritu Santo. Ayúdame a amar a Dios más profundamente en este acto de mi mayor amor.

    Concédme la gracia de crecer en sabiduría, amor, y servicio hacia ti, y que esto sea mi mayor participación en la Misa. Dáme las mayores gracias para amarte profundamente en esta Misa, tú que eres tan digno de mi amor.

 

 

27 de Diciembre de 1995

Amemos Los Corazones de Jesús y María
al Recibir la Santa Eucaristía

    Jesús se entregó a nosotros en la cruz. El se entrega a nosotros en la Eucarisía.

    Qué grande fue el acto de amor que Dios le dio a este mundo, cuando se entregó y murió en la cruz. El se entrega a nosotros este día en la Santa Eucaristía.

    El mandamiento más grande es que debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra alma y todo nuestro ser. Este es un mandamiento. Si hemos de entrar al cielo, debemos seguir los mandamientos. Son mandatos dados por Dios para que los sigamos.

    La acción más grande que podemos hacer en esta tierra es amar a Dios. La razón de nuestra existencia es amar a Dios. En el sacramento de su más grande amor, él se entrega a nosotros. Este es un acto de amor de parte suya. Se nos llama a responder entregándonos en amor a él.

    Este es el propósito de la Santa Eucaristía: unirse en semejante unidad con nuestro Santo y Amoroso Dios. La pasión que nos consume debería ser la de amar a Dios. ¿Cuántos van a la Eucaristía con el único próposito de dar grande amor a Dios? El quiere que lo amemos. El quiere que las almas le digan cuánto lo aman verdaderamente. Este es el más íntimo acto de amor cuando Jesús se da a sí mismo - Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad al hombre. Si éste es semejante acto de amor, ¿cómo lo estamos recibiendo en la Comunión? Deberíamos rogarle a Dios, en esta unión muy íntima con él, que nos ayude a amarlo con el amor más grande.

    Jesús es una Persona. El quiere nuestro amor. El Espíritu Santo quiere gran intimidad con nosotros. Nuestro Padre quiere que lo amemos. En la Eucaristía, nos unimos con Dios. En este íntimo acto de unirnos con nuestro amado Dios, con la Divinidad, debemos derramar nuestro amor a Dios. Debemos derramar nuestro corazón al adorablísimo Corazón de Jesús. Jesús es tratado muy injustamente por muchas de sus queridas almas que él tanto ama. Ayúdemos a hacer reparación al Dios Omnipotente amándolo con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con todo nuestro ser en el sacramento de su más grande amor. Este es el Regalo de Dios mismo.

    Imagínense lo que es amar a alguien y dar nuestro todo por esa persona, vertir nuestro corazón a él o ella y luego ser tratados con frialdad y olvido. Nos duele mucho más el corazón cuando amamos a alguien profundamente y somos rechazados por esa persona. Jesús nos ama con el más profundo amor. No podemos comprender este amor completamente. Amemos a Jesús con el más profundo amor. Amemos a María y a su Inmaculado Corazón. Amémozla como la Madre de Dios. Amémozla como la virgen que dio a luz al Hijo de Dios. Que al recibir la Eucaristía, derramemos nuestro amor hacia Jesús, a este adorable Corazón. Que derramemos nuestro amor a su Santa Madre.

    María dijo en Fátima que Jesús quiere que su Corazón sea venerado junto con el corazón de su Madre. Amemos estos dos Corazones al recibir el Sacramento de la Eucaristía. Luego estaremos muy profundamente unidos con Dios. Nosotros vemos sus dos Corazones rodeados con espinas por las injusticias en contra de sus Corazones. Ayudemos a hacer reparación diariamente al recibirlo en la Eucaristía. Este es un tiempo especial para ayudar a hacer reparación a sus Corazones heridos.

    Recordemos cómo Jesús derramó su amor hacia nosotros en la cruz y cómo derrama ahora su amor hacia nosotros cuando se entrega en la Eucaristía, la Eucaristía la cual contiene su Corazón de amor ardiente. Su Corazón fue traspasado por una lanza. El corazón de María fue invisiblemente traspasado por una espada. Así como las heridas en sus Corazones son profundas, también su amor es muy profundo.

    Jesús no quiere un "amor superficial". El quiere corazones llenos de amor ardiente y profundo.

 

 

27 de Diciembre de 1995

Es en la Cruz que Seremos Llevados a Nueva Vida

    La angustia de Jesús fue tan grande en el huerto por las horas interminables que permanecería en el sagrario, olvidado por tantos. Veo la Hostia y un cáliz claramente, sobre la agonía y el ángel. Vean a Jesús en semejante agonía en el huerto.

    Un ángel se apareció en Fátima, ¿qué dijo?

    El ángel vino...llevaba un cáliz de oro en una mano y en la otra una Hostia sobre el cáliz. Los niños asombrados se dieron cuenta de que gotas de sangre caían de la Hostia al cáliz. Presentemente, el ángel dejó ambos suspendidos en el aire y se postró en el suelo, diciendo esta hermosa oración: "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente. Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por las atrocidades, sacrilegios e indiferencia por los cuales él esta ofendido. Te ruego la conversión de los pobres pecadores por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y la intercesión del Inmaculado Corazón de María."51

    Esta es la agonía más grande que he experimentado acerca del rechazo e indiferencia que le dan a Jesús sus elegidos. Nosotros fuimos llamados a la fe Católica - ¡es un gran honor ser bautizados y recibir vida divina! Elegidos a ser llamados Católicos, elegidos a recibir la Santa Eucaristía, nuestra Primera Comunión!

    Las espinas alrededor del Corazón de Jesús son por la indiferencia y el rechazo que le dan. Imagínense, entregarse él a nosotros en la más profunda intimidad y ser rechazado por nosotros, criaturas. ¡Su Corazón está lleno de amor - él mismo es el amor - y es rechazado por muchos de sus Católicos elegidos!

    María es tratada sin respeto y honor, inclusive por muchos Católicos.

    Los fieles que ayudan a hacer reparación en la recepción de la Eucaristía son los que confortan los Corazones de Jesús y María.

    El corazón de María está rodeado con espinas por las blasfemias contra su Inmaculado Corazón, su Inmaculada Concepción, contra ella como Madre de Dios y contra sus imágenes.

    El Corazón de Jesús está rodeado con espinas por las injusticias y abandono en contra suya. Nuestra devoción y adorable recepción de la Santa Eucaristía fue dulzura para su amargo dolor en el Huerto.

    Lloré tan fuerte en la Iglesia Católica la Santa Cruz - Imaculada bajo la cruz y en la Gruta de Lourdes porque quería amar muy profundamente a Dios, quien es digno de todo mi amor. Lloré porque amo mucho a Dios y quiero darle un amor muy grande. En el corazón de María, puedo amarlo más. Ella lo ama más que cualquier persona humana. Su corazón es puro y sin pecado. Quiero unirme a Jesús en el más profundo amor. Al habitar en el corazón de María, estoy habitando más profundamente en el Corazón de Jesús.

    Oh corazón de María, colócame en los rincones más profundos del Corazón de Jesús para poder amarlo más y más y amar a mi adorable Padre y al Espíritu Santo, mi amado, amado amigo.

    Amo tanto a Dios que lloro al hablar con él.

    Yo cargo la cruz de Cristo siempre en mi corazón, así como él cargó la suya. Yo cargo su cruz en mi corazón. Amo las adorables llagas de sus manos y pies y amo la llaga de su costado con el más tierno amor. Amo su cuerpo al estar clavado en la cruz - esto es amor. Es así como él me ama, es así como él ama a cada persona, hasta su muerte.

    El sol brilla, y al brillar contemplo la cruz de Cristo. El es la luz para este mundo. Al cargar su cruz en nuestros corazones, participamos en su vida. ¡Es en la cruz que seremos elevados a nueva vida en él!

    Yo podría escribir páginas sobre las palabras "en él." Estas son mis palabras favoritas ya que denotan mi relación con él. Yo soy uno en la Palabra de Dios. El es la Palabra. El está viviendo en este mundo. Yo siento cada palabra, porque están en mí como Cristo está en mí. Su palabra está en mí y vive en mí.

    Yo existo en él y su Palabra vive en mí. Lo amo. Amo la palabra de Dios. Soy alimentada por su Cuerpo y su Sangre. Soy alimentada por su Palabra. ¡Mi corazón arde al escucharla, al leerla, la siento viva en mí porque Jesús está vivo en mí!

    Piensen lo que sería estar atados al pilar y ser golpeados por instrumentos que les queman y desgarran la carne, ser golpeados en los brazos, cara y espalda y escuchar la fuerte risa de los hombres que los azotan. ¡Qué crueles fueron los corazones de aquellos que azotaron a Jesús y cómo le dolió su Corazón porque ellos eran muy amados para él!

 

 

27 de diciembre de 1995

Jesús y María Vienen con Espinas en Sus Corazones

Escrito después de la Comunión:

    Jesús se vació. El derramó su Corazón, literalmente sangre y agua brotaron de su Corazón. Este día, él nos da su Corazón en la Santa Eucaristía y es rechazado.

    Qué difícil es cuando vertimos nuestros corazones hacia alguien que amamos, cuando damos amor y somos rechazados por aquellos que queremos que nos amen más. Esto es lo más difícil de soportar.

    Jesús, quien es amor, entrega su todo, este magnificente Corazón de amor, se entrega a nosotros en la Santa Eucaristía y vean como es tratado por algunos de los que él ama. Esta fue una de las agonías más grandes en el Huerto. La Eucaristía es el sacramento de su más grande amor, dado a nosotros. ¡A él se le trata con falta de respeto, irreverencia, indiferencia y abandono en este regalo en el cual Dios lieteralmente se entrega a sí mismo!

    Jesús derramó su Corazón hacia nosotros y fue rechazado por muchos. Este día, él se derrama a sí mismo en la Santa Eucaristía y es tratado tan mal por muchos. El nos pide, especialmente en la recepción de la Eucaristía y ante el sagrario, que ayudemos a hacer reparación a su adorable Corazón por las ofensas contra él.

    María nos pide, en la recepción de la Eucaristía, ayudar a hacer reparación a su Inmaculado Corazón por las blasfemias contra su corazón. Jesús y María vienen con espinas rodeando sus Corazones. He experimentado tales agonías en mi corazón. Siento como si hubiera tenido grietas en mi corazón porque ésto ha pasado tantas veces, una y otra vez y tan profundas.

    Estas agonías, yo creo, son de las espinas que penetran sus Corazones por las injusticias contra estos. Con cada acto de amor que le doy a María, amándola como la Madre de Dios, amándola en su Inmaculada Concepción, amándola como la virgen que dio a luz al Hijo de Dios, amando sus imágenes y estatuas, veo cada espina convertirse en una flor, una guirnalda rodeando su Inmaculado Corazón de amor.

    Quiero amar a Jesús con el más profundo amor, hacer reparación por las indiferencias, ofensas, abandono, falta de respeto e irreverencia mostrados hacia él en el sacramento de su más grande amor. Le pido a María, con su puro e Inmaculado Corazón, que me deje amar más a Jesús a través de su corazón, que
yo pueda amarlo con el amor más grande. Mi mayor deseo en la vida es dar amor a mi precioso y amado Dios. Le ruego que me ayude a unirme a él y amarlo más dignamente con el amor más profundo.

    Al cargar la cruz de Jesús en nuestros corazones, aceptando resignadamente las espinas de la vida, virtiendo nuestro abundante amor hacia él, ayudamos a hacer reparación a su Corazón que tanto sufrió en la amarga Pasión.

    Ayudemos a hacer reparación a estos adorables Corazones en el sacramento de su más grande amor, la Santa Eucaristía. Es ahí que podemos amar grandemente a Jesús y a María cuando estamos unidos a él en el más profundo amor.

 

 

28 de Diciembre de 1995

Lleven la Cruz de Cristo en Su Corazón

    Cada vez es más evidente que Jesús nos ama tanto cuando compartimos de sus sufrimientos. Nosotros cargamos la cruz de Cristo en nuestros corazones. Vemos sus adorables llagas, su costado abierto, muy abierto y sabemos que él realmente no se guardó nada. La sangre se derramó por todas las llagas de su cuerpo. El nos pide dar nuestro todo, amar cuando se burlan de nosotros y nos tiran al suelo, amar siempre, no cerrarnos y protegernos. El no cerró sus llagas. Siguió caminando con la cruz sobre su espalda. Nadie suturó sus heridas. Sus brazos estaban ocupados con la cruz. Su sangre cayó al suelo. Luego Jesús extendió sus brazos y fue clavado en la cruz con las llagas abiertas.

    Jesús nos pide participar en su vida, muerte y Resurrección. Nosotros llevamos la cruz de Cristo en nuestro corazón para siempre. En nuestros sufrimientos, participamos en su Pasión. Al ser rechazados, sabemos del rechazo que sufrió él en su Corazón.

    Jesús nos ama tanto cuando nos permite participar en este sufrimiento. Es en este sufrimiento y en nuestras felicidades, en nuestro amor compartido mutuamente, que conocemos a nuestro precioso Señor. Sufrir es un gran regalo de parte suya. Carguemos su cruz en nuestros corazones con la más grande felicidad, porque es un regalo de Jesús. Es en la cruz que más profundamente participamos en su vida.

    San Pablo dice: Y nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida. Y eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia, pues nosotros somos parte de su cuerpo. (Ep. 5:29-30) Nosotros comemos el cuerpo de Cristo, tomamos su Sangre. Somos el Cuerpo de Cristo. El se da a sí mismo a nosotros para que comamos, nosotros somos su cuerpo. ¡Es mucho más íntimo que seamos su Cuerpo!

    Desde el principio, fuimos concebidos en el vientre de nuestra Madre, el Padre tieniendo un plan único para nosotros. No debo estar ansiosa. Jesús y María estaban siempre en paz, tenían siempre su vida en orden, no eran habladores ni vanidosos, vivieron una vida tranquila por 30 años. Yo debo tener paz y tranquilidad a todas horas. El plan del Padre es armonioso. Ellos me asistirán de cualquier manera. No tengo necesidad de estar ansiosa o perder mi confianza en Dios. Soy como el bebé en el pecho de su madre. Estoy viviendo para servir, para ser una madre, una esposa, para vivir en una familia, para ser como el Padre quiere que yo sea. Su camino es paz.

    María, mi modelo, fue prudente y justa, tranquila, una mujer de pocas palabras. Este es el trabajo de Dios; yo sirvo. Yo vivo en él. Soy la bebé, él es el Dios Omnipotente. Yo soy uno en él. El es todo poderoso, yo soy una sierva. Cuando mi vida se hace difícil de manejar, es que estoy haciendo mi voluntad - La voluntad de Dios es paz y alegría.

    Espíritu de Dios, encárgate de mi vida para ordenarla. Me faltan las virtudes que se necesitan para ser más como mi modelo, María. Espíritu, trabaja en su vientre para transformarme hacia la imagen de mi Salvador. Yo quiero, yo anhelo, una unión más cercana con el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es en esta transformación, que me uniré más cercanamente a mi amado Padre. Yo soy tuya. Me entrego a ti sin reserva para que hagas conmigo lo que tú quieras.

    Me entrego y doy mi todo a ti. Jesús murió en la cruz y dio su todo. Yo me uno con este sacrificio al Padre, en el Espíritu Santo y ruego por esta transformación en el adorable Corazón de María, mi Madre. Todo lo que yo hago, quiero hacerlo unida al Espíritu Santo con la sabiduría divina que él me permite compartir.

 

 

29 de Diciembre de 1995

Madre de Dios

Escrito entre las 12:00 y las 3:00 p.m:

    Me llené de semejante amor hacia Dios. Al oir las palabras, "Madre de Dios", lloré. Amo esas palabras. Amo a María. Amo tanto a Dios. Amo el Angelus. Amo la relación entre Jesús y María. ¡Me di cuenta de que ella está verdaderamente a nuestro lado - María nos cubre con su manto!

 

 

29 de Diciembre de 1995

Unida con el Hijo y Nuestro Padre

En la Iglesia la Santa Cruz - Inmaculada:

    Hace dos semanas, tuve la experiencia donde fui unida en el amor más profundo bajo la cruz en la Iglesia la Santa Cruz - Inmaculada. Toqué la eternidad. Fui arrojada hacia una caverna de amor inmenso. Me vi a mí misma como si estuviera contenida en un círculo rojo. En este momento fui abrazada por Dios. No sentí temor. Sentí su presencia como nunca jamás. Fui facultada con está unión (lean el relato del evento del 18 de Diciembre.) Vi como si hubiera dos circulos: ambos rojos con un resplandor amarillo. Hoy creo, que el segundo corazón fue el corazón de mi Madre.

    Hoy a las 12:01, mientras rezaba el Angelus, fui colmada por el amor que tenía por María y su papel como Madre de Dios. Lloré todo el camino, sintiendo este amor por María como Madre de Dios. Cuando llegué a la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada, fui abrumada por el inmenso amor que sentí por Dios y lloré mucho, diciéndole como lo amaba. No vi nada más, no sentí nada más, sino mi gran amor por él y mi necesidad de profesarlo muy profundamente dentro de mí, virtiendo mi amor.

    Hoy después de la Comunión, creo que el segundo círculo es el corazón de mi querida Madre. Estoy encerrada en su amoroso corazón y llena del fuego del amor de Dios mientras la acción del Espíritu Santo trabaja en mí y me santifica. Luego soy arrojada al Corazón de Jesús con este fuego del amor de Dios, la acción del Espíritu radiando a mi alrededor y en este momento, soy unida con el Hijo y el Padre quién es uno con él, aunque sé que yo permanezco muy aparte.

    El 15 de diciembre, me sentí plena y satisfecha. Conocí el amor de Dios. Existí en él. Ni siquiera pude definir mi posición. Fui envuelta y abrazada por el Dios Omnipotente. Había tocado la eternidad, unida con el amor mismo.

    Ahora creo que fue en el corazón de María, rodeada por la acción del Espíritu, unida en la caverna del amor de Dios, la cual se centra en el Corazón de Jesús, donde fui unida al Padre.

    Esto es lo que tuve. No deseaba nada en aquél momento - ¡Me sentí plena, existiendo en Dios, en el Corazón de María!

 

 

29 de diciembre de 1995

Dios Sopla Su Amor Divino y Nuestra Alma Se Limpia

Escrito a las 3:45 p.m. en la Iglesia La Santa Cruz - Inmaculada:

    Ahora se cómo puedo habitar en el corazón de María. Fue en este momento que experimenté la eternidad. El abrazo del amor divino de Dios. Fui encerrada en el corazón de mi Madre amorosa.

    Experimento la presencia del Padre.

    El Espíritu Santo está tan vivo en esta acción, llenándome con el fuego del amor de Dios, santificándome. Cuanto más santificada sea, más me uno a Jesús y al Padre.

    Es el soplo de su amor divino, actuando en mí. Dios sopló su amor en mi alma y ésta se limpió. Fui purificada más y más en el corazón de mi Madre amorosa. Yo voy más y más profundamente a la caverna infinita del fuego del amor de Dios. Es el Corazón de Jesús, el gran abismo de amor, un abismo que es infinito. Ahí, me uno profundamente al Padre y todo al mismo tiempo. Experimento la presencia de Dios al existir en el corazón de María. Estoy en Dios y en el Corazón de María, pero no hay rayas, ni comienzos ni finales. La acción es todo a la vez, simultáneamente. Es el estado de estar en Dios, en el corazón de María. No hay nada sino un sentimiento de prescencia, una integridad, una plenitud, abrazar al amor mismo y no tener miedo.

    El 13 de diciembre, Dios me sumergió en los sufrimientos más profundos de los Corazones de Jesús y María por las injusticias hechas a los niños y el dolor padecido por el olvido y los pecados de los religiosos. Luego, dos días después, él me llevo al gran abismo de su amor. Existí en él y toqué la eternidad.

    Este es el amor que Dios quiere compartir con nosotros. El ama a los religiosos con el amor más profundo. Esto es lo que hirió tanto el Corazón de Jesús durante su Pasión. Cuando amamos tanto a alguien, nuestro corazón se lastima muchísimo por la indiferencia de esa persona.

    Yo veré siempre el abismo ardiente del amor de Dios y habitaré en los Corazones de Jesús y María. Este es nuestro pequeño cielo en la tierra.

    El Reino de Dios está en nuestro interior. Vamos a nuestra morada interna y habitamos en el abismo infinito del amor de Dios.

    En la cámara más profunda soy abrazada por el Dios Omnipotente y no hay temor, porque en ese momento, estoy unida con el amor mismo.

    María es, ciertamente, el vehículo. Su corazón ­ la manera en que vamos a las cámaras más profundas del Corazón de Jesús es a través del corazón puro y tierno de María.

    Los Corazones de Jesús y María son nuestra entrada al cielo en la tierra.

 

 

29 de Diciembre de 1995

Carne de Mi Carne, Sangre de Mi Sangre

    Vivimos toda nuestra vida llevando a cabo la vida, muerte y resurrección de Jesús.

    Veo, a través de toda mi vida, que conocí a Jesús. Fui perseguida. Tuve alegrías. Caí. Fui lastimada. Ahora que me uno a él, veo que Jesús me permitió sufrir un poquito como sufrió él y lo conozco más por estas experiencias que tuve en mi vida. Caminé la Pasión con Jesús cuando no sabía que lo hacía. Fui elevada a nueva vida en él, cuando no supe que lo era.

    Esta vida que Dios me concedió vivir, es como lo conozco hoy. Mi vida entera se entrelaza con la de Jesús como un gran regalo que él me dio. El me permitió compartir su vida. Las alegrías y sufrimientos se hacen hermosos en mi vida, porque él me está enseñando sus caminos. El gentilmente me da sus amorosas lecciones y me permite participar en su vida. Te amo, Jesús, mi querido amor. Te he amado toda mi vida porque que tú has estado siempre conmigo. Cierro este año habitando en los Corazones de Jesús y María, ya que siento su amor en mi corazón. Puedo poner toda esta visión en mi pecho y morar ahora mismo en sus dos Corazones. Estoy inmersa en la presencia del Padre.

 

 

29 de Diciembre de 1995

Notas

    El Espíritu Santo actúo en el vientre de María para formar al Niño Cristo. Deja que el Espíritu Santo actúe ahora en mí, santificándome y guiándome para tener un corazón de amor ferviente en este mundo frío y obscuro.

    Yo experimento la unidad de la Trinidad viva en mí.

    Es en esa acción y presencia en todos nosotros que nos unimos al habitar en los Corazones de Jesús y María. Yo experimento la prescencia dentro de mí y mi corazón arde. Ustedes experimentan la prescencia dentro de ustedes y su corazón arde. Somos uno en estos santos Corazones. El mundo entero está unido en los Corazones de Jesús y María. Una madre protege a sus hijos. Nosotros estamos envueltos en el corazón de María. Somos tan pecadores. ¿Cómo pudiéramos atrevernos a morar en el Corazón de Jesús con nuestros pecados? A través de la acción del Espíritu Santo, en el corazón puro y tierno de María, podemos entrar al Corazón de Jesús, a lo más recóndito de su Corazón ardiente. María está llena de gracia. Nosotros entramos a su corazón. Ella nos coloca en el Corazón de Jesús. Somos saturados con su vida.

 

 

31 de diciembre de 1995

Los Dolores de María

    María estuvo al pie de la cruz, y lloró. Esta fue la separación final aquí en la tierra. El alma de Jesús ahora abandonó su cuerpo.

    "Hijo mío, hijo mío," María clama en su corazón - porque en ese momento ella tuvo tal angustia y dolor por todos aquellos que rechazarían la gracia de Jesús, ameritada por su vida y muerte en la cruz. Ella sabía de las almas que irían al infierno a pesar la entrega de Jesús en la cruz.

    Yo amo los misterios del rosario, porque en ellos medito sobre las vidas de Jesús y María, su mutua unidad.

    María perdió a su hijo en Jerusalén cuando él tenía doce años. En su Inmaculado Corazón, ella conocía a Dios al haberlo cargado en su cuerpo y en sus brazos. Ella guardaba en su corazón la profecía de Simeón. Sabía de los sufrimientos que vendrían porque estaban grabados en su corazón. Ella sabía, en su corazón, de la huida a Egipto y del amor de su amado esposo José. María sabía mucho acerca de Jesús, en su corazón. Ella lo observó cumplir la voluntad de su Padre.

    ¿Cuántos de los hijitos de María hoy en día se han separado de Dios?

    (Percibí un olor a gardenias todo el tiempo que estuve ante el sagrario en el Centro "Espíritu Santo".)

 

 

31 de Diciembre de 1995

La Presencia de María

    Fui a la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada, a rezar el rosario con mis hijos. (Conocí a una señora de Toronto, Canadá que tomaba fotos para una revista. Me animé a preguntarle sobre las fotografías. Ella me pidió rezar el rosario.)

    Fue un rosario maravilloso. Rezamos ahí ante a la Gruta de Lourdes. Vayan a la Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada. Ahí, yo compartí íntimamente con Nuestra Señora y Nuestro Señor. Me encanta rezar cerca de la Gruta de Lourdes y del crucifijo grande. Oh, cómo amo a Dios, este es un lugar especial para conectarme con él y con María. Imagínense a María jóven y hermosa en la gruta. Vean las rocas resplandecer con una luz plateada. Vean a María salir de la gruta y ésta desaparecer tras ella. Es el Inmaculado Corazón de María. Ella se le apareció a Bernardita como la Inmaculada Concepción. Amo la gruta, allí. Vean a María viva con su piel jóven y tierna, una mujer muy jóven. Vean su rostro con una luz mística y brillante, tan jóven y tan bella. María es muy hermosa porque es tan pura y amorosa. Es a través de su Inmaculado Corazón que nos uniremos profundamente en el Corazón de Cristo.

Los amo,
Rita

 

Una gran cantidad de mis relatos de este diario fueron
escritos entre las 12:00 p.m. y las 3:00 p.m.

 

 

Imágenes
   

La Iglesia Católica la Santa Cruz - Inmaculada

  El Altar

 

         

Las Estatuas del Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado

(en el área del frente de la Iglesia)

   

         

Murales de la Anunciación y la Coronación

(sobre los altares en los lados al frente de la Iglesia)

  

El Infante de Praga

(enseguida de la escena de Fátima)

El sagrario en el
Altar Principal
 

   

El Crucifijo

(en el área de atrás de la Iglesia)

 

La Gruta de Lourdes

(en el area de atrás de la Iglesia a la derecha)

María se identifico como la Inmaculada Concepción.

 

La escena de Fátima

(en el area de atrás de la Iglesia a la derecha)

En Fátima ella se identifica como el Inmaculado Corazón.

 

La Pieta

(en el lado izquierdo de la iglesia)

 

 

El Vía Crucis

_____________________________
IMPRIMATUR
Obispo D. Hilario Chávez Joya
Gobierno Eclesiástico
Diócesis de Nuevo Casas Grandes, Chih. México
16 de Mayo, 2002

La Primera Estación

JESUS ES CONDENADO A MUERTE

    Con enfado en sus corazones y odio en sus rostros, ellos empujaron a Jesús y lo condenaron a muerte. El se mantuvo en silencio, con sus manos atadas, en perfecta paz porque conocía el amor del Padre. El sabía la voluntad del Padre. Nosotros también soportaremos nuestras pruebas en paz, mientras más nos demos cuenta del inmenso amor que el Padre, Hijo, y Espíritu Santo tienen por nosotros. Debemos rezarle al Espíritu Santo para que nos transforme más y más en su imagen y a través de esta transformación, seremos dirigidos siempre más cerca del Padre. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

 

La Segunda Estación

LE DAN A JESUS LA CRUZ

    Le dieron a Jesús una pesada cruz, cargada con los pecados del mundo. La pusieron sobre su hombro. Estaba tan pesada que Jesús sintió como si su hombro se fuera a quebrar. El nos pide cargar pequeñas cruces y experimentar pequeños dolores. Jesús no podía quitar la cruz de su hombro. El peso era insoportable. Es a través de su sufrimiento y muerte como recibimos vida nueva. Es a través de nuestros sufrimientos de este día como creceremos en nuestra vida con Jesús. Jesús nos ama tanto que tomó la cruz de la salvación. El nos ama. El nos amó hasta su muerte. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

  

La Tercera Estación

JESUS CAE LA PRIMERA VEZ

    La cruz estaba tan pesada que Jesús casi no podía caminar. El soportó su cruz por el amor tan grande hacia nosotros y en conformidad a la voluntad de su Padre. ¡Se hizo tan difícil caminar! ¡La cruz estaba tan pesada! Jesús cayó. El cayó y la cruz cayó sobre él. Lo empujaron, lo golpearon, le exigían que se levantara. ¡El dolor de los instrumentos que usaron para empujarlo y golpearlo fue tan grande! Jesús de alguna manera logró levantarse. Cuando caemos bajo el peso de nuestra cruz, vayamos al Corazón Eucarístico de Jesús. El no está menos presente en el Sagrario y en la Eucaristía que como lo estuvo el día en que cargó su cruz. El espera con el mismo amor que tuvo por nosotros cuando cargó su cruz y sufró semejante agonía. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

  

La Cuarta Estación

MARIA Y JESUS SE ENCUENTRAN

    Jesús vio el rostro de su hermosa Madre. Ella estaba débil, su cara enrojecida y llena de lágrimas. El vió su tierno corazón, su amor, su angustía, su dolor. El miraba a su amada Madre María. El Corazón de Jesús fue confortado al verla, pero fue destrozado por el sufrimiento de ella. Mientras María miraba los ojos de su amado Hijo, ella vio su amor. Su cabeza, sangrando y herida. Su cuerpo débil. Sus vestiduras llenas de sangre. María miró los ojos de Jesús y vio su amor por nosotros. Ella quiere llamarnos para que volvamos al amor de su Hijo. Veamos a través de los ojos de María, mientras ella contempla los ojos de Jesús, el amor que él tiene por nosotros este día. El se entregó por nosotros. ¡Oh, nos ama tanto! Nosotros somos los hijitos de María. Veamos a través de los ojos de María el amor de su Hijo. ¡Oh cuánto nos ama Jesús!

 

La Quinta Estación

SIMON DE CIRENE ES FORZADO A AYUDAR A JESUS A CARGAR SU CRUZ

    La cruz estaba tan pesada que Jesús no podía moverse. Sus perseguidores se enfurecieron y forzaron a un hombre a ayudarlo. La cruz estaba tan pesada que los dos apenas podían moverla. ¿Cómo está nuestra cruz este día? ¿Parece estar tan pesada que no podemos seguir adelante? Jesús siempre nos está observando. Cuando estamos sufriendo demasiado, él está muy cerca de nosotros. Es en el sufrimiento inmenso que nos damos cuenta de su gran amor por nosotros. Recemos por la gracia para hacer siempre la voluntad del Padre. Recemos por la gracia para crecer en nuestro conocimiento y amor a Jesús.

 

La Sexta Estación

VERONICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESUS

    El rostro de Jesús estaba cubierto de sangre. Desde el gentío Verónica se acercó con un paño para limpiar su rostro. En el paño Jesús nos dio una impresión de su rostro ensangrentado. Esto permanece con nosotros hoy en día como una señal de su inmenso amor por nosotros. Pero más que cualquier paño, veamos más allá de lo visible en la ostia consagrada. Jesús permanece con nosotros, Cuerpo, Sangre, Alma, y Divinidad, en la Eucaristía este día, esperando y anhelando estar con nosotros. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

 

La Séptima Estación

JESUS CAE POR SEGUNDA VEZ

    Mientras Jesús caminaba hacia el Calvario, se hizo más y más difícil caminar. La cruz se hacía más pesada, su cuerpo más y más débil. ¡Le dolían tanto sus hombros y brazos! Su cabeza le punzaba al caminar. La sangre brotaba de su cuerpo, desde su cabeza hasta sus pies. Jesús estaba lleno de heridas. No podía seguir adelante. Tropezó y cayó. Lo azotaron de nuevo, esta vez más fuerte, y con semejante odio le daban puntapies. ¡Semejante vileza en los corazones del hombre! Su más grande agonía no fueron las agonías de su cuerpo, sino las agonías de su Corazón por el amor que tiene por todas sus preciadas almas. El las amó tiernamente. El amó a los que lo persiguieron. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

 

La Octava Estación

JESUS SE ENCUENTRA CON LAS MUJERES DE JERUSALEN

    Las mujeres se acercaron a Jesús con sus hijos, sus compasivos corazones lloraban y querían confortarlo. El vio su amor, su cuidado. El vio la frialdad de los corazones de los hombres para siempre, el odio, la ira, los pecados, todas las almas que, a pesar de todos sus sufrimientos y muerte, serían condenadas a la maldición eterna. El les dijo a las mujeres que no lloraran por él, sino por ellas mismas y por sus hijos. Sus agonías más grandes fueron las agonías de su Sacratísimo Corazón. ¡Oh, cúanto nos ama Jesús!

 

La Novena Estación

JESUS CAE POR TERCERA VEZ

    Jesús cayó muy fuerte la tercera vez. El estaba tan débil que ya no podía seguir adelante. ¡Su cuerpo se desplomó bajo la cruz por tanto agotamiento! Las agonías más grandes de Jesús no fueron las llagas de su cuerpo. Fueron las heridas que experimentó en su corazón. ¿No nos damos cuenta de cuánto nos ama Jesús? Es al meditar sobre su Pasión y muerte que nos daremos cuenta de su inmenso amor por nosotros. Cuando caemos, cuando luchamos, Jesús nos da la gracia para levantarnos. Jesús nunca nos da más de lo que podemos soportar. Nuestra fuerza vendrá de Jesús. Vengan al Corazón Eucarístico de Jesús. El nos está esperando este día. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

 

La Décima Estación

JESUS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

    Llevaron a Jesús al monte para Crucificarlo. Con enojo despojaron a Jesús de sus vestiduras. Le quitaron la ropa para azotarlo. Habían cubierto las sangrientas llagas de Jesús con una túnica sucia de color púrpura. Ahora, entrega total, le quitaron a Jesús sus vestiduras. El nos enseño el camino a la entrega, siempre en cumplimiento a la voluntad del Padre. Es viviendo en su voluntad que tendremos paz, alegría y vida eterna algún día. ¡Oh, cuánto nos ama Jesús!

 

La Décimoprimera Estación

CLAVAN A JESUS EN LA CRUZ

    Veamos a María mientras sostiene al Niñito Jesús. Véamosla mientras lava sus tiernas manitas y piecitos. Véamosla ahora mientras los ve clavar en esas mismas manos y pies los gigantescos clavos que fijan a Jesús en la cruz. El corazón de María fue destrozado en su pecho mientras ellos clavaron las manos y pies de Jesús a la cruz. Ella nos pide este día que caminemos la Pasión con él. Veamos a través de los ojos de María el amor que Jesús tiene por nosotros. El en verdad fue clavado a la cruz. Ellos clavaron su primer mano, luego extendieron su cuerpo y clavaron su otra mano. La sangre se derramó de estas heridas que traspasaron totalmente las manos de Jesús. ¡Su dolor fue tan inmenso, más luego clavaron sus pies! No sabemos cuánto dolor él sufrió. Jesús sufrió este dolor por cada uno de nosotros.

 

La Décimosegunda Estación

JESUS MUERE EN LA CRUZ
(silencio)

    Jesús estuvo colgado en la cruz por tres agonizantes horas contra el cielo obscurecido. Sus agonías más grandes no fueron las de su cuerpo, sino aquellas de su Corazón por el gran amor que tiene por cada una de las almas. El se entregó a nosotros. El dio su todo. Estuvo colgado con sus brazos abiertos en entrega total. La cabeza de Jesús fue perforada; sus manos y pies fueron clavados a la cruz. El se entregó a nosotros. El se entrega a nosotros este día en la Eucaristía. ¡Jesús se nos da a sí mismo! ¿Qué más queremos? Alabanza: Te amo JesúsŠ Perforaron su Corazón con una lanza y lo que fluyó fue sangre y agua, la vida sacramental de la Iglesia, el agua por el Bautismo y la sangre por la Eucaristía.

 

La Decimotercera Estación

JESUS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ES PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE

    Pusieron el cuerpo sin vida de Jesús en los brazos de su amorosísima Madre. Así como ella había sostenido el cuerpecito de bebé en sus brazos, ahora recibió su cuerpo golpeado y ensangrentado. Es así como él obedeció la voluntad del Padre. Jesús dio su vida por nosotros. El Padre dio a su Hijo único porque nos ama tanto. María, su Madre, nuestra Madre y la Madre de la Iglesia, está siempre a su lado. Veamos a Jesús en los brazos de su amorosa Madre bajo la cruz. Esto es amor. María sostuvo el cuerpo sin vida de Jesús en sus brazos. Veamos a través de los ojos de María el amor que Jesús tiene por nosotros este día. El se entrega a nosotros hoy en día en la Eucaristía. ¡Jesús nos ama tanto!

 

La Décimocuarta Estación

JESUS ES ENCERRADO EN EL SEPULCRO

    Los enemigos de Jesús rodaron la piedra hasta el sepulcro y estaban contentos porque lo habían enterrado. María, afuera del sepulcro, lloraba amargamente. ¡La fría realidad de que él estaba muerto! Pero la muerte no tiene poder sobre Jesús, por que al tercer día, él resucitó triunfante, de la tumba! Nosotros somos partícipes en su vida divina. La muerte no tiene poder sobre Jesús. El está con nosotros este día. El viene a traernos vida en abundancia. ¡Jesús nos ama tanto!

 

 

Los Siete Dolores de María

1. La Profecía de Simeón

    María, José y el Niño Jesús fueron al Templo. Simeón, el profeta, inspirado por el Espíritu Santo, se encontró con ellos y le relató a José y a María sobre los grandes sufrimientos de Jesús y María. El le dijo a María que una espada atravesaría su corazón. Desde ese momento en adelante, María siempre recordaba la profecía de Simeón cuando contemplaba a su hijo. Cuando ella miraba Su cuerpecito, incluso cuando era bebé, ella sabía que él sufriría. Cada vez que lo vestía y lo miraba jugar, su corazón se destrozaba en su pecho al saber lo que él sufriría. ¡Oh María, a ti también una espada te atravesará el corazón!


2. La Huida a Egipto

    El ángel le dijo a José que huyera. José, María, y el Niño Jesús tuvieron que huir por lo que le pudiera suceder a Jesús. Tuvieron que empacar para quedarse largo tiempo. ¡El Niño Jesús estaba tan pequeño! Emprendieron su viaje con sus corazones llenos de miedo, tratando de proteger a Jesús. Ellos se vieron forzados a huir a Egipto.


3. La Pérdida del Niño Jesús en el Templo

    Imaginen los sufrimientos en el Corazón de María cuando se dio cuenta de que el Niño Jesús no estaba con ellos. Imaginen lo que sería perder a nuestro hijo y no saber en donde está o si le sucedió algo. María y José volvieron a Jerusalén con sus corazones llenos de tristeza a buscar al Niño Jesús. ¡Oh María, a ti también una espada te atravesará el corazón!


4. Jesús y María se encuentran Camino al Calvario

    Canto: Vean los Ojos que Miran a María

    Veamos los ojos de Jesús y María al encontrarse en el Calvario. ¡El Corazón de María conocía al Corazón de Jesús tan bien! Desde el primer momento de la concepción y a través de Su vida, María estaba tan conectada a Jesús y ahora ella miraba hacia Sus ojos. ¡La corona de espinas adornaba Su cabeza! ¡La sangre corría por Su rostro! ¡Una pesada cruz sobre Su espalda! ¡Herido, todo el cuerpo de Jesús cubierto de sangrantes heridas! Y toda su vida la vio en un instante, la vida que había compartido con Jesús. ¡Este era el niño amado que ella había tenido en sus brazos cuando Simeón le dijo que una espada también atravesaría su corazón!


5. Jesús Muere en la Cruz
(Silencio.)

    María estuvo bajo la cruz de Jesús cuando le dieron muerte. Ella guardaba en su corazón la profecía de Simeón. ³mientras que a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres. (Lc. 2:35) Veamos a María en el Templo con Simeón y a José cargando a Jesús en sus brazos. ¡Ahora Jesús está muerto en la cruz! El entregó Su cuerpo, él entregó Su sangre para que podamos estar con él para siempre en el cielo. El no se quedó con nada. El lo entregó todo. Jesús está con nosotros este día. El permanece con nosotros en la Eucaristía, no menos presente que el día en que estuvo clavado en la cruz. El anhela que vengamos y estemos con él. El está en nuestro hermano. ¿Cómo es que no podemos amar a nuestro hermano cuando Jesús murió por él? El corazón de María fue atravesado con una espada. El Corazón de Jesús fue traspasado por una lanza. Lo que salió fue sangre y agua, la vida sacramental de la Iglesia. El vive con nosotros este día en la Iglesia. El nos da Sus Sacramentos, el origen de su vida! El nos da el sacramento de la Penitencia por la cual todo pecado que cometamos se puede quitar a través del sacerdote. ¡Jesús quiere que estemos cerca de él! Nos da todo para que estemos cerca de él. ¡Pero vemos con una visión tan limitada, vemos sólo aquellas cosas que están frente a nuestros ojos, cuando la verdadera realidad es aquello que no vemos con nuestros ojos, la realidad de la invisible divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios, en la Ostia consagrada! ¡Esto es realidad! ¡Esta es nuestra vida! ¡Este es nuestro poder! ¡Este es Dios! ¡Oh María, a ti también una espada te atravesará el corazón!


6. Jesús Es Bajado de la Cruz y Puesto en los Brazos de María.

    Si alguna vez dudamos por un segundo que somos amados, podemos visualizar la imagen de María mientras estaba sentada bajo la cruz con el cuerpo sin vida, golpeado, herido y ensangrentado de su Hijo en sus brazos, el mismo hijo que ella abrazó cuando Simeón profetizó su sufrimiento. Jesús dio su último suspiro. El entregó el último latido de Su Corazón. ¡El entregó Su todo! De esta manera el cumplió la voluntad del Padre. Jesús vino a enseñarnos el camino. El murió en perfecta paz. Hasta Su muerte él estaba en paz porque conocía el amor del Padre. ¡El Padre nos ama tanto que entregó a Su único hijo engendrado por amor a nosotros! El Espíritu descendió sobre la Virgen María y la Palabra se hizo carne! ¡El amor de los Dos Corazones! ¡Amor tan inmenso que late por nosotros! En todo amor hay sufrimiento. El Corazón de María fue atravesado por una espada. El Corazón de Jesús fue traspadado por una lanza. ¡Oh María, a ti también una espada te atravesará el corazón!


7. Jesús es Sepultado

    El cuerpo sin vida de Jesús fue encerrado en la tumba. ¡Qué fría realidad para María saber que el cuerpo de Jesús ya no estaba. ¡Una piedra la separaba de Su hijo! ¡El entregó el último latido de Su Corazón por amor a cada uno de nosotros! ¡Y ella viene a nosotros este día con su voz dulce y hermosa pidiéndonos que vayamos a su Hijo y que lo amemos! ¿Cómo podemos rechazar a Jesús quién abrió Sus brazos y entregó Su vida por cada uno de nosotros? ¿Cómo no podemos confiar en él cuando él nos amó tanto que permitió que le desgarraran Su cuerpo, que lo coronaran con filosas espinas y finalmente, que lo crucificaran? ¡El verdaderamente entregó Su vida por nosotros! ¡El, verdaderamente Dios, está con nosotros este día en el sagrario al igual que el día en que murió en la cruz! ¡Y lo tomamos tan ligeramente! ¡La muerte no tiene poder sobre Jesús! Estando encerrado en la tumba por tres días, Jesús resucitó triunfante al tercer día como lo había predicho. El viene a darnos vida. El nos da el sacramento del Bautismo que nos inicia en Su vida que nos hace hijos de Dios y herederos del cielo si permanecemos en el estado de gracia. ¡El nos pide dos cosas: amor a Dios y amor a nuestro prójimo! El vino a enseñarnos el camino y Su camino es el amor. El amó a cada uno de nosotros hasta Su muerte en la cruz! ¡El nos llama a cada uno de nosotros este día a ser Sus soldados, para marchar hacia un mundo que ha olvidado a Dios, que ha olvidado lo que es amar! Es una lucha vivir en este mundo. Pero la batalla se gana con corazones que están llenos de Su amor, impulsados por la gracia y poder que él nos derrama en la Eucaristía. Jesús nos llama para que vengamos a la Eucaristía y al sagrario para alimentarnos con Su propio cuerpo y sangre. ¡Alimentarnos en la Vida Divina, el alimento más grandioso, el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios! Este es el amor que él nos da. Este es el amor que él nos pide compartir.

 

 

Cantos

1. Ven a Mi Corazón
2. El Rosario
3. Un Canto de Jesús
4. Pequeñita
5. Te Amo Jesús
6. Enséñame a Amar con Tu Corazón
7. El Amor de Dios
8. Manos y Piesitos de Bebé
9. Yo Soy Su Sagrado Corazón
10. Vean los Ojos que Miran a María
11. Tu Prescencia Impregna Mi Alma
12. Gloria, Gloria, Gloria, Señor

 

 

 

 

  

 

 

 

 

 

  

 

  

   

Notas:

1. Our Lady of Fatima's Peace Plan from Heaven (Rockford: TAN Books and Publishers, Inc., 1983), pp 9-10. (Las palabras en parentesis están añadidas para clarificación).

2. Ibid., P. 9.

3. Padre Edward Carter, S.J. The Spirituality of Fatima and Medjugorje (Milford: Faith Publishing Co., 1994), p. 17.

4. Our Lady's Peace Plan, op. cit., p. 10

5. The Spirituality of Fatima and Medjugorje , op, cit., p. 18

6. Our Lady's Peace Plan, op. cit., p. 10.

7. Padre Edward Carter, S.J. Manual de Oración de los Asociados de los Pastores de Cristo (Morrow, OH: Shepherds of Christ Publications, 1996), p.3

8. Ibid., pp. 11-12.

9. Our Lady's Peace Plan, op. cit., p.5.

10. Ibid., pp. 7-8.

11. Ibid., pp. 4-5

12. Ibid., pp. 9-10

13. Ibid., p. 7.

14. Ibid., p.9.

15. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., p.8.

16. Our Lady of Fatima's Peace Plan from Heaven (Rockford: TAN Books and Publishers, Inc., 1983), pp 1-2.

17. Ibid., p.2.

18. Louis Kondar, SVD, editor, Fatima in Lucia's Own Words (Fátima: Centro de Postulación, 1976), pp. 64-65. Distribuido en los Estados Unidos por la Prensa Ravengate, Cambridge, MA.

19. Padre Edward Carter, S.J., The Spirituality of Fatima and Medjugorje (Milford: Faith Publishing Co., 1994), pp. 9-10.

20. Frere Michael de la Trinité, The Whole Truth about Fatima (Buffalo: Immaculate Heart Publications, 1989) pp. 85-86

21. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., pp. 11-12.

22. Our Lady's Peace Plan, op. cit., pp. 14-15

23. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., pp. 14-15

24. Estos pensamientos fueron tomados de un libro por el Padre Edward Carter, S.J. Boletines Pastores de Cristo (Morrow, OH: Shepherds of Christ Publications, 1997).

25. Padre Edward Carter, S.J. Response In Christ (Dayton: Pflaum Press, 1969), p 60.

26. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., p.10.

27. Fatima in Lucia's Own Words, op. cit., p. 62.

28. Our Lady's Peace Plan.

29. Ibid., p. 2.

30. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., pp. 8-9.

31. The Whole Truth about Fatima, op. cit., p. 182.

32. David Golob, Live the Messages [Harahan, Louisiana, Box 23351, 1991]. También disponble de "The Riehle Foundation",
P.O. Box 7, Milford, Ohio 45150.

33. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., p. 37.

34. Our Lady of Fatima's Peace Plan from Heaven [Rockford: TAN Books and Publishers, Inc., 1983], pp. 4-5.

35. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., p. 37.

36. Our Lady's Peace Plan, op. cit., p. 10.

37. Estos pensamientos fueron tomados de un libro por el Padre Edward Carter, S.J., The Spirituality of Fatima and Medjugorje [Milford: Faith Publishing Co., 1994].

38. Sister Lucia, The Message of Fatima [Washington: AMI Press, 1968], p. 48.

39. Our Quest for Happiness [Albany: Preserving Christian Publications, Inc., 1992], Vol. 3, p. 83.

40. Ibid., p. 13.

41. Ibid., p. 14.

42. Ibid., p. 50.

43. The Message of Fatima, op. cit., p. 48.

44. Padre Edward Carter, S.J., Mother at My Side [Milford: Faith Publishing Co., 1993], p. 21.

45. Ibid., p. 51.

46. Frere Michael de la Trinité, The Whole Truth About Fatima, Vol. II, Appendix III.

47. Our Lady's Peace Plan, op. cit., pp. 9-10.

48. The Spirituality of Fatima and Medjugorje, op. cit., pp. 17-18.

49. Our Lady's Peace Plan, op. cit., pp. 9-10.

50. Ibid., pp. 9-10.

51. Ibid., p. 2.

  

  

Manual de Oraciones

 
Las siguientes oraciones han recibido el imprimatur del Rev. Carl Moeddel, Obispo Auziliar de la Arquidiocesis de Cincinnati.

Formato para la Oración en las Reuniones de los Grupos

El siguiente es el formato de oración que se deberá seguir en las reuniones de los capítulos de los de los Asociados de los Pastores de Cristo. Todas las oraciones-y no solo las que se hacen específicamente por los sacerdotes-deberán hacerse con la intención de orar por todas las necesidades de los sacerdotes del mundo entero.

1. Himnos. Los himnos podrán ser cantados en cualquier momento del tiempo dedicado a la oración en la reunión.

2. Oración al Espíritu Santo. "Ven, Espíritu Santo, Santificador todopoderoso, Dios de amor, que llenaste a la Virgen María de gracias, que cambiaste admirablemente los corazones de los apóstoles, que le comunicaste a tus mártires un milagroso valor, ven y santifícanos. Ilumina nuestras mentes, fortalece nuestras voluntades, purifica nuestras conciencias, rectifica nuestro juicio, pon fuego en nuestros corazones, y presérvanos de la desgracia de no hacerle caso a tus inspiraciones. Amén."

3. El Rosario.

4. La Salve. "Dios te salve, Reina y Madre, Madre de Misericordia, Vida y dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti llamamos los desterrados hijos de Eva. A Ti suplicamos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora y abogada nuestra. Vuelve a nosotros Tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de Tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades. Antes bien, líbranos de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita. Ruega por nosotros, santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén."

5. El Acordados. "Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, reclamando vuestra asistencia, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a vos acudo oh Madre Virgen de las Vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos, Madre de Dios. No desechéis mis súplicas, antes bien escuchádlas y acogedlas benignamente. Amén."

6. Siete Avemarías en honor de los siete dolores de María. María ha prometido gracias muy especiales para aquellos que la honran de esta manera diariamente. Incluida entre estas promesas de Nuestra Señora para aquellos que practican esta devoción, está su compromiso de otorgar especial asistencia a la hora de la muerte, incluso de ver su faz. Los siete dolores son:

(1) Primer dolor: La profecía de Simeón (Ave María).
(2) Segundo dolor: La huida a Egipto (Ave María).
(3) Tercer dolor: La perdida del niño Dios en el Templo (Ave María).
(4) Cuarto dolor: Jesús y María se encuentran en el camino a la Cruz (Ave María).
(5) Quinto dolor: Jesús muere en la Cruz (Ave María).
(6) Sexto dolor: Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de María (Ave Maria).
(7) Séptimo dolor: Jesús es enterrado (Ave María).

7. Letanías de la Santísima Virgen.

Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos.Cristo, escúchanos.
Padre Celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros (se repite despuéde cada invocación).
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia
Madre de la divina gracia,
Madre Purísima,
Madre castísima,
Madre siempre virgen,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del Buen Consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Madre de la Iglesia,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Templo del Espíritu Santo,
Templo lleno de gloria,
Modelo de entrega a Dios,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la Nueva Alianza,
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los patriarcas,
Reina de los profetas,
Reina de los apóstoles,
Reina de los mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de los santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina elevada a los cielos,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de familias
Reina de la paz,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que nos hagamos dignos de las promesas de Cristo.
 

Oración: Concede, Señor y Dios nuestro, a tus siervos gozar de perpetua salud de alma y cuerpo; y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas presentes y llévanos a gozar de las alegrías eternas. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos, oh Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita. Amén.

8. Invocación a San José. "San José, guardián de Jesús y casto esposo de María, tu empleaste toda tu vida en el perfecto cumplimiento de tu deber. Tu mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos. Protege bondadosamente a los que se vuelven confiadamente a ti. Tu conoces sus aspiraciones y sus esperanzas. Ellos se dirigen a ti porque saben que tu los comprendes y proteges. Tu también supiste de pruebas, cansancio y trabajo. Pero, aun dentro de las preocupaciones materiales de la vida, tu alma estaba llena de profunda paz y cantó llena de verdadera alegría debido al íntimo trato que gozaste con el Hijo de Dios que te fue confiado a ti a la vez a María, su tierna Madre. Amén." -- El Papa Juan XXIII

9. Letanías al Sagrado Corazón de Jesús, Promesas del Sagrado Corazón.

Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial, ten piedad de nosotros (se repite despué de cada invocación).
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios,
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo,
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, templo santo de Dios,
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo,
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad,
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor,
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría, y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad,
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia,
Corazón de Jesús, generosos para todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo,
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores,
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan,
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren,
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos,
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración: Oh Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo, las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece y concede el perdón a éstos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, Jesucristo, el cual vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

Promesas de Nuestro Señor para los devotos de su Sagrado Corazón
(deberán ser leídas por el que guía la oración):

(1) Les daré todas las gracias necesarias en su estado de vida.
(2) Estableceré la paz en sus hogares.
(3) Los consolaré en todas sus aflicciones.
(4) Seré su refugio en su vida y sobre todo en la muerte.
(5) Bendeciré grandemente todas sus empresas.
(6) Los pecadores encontrarán en Mi Corazón la fuente y el océano infinito de misericordia.
(7) Las almas tibias crecerán en fervor.
(8) Las almas fervorosas alcanzarán mayor perfección.
(9) Bendeciré el hogar o sitio donde esté expuesto Mi Corazón y sea honrado.
(10) Daré a los sacerdotes el don de tocar a los corazones más empedernidos.
(11) Los que propaguen esta devoción, tendrán sus nombres escritos en Mi Corazón, y de El, nunca serán borrados.
(12) Yo les prometo, en el exceso de la infinita misericordia de mi Corazón, que Mi amor todopoderoso le concederá a todos aquellos que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán, en Mi desgracia ni sin recibir los sacramentos; Mi divino Corazón será su refugio seguro en este último momento.

10. Oración por los Sacerdotes. "Señor Jesús, Pastor Supremo del rebaño, te rogamos que por el inmenso amor y misericordia de Tu Sagrado Corazón, atiendas todas las necesidades de tus sacerdotes, pastores del mundo entero. Te pedimos que retomes en Tu Corazón todos aquellos sacerdotes que se han alejado de tu camino, que enciendas de nuevo el deseo de santidad en los corazones de aquellos sacerdotes que han caído en la tibieza, y que continúes otorgando a Tus sacerdotes fervientes el deseo de una mayor santidad. Unidos a tu Corazón y el Corazón de María, te pedimos que envíes esta petición a Tu Padre celestial en la unidad del Espíritu Santo. Amén."

11. Oración por todos los Asociados de los Pastores de Cristo. "Amado Jesús, Te pedimos tus bendiciones especiales sobre todos los Asociados de los Pastores de Cristo. Continua iluminándolos sobre el privilegio y responsabilidad tan especial que les has otorgado a los miembros de este movimiento tuyo: Asociados de los Pastores de Cristo. Atráelos todavía más cerca de Tu Corazón y del de tu Madre. Permíteles que comprendan más y más el gran y especial amor de Sus Corazones por cada uno de ellos como individuos únicos. Concédeles la gracia de corresponder a tu amor y al amor de María con un mayor amor de parte suya. Al habitar en tu Corazón y en el Corazón de María, atiende abundantemente todas sus necesidades y las de sus seres queridos. Hacemos esta plegaria por Ti al Padre, en el Espíritu Santo, con María nuestra Madre a nuestro lado. Amén."

12. Oración por el éxito espiritual y financiero del Boletín Sacerdotal. "Padre, te pedimos tu bendición especial sobre el Boletín Sacerdotal, Pastores de Cristo. Te pedimos que abras los corazones de los sacerdotes que lo lean a las gracias que deseas concederles a través de este instrumento escogido de Tu Hijo. También te pedimos que nos proporciones los medios económicos necesarios para editar el boletín y Asociados de los Pastores de Cristo. Hacemos nuestra oración por Jesús, en el Espíritu Santo con María a nuestro lado. Amén."

13. Oración por todos los miembros de la familia humana. "Padre Celestial, te pedimos tus bendiciones sobre todos los niños del mundo entero. Atiende todas sus necesidades. Te pedimos tu especial asistencia para todos los marginados, los que están descuidados y olvidados. Unidos con nuestra Madre María, te hacemos esta petición a Ti, por Jesús, en el Espíritu Santo. Amén."

14. Oración a San Miguel y nuestros Angeles de la Guardia: "San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra las asechanza y perversidad del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial arroja al infierno a Satanás y a demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén."

"Ángel de mi Guardia, mi dulce compañía, no de desampares ni de noche ni de día. Amén."

15. Pausa para oración personal y en silencio. Que tenga una duración de al menos cinco minutos.

16. Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.

"Señor Jesús, Supremo Pastor, yo me consagro a tu Sagrado Corazón. De tu Corazón traspasado nació la Iglesia, la Iglesia a la cual me has llamado, como miembro de los Asociados de los Pastores de Cristo, a servir en una forma muy especial. Tú revelas Tu Corazón como un símbolo de Tu amor en todos los aspectos, incluyendo Tu amor muy especial hacia mi, a quien has escogido como Tu compañero en éste tan importante trabajo. Ayúdame a corresponder siempre a Tu amor. Ayúdame a entregarme totalmente a Ti. Ayúdame siempre a derramar mi vida en amar a Dios y mi prójimo! Corazón de Jesús, pongo mi confianza en Ti!

"Amada y bendita Virgen María, yo me consagro a tu maternal e inmaculado Corazón, este Corazón que es símbolo de tu vida de amor. Tú eres la Madre de mi Salvador. Tú eres también mi Madre. Tú me amas con amor muy especial como miembro de Asociados de los Pastores de Cristo, una cruzada creada por Tu Hijo, como un instrumento poderoso para la renovación de la Iglesia y el mundo. Correspondiendo al amor, yo me entrego totalmente a tu amor maternal y protección. Tú seguiste a Jesús perfectamente. Tú eres Su primer y perfecto discípulo. Enséñame a imitar en ante poner a Cristo. Sé mi maternal intercesora, para que, a través de tu Corazón Inmaculado, sea conducida a una unión más cercana al Corazón herido de Jesús, Pastor Supremo del rebaño."

17. Oraciones diarias. Todos los miembros deberán hacer el acto de consagración diariamente. También deberán rezar el rosario cada día. Los exhortamos a que recen las oraciones aquí mencionadas, si el tiempo lo permite.

 

 

Otras Oraciones

(Las siguientes cuatro oraciones han recibido el imprimatur)

  

Oración para antes del Santo Sacrificio de la Misa

    Permíteme, Señor, ser un sacrificio santo y unirme con Dios en el sacramento de su mayor amor.

    Quiero hacerme uno con él, en este acto de amor, en el cual él se entrega a mi y Yo me entrego a él como un sacrificio. Permíteme ser un sacrificio santo conforme me uno con él en este mi acto de más grande amor hacia él.

    Permíteme unirme más con él, para que pueda amarlo más profundamente. Que pueda yo ayudar a hacer reparación a Su adorable Corazón y al Corazón de su Madre, María. Con el mayor amor, me ofrezco a ti y suplico que aceptes mi sacrificio de amor sincero. Me entrego a ti, y me uno en tu regalo de tu entrega a mi. Ven y toma posesión de mi alma.

    Purifícame, fortaléceme, sáname. Amado Espíritu Santo actúa en el corazón de María para hacerme cada vez más como Jesús.

    Padre, te ofrezco este mi sacrificio, unido a ti con Jesús en el Espíritu Santo. Ayúdame a amar a Dios más profundamente en este acto de mi mayor amor.

    Dame la gracia de crecer en sabiduría, amor, y servicio a ti, y que esto sea mi mayor participación en la Misa. Dame las mayores gracias para amarte profundamente en esta Misa, tú que eres tan merecedor de mi amor.

 

Oración Para Unión con Jesús

    Ven a mi, Señor, y toma posesión de mi alma. Ven a mi corazón y empapa mi alma. Ayúdame a sentarme en silencio contigo y permitirte que actúes en mi corazón.

    Yo soy tuyo para que tomes posesión de mí. Soy tuyo para que te valgas de mí. Quiero ser generoso y existir solo en ti. Ayúdame a vaciar todo lo que soy, y a convertirme en una vasija vacía, lista para ser llenada por ti. Ayúdame a morir a mí mismo, y vivir sólo para ti. Utilízame según Tus deseos. No permitas que mi atención vuelva a posarse en mí. Solamente deseo actuar como tú lo haces, haciendo morada en mí.

    Yo soy tuyo, Señor. Quiero que mi vida esté en ti. Quiero cumplir la voluntad del Padre. Dame la fuerza para hacer a un lado este mundo, y dejar que tú manejes lo más infinito de mi ser. Ayúdame a actuar según tus deseos. Fortaléceme contra las distracciones del demonio que tratan de apartarme de tu obra.

    Cuando estoy preocupado, es porque que he puesto mi atención fuera de ti, y la he colocado sobre mí. Ayúdame a no entregarme a las insinuaciones de otros que traten de cambiar lo que en mi corazón tu estás aconsejándome con claridad. Yo te alabo, te adoro y te amo. Ven y vive ya en mi.

 

Ofrenda en la Mañana

(para Miembros de Pastores de Cristo)

    Mi amado Padre, te ofrezco este día todas mis oraciones, trabajos, alegrías y sufrimientos, cada respiración, cada latido de mi corazón, cada pensamiento, todas mis acciones, en unión con Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa que se celebra en todo el mundo, por medio del Espíritu Santo. Ruego al Espíritu Santo que esté conmigo cada segundo este día, para que me ilumine a realizar la voluntad del Padre y me llene con el fuego del amor de Dios.

    Le pido a Jesús y a María que se unan conmigo en todo lo que haga; me uno también a todos los ángeles, santos, y almas del purgatorio, para continuamente rezar al Padre por las siguientes intenciones:

    Pido para mí, la gracia abundante y eficaz para conocer y amar a Dios cada vez más y realizar la voluntad del Padre. Suplico al Espíritu Santo que, en el corazón de María, me transforme cada vez más como Jesús. Pido que siempre permanezca en los Corazones de Jesús y de María. Ruego por todos los que amo y necesitan conversión. Pido por cada miembro de mi familia para que llenos de Tu gracia crezcan en el conocimiento y en el amor de Dios.

    Pido por todos mis amigos para que reciban las gracias necesarias para realizar el gran proyecto del Padre, que crezcan incesantemente unidos a los Corazones de Jesús y de María; que el Espíritu Santo nos guíe para hacer su trabajo; que todos juntos llevemos a cabo el plan del Padre tal como él lo quiere, para difundir en todo el mundo el amor del Sagrado Corazón de Jesús y de María.

    Jesús, te pido por mi, para que el Espíritu Santo descienda sobre mí y abra mi corazón a Tu amor, y para que me una siempre más a ti. Haz que no me preocupe lo que piensen los demás, sino que trate siempre de complacer al Padre y hacer su voluntad. Que pueda ayudar a conducir a muchas personas junto a tu ardiente amor.

    Encomiendo en particular a las siguientes personas para que se llenen del Espíritu y se unan cada vez más a ti, para que ellos reciban gracia en abundancia para conocer, amar y servirte más. (Nombre a sus amigos especiales...)

    Ruego también por los sacerdotes de todo el mundo, por el éxito del boletín sacerdotal, las comunidades de oración y por el dinero que se necesita para financiar el boletín. Pido por la circulación de los mensajes del Libro Azul, meditaciones del Rosario y casetes. Pido por todos los encargados de estas publicaciones.

    Concede abundantemente tu gracia, Señor, a los sacerdotes que leen el Boletín, a las personas que leen y escuchan los mensajes del Libros Azul, las Meditaciones del Rosario, y todas las publicaciones del Padre Carter.

    Oramos por todas las intenciones que llevamos dentro del corazón, por nuestras familias y amigos, y por los que se encomiendan a nuestras oraciones. Oramos por los niños de todo el mundo y por las almas del purgatorio. Le pedimos a Dios que derrame Su gracia abundante sobre nosotros y sobre los miembros de nuestra comunidad Pastores de Cristo para que crezcamos cada vez más en nuestra sabiduría y amor a Dios.

    Nos consagramos a los Corazones de Jesús y María. Pedimos por el Padre Carter, por el Padre Smith, por Rita Ring, y por John Weickert, por todos los líderes y colaboradores del Movimiento Pastores de Cristo, por los Ministerios Pastores de Cristo y el Ministerio Nuestra Señora de la Luz. Oramos por todos aquellos que están trabajando en estos ministerios.

    Nos unimos al Corazón Inmaculado de María junto con nuestros hijos y nuestros amigos. Nos amparamos con la preciosa sangre de Jesús, tanto nosotros como las personas que entren en contacto con nosotros, para que seamos protegidos contra el maligno. Le pedimos a San Miguel que lance al diablo al infierno.

    Te Amamos, Dios nuestro, te Amamos, te Amamos. Te rogamos poder recibir la gracia de amarte cada vez más profundamente. Te adoramos, te alabamos a ti, nuestro amado Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Imprimi potest: R.P. Ramón Sevilla, S.J.
Vicario Judicial

Imprimatur: Mons. Francisco Castillo Santana
Administrador Diocesano
Torreón, Coah. México

   

Una Oración de Acción de Gracias

(necesita imprimatur)

    Oh Dios, de parte de los Ministerios Pastores de Cristo y del Ministerio de Nuestra Señora de la luz, te ofrecemos estas oraciones de acción de gracias:

    Gracias Padre por tu amor, paciencia y comprensión. Sabemos que no somos dignos de tales regalos, pero nos los das de todas maneras - por tu gran amor por las almas.
Gracias Jesús por los muchos regalos y gracias que nos das como miembros de tu Movimiento - Pastores de Cristo. Te ofrecemos nuestro amor y gratitud a través del Inmaculado Corazón de tu Madre.

    Gracias Espíritu Santo por tus dones especiales. Por favor inspíranos para estar agradecidos por lo que se nos ha dado. Por favor ayúdanos a entregarnos en amor a ti y a todos los que encontremos.

    Gracias Santísima Trinidad por tu amor y misericordia sin límites. Por favor ayúdanos a alimentar tu prescencia en nuestro interior. Ayúdanos a ser obedientes a tus instrucciones y a dar toda la gloria a ti - Nuestro Dios amoroso. Te damos gracias especialmente por el regalo de nuestra Madre Celestial, María.

    Gracias María por tu ejemplo al estar en la tierra, y por tu constante intercessión este día. Por favor ayúdanos a crecer en santidad y a poner en acción todo lo que nos pide tu hijo, Jesús.

    Le damos gracias a San Miguel y a los Santos Angeles por sus oraciones, ayuda y protección. Finalmente, damos gracias a los santos del cielo y a las almas del purgatorio por sus oraciones. Les pedimos que se unan con nosotros para dar gracias y alabanza a la Santísima Trinidad - Nuestro Padre Celestial, Nuestro Señor Jesús, y nuestro consolador - el Espíritu Santo.

    ¡Te amamos! ¡Te amamos! ¡Te amamos! Amén.

    --Esta Oración de Acción de Gracias fue escrita por John Weickert
    (PARA SER RECITADA AL FINAL DEL DIA)

   

   

Consagración de un niño que aún no nacido a Jesús y María

(necesita imprimátur)

    Madre Amada y Bendita, nos reunimos aquí en tu presencia y en la presencia de tu Hijo, el Dios Omnipotente, aquí presente en el Sagrario y en nuestros corazones. Te suplicamos, Madre Santísima, en unión con tu Esposo, el Espíritu Santo, que sean la protección de este niñito en su nacimiento y a lo largo de su vida. Te pedimos, Madre Santísima, que cubras con tu manto a este pequeñito y a su madre ______. Venimos a ti a consagrar a esta criatura a tu Inmaculado Corazón y al Corazón de tu Hijo. Por favor dale a este niño tu especial bendición ahora y siempre, y cuídalo de todos los males del mundo.

In Nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti, Amen.
(En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.)

 

 

Oraciones Diarias para Niños

(todas las oraciones que siguen han recibido el imprimatur)

Imprimi potest: R.P. Ramón Sevilla, S.J.
Vicario Judicial

Imprimatur: Mons. Francisco Castillo Santana
Administrador Diocesano
Torreón, Coah. México
 

Consagración a Jesús

    Amado Sagrado Corazón de Jesús, te quiero mucho y te entrego mi corazón. Ayúdame a amar a Dios. Ayúdame a amar a mi prójimo como hijo de Dios que es. Ayúdame a amarme a mí mismo como hijo que soy de Dios. Amén.
 

Consagración a María

    Amada María, mi madre santa, te amo mucho y te entrego mi corazón. Ayúdame a amar a Dios. Ayúdame a amar a mi prójimo como hijo de Dios que es. Ayúdame a amarme a mí mismo como hijo que soy de Dios. Amén.
  

Consagración al Espíritu Santo

    Amado Espíritu Santo, Tú eres mi amigo. Me entrego a ti. Te pido que permanezcas profundamente dentro de mí y me santifiques. Quiero conocer el fuego del amor de Dios. Quiero amar a Dios con todo mi corazón. Amén
 

Ofrenda en la Mañana

    Mi amado Padre, te ofrezco en este día todas mis oraciones, trabajos, alegrías, y sufrimientos en unión con Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa en todo el mundo, en el Espíritu Santo.

    Me uno a María nuestra Madre, a todos los ángeles y santos, y a todas las almas del purgatorio, para pedirle al Padre por mí, por cada miembro de mi familia, por mis amigos, por toda la gente del mundo, por todas las almas del purgatorio, y por todas las demás intenciones del Sagrado Corazón.

    Te amo Jesús, y te entrego mi corazón. Te amo María, y te doy mi corazón.

 

 

Oraciones Diarias para Jovenes Adultos

(todas las oraciones que siguen han recibido el imprimatur)

Imprimi potest: R.P. Ramón Sevilla, S.J.
Vicario Judicial

Imprimatur: Mons. Francisco Castillo Santana
Administrador Diocesano
Torreón, Coah. México
 

Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

    Oh amado Sagrado Corazón de Jesús: Te entrego todo mi corazón. Veo tu corazón en llamas por amor a mi. Quiero estar en esta hoguera ardiente y conocer el amor de Dios. Tómame Jesús, úsame como tu pequeño siervo para difundir tu amor a este mundo. Yo me entrego totalmente a ti y le pido al Espíritu Santo que me haga más como tú eres. Yo quiero ser un niñito del Padre. Te entrego mi corazón, conservame en tu corazón y enséñame tu camino de amor. Amén
 

Consagración al Corazón Inmaculado de María

    Oh Corazón Inmaculado de María: Te entrego mi corazón. Yo quiero amarte. Quiero amar a Jesús, al Padre, al Espíritu Santo y a este mundo a través de tu corazón Santo. Madre querida, me coloco en tu corazón, y se que me cuidarás en todas mis necesidades. Me entrego a ti María, mi madre. ¡Te quiero tanto! Amén
 

Consagración al Espíritu Santo

    Amado Espíritu Santo, Tú eres mi amigo. Me entrego a ti. Te pido que permanezcas profundamente dentro de mí y me santifiques. Quiero conocer el fuego del amor de Dios. Quiero amar a Dios con todo mi corazón. Amén
 

Ofrenda en la Mañana

    Mi amado Padre, te ofrezco en este día todas mis oraciones, trabajos, alegrías, y sufrimientos en unión con Jesús en el Santo Sacrificio de la Misa en todo el mundo, en el Espíritu Santo.

    Me uno a María nuestra Madre, a todos los ángeles y santos, y a todas las almas del purgatorio, para pedirle al Padre por mí, por cada miembro de mi familia, por mis amigos, por toda la gente del mundo, por todas las almas del purgatorio, y por todas las demás intenciones del Sagrado Corazón.

    Te amo Jesús, y te entrego mi corazón. Te amo María, y te doy mi corazón.

 

  

  

¿Quiere sacerdotes santos?
¿Quiere la renovación de la iglesia y del mundo?
Entonces tenemos que rezar.

    El Padre Edward Carter, S.J. escribe un boletín sacerdotal que es enviado aproximadamente a 70,000 sacerdotes en Inglés y en Español. Además de enviarlo a cerca de 50,000 sacerdotes y obispos en los Estados Unidos, el boletín se envía internacionalmente a 225 obispos, incluyendo a 3 cardenales que distribuyen copias a todos sus sacerdotes, y también, en algunos casos, a sus diáconos y seminaristas.

    El boletín se centra en el Corazón Eucarístico de Jesús y en la consagración a los Corazones de Jesús y María. María dijo en Fátima que debemos entregar nuestros corazones a Jesús y a María para tener paz en el mundo.

    ¿Nos ayudaría? Tenemos comunidades de oración a lo largo del mundo haciendo oración por los sacerdotes y la renovación de la Iglesia y del mundo.

1) ¿Rezaría usted ante el sagrario por los sacerdotes y la renovación de la Iglesia y del mundo?

2) ¿Formaría usted una comunidad de oración con algunas amistades? ¿Podrían rezar en la Iglesia antes o después de Misa? Las oraciones están incluidas en las páginas (#s). Estas oraciones contienen el Imprimátur. Si queremos sacerdotes santos y la renovación de la iglesia y del mundo, debemos hacer oración por ésto. Estas oraciones son cortas. Se toma muy poco tiempo rezarlas.

3) Nosotros funcionamos solamente a base de donativos. Si usted quiere sacerdotes santos, la renovación de la iglesia y del mundo, si usted quiere hacer lo que María nos pidió en Fátima, ¿rezaría estas oraciones y/o nos ayudaría con donativos si es posible? Necesitamos su ayuda.

Ministerios Pastores de Critso
P.O. Box 193
Morrow, OH 45152 U.S.A.

Teléfono (sin costo): 1-888-211-3041
Teléfono (513) 932-4451
Fax: (513) 932-6791

Dirección de Internet: http://www.sofc.org

    
 

Portada de Atrás

    Oh, cuánto amo la Misa. Espero, ansío, quiero ir a Misa. Es ahí que soy llevada a las alturas del cielo y me conecto con el Dios Omnipotente en semejante intensidad. Su presencia, oh amo Su presencia, mi corazón arde por estar en la presencia de Dios y recibir al Dios Omnipotente dentro de mí. Apenas puedo respirar, cuando él viene a mí, el Novio de mi alma. Lo conozco en gran intimidad mientras él se entrega a mí. Es en esos momentos después de la Comunión que él implanta sabiduría de sí mismo en mi ser y sé tantas cosas que revelan conocimientos hacia el Misterio de su amor.

    Oh, la Misa, el más grande regalo de amor entre Dios y el hombre. El Dios Omnipotente se entrega completamente a nosotros y nosotros nos entregamos a él. El Pan de vida viene a mí y derrama su amor, su vida, a mí. El sacrificio es Dios, él es el Cordero de Dios y se entrega al Padre, él se entrega a nosotros. Yo experimento una intensa participación en su amor divino. Oh Dios, abre nuestro ojos e iluminanos para que veamos más claramente el gran regalo que nos das, que podamos, en este gran acto de amor, entregarnos más completamente, que te alabemos, te ensalzemos, nos postremos y adoremos a nuestro hermosísimo Dios. Te amo, te amo, te amo Dios, venga a nosotros tu reino en la tierra como en el cielo. Illumínanos para que podamos atesorar este gran regalo dado a nosotros. Dios se entrega al hombre.